jueves, 4 de julio de 2019

¿POR QUÉ TRUMP NO SE ATREVE BOMBARDEAR A IRÁN?




Observatorio de la crisis
04-07-2019

Tarde o temprano, la «presión máxima» que Estados Unidos ejerce sobre Irán tenía que ser compensada por una «máxima contrapresión». Ahora las chispas del conflicto están a punto de volar. 

Durante el último tiempo, círculos de inteligencia de toda Eurasia han estado recomendado a Teherán que piense en este escenario: “el Comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, el General Qasem Soleimani, debería explicar a los medios de comunicación occidentales que Washington no tiene capacidad militar para mantener abierto el Estrecho”.

Tal como he informado en otros artículos, si Irán decide cerrar el Estrecho de Ormuz el mercado de derivados del petróleo, que alcanza la friolera de 1,2 billones de dólares, haría estallar la economía estadounidense. Un golpe económico de este tipo haría colapsar el sistema bancario global causando una depresión sin precedentes. 

Las autoridades iraníes saben que su país necesita exportar a lo menos dos millones de barriles de petróleo diarios para la supervivencia de su economía. De hecho, las exportaciones, antes de las sanciones ilegales estadounidenses, normalmente eran de 2,5 millones de barriles al día, ahora se han reducido a 400.000.

Hoy el Golfo Pérsico es prácticamente un "pasadizo a punto de detonar". 

Según he confirmado, en fuentes de inteligencia, toda la frontera norte del Golfo Pérsico está blindada con modernos antimisiles capaces de destruir cualquiera embarcación enemiga.

Avisaremos cuando esté cerrado

Bueno… hace unos días el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el General de División Mohammad Baqeri, ha ido directo al grano; “Si el Gobierno decide cerrar el Golfo Pérsico, esa acción se anunciará públicamente antes de ejecutarla en su totalidad”.

Los hechos son porfiados. Teherán no aceptará una guerra económica que le impide exportar su petróleo. Como se trata ni más ni menos que de su supervivencia la cuestión del Estrecho de Ormuz ha sido abordada oficialmente. 

Ahora es el momento del mercado de derivados

Un análisis del mercado de derivados del petróleo y del poder de las fuerzas militares iraníes obligarían ir a pedir consejos al mago de las finanzas Warren Buffett. El catastrófico alcance de una posible crisis de los “derivados» es un tema omnipresente en la Banca mundial y en las instituciones del consenso de Washington. 

Según una de mis fuentes, la cifra correcta –de 1.200 millones de dólares– proviene de la Banca Suiza. De manera extraoficial la institución que ha dado este monto es el Banco de Pagos Internacionales (BPI) el Banco Central de los Bancos Centrales, ubicado en Basilea.

El punto es que no importa cómo se haya bloqueado el Estrecho de Ormuz

Podría ser una bandera falsa. O podría ser que el Gobierno iraní siente que va a ser atacado y decide hundir un barco de carga o dos. Lo que importa es el resultado final, cualquier bloqueo del flujo de energía hará que el precio del petróleo alcance entre los 200 y 500 dólares el barril.

Otra fuente bancaria estadounidense explica: «La clave del análisis es lo que llaman nocional y una crisis nocional puede volverse tremendamente real. Por ejemplo, si compro un millón de barriles de petróleo a 100 dólares el barril y el Estrecho está cerrado, todos los intereses se disparan inmediatamente”.

El Banco de Pagos Internacionales reconoce oficialmente que el monto teórico pendiente de pago para contratos de derivados se estima en 542,4 billones de dólares. Y esta colosal cifra es sólo una estimación.

Mi fuente añade: “En este caso lo nocional tiene mucho sentido. Los derivados pueden llegar a tener tasas de interés fuera de todo control. Y aunque es teórico, si el petróleo llega a los mil dólares el barril, este hecho afectará a todos los tipos de interés. La razón está a la vista: el 45 % del PIB mundial es petróleo. Esto es lo que se llama en los negocios un pasivo contingente».

Las proyecciones de Goldman Sachs calculan que unas semanas después del cierre del Estrecho de Ormuz el precio del barril de petróleo llegaría a unos 1.000 dólares Esta cifra, multiplicada por 100 millones de barriles de petróleo producidos por día, lleva al 45 % del PIB mundial, unos 80 billones de dólares. 

Basándose sólo en estos números es evidente que la economía mundial terminaría derrumbándose. 

Pero los perros de guerra siguen ladrando 

Hasta un 30 % del suministro mundial de petróleo transita por el Estrecho de Ormuz. Los sagaces comerciantes del Golfo Pérsico han llegado una conclusión unánime, si Teherán fuera realmente responsable del incidente del petrolero en el Golfo, los precios del petróleo ya estarían por las nubes.

Las aguas territoriales de Irán en el Estrecho de Ormuz suman 12 millas náuticas (22 km) y desde 1959, Irán sólo reconoce el tránsito naval no militar. Por la otra orilla las aguas territoriales de Omán en el mismo estrecho también suman 12 millas náuticas. En la parte más estrecha, el ancho del Estrecho es de 21 millas náuticas (39 km). Esto significa que la mitad se encuentra en aguas territoriales iraníes y la otra mitad en las de Omán. No hay «aguas internacionales».

A esta realidad geográfica hay que añadir que ahora Teherán ha declarado públicamente que puede decidir cerrar el Estrecho de Ormuz y que no lo hará a hurtadillas.

La respuesta asimétrica de Irán a cualquier aventura estadounidense será muy dolorosa. El profesor Mohammad Marandi, de la Universidad de Teherán, me confirmó que: "incluso un ataque limitado se encontrará con una respuesta importante y desproporcionada". 

Esto significa quitarse los guantes a lo grande. En palabras de Marandi “cualquier cosa puede volar por los aires, desde los barcos de carga hasta las instalaciones petrolíferas saudíes y de los Emiratos Árabes Unidos”.

Hezbolá tiene en la mira a Israel 

En un reciente discurso el líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, ha afirmado que "una guerra contra Irán no permanecerá dentro de las fronteras de ese país. Si se agrede a la nación persa se incendiara todo Oriente Medio y las fuerzas e intereses estadounidenses en toda la región serán aniquilados, y con ello los conjurados de la guerra: primero Israel y luego la familia gobernante saudita". La inteligencia israelí sabe a quién están dirigidas las palabras de Hezbolá. 

A pesar de lo peligroso de la situación, los perros de la guerra no dejan de ladrar.

A principios de esta semana, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, voló al CENTCOM en Tampa para discutir con los generales escépticos sobre «cuestiones de seguridad regional y operaciones en curso», un eufemismo para justificar una «presión máxima» que puede finalmente desembocar en una guerra contra Irán.

La diplomacia iraní, discretamente, ya ha informado a la Unión Europea -y a los suizos- sobre su capacidad para derrumbar la economía estadounidense. Pero aún así, este aviso no ha sido suficiente para detener las sanciones y el bloqueo del Imperio del caos.

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