¿Negociación política? Esa es la apariencia del
2019 español. Pero por detrás lo que corre es una campaña electoral con ventaja
estratégica para Pedro Sánchez.
En este nuevo artículo analizo la
situación política española de esta misma semana. Y trabajo algunos conceptos
que te pueden resultar de ayuda. Por ejemplo:
- ¿Cómo se negocia la formación de un gobierno?
- ¿Qué papel juegan los tiempos y la paciencia?
- ¿Cómo influye el carisma de los líderes?
- ¿Se debe negociar en secreto?
- ¿Cuándo se termina de negociar y se comienza la campaña?
- ¿Cual es el papel del relato político?
- ¿Cómo opera la estrategia política?
Como ves son asuntos de actualidad para todos los
partidos políticos de cualquier país del mundo.
España entre la negociación política y la campaña electoral
¿Negociación política? Esa es la apariencia del
2019 español. Pero lo que ocurre por detrás de escena es una campaña electoral
con ventaja estratégica para Pedro Sánchez.
Victoria
estratégica del presidente en funciones
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en
funciones, ha desarrollado a lo largo de este año 2019 una estrategia política
que encamina a España hacia nuevas elecciones de las que su partido, el PSOE,
podría salir favorecido.
En un artículo anterior escribí acerca de la
negociación política fallida que culminó en el fracaso de la sesión de
investidura de Pedro Sánchez. Antes de eso había escrito otros dos
artículos sobre este agitado año político español: uno sobre los
carteles electorales y otro sobre los
indecisos.
Ahora, cuando una nueva convocatoria a elecciones
se insinúa con más fuerza en el panorama político, parece más claro aún que
España no está en una fase de negociación política sino básicamente de
pre-campaña electoral.
Sobre estos temas me consultó la periodista Paola Bruni para un reportaje
del diario El Confidencial. El reportaje incluye algunas de mis opiniones
junto a las de la profesora de negociación Pilar Galeote, el experimentado
negociador Fabián Márquez y la presidenta de la Asociación
de Comunicación Política (ACOP) Verónica Fumanal.
Transcribo a continuación el diálogo previo que
tuve por correo electrónico con la periodista. De esa manera puedes ampliar y
contextualizar lo que aparece en el reportaje.
Factores que
intervienen en una negociación política
Uno de los ejes de mi diálogo con El Confidencial
tuvo que ver con la psicología
de la negociación política. Veamos las preguntas y las respuestas:
¿Cómo se negocia una formación de Gobierno?
¿Existen estrategias trazadas de antemano que se diferencien de otro tipo de
negociaciones (como las empresariales o laborales)?
Una negociación política tiene los atributos de
cualquier otro tipo de negociación. Su núcleo básico es el mismo que el de una
negociación empresarial, laboral o inclusive personal. Claro que a partir de
allí tiene también especificidades que le dan una tonalidad levemente
diferencial.
Una de esas especificidades es que los partidos
políticos están, todos y todo el tiempo, en campaña permanente por persuadir a
la opinión pública acerca de sus ideas, sus valores y sus acciones. La otra
especificidad sería que en el caso de España formar un nuevo gobierno es una
necesidad institucional fuerte pero con cierta dosis de debilidad política. Una
debilidad marcada por el hecho de que siempre está la posibilidad del nuevo
llamado a elecciones en caso de que no haya acuerdo.
¿Hay elementos comunes en este tipo de
negociaciones? ¿Cuáles suelen ser los pasos básicos y determinantes?
Los pasos más determinantes son básicamente seis:
1.
Tener la decisión de llegar a un acuerdo.
2.
Negociar en privado, nunca en público.
3.
Construir un vínculo de confianza mutua con la otra
parte.
4.
Conocer los intereses que subyacen a las posiciones
políticas coyunturales.
5.
Contar con negociadores hábiles y preparados.
6.
Encerrarse a trabajar todo el tiempo que sea
posible y con toda la energía, sabiendo que las soluciones no se “encuentran”
sino que se producen.
¿Qué papel juegan los tiempos, la paciencia? ¿Y la
emoción y el carisma de los líderes?
Cuando se va a negociar es indispensable una alta
dosis de inteligencia emocional. Eso incluye paciencia, esfuerzo, tiempo,
tranquilidad, estabilidad y emociones bajo control. Y saber captar las oportunidades
para no dejarlas escapar.
Pero el carisma de los líderes poco y nada agrega a
la mesa de negociaciones. Es más: lo mejor sería que los principales líderes no
participaran en esa mesa y dejaran la tarea en manos de negociadores natos que
actuaran con total profesionalismo. Los líderes tendrán la última palabra y
tendrán su momento y tendrán que presentar públicamente el acuerdo y llevarlo
luego a la práctica. Pero los acuerdos no se logran a golpe de carisma ni de
autoridad.
¿Es mejor llevar una negociación en secreto o
utilizar a la opinión pública como elemento de presión?
Si de verdad quieres negociar tienes que hacerlo en
privado, con reserva, en espacios protegidos. Si optas por llamar a la opinión
pública como elemento de presión, entonces estarás apelando a un elemento ajeno
a la negociación misma y más bien propio de la estrategia política general. Lo
cual es válido, pero es diferente.
De la
negociación política al relato
El segundo eje de mi diálogo con la periodista de
El Confidencial fue la actualidad política española a comienzos de septiembre
de 2019:
¿Qué están haciendo bien el PSOE y Podemos y qué
están haciendo mal para defender sus argumentos en esta negociación?
Ni el PSOE ni Podemos están negociando. Ambos están
en campaña. Acá hay un contexto político que lo atraviesa todo y es la disputa
por la supremacía dentro del campo de las izquierdas. El PSOE montó un gran
dispositivo de comunicación política durante este verano. Y lo hizo en base a 3
ejes fundamentales:
1.
Continuó con naturalidad como gobierno en
funciones.
2.
Se vinculó sistemáticamente con diversas
organizaciones de la sociedad civil.
3.
Elaboró y presentó una propuesta progresista de
gobierno.
Estos ejes le permiten construir un relato simple y
efectivo. Ese relato afirma que el PSOE hará un gobierno progresista, con
arraigo en la sociedad civil, con un programa que incluye no solo las ideas
propias sino también otras provenientes de sensibilidades sociales y políticas
de izquierdas.
Este relato finamente construido acorrala a Podemos
y lo ubica en una encrucijada. Porque Podemos perdería ante la opinión pública
si impidiera un gobierno investido de ese relato. Y eso que perdería se lo
ganaría el PSOE en la nueva convocatoria a elecciones. Claro que Podemos puede
hacer lo contrario, entrar en la llamada “vía
portuguesa” y permitir la formación de un gobierno exclusivamente
socialista. Lo cual también beneficia al PSOE, por cierto.
Como vemos estamos muy lejos de aquel “sorpasso”
que Podemos pretendía darle a los socialistas tiempo atrás. Muy lejos no en
años sino en política. Porque este año 2019 ha marcado, en todas sus etapas,
una gran superioridad estratégica del PSOE sobre Podemos.
Nada de lo que estamos viendo es negociación sino
estrategia política. Aquí es donde ha estado la diferencia entre las
izquierdas.
Iván Redondo
y la operación Jaque Mate
Agrego ahora una reflexión final que no incluí en
mis respuestas a El Confidencial. Una reflexión acerca del papel estratégico de
la consultoría política en los partidos, los gobiernos y las campañas.
Pedro Sánchez ha logrado importantes objetivos
políticos en los últimos años: triunfo en las primarias socialistas, moción de
censura que terminó con el gobierno de Mariano Rajoy, conquista de la
presidencia del Gobierno, mayoría de votos para el PSOE en las elecciones
generales de abril de 2019, y luego mayoría de votos también en las elecciones
municipales y autonómicas de mayo de 2019.
Todos estos triunfos tienen varios aspectos en
común. Uno de ellos, seguramente de gran importancia, es que en todos ellos ha
estado asesorado por el consultor político Iván Redondo.
Algunos informes periodísticos señalan a Redondo
como el
creador de la marca Pedro Sánchez. Otros informes lo sitúan como factor
clave de la operación
jaque mate contra Pablo Iglesias.
Más allá de toda duda es claro que la visión
estratégica de Redondo está ayudando de gran manera a re-posicionar al PSOE.
Durante décadas otras fuerzas políticas intentaron
desplazar a los socialistas de su posición hegemónica dentro de las izquierdas
españolas. Nunca lo lograron, pero en años recientes surgió Podemos y los
liderados por Pablo Iglesias estuvieron muy cerca de lograr ese objetivo
histórico. Hasta que el PSOE comenzó esta nueva etapa marcada por el binomio
Sánchez-Redondo. Uno en el primer plano de las decisiones políticas y el
liderazgo, y el otro en el discreto segundo plano de la estrategia.
El nuevo enfoque estratégico de los socialistas
españoles está recuperando buena parte del terreno que habían perdido frente a
Podemos. Pero Podemos todavía no se entera porque en cierta medida aún cree que
lo que está en curso es una negociación política.
De negociación política nada. Todo lo que está
pasando tiene que ver con la estrategia política. De eso se trata.
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