lunes, 18 de noviembre de 2019

*GOLPE DE ESTADO Y CRISIS EN BOLIVIA



El día de ayer estuve como invitado en un foro panel de un distinguido programa radial de los domingos. El tema se orientó a la crisis política que viene sucediendo en Bolivia tras el golpe de Estado suscitado, por fuerzas conservadores y reaccionarias, días atrás.

En mi opinión, coincidir con los demás panelistas del foro sobre el hecho que sí hubo golpe de Estado me parece una posición sensata y democrática más allá de las coincidencias o matices ideológicos. Además, tomar posición a favor de la defensa del pueblo boliviano por la recuperación de su democracia, es estar del lado correcto. 

El comportamiento de la prensa internacional sobre lo que viene sucediendo en Bolivia es lamentable. El poder mediático, siempre, siempre juega a favor de los poderosos. Los grandes medios de comunicación en nombre de la libertad de expresión defienden la libertad de empresa para incidir posteriormente en las decisiones del poder político. O sea, el poder mediático muchas veces condiciona al poder político, influyendo también en la calidad de la democracia. 

Sin embargo, el poder popular, expresado en la unidad de los diferentes actores sociales, es fundamental para resistir y vencer. El ejemplo puntual es el proceso de democratización que está emprendiendo el pueblo de Chile. Es decir, la democracia es práctica, la democracia es colectiva, la democracia en el fondo, es creciente participación en la gestión común de los recursos comunes. 

Volviendo al tema, en mi intervención del foro panel, señalo, sin titubeo, que la explosión social que dio inicio a las protestas tanto en Bolivia como en Chile tiene un común denominador: neoliberalismo. En Chile, el neoliberalismo está siendo expectorado por el pueblo organizado; en Bolivia, el neoliberalismo está regresando por la oligarquía boliviana.

Ahora bien, el neoliberalismo como modelo económico ya no capta con el sentir de las mayorías y tampoco entusiasma en lo absoluto. El neoliberalismo actual para impregnarse y sobrevivir en el corpus del Estado necesita destilar odio. Odio al migrante, odio al pobre, odio a la mujer, odio al indígena, etc.

El golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales es un golpe sui generis, acompañado de fascismo, racismo y neocolonialismo de las fuerzas reaccionarias de la derecha boliviana. Así mismo, estas fuerzas reaccionarias y conservadoras se mantienen ilegítimamente en el Gobierno y lo hacen reprimiendo al pueblo boliviano a sangre y fuego.

La solidaridad internacionalista entre los pueblos es necesario para tener un horizonte común de paz; sin embargo, antes de eso, es fundamental tomar posición ante la crisis social y política que vienen pasando nuestros pueblos hermanos. No podemos quedarnos en silencio ante los crímenes de lesa humanidad y/o violación de derechos humanos. Recordar que el silencio y la indiferencia en una situación de injusticia siempre favorece al opresor.

Para finalizar, me despido con la siguiente cita de Alighieri: “El más oscuro rincón del infierno está reservado para aquellos que conservan su neutralidad en tiempos de crisis moral”. Frase dedicada para todos los que dicen ser demócratas, pero en la práctica son todo lo contrario. 

*(Fuente: diario Caplina 18/11/19 Pag. 07)

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