Dr.
Hugo SALINAS
Ya lo decíamos, en un artículo
precedente, que la pandemia coronavirus COVID-19 está mostrando con toda
claridad los horrores de una sociedad capitalista. En este artículo señalaremos
lo que sucede en una sociedad capitalista, de un país del Tercer Mundo, cuando
un trabajador, un humilde trabajador, pierde su puesto de trabajo. Y ellos son
la parte mayoritaria del total de trabajadores.
No se trata de los desempleados sino de
los que trabajan, y que por una causa inesperada, como la pandemia del
COVID-19, los deja sin empleo; es decir, sin recursos monetarios para vivir,
tanto el trabajador-desempleado como su familia. Para los que ya estuvieron sin
empleo, la horrible situación de no contar con recursos monetarios para poder
sobrevivir en una economía de mercado capitalista, es permanente.
En su edición de ayer, el diario El
Comercio nos informa que “el 42% de peruanos están sin trabajo o ya no perciben
ingresos a causa de la cuarentena por el coronavirus”. Yo me atrevería a
afirmar que es mucho más que eso.
Domingo Suarez Soria en su artículo “El
éxodo de la desocupación e informalidad laboral” nos recuerda que “La mayoría de nuestros hermanos de las zonas
andinas han emigrado a las ciudades en busca de oportunidades para un porvenir
mejor, y esta pandemia del COVID-19 CORONAVIRUS ha hecho [que] de la noche a la
mañana, se queden sin trabajo y sin recursos para sostener la familia.”
Esta situación se agrava con “la
suspensión perfecta de labores” que ha decretado el Gobierno de Vizcarra. No es
nada más ni nada menos que un despedido disfrazado. Los empleadores están de
plácemes. Es hora de despedir, sin proceso alguno, a los sindicalistas ya
muchos otros más.
El Ingeniero Diego Palacios de
Sillapata, Huánuco, dice lo siguiente: “hoy más que nunca [los que han perdido
sus humildes trabajos] necesitan de los productos que nos ofrece nuestra madre
tierra, y en coordinación con la Municipalidad Provincial De Dos De Mayo,
encabezado por su alcalde Luis Maldonado, se ha dispuesto un camión para que
pueda transportar los productos de nuestra pachamama hacia la ciudad de Lima.
Hemos destinado un lugar de almacenamiento en local al lado de la plaza de
armas de Sillapata,”
“Muchos
residentes de Marañón en Lima retornan a sus pueblos huyendo de la
pandemia del coronavirus y la severa crisis económica. Lo alarmante es
que ingresan a sus lugares de origen sin pasar por las pruebas rápidas
de COVID-19. […] De acuerdo a la información proporcionada por los
vecinos de Huacrachuco al diario [digital] “Ahora”, los que llegan a la provincia
de Marañón acompañados de sus familias realizan caminatas de decenas de
kilómetros usando la ruta Lima-Chimbote-Sihuas y Marañón y ponen en riesgo su
integridad física”.
Estos ejemplos no son más que algunos
de los que nos hacen conocer diariamente los medios de comunicación. Centenas
de personas realizan marchas forzadas o pernoctan en las puertas de las
agencias de transporte con la esperanza de volver a su lugar de origen a fin de
liberarse del COVID-19 y tener algún sustento que le proporcionará la
Mamapacha.
Pero, en tiempos modernos, ¿por qué
vivir esta vía crucis? Es indudable que toda pandemia impone
rigores a la población. Pero, ¿por qué los trabajadores de bajos ingresos
tienen que sufrir el hambre, la incomodidad y el contagio masivo del
coronavirus, mientras que los “ricos” se benefician de un agradable aislamiento
voluntario, de toda la medicina a su servicio y, encima, su enriquecimiento
sigue en aumento? Entre los muertos encontramos solamente los Mamani, los
Gonzales… y ninguno con rangos de nobleza.
Esta situación lamentable de una gran
parte de la población a nivel mundial y, muy particularmente, dentro de los
países del Tercer y Cuarto Mundo, tiene una solución, y está al alcance de
nuestras manos. Es suficiente que los que cargan el peso del trabajo rutinario
que crea las grandes riquezas, y que sufren todos los vendavales de la miseria
humana, se decidan a instalar en su vida cotidiana laREMUNERACIÓN DE BASE.
¿Qué significa la Remuneración de Base
y cuál es su alcance?
La Remuneración de Base es un ingreso
monetario que recibirán, en forma automática, directamente a sus cuentas
bancarias, todas las personas, y en igualdad de condiciones. Con este tipo de
remuneración, cualquier pandemia, como el COVID-19, que imponga un aislamiento
social, podrá ser acatado en las mejores condiciones hasta volver a una
situación normal.
Si cada persona cuenta con una
Remuneración de Base, las fábricas pueden cerrar, otros centros de trabajo
pueden cerrar y, a pesar de ello, no se producirá ningún pánico financiero, ni
a nivel de los trabajadores ni a nivel de las empresas. ¿Por qué?
Primero, porque todos los que no
trabajan, los recién nacidos, niños, jóvenes, ancianos, inválidos, y los que
trabajan y han perdido su puesto de trabajo, seguirán recibiendo en forma
religiosa sus ingresos monetarios provenientes de la Remuneración de Base al
cual todos tendrán derecho.
Si los efectos perversos de la pandemia
impone egresos monetarios extraordinarios, cada persona viviendo en este tipo
de sociedad, podrá utilizar un sobregiro bancario en forma automática por el
solo hecho de ser parte de una sociedad que le garantiza por la totalidad de su
existencia, de un ingreso monetario por un monto igual a la Remuneración de
Base.
La condición de una Remuneración de
Base permanente y por el resto de su vida, garantizará el realizar un sobregiro
bancario excepcional que impone el tratamiento de una pandemia no prevista.
Este sobregiro en condiciones excepcionales, y a nivel de todo un país, muy
bien puede ser anulado por una decisión de sociedad.
Y dicha anulación de los sobregiros de
toda una población afectada por una pandemia no afectará en lo más mínimo ni a
la sociedad ni a la actividad económica. ¿Y esto por qué? Simplemente porque un
mayor o menor nivel del Producto Bruto Interno del país es soportado en
igualdad de condiciones por todos los habitantes del país. Cosa diferente
sucedería, como sucede ahora, cuando la riqueza es acumulada en un solo sector
de la población. Y en esas condiciones, son los ricos que se alarman de la
crisis económica y financiera pero, son los pobres quienes la sufren.
En cambio, los miembros de una sociedad
que se desenvuelve con la Remuneración de Base, no sufrirán todos los horrores
de aquella sociedad, como la nuestra, que permite el enriquecimiento de muy
pocos y desocupación y la pobreza de la mayoría de la población.
Segundo, la Remuneración de Base se
asienta en la propiedad comunitaria de las empresas-.país, y ésta, a su vez,
condiciona el financiamiento ilimitado para la creación y desarrollo de
empresas-país. Es decir, el financiamiento ilimitado para empresas-país será el
soporte financiero para que dichas empresas puedan sobrevivir, sin ningún
problema mayor, durante el tiempo que dure una pandemia o cualquier imprevisto.
No es que la empresa-país haya
ingresado en una zona roja por una mala gestión empresarial. Es una pandemia
que se encuentra en el origen del problema. Y, por lo tanto, puesto que el país
es el propietario de dichas empresas, será el país quien asuma las
consecuencias. Las empresas-país como sus trabajadores se librarán de los
horrores de una economía y sociedad capitalista.
Tercero, cuando la Remuneración de Base
esté en el bolsillo de las personas, una pandemia nunca más será gestionada por
un órgano centralista, vertical, con decisiones nacionales, universales. Por lo
general, dichas decisiones son tomadas por el Presidente de la República, quien
no tiene la menor idea de lo que es una pandemia ni de cómo gestionarla. De ahí
que, dichas decisiones resuelven tarde y una pequeñísima fracción del problema,
pero dejan al margen, sin resolver y con mayores complicaciones, a una inmensa
problemática.
Una sociedad y economía que se rige por
el mecanismo de la Remuneración de Base significará que la totalidad de la
riqueza creada en un país, que lo podemos medir con el PBI (Producto Bruto
Interno) o con cualquier unidad de medida, será revertida a la totalidad de la
población del país. Una fracción del PBI a través de los salarios, y la otra
fracción restante a través de la Remuneración de Base.
Gracias a este mecanismo, por un lado,
corresponderá a cada persona de hacer el mejor uso de su dinero, en forma
directa, inmediata y racional, en favor de su bienestar personal, familiar y
social. Además, por otro lado, las instituciones de seguridad social, que
funcionarán como empresas-país a cuerpo entero, tendrán el financiamiento
necesario e inmediato para llevar adelante programas de salud acordes con la
pandemia a erradicar.
En ningún caso, las decisiones, tanto
de las personas como de las instituciones de salud, no dependerán ni estarán a
la espera de las decisiones del Presidente de la República, de un ministro
cualquiera que sea, menos aún de un Congresista, Gobernador Regional o Alcalde.
Las personas y sus instituciones resolverán sus problemas en forma directa e
inmediata porque ellos cuentan con el dinero o el financiamiento adecuado.
Cuarto, puesto en funcionamiento la
Remuneración de Base, este mecanismo de una nueva sociedad y economía exigirá
la adaptación de algunas instituciones existentes, eliminará otras para
remplazarlas por otras más adecuadas a la nueva base socio-económica y, sin
duda, creará nuevas instituciones. Pero, todas ellas tendrán dos
características esenciales. Una, las decisiones serán tomadas a un solo nivel,
por el consumidor o el productor, sin lugar a apelación. Y; dos, las organizaciones
serán simples dentro de un mundo complejo.
Quinto, la Remuneración de Base, la
propiedad comunitaria y el financiamiento ilimitado, pondrán en igualdad de
oportunidades a todos los habitantes del país, desde su nacimiento hasta el
final de sus días. No habrá espacio para las grandes desigualdades
socio-económicas.
Lima 22 de abril del 2020
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