31 AGOSTO 2020
¿Cómo
le damos sentido a esta pandemia? Las primeras interpretaciones están
apareciendo ahora. Slavoj Žižek es un prolífico filósofo y teórico cultural. Es
el primero en producir un volumen de reflexiones – ¡Pandemia! La COVID-19
sacude el mundo (Pandemic! COVID-19 Shakes the World, Polity, 2020). Žižek duda
que la epidemia nos haga más sabios: insiste en que “debemos resistir la
tentación de tratar la epidemia en curso como algo que tiene un significado más
profundo”. A pesar de estas precauciones, todavía tenemos una importante
pregunta que responder: “¿Qué le pasa a nuestro sistema que nos sorprendió sin
estar preparados para la catástrofe a pesar de que los científicos nos
advirtieron de ello durante años?” Debemos aceptar que “La epidemia de
coronavirus en sí misma no es claramente un fenómeno biológico que afecta a los
humanos: para entender su propagación, hay que considerar las opciones
culturales humanas… la economía y el comercio mundial, la espesa red de
relaciones internacionales, los mecanismos ideológicos del miedo y el pánico”.
Žižek comienza su investigación en China – “China frustra las libertades de sus
ciudadanos”. Apoya la opinión de Li Wenliang, el oftalmólogo que fue censurado
por las autoridades de Wuhan por compartir información sobre el nuevo virus del
SARS-CoV-2 y que más tarde murió a causa de la COVID-19: “Debería haber más de
una voz en una sociedad saludable”. China se enfrentó con firmeza y éxito al
brote en Wuhan. Pero sin “un espacio abierto para que circulen las reacciones
críticas de los ciudadanos” la confianza mutua entre el pueblo y el Estado es
imposible de mantener. Ese es el gran desafío de China. ¿Y para nosotros? “Temo
la barbarie con rostro humano”.
Žižek dirige su atención al futuro: “incluso los sucesos
horribles pueden tener consecuencias positivas impredecibles”. Él ve la
posibilidad de “una sociedad alternativa”, una que promueva “la solidaridad y
la cooperación mundial”. Extrañamente, quizás, “el coronavirus también nos
obligará a reinventar el comunismo basado en la confianza en el pueblo y en la
ciencia”. No un comunismo de estilo soviético, no “una solidaridad idealizada
entre los pueblos”. Sino un comunismo que reconoce que “el capitalismo global
se acerca a una crisis”. Es un “Comunismo impuesto por las necesidades de la
supervivencia”. Se necesita un cambio radical, y la COVID-19 es un catalizador
para lograr este cambio: “Una amenaza tan universal como ésta da origen a la
solidaridad mundial”. El Estado “asumirá un papel mucho más activo”,
abandonando los “mecanismos de mercado” como solución a nuestros problemas.
Aunque no es un especialista en salud global, Žižek piensa que la pandemia, que
ha precipitado “un estado de guerra médica”, podría dar lugar a “algún tipo de
red de salud global”. (Podríamos llamar a esta red cobertura de salud
universal.) Más allá de la salud, Žižek ve la posibilidad de “liberación” – el
uso de “tiempo muerto”, “momentos de retiro”, “para la revitalización de
nuestra experiencia de vida”. Los encierros han impuesto la soledad, el tiempo
para “pensar en el (no)sentido de [nuestra] difícil situación”.
La COVID-19 es una “triple crisis”: sanitaria, económica y
psicológica. “Las coordenadas básicas de la vida cotidiana de millones de
personas se están desintegrando”. Pero los países después del confinamiento
“pueden ser transformados, reiniciados de una nueva manera”. Cita a Bruno
Latour, quien sostiene que la COVID-19 es un ensayo general para la próxima
crisis del cambio climático: “el patógeno cuya terrible virulencia ha cambiado
las condiciones de vida de todos los habitantes del planeta no es el virus en
absoluto, es la humanidad!” La visión esperanzadora que ofrece Žižek es que “a
través de nuestro esfuerzo por salvar a la humanidad de la autodestrucción…
estamos creando una nueva humanidad. Es sólo a través de esta amenaza mortal
que podemos imaginar una humanidad unificada”. El medio para hacerlo es
reconociendo “nuestra comprometida situación dentro de conjuntos más grandes:
deberíamos ser más sensibles a las demandas de estas comunidades, y un
reformulado sentido de interés propio nos ha de llevar a responder a sus
difíciles situaciones”. La “epidemia ofrece una bienvenida oportunidad para que
la ciencia se afirme”. Sin embargo, Žižek concluye su análisis con una
advertencia: “Los responsables del Estado están en situación de pánico porque
no sólo saben que no controlan la situación, sino también que nosotros, sus
súbditos, lo sabemos. La impotencia del poder está ahora al descubierto”. “El
resultado más probable de la epidemia es que prevalezca un nuevo capitalismo
bárbaro”. Este es el punto de vista de Žižek y puedes estar de acuerdo o no con
él. Žižek ha realizado un importante servicio. Ha iniciado un diálogo global
sobre lo que hacemos ante esta situación. Debemos continuar y profundizar en
ese diálogo. Es lo que nos debemos.
Publicado: 30 de mayo de 2020
Traducción: Viento Sur
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