(29 de diciembre de 2023)
1.-Hace 250 años, antes que comenzara la primera etapa de la Gran Revolución Industrial, la productividad de los trabajadores (obreros) era muy baja.
La jornada laboral era de 14 horas diarias o más. Se trabajaba los siete días de la semana (no había descanso dominical) y todos los días del año (no había vacaciones anuales).
La jornada laboral se dividía en dos partes: trabajo necesario (para la subsistencia del obrero) y trabajo excedente (o plus trabajo, que se apropian los dueños de las empresas).
Como la productividad era muy baja, el tiempo de trabajo necesario diario era de 10 a 12 horas diarias, y el excedente para los propietarios era escasamente de 4 a 2 horas diarias.
En esas condiciones reales era imposible luchar por la jornada de ocho horas (así los obreros se morían en el trabajo).
2.- Con la aplicación de las nuevas técnicas introducidas por la revolución industrial, comenzó a aumentar la productividad de los obreros, se introdujeron máquinas, al comienzo ya no eran necesarios tantos trabajadores, y comenzó a despedirse a miles de obreros.
Durante los primeros cien años de la revolución industrial, al aumentar la productividad, disminuyó el tiempo de trabajo necesario hasta 5 o 6 horas diarias, y aumentó el trabajo excedente (plustrabajo) hasta más de 8 horas diarias, que se apropiaban los dueños de las empresas.
En esas nuevas condiciones, y tras cien años de lucha, los trabajadores conquistaron la JORNADA DE LAS OCHO HORAS DIARIAS. De esa manera temporalmente se contrarrestaron los despidos y el DESEMPLEO.
La conquista de las 8 horas diarias no fue solo ni principalmente por "justicia social". Fue una conquista por NECESIDAD SOCIAL.
3.- Ahora nos encontramos en una situación similar. Desde la década de 1950 la productividad del trabajo ha continuado aumentando, las horas de trabajo necesario por obrero siguen disminuyendo a 2 o 1 horas diaria. El resto, trabajo excedente, es apropiado por los grandes propietarios del capital, que viven en el derroche.
En estas nuevas condiciones si se mantiene la jornada de ocho horas, se corre el peligro del despido masivo y el desempleo generalizado.
El capitalismo no puede resolver este problema. De nada servirá aumentar la producción de mercancías, SI NO HAY COMPRADORES (los desempleados no tienen con que comprar).
4.-La única salida temporal, para contrarrestar el desempleo, es disminuir la jornada laboral, en primer lugar a 4 HORAS DIARIAS; en segundo lugar a TRES DÍAS A LA SEMANA; en tercer lugar a NUEVE MESES AL AÑO; en cuarto lugar a AÑO SABATICO cada cinco años, etc.
De esa manera todos tendrán oportunidad de trabajar, y todos tendrán tiempo libre para CAPACITARSE PARA EL TRABAJO, y para vivir plenamente dedicándose al deporte, al arte, etc.
La salida NO ES REPARTIR BONOS
entre los "desempleados", como proponen los ricos (Musk y otros).
Miguel Aragón O.
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