9. Partidos
18. Llamamos partidos a las formas de
"socialización" que descansando en un reclutamiento (formalmente)
libre, tienen como fin proporcionar poder a sus dirigentes dentro de una
asociación y otorgar por ese medio a sus miembros activos determinadas
probabilidades ideales o materiales (la realización de fines objetivos o el
logro de ventajas personales o ambas cosas). Pueden ser formas de
"socialización" efímeras o de cierta duración, y aparecer como
asociaciones de toda clase y forma: séquitos carismáticos, servidumbres
tradicionales y adeptos racionales (racionales con arreglo a fines, racionales con
arreglo a valores, "según una concepción del mundo"). El acento de su
orientación puede inclinarse más hacia intereses personales o más hacia fines
objetivos. Prácticamente pueden dirigirse, oficialmente o de hecho, de un modo
exclusivo al logro del poder para el jefe y la ocupación de los puestos
administrativos en beneficio de sus propios cuadros (partido de patronazgo). O
pueden estar dirigidos predominantemente y de modo consciente por intereses de
estamentos o clases (partidos, estamentales y clasistas), por fines objetivos
concretos o por principios abstractos (partidos ideológicos = concepciones del
mundo). La conquista de los puestos administrativos en favor de sus
miembros suele ser por lo menos un fin accesorio y los
"programas" no es raro que sólo sean medio de reclutamiento para los
que están fuera.
Lógicamente los partidos
sólo son posibles dentro de una asociación, la dirección de la cual pretenden
conquistar o influir; sin embargo, son posibles las uniones de partidos de
varias asociaciones y no raras.
Los partidos pueden
emplear toda clase de medios para el logro del poder. Allí donde el gobierno
depende de una elección (formalmente) libre y las leyes se hacen por
votación, son fundamentalmente organizaciones para el reclutamiento de votos
electorales; y puesto que se trata de votaciones dentro de una dirección
predeterminada son así partidos legales. Estos significan siempre
prácticamente, por consecuencia de su fundamento teóricamente voluntario
(reclutamiento libre), que la actividad de la política es una actividad de
"interesados" (en esto no nos referimos al concepto de interesados
"económicos"; se trata de interesados políticos, o sea,
ideológicamente o en el poder orientados como tales). Es decir; que el
partido está en manos de:
a) los
dirigentes y de un estado mayor -al lado de los cuales
b) aparecen los
miembros activos, la mayor parte de los cuales sólo como aclamantes y en
ciertas circunstancias como instancias de control, de amonestación,
de discusión o de reorganización en caso de transformaciones rápidas del
partido, mientras que
c) las masas no activamente asociadas (de electores y votantes) sólo son objeto de solicitación en épocas de elección o votación ("simpatizantes"); y la opinión de los mismos sólo interesa como medio de orientación para el trabajo de reclutamiento del cuadro dirigente en los casos de lucha efectiva por el poder.
Regularmente permanecen ocultos
d) los mecenas
del partido.
Otros tipos de partidos
distintos de los organizados como asociación legal-formal, pueden ser, sobre
todo:
a) Partidos
carismáticos: disensiones sobre la cualidad carismática de los que rigen: sobre
el jefe carismático "verdadero". (Forma: cisma)
b) Partidos
tradicionalistas: disensiones respecto al modo de ejercicio del poder tradicional
en la esfera de la gracia y arbitrio libre del señor. (Forma: obstrucción, o
revueltas abiertas contra "innovaciones")
c) Partidos
doctrinales: por lo regular, aunque no inevitablemente, idénticos a los de la
letra a: disensiones sobre contenidos de doctrina o de concepción
del mundo. (Forma: herejía, que también puede presentarse en partidos
racionales -socialismo)
d) Partidos de
mera apropiación: disensiones con el que manda y su cuadro administrativo sobre
la manera de apropiación de los cuadros administrativos; con frecuencia
idénticos (aunque naturalmente no de un modo necesario) a los tratados en la
letra b)
Según su organización los
partidos pueden pertenecer a los mismos tipos que las demás
asociaciones; o sea, estar orientados de un modo carismático-plebiscitario (fe
en el caudillo) o tradicional (apego al prestigio social del
señor o del vecino prominente) o racional (adhesión al dirigente y a su cuadro
administrativo nombrado "con arreglo a la ley"); y esto tanto por lo
que se refiere a la obediencia del partidario como a la del cuadro administrativo
mismo.
El detalle de todo esto
pertenece a la sociología del Estado.
Económicamente, el financiamiento
del partido es una cuestión central para determinar la dirección material de la
conducta del partido y cómo se reparte su influencia; es decir, si proviene de
contribuciones pequeñas de las masas, de un mecenazgo ideológico, de compra
(directa o indirecta) interesada o de imposiciones sobre las probabilidades
proporcionadas por el partido o sobre los enemigos sometidos -toda esta
problemática en sus particularidades pertenece a la sociología del Estado.
1. Ex definitione
sólo existen partidos dentro de asociaciones (política u otras) y en la
lucha por su dominación; dentro de los partidos pueden darse de nuevo
subpartidos y existen con mucha frecuencia (como formas de
"socialización" de carácter efímero; de modo típico, en toda campaña
de designación de candidatos para la presidencia en los partidos
norteamericanos; como formas duraderas, por ejemplo, los llamados "jóvenes
liberales" en la política alemana). Como ejemplo de uniones de partidos
entre asociaciones puede citarse, de una parte, los güelfos y gibelinos
(carácter estamental) en
2. La característica del reclutamiento
(¡formalmente!) libre, del fundamento (formalmente, desde el punto de vista de
las normas de la asociación) voluntarista del partido se considera aquí como lo
esencial y significa en todo caso una diferencia sociológicamente decisiva
frente a toda clase de formas de "socialización" prescritas y
reguladas por parte de las ordenaciones de una asociación. Aun allí donde la
ordenación de la asociación estatal se da por enterada de la existencia de los
partidos -como en los Estados Unidos y en el sistema proporcional alemán- o
incluso emprende la regulación de su constitución, permanece, sin embargo,
inalterado el factor voluntarista. Cuando un partido se convierte en una forma
de "sociedad" cerrada, articulada en los cuadros administrativos por virtud
de las ordenaciones de una asociación -como ocurrió, por ejemplo, con la parte
"güelfa" en los estatutos florentinos del siglo XIV- entonces ya no
existe propiamente un "partido", sino una asociación que constituye
parte integrante de la asociación política.
3. Los partidos en una
asociación de dominación genuinamente carismática son necesariamente sectas
cismáticas, su lucha es una lucha de creencias y como tal no puede resolverse
de un modo definitivo. Lo mismo puede darse en una asociación rigurosamente
patriarcal. Estas dos especies de partidos, cuando se dan en forma pura,
nada tienen normalmente que ver con los partidos en su sentido moderno. Los
grupos de pretendientes a feudos y cargos que se reúnen en torno a un
pretendiente al trono se enfrentan típicamente en las asociaciones estamentales
y carismático-hereditarias usuales. Séquitos personales predominan también en
las asociaciones de administración honoraria (ciudades-estados aristocráticas)
, pero asimismo en muchas democracias. Los partidos sólo alcanzan su tipo
moderno en el Estado legal con su constitución representativa. La exposición
continúa con más detalles en la sociología del Estado.
4. Pueden tomarse como
ejemplos clásicos de puros partidos de patronazgo en el Estado moderno a
los dos grandes partidos norteamericanos en estas últimas generaciones.
Ejemplos de partidos con fines objetivos o con una "concepción del
mundo" se nos ofrecen en los antiguos conservadores, los antiguos
liberales y la antigua democracia burguesa, posteriormente en la
"socialdemocracia" -en todos ellos con una fuerte dosis de intereses
de clase- y en el partido del centro (en Alemania), éste último desde que logró
casi todas sus pretensiones, se fue transformando muy marcadamente en un puro
partido de patronazgo. En todos ellos, incluso en los puros partidos de clase,
suele ser decisivo en la conducta de los jefes y de su estado mayor su propio
interés (ideal material) en el poder, en la distribución de los cargos y en su
propio acomodo, mientras que la consideración de los intereses del electorado
sólo tiene lugar en la medida en que sea inevitable so pena de poner en peligro
las probabilidades electorales. Esto último es uno de los motivos que explican
la animosidad contra los partidos.
5. Sobre las formas de
organización de los partidos se tratará separadamente. A todas es común lo
siguiente: un núcleo de personas tiene en sus manos la dirección activa,
o sea la formulación de las consignas y la elección de los candidatos; a éstos
se unen "correligionarios" con un papel esencialmente más pasivo y
por último el resto de los miembros de la asociación sólo juega un papel
de objeto, quedándole únicamente la elección entre los varios candidatos y
programas que ante ellos presenta el partido. Esta situación de hecho es
inevitable en los partidos a consecuencia de su carácter voluntarista y muestra
lo que aquí hemos llamado actividad de "interesados" (entendiéndose
por tales, como ya se ha dicho, los interesados "políticos", no los
"materiales"). Esto da pie al segundo cargo contra el sistema de los
partidos en cuanto tal, y constituye la afinidad "formal" de la
profesión política (dentro de un partido) con la profesión de capitalista, que
descansa igualmente en un reclutamiento formalmente libre del trabajo.
6. El mecenazgo como base
financiera no es en modo alguno exclusivamente propio de los partidos
"burgueses". Paul Singer, por ejemplo, era un mecenas de gran estilo
(por lo menos de carácter humanitario) del partido socialista (y hasta donde se
puede saber, un mecenas de la intención más pura). Toda su posición en la
presidencia del partido se debía a ello. La revolución rusa (Kerenski) fue
financiada (a través de los partidos) por grandes mecenas moscovitas. Otros
partidos alemanes (de la "derecha"), por la industria pesada; y el
centro, ocasionalmente, por multimillonarios católicos.
Las finanzas de los
partidos constituyen para la investigación, por razones, comprensibles, el
capítulo menos claro de su historia y, sin embargo, uno de los más importantes.
Parece probable que en algunos casos "se compra" lo que se llama una
"máquina" (caucus: sobre el concepto luego). Por lo demás, hay
que elegir que entre los candidatos carguen con la parte leonina de los gastos
electorales (sistema inglés) -resultado: plutocracia de los candidatos- o el
empleo de la machine -resultado: dependencia de los candidatos de la burocracia
del partido. Con una u otra forma ha ocurrido así desde que los partidos existieron
como organizaciones duraderas, tanto en
4. Los partidos y su
organización
En relación con su
estructura interna, todos los partidos van pasando, en el curso de los últimos
decenios, paralelamente a la racionalización creciente de la técnica electoral,
a la organización burocrática. Los grados de desarrollo que los diversos
partidos hayan alcanzado en dicho proceso son distintos, pero la dirección del
proceso, por lo menos en los Estados populosos, unívoca. El "caucus"
de J. Chamberlain en Inglaterra, el desarrollo de la que en modo significativo
se llama "máquina" en Estados Unidos y el aumento progresivo de la
importancia del funcionamiento partidista en todas partes, también en Alemania
-y de modo más rápido en la socialdemocracia y, en forma muy natural,
precisamente en el partido democrático-, son todos ellos con el mismo título
etapas de dicho proceso. En el partido del centro, realiza el servicio de la
burocracia, en forma declarada o encubierta, el aparato eclesiástico, la
"capellanocracia", y por el partido conservador de Prusia, a partir
del ministerio Puttkamer, el aparato del Consejo territorial y de
Sacerdotes, maestros,
profesores, abogados, médicos, farmacéuticos, campesinos acaudalados y fabricantes
-en Inglaterra toda aquella capa que se cuenta entre los gentlemen-
formaron de momento asociaciones ocasionales y, a lo sumo, clubes políticos; en
tiempos agitados hacía su aparición la pequeña burguesía y aun, ocasionalmente,
el proletariado cuando surgían jefes, los cuales, sin embargo, no procedían de
su seno. En esta fase no existen todavía partidos organizados interlocalmente
como asociaciones permanentes. La cohesión la crean únicamente los
parlamentarios; deciden acerca de la presentación de cantidades los honoratiores.
Los programas resultan, en parte, de las campañas de propaganda de los
candidatos y, en parte, de los congresos de los honoratiores o de los
acuerdos de los partidos parlamentarios. Al lado de los cargos y a título
honorífico, estaba, como labor ocasional, la dirección de los clubes o bien,
allí donde éstos faltaban (como en la mayoría de los casos), la empresa
totalmente informal de la política por parte de los pocos que en tiempos
normales estaban interesados en la política. Sólo el periodista es político
profesional, sólo el periódico es empresa política permanente y, al lado de
éstos, sólo la sesión parlamentaria. Sin duda, los parlamentarios y los jefes
de las fracciones parlamentarias saben a cuáles prominentes locales deben dirigirse
cuando una acción política parece deseable, pero sólo en las ciudades mayores
subsisten asociaciones permanentes de los partidos a base de cuotas moderadas
de los miembros, con reuniones y asambleas públicas periódicas para oir los
informes de los diputados. La vida sólo se agita en el período
electoral. P. 1082
Max
Weber, Economía y Sociedad, 1921
Editorial
Fondo de Cultura Económica, México, 2004, 1245 págs., 15 x 22.5 cms
Max
Weber (1864-1920), sociólogo alemán, próximo al neokantismo y al positivismo.
Según Weber, la esencia de todo fenómeno económico-social se halla determinado
no sólo por los aspectos objetivos del fenómeno, sino ante todo por el punto de
vista del investigador, por el valor cultural que se atribuye al proceso en
cuestión. Weber intenta sustituir las abstracciones científicas por una
arbitraria construcción mental, por un "tipo ideal". Por su
contenido, las teorías de Weber estaban dirigidas contra la teoría marxista
sobre las formaciones económico-sociales. (Nueva Enciclopedia Larousse).
Recopilador: Ragarro. 28.02.08
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