viernes, 8 de enero de 2016

10 ERRORES DE POLÍTICOS Y CANDIDATOS EN TWITTER




 
Twitter está de moda. En México todos los Secretarios (Ministros) están ya obligados a tener su cuenta. Y los políticos en campaña, acaban abriendo una cuenta. Es fácil abrirla, y mucho más fácil creer que con solo hacer esto y buscar desesperadamente seguidores, el trabajo se hará mágicamente. Las redes sociales son herramientas para crear comunidades, no fórmulas mágicas que con solo incluirías en el plan de campaña sumarán más votantes. A continuación una lista de los errores más comunes de los políticos usando Twitter

1. No atender personalmente tu cuenta. La gente busca en las redes sociales otro tipo de acercamiento; quieren conocer a la persona que está detrás del anuncio espectacular: qué sueña, qué piensa, en qué se parece a él. Delegar la cuenta a un encargado porque “no tienes tiempo” es uno de los errores más comunes y graves. Y los twitteros se darán cuenta, créemelo. 

2. No involucrarte en conversaciones. La eficacia de una cuenta de Twitter no se mide por la cantidad de actualizaciones, ni siquiera por sus número de seguidores, sino por la cantidad de respuestas y conversaciones que entables con tu comunidad, así como por las veces que dan RT (retweet) a tus contenidos. Ver un timeline sin ningún reply es un signo de que el político no se involucra con su comunidad, que solo “transmite”, y no crea comunicación real. Esa es comunicación monológica, mientras que la comunicación de los llamados Social Media es, por definición, dialógica. 

3. Engancharte en peleas agresivas. Podría parecer obvio que insultar a un seguidor o descalificarlo sin importar los agresivos que sean sus tweets, es una pésima estrategia para quien desea allegarse votos, sin embargo, es muy común ver a políticos engancharse en peleas y discusiones que rebajan el nivel de la discusión democrática. Hay que discutir, sí, pero con argumentos. Los trolls (entes virtuales que solo existen para provocar en las redes sociales), pueden sacara de quicio a cualquiera, pero si los ignoras no solo terminan por cansarse, sino que evitas darles más foro. 

4. Sólo transmitir información oficial de tu campaña. Si la gente quisiera leer el comunicado de prensa, un boletín de campaña o la bitácora de tu gira o mítin, puede hacerlo en la página web del partido o en los distintos canales oficiales; si se ha decidido a seguirte no es para ver la misma información oficial que podría encontrar en otro lado. Vale más hacerse la pregunta: ¿Qué puedo decir en 140 caracteres que refleje, twittwit, quién soy, qué pienso, qué valores honro, qué ideas me animan, cuáles son los principios de mis acciones…? 

5. No seguir a tus seguidores. Probablemente hayas visto esas cuentas que son seguidas por miles de personas y que solo tienen a algunos cuantos siguiendo de vuelta. Eso es un lujo para las celebridades. Si eres un político es mejor que apoyes la idea de crear comunidad, de establecer relaciones más igualitarias con tus lectores. Es un principio democrático: el diálogo horizontal. Además de un gesto de cortesía, dar follow back es una forma de decir: también me interesa lo que tú dices. Si te sigue muchísima gente, quizá no puedas responder a todos, pero cuando menos sí puedes mandar tweets que abordan las inquietudes que tus followers te van planteando. También puedes crear una lista donde incluyas a la gente que más menciones te da y, dos o tres veces al día, dedicar unos minutos a revisar tus mentions y hacer comentarios o agradecerles. Además, postea algunas breves reflexiones sobre lo que ves y vives. Estas acciones, más que cualquier otra estrategia, generan interés, promueven la confianza y estrechan tu relación con el mundo twittero. 

6. Buscar seguidores desesperadamente. Una comunidad de seguidores para el común de los mortales, se construye pacientemente. Los candidatos que gozan generalmente de una mayor cobertura mediática, tendrán, por lo general, un crecimiento más rápido los días o semanas de mayor exposición. Aprovecha este boom. Postea información relevante. Como dicen los geeks “en los social media el contenido es el rey”. 

7. No twittear. Si abriste tu cuenta porque un asesor te lo recomendó pero sólo tienes tres tweets (los primeros que pusiste), no esperes que Twitter te beneficie en nada. Si no twitteas no tendrás tantos seguidores (y los que te siguen se formarán una mala opinión de ti en razón de tu ausencia). Si tu cuenta está descuidada, tu branding personal no sólo no te beneficiará; sino que se puede ver perjudicado. 

8. Saturar el timeline. Por el contrario, si Twitter ya te atrapó y te has vuelto prácticamente “twitteradicto” y compartes cada pensamiento o cosa que haces, el efecto es igualmente contraproducente. Nadie en el mundo quiere conocer minuto a minuto los detalles de tu campaña, ni lo que piensas. Sé selectivo y aporta información relevante tanto sobre tus ideas políticas como sobre tus aficiones y sueños. 

9. Tratar a Twitter como Facebook. Twitter es una red de información. Involucra entablar conversaciones, no sólo “actualizar tu estado”. A nadie le emociona mucho saber si ahora te estás tomando un café o la felicitación de cumpleaños de personas que sólo tú conoces. Escribe tweets que generen respuestas; involucra a tu comunidad con preguntas, o debate con ellos información relevante. Y por favor no ligues todos tus tweets a Facebook. Cada medio merece su espacio y tiene su propia lógica. 

10. Un mal diseño. ¿En el wallpaper de tu cuenta de twitter tienes todavía las nubecitas? ¿Tu bio sólo dice “candidato a tal”? ¿Tu foto parece de pasaporte? No desperdicies estas herramientas de presentación acerca de ti. Pueden ser un medio para poner información más personal y relevante acerca de ti y tu campaña. Pon en el papel tapiz alguna foto interesante más la dirección de tu sitio web y blog persona. Saca el mayor provecho al espacio y haz de Twitter un gran puente de comunicación con electores potenciales. 




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