lunes, 29 de marzo de 2021

ELECCIONES 2021: PERÚ Y LA OPORTUNIDAD HISTÓRICA DE SER VALIENTES

 



Juan José Tomassini

La historia de Latinoamérica es una sola, desde hace 500 años lloramos las mismas tristezas. Racismo, pobreza, desigualdad, usurpación de territorios. Extranjeros que reinan en nuestras Tierras, antes eran reyes, ahora son empresas. Las venas abiertas de América siguen sangrando, como el gran Eduardo Galeno nos enseñaba.

Viví en Perú en varias oportunidades, en el 2012 por una beca en la Universidad Nacional de San Agustín Arequipa, en el 2016 por gusto, vocación y amor en la selva amazónica de Iquitos. Recorrí sierra costa y selva, pueblos inhóspitos perdidos entre ríos como Pebas o pequeños poblados entre montañas como Villa Rica o Palcazo. Dormí en casi todas las grandes ciudades, desde el Sur de Puno hasta el norte de Trujillo, pasando por las sierras de Ayacucho y la gigante Lima. Y debo decir que me enamoré de Perú como de las personas y lugares que me hicieron amar la vida.

En Perú tengo una familia de corazón que elegí con el paso del tiempo, un profesor abuelo, desatacada personalidad de la educación y cultura de Arequipa a quién admiro y quiero mucho. Pese a que sé que votará por Hernando de Soto (Nadie es perfecto querido Juan Carlos). Tengo amigos y amigas, hermanos y hermanas del alma, con quiénes discutimos siempre con respeto, aunque no pensemos igual, en esta ocasión quiero aprovechar para decirles lo que pienso a mi familia peruana, que elegí con el corazón y por qué no, a toda la hermosa población de Perú.

Las elecciones de abril no me interesan sólo por el amor que le tengo al país y a mucha gente que vive allá. No se imaginan lo importante que es Perú y lo atento que todo Latinoamérica y el mundo está en estas elecciones, celebradas en un contexto mundial deprimente a causa de la pandemia que, en países pobres como los de Latinoamérica, golpea peor. El mundo ofrece espectáculos bizarros y esta contienda presidencial en su país no deja de sorprender y hacer reír al mundo entero.

El personaje más asqueroso es sin lugar a dudas López Aliaga, racista, xenófobo, machista; reúne las peores características que puede tener un ser humano. Cómo si se tratase de un juego aparece en la televisión con un Porky gigante, disfrazado atrás suyo, cuando le incomoda una pregunta simplemente se retira del lugar. Debe millones de impuestos al Estado, tiene cuentas pendientes con la justicia, hasta dijo públicamente que se azota cuando siente deseos por una mujer y que está enamorado de la virgen María (SIC). Quiero creer que las encuestas mienten, no se me ocurre quién puede votar a semejante personaje asqueroso, sin embargo, le quiero pedir humildemente a todo Perú, no pongan a Rafael López Aliaga a gobernar un país, debería estar encerrado, ha hecho mérito para estar tanto en el psiquiátrico como en la cárcel.

Mientras los demás candidatos se pasean por los canales de televisión haciendo el ridículo para conseguir votos, Verónika Mendoza expone su plan político, aun siendo interumpida por una prensa que da pena.

Mucho se esforzó López Alíaga para quitarle el lugar de la más despreciable a Keiko Fujimori, hija de un dictador corrupto y asesino, líder de una mafia que ha estado envuelto en delitos de todo tipo. Se nota tanto el odio que Keiko le tiene al país. Perú es para el fujimorismo una naranja para exprimir y tirar, una naranja con tanta riqueza que hace treinta años la exprimen y se llevan todo el jugo a los bancos de afuera. Los ahorros de Keiko –y toda su banda de criminales– los robaron de Perú, pero están en el exterior. Ni siquiera la familia de Keiko Fujimori es peruana, ni viven o se educan en Perú. El fujimorismo se cree dueño de un país que detesta, es hora de que el pueblo peruano logre meter a los líderes de esa mafia en la cárcel, por todo el mal que han hecho. Latinoamérica y el mundo entero va a festejar y felicitarlos

El último del podio detestable de las elecciones de Perú es Yhony Lescano, quién sorprendentemente, según las encuestas (de las que casi nadie confía), va primero en la intención de voto.  Lescano es el Ménem que tuvimos en Argentina en los 90, nacido en una provincia hermosa y empobrecida como lo es Puno, se presenta a la población de Perú como un ciudadano común y corriente. Yhony Lescano representa lo peor que hay en un peruano y espero que no se ofendan, pero es así.

Carlos Ménem representaba lo peor de un argentino, alguien que mientras te cagaba te sonreía mirándote a los ojos; un provinciano como Yhony Lescano que por suerte y contactos, escaló en su vida económica y se olvidó de dónde venía. Ménem fue alguien que funcionaba como un títere de una mafia corrupta que endeudó a la Argentina, llevándola a los sucesos del 2001 que todos conocen, cuando el país quebró y los bancos se quedaron con la plata de toda la población. Sin embargo, Ménem era Argentino y eso nadie lo podía negar, así como Yhony Lescano es bien peruano, el peruano asqueroso, inculto, ventajero, baboso.

El hermoso pueblo de Perú debe hacerse la pregunta de si quiere ser representado por lo peor que puede tener alguien de su país. Lescano fue electo representante de Puno y luego de Lima, desde entonces a Puno no ha vuelto nunca, se olvidó de dónde venía y de su gente. Un tipo machista y bruto, que usa su lugar de poder para acosar mujeres, parte de una mafia que posibilitó la llegada de Merino al poder.

Lescano es lo peor que hay en un peruano, así como Ménem era lo peor que había en un argentino, nosotros lo elegimos dos veces presidente… Ustedes por favor no lo elijan ni una, cierren la puerta a la debacle y ruina que puede significar la llegada de Yhony Lescano a la presidencia de su país. El pueblo de Perú tiene muchos atributos hermosos, los conocí cuando viví allá. Es solidario, alegre, trabajador, inteligente. Lescano no tiene ninguno de esos atributos, tiene todo lo malo que hay en la idiosincrasia del Peruano. Se presenta como Ménem lo hacía en Argentina, como un tipo común, nosotros le creíamos. Pueblo de Perú, los tipos comunes no tienen propiedades en el exterior, ni ahorros en dólares y menos aún denuncias y cuentas pendientes con la justicia. Ustedes son mejores que Yhony Lescano y la mafia que lo acompaña, no lo voten.

Entre tanta penumbra y candidato que invita tanto a llorar como a reír, aparece la única persona que se postula a la presidencia de Perú sin causas de corrupción pendientes, que responde con altura a todos los ataques de la prensa, que no son pocos. Recuerdo en la elección pasada, cuando Verónika Mendoza sumó casi el 19% de los votos de todo el Perú –me llama la atención que no siga con esos porcentajes–,  a Aldo Mariátegui saludándola en un patético francés para provocarla, la respuesta con altura en Quechua dio la vuelta al mundo, desde entonces gran parte de Latinoamérica observa con ilusión la aparición de Verónika Mendoza en la política peruana. Es un soplo de aire fresco entre tanto aliento podrido de los viejos corruptos de siempre.

Mientras los demás candidatos se pasean por los canales de televisión haciendo el ridículo para conseguir votos, Verónika Mendoza expone su plan político, aun siendo interumpida por una prensa que da pena. Mientras Yhony Lescano pide que lo voten y “luego vemos” – Ménem decía “síganme, no los voy a defraudar”, y sí nos defraudo–, Verónika Mendoza invita a la población a cambiar el Perú, a cortar con los privilegios de unos pocos, a acabar con la corrupción, y eso no se logra sólo votando, la democracia no se hace sólo con ir a votar, hay que comprometerse a crear un mundo mejor. La única comprometida y que invita al pueblo a acompañarla es Vero, los otros candidatos solo quieren que los votes y luego no se hable más, así nadie se entera de cómo se siguen repartiendo al Perú entre unos pocos.

La elección del 11 de abril es importante para Latinoamérica y para el mundo, sobre todo, es importante para Perú. Nunca me expliqué por qué la población de Perú le tiene tanto miedo a la izquierda. Sendero Luminoso existió, como también existió Cantuta y los abusos de la dictadura Fujimorista. No toda izquierda significa lucha armada, ¿acaso se imaginan a Vero Mendoza con una Ak47? Si piensan tan poco como Aldo Mariátegui o Garrido Leca quizás sí, pero ustedes, pueblo del Perú, son mucho más inteligentes que esa prensa “mermelera” que le festeja todo a algunos candidatos y ataca con fiereza a otros.

La derecha en Perú ha gobernado siempre y, al parecer, al pueblo tan bien no le está yendo. La derecha ha reprimido, asesinado, violado, esterilizado mujeres. La derecha que siempre gobernó al Perú garantiza que cuando una rica o un rico matan al volante no vayan a la cárcel. La derecha privilegia el poder de unos pocos sobre la gran mayoría del resto del Perú. Y tiene miedo de que se le acaben los privilegios, por eso ataca tanto a Vero Mendoza, por eso te quieren hacer creer que ser de izquierda es malo. No, pueblo del Perú. Ser malo es ser corrupto, ser malo es ser acosador, ser malo es defender un modelo que privilegia a unos pocos y arroja a la miseria a la gran mayoría. El pueblo del Perú conoce la derecha, así le está yendo y así va a continuar si es elegido presidente el acosador Lescano, la corrupta de Keiko o el asqueroso sujeto de López Alíaga.

El pueblo del Perú no conoce a la izquierda, y hace falta ser muy valientes para animarse a conocer algo nuevo. Este 11 de abril el pueblo del Perú tiene una invitación a ser valientes.

Ojalá voten por Vero.

Anímense a conocerla

Fuente: https://barropensativocei.com/2021/03/29/peru-y-la-oportunidad-historica-de-ser-valientes/

 

CALIDAD POLÍTICA

 


Escribe: Milcíades Ruiz

El show electoral es tan divertido como los talk show televisivos y similares, donde todos fingen. Salvo excepciones, los candidatos al gobierno hacen lo mismo. Ofrecen su mercadería política con mucha creatividad artística. Pero todos sabemos que solo es un espectáculo ficticio y que, nada de lo prometido se cumplirá. Este show es solo un protocolo peculiar en toda seudodemocracia. Pero hay una particularidad, que resaltaré en esta nota.

El éxito de toda gestión depende de las condiciones en que se ejecute. Estas pueden ser favorables y desfavorables. Pero también depende de la habilidad de los gestores en el manejo de las condiciones. De nada serviría tener condiciones favorables si hay ineptitud en el manejo de ellas. En cambio, si los gestores tienen la idoneidad requerida, podrán hacer un manejo óptimo de dichas condiciones.

En términos sencillos, podríamos decir, que si al conductor de un bus, se le da la responsabilidad de trasladar pasajeros, es porque está preparado para hacerlo. De lo contrario, la vida de los viajeros corre peligro. Al elegir a los gobernantes, lo que hacemos es darles la responsabilidad de conducir un vehículo de más de treinta millones de pasajeros. Me refiero como gobernantes, tanto a los legisladores como el presidente de la república.

Los legisladores son los que preparan el vehículo para que funciones adecuadamente y el Ejecutivo, es el que se hace cargo del timón. Ambos sectores gobernantes, tienen que estar preparados para gobernar. De lo contrario, la suerte de los conducidos corre el riesgo de desastre. Aun, estando preparados, mucho depende de la eficiencia y eficacia con que se desempeñen.

El chofer podrá decir que sabe mucho y que conducirá a los pasajeros excelentemente, pero si no conoce los caminos, ni sabe qué rumbo tomar, su gestión será un fracaso. Si no tiene suficiente combustible y el vehículo tiene fallas de todo orden, tampoco podrá cumplir lo prometido. Y si los encargados de preparar el vehículo no ayudan, sino entorpecen, entonces el servicio tendrá resultados lamentables.

Si aplicamos esta lógica al gobierno nacional, deduciremos la importancia de que, legislativo y ejecutivo funcionen armoniosamente en un mismo sentido. Si están enfrentados, las consecuencias la pagarán los conducidos. Si en ambos poderes no hay a calidad requerida, los resultados serán lamentables. Por eso es clave, que los gobernantes de ambos poderes, estén en condiciones óptimas de gobernar.

Habiendo calidad, la discrepancia democrática en los debates, tendrá un alto nivel de fundamentación, sin hacer uso de procedimientos chabacanos. Pero, la calidad de los actores depende de nivel de conocimientos para el cargo. Si el promedio es de buen nivel, entonces los actos de gobierno serán también de calidad. De lo contrario, el gobierno nacional será mediocre.

Desconozco si los partidos políticos preparan a sus militantes para estar en condiciones de gobernar, ya sea como legisladores, como especialistas ministeriales y personal técnico operativo. Para gobernar se necesitan cuadros políticos identificados con la causa ideológica y sus planes políticos. De este modo, todo el aparato gubernativo funciona con la mística de los ideales perseguidos.

A juzgar por lo visto en la pasarela televisiva, tan abrumadora como la cantidad de los candidatos, es la baja calidad de los planteamientos emitidos. Al parecer, los partidos participantes han improvisado candidatos de relleno que incluso postulan para representar regiones que no conocen. Por eso, los candidatos no generan confianza entre los electores. Se desconfía de los partidos y de los candidatos principales porque a todos estos, les encuentran inmoralidades y malos manejos.

Todo esto sucede en condiciones adversas por la pandemia y la grave crisis económica. Es previsible que la mayoría prefiera no ir a votar. Muchos irán solo por cumplir y evitar la multa. Pero también hay una tendencia a viciar los votos como protesta política. No hay fiesta democrática y ante la incertidumbre, se buscará elegir al menos malo, a “ojo de buen cubero”, porque todos tienen su entripado y esconden sus intenciones.

En esta perspectiva, todo indica que el próximo gobierno legislativo y ejecutivo, carecerá de la calidad requerida para afrontar la grave situación del país, agobiado por pandemia y las necesidades económicas. Nunca antes como ahora, hubo tanta precariedad política. Actualmente hasta el presidente asumió el cargo improvisadamente y tuvo que improvisar un gabinete ministerial a la carrera.

La improvisación gubernamental es un mal endémico de la república bicentenaria. La precariedad política es lo que nos ha dejado la radiografía histórica que se muestra en el siguiente gráfico de Alberto Ruibal Handabaka.


La actual jornada electoral pues, nos dejará con muchas preocupaciones. Después de la celebración de los electos y las ceremonias de estilo, el nuevo gobierno también improvisará, porque no hay partidos preparados para gobernar. Lo que se viene, es preocupante. Si no hay calidad en la intelectualidad política del nuevo Parlamento, no podemos esperar una producción legislativa de calidad.

Si se confirmara esta presunción, algo tendríamos que hacer para evitar un mayor desastre. No podemos impedir que ocurra lo inevitable en un proceso en marcha. Pero, sabiendo que, “lo que mal empieza, mal acaba”, si desde ya, estamos viendo la precariedad de lo que se viene construyendo, entonces tenemos que ser precavidos y no esperar que se caiga la pared, para recién reaccionar.

Si bien, la calidad política es un requisito importante para la representación en el gobierno, hay que tener en cuenta que todo es relativo. La calidad personal podría ser de alta calidad académica, pero si su ideología es perversa, la calidad servirá para la maldad. Entonces, la calidad humana es mucho más que la calidad política. Además, el concepto de calidad humana no es igual entre opresores y oprimidos.

Sea como fuere, hay que estar preparados para lo peor y por el bien de todos generar iniciativas para que, lo que tenga que suceder, no nos coja desprevenidos. Si podemos ayudar a los conductores a desempeñarse mejor, será una buena alternativa. Pero si los conductores se desvían del camino y nos atropellan tendremos que defendernos adecuadamente.

Estamos en esta triste encrucijada, porque durante doscientos años de vida republicana, hemos sido permisivos, soportando maldades y abusos gubernamentales. No lo hagamos más. De nuestra actitud política depende la suerte de nuestros descendientes. ¿No es así? ¡Ustedes qué dicen?

Marzo,28-2021

Otra información en https://republicaequitativa.wordpress.com/