28 octubre,
2023
Pepe escobar
La
asociación estratégica Rusia-Irán, con China entre bastidores, está tendiendo
una trampa, propia de Sun Tzu, para el Hegemon en Asia
occidental.
Aparte
de Israel, no hay ninguna entidad en el planeta capaz de desviar la atención,
en un instante, de la espectacular debacle de Occidente en Ucrania.
Los
belicistas a cargo de la política exterior estadounidense, no exactamente
bismarckianos, creen que si el Proyecto Ucrania es inalcanzable, el Proyecto
Solución Final en Palestina podría ser, en cambio, pan comido (limpieza
étnica).
Sin
embargo, el escenario más plausible es que Irán-Rusia – y el
nuevo “eje del mal” Rusia-China-Irán- tengan todo lo necesario para arrastrar
al Hegemon a un segundo atolladero. Se trata de utilizar los propios
y desconcertados movimientos del enemigo para desequilibrarlo hasta el olvido.
La
ilusión de la Casa Blanca de que las Guerras Eternas en Ucrania e
Israel están inscritas en el “noble impulso de la democracia” y
que son “esenciales para los intereses de Estados Unidos” ya ha
resultado contraproducente, incluso entre su propia opinión pública.
Eso
no impide que, entre gritos y susurros, los
neoconservadores americanos, aliados de Israel, estén aumentando
el ritmo de sus acciones para provocar a Irán. Lo hacen mediante
una proverbial bandera falsa que conduciría a un ataque
estadounidense. Ese escenario de Armagedón encaja perfectamente con la psicopatía
bíblica del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu.
Los vasallos
se han visto obligados a obedecer dócilmente.
En
estos días los jefes de Estados de la OTAN se han dirigido directamente a
visitar Israel para demostrar su apoyo incondicional a Tel
Aviv, incluidos Kyriakos Mitsotakis de
Grecia, Giorgia Meloni de Italia, Rishi Sunak de Gran Bretaña, Olaf
Scholz de Alemania, Emmanuel Macron de Francia y por supuesto, el senil
inquilino de La Casa Blanca
Vengar el “siglo de la
humillación” árabe
Hasta
ahora, el movimiento de resistencia libanés Hezbollah ha mostrado una
moderación extraordinaria al no morder ningún anzuelo. Hezbolá apoya a la
resistencia palestina en su conjunto, pese que hace unos años tuvo
serios problemas con Hamás en Siria. Por cierto, Hamas, aunque
parcialmente financiado por Irán, no está dirigido por los
Iraníes. Por mucho que Teherán apoye la causa palestina, los grupos de
resistencia palestinos toman sus propias decisiones.
La
gran noticia es que todos estos problemas se han superado ante
la actual emergencia vital. Esta semana tanto Hamás como la Jihad Islámica
Palestina (YIP) viajaron al Líbano para visitar en persona al secretario
general de Hezbolá, Hassan Nasrallah. Eso explica la unidad de propósito
–o lo que el Eje de Resistencia llama la “Unidad de Frentes”.
Aún
más reveladora fue la
visita de Hamás a Moscú, que fue recibida con una impotente furia
israelí. La delegación de Hamás estuvo encabezada por un miembro de su
Politburó, Abu Marzouk y un día después el Viceministro de
Asuntos Exteriores iraní, Ali Bagheri, viajó desde
Teherán para reunirse con dos de los adjuntos del Ministro de
Asuntos Exteriores ruso, los diplomáticos Sergei Ryabkov y Mikhail
Galuzin.
Eso
significa que Hamás, Irán y Rusia están negociando en la misma mesa.
Hamás
ha llamado a unirse a los millones de palestinos en la diáspora, así como al mundo árabe y a todas las tierras del Islam. De manera
lenta pero segura, se puede discernir un patrón: ¿podría el mundo árabe –y
grandes sectores del Islam- estar a punto de unirse para vengar su propio
“siglo de humillación”, tal como lo hicieron los chinos después de la
Segunda Guerra Mundial con Mao Zedong?
Beijing,
a través de su sofisticada diplomacia, ciertamente lo está insinuando, incluso
antes que se alcanzara a principios de este año el innovador acercamiento entre
Irán y Arabia Saudita, mediado por Rusia y China.
Esto
por sí solo no frustrará la obsesión
neoconservadora estadounidense por bombardear las infraestructuras críticas de Irán,
con un valor inferior a cero cuando se trata de ciencia militar.
Estos mismos neoconservadores ignoran por completo cómo
los iraníes podrían atacar -con precisión- a todas y cada una de
las bases estadounidenses en Irak y Siria, siendo el Golfo Pérsico un caso
abierto.
El
analista militar ruso Andrei Martyanov ha
demostrado lo que podría pasar con esas costosas bañeras de
hierro estadounidenses en el Mediterráneo oriental en caso de un ataque de
Israel contra Irán.
Además,
hay al menos 1.000 soldados estadounidenses en el norte de Siria robando
el petróleo de este país, lo que también se convertiría en un
objetivo instantáneo.
Ali
Fadavi, comandante en jefe adjunto del CGRI (iraní), fue al
grano: “Tenemos tecnologías en el campo militar que nadie conoce, y los
estadounidenses las sabrán cuando las usemos”.
Un
ejemplo de esto son los misiles hipersónicos Fattah iraníes, primos del
Khinzal y el DF-27, que viajan a Mach 15 y que son capaces de
alcanzar cualquier objetivo en Israel en 400 segundos.
Y
añádase a esto la guerra electrónica rusa (EW). Esto porque en
Moscú hace seis meses se confirmó la estrecha interconexión
militar ruso-irani. Los iraníes fueron a decirles a los
rusos: «Tendrán todo lo que necesiten, sólo pídanlo». Lo mismo se
aplica a la inversa: el enemigo mutuo es el mismo.
Se trata del Estrecho de
Ormuz
El
meollo de la cuestión – en la estrategia
ruso-iraní – es el Estrecho de Ormuz, por el que transita al menos el
20 por ciento del petróleo mundial (casi 17 millones de barriles diarios) más
el 18 por ciento del gas natural licuado (GNL), lo que equivale al
menos a 3.5 mil millones de pies cúbicos por día.
Irán
es capaz de bloquear en solo un instante el estrecho de
Ormuz. Esto sería un acto de justicia poética
para un Israel que pretende engullir, ilegalmente, todo el gas
natural descubierto
frente a las costas de Gaza: ésta es, dicho sea de paso, una de las razones
de la limpieza étnica de Palestina.
Sin
embargo, el verdadero problema será el derribo
de la cuidada estructura de derivados de 618 billones de dólares diseñada
por Wall Street, como lo han confirmado los analistas de Goldman Sachs y JP
Morgan, así como los operadores independientes de energía del Golfo
Pérsico.
Entonces,
cuando las cosas se pongan feas – y mucho más allá de la defensa de Palestina y
en un escenario de Guerra Total – no sólo Rusia e Irán sino también actores
claves del mundo árabe a punto de convertirse en miembros de BRICS 11 –
como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos – tienen lo necesario para
derribar el sistema financiero estadounidense en el momento que
quieran.
Como
subraya un miembro del Estado profundo de la vieja escuela, ahora en
negocios en Europa Central:
“Las naciones islámicas tienen la ventaja
económica. Pueden hacer estallar el sistema financiero internacional
cortando el petróleo. No tienen que disparar ni un solo tiro. Irán y
Arabia Saudita se están aliando. La crisis de 2008 requirió 29 billones de
dólares para resolverse, pero ésta, si ocurriera, no podría resolverse ni
siquiera con 100 billones de dólares en instrumentos fiduciarios”.
Como
me dijeron los comerciantes del Golfo Pérsico, un escenario posible es que la
OPEP comience a sancionar a Europa, para luego extender las
sanciones a todos los países que están tratando al mundo musulmán como
enemigos y carne de guerra.
El
Primer Ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani, ya ha advertido que el envío
de petróleo a los mercados occidentales podría retrasarse debido al
genocidio que Israel está perpetrando en Gaza. Por su
parte el Ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein
Amir-Abdollahian, ya ha pedido, oficialmente, un embargo total de petróleo y
gas por parte de los países islámicos contra las naciones –esencialmente
vasallas de la OTAN– que apoyan a Israel.
De
modo que los sionistas cristianos en Estados Unidos, aliados con el activo
neoconservador Netanyahu, que amenaza con atacar a Irán, tienen el potencial de
derribar todo el sistema financiero mundial.
Guerra eterna contra
Siria, remezclada
Bajo
el volcán actual, la asociación estratégica Rusia-China ha sido
extremadamente cautelosa. Para el mundo exterior, su posición
oficial es la de negarse a ponerse inmediatamente del lado de
Palestina o de Israel; pedir un alto el fuego por motivos
humanitarios; exigir una solución de dos Estados; y respetar el
derecho internacional. Todas sus iniciativas en la ONU han sido
debidamente saboteadas por el Hegemón.
Tal
como están las cosas, Washington no ha dado la luz verde para la
invasión terrestre israelí de Gaza. La razón principal
es que Estados Unidos necesita ganar algo de tiempo para
expandir la guerra a Siria, “acusada” de ser el punto de tránsito de las armas
iraníes hacia Hezbollah. Esto también significa reabrir un viejo
frente de guerra contra Rusia.
En
Moscú no se hacen ilusiones. El aparato de inteligencia
sabe bien que agentes israelíes del Mossad han estado asesorando a
Kiev, mientras Tel Aviv suministraba armas a Ucrania bajo las
presiones estadounidenses. Esto enfureció a los siloviki y pudo haber
constituido un error fatal de Israel.
Los
neoconservadores han decidido no parar. Están lanzando una
amenaza paralela: si Hezbolá ataca a Israel con algo más que unos pocos
cohetes, la base aérea rusa Hmeimim en Latakia será “eliminada” como una
“advertencia” a Irán.
Esto
no debe considerarse como un juego de niños. Después de los ataques
israelíes en serie contra los aeropuertos civiles de Damasco y Alepo, Moscú ni
siquiera pestañeó antes de ofrecer sus instalaciones de Hmeimim a Siria, con
autorización para los vuelos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica
de Irán (CGRI). Según algunas fuentes de inteligencia rusas Netanyahu
no desea bombardear totalmente la base aérea rusa ya que está posee
la defensa A2/AD (anti-acceso/denegación de área).
Moscú
también ve claramente lo que podrían estar haciendo esas costosas bañeras de
hierro estadounidenses en el Mediterráneo oriental. La respuesta ha sido
rápida: los Mig-31K están patrullando el espacio aéreo neutral sobre el Mar
Negro las 24 horas del día, los 7 días de la semana, equipados con Khinzals
hipersónicos, que sólo tardarían seis minutos en visitar el Mediterráneo.
En
medio de toda esta locura neoconservadora, el Pentágono ha desplegado
una formidable variedad de armamento y activos “no revelados” en el
Mediterráneo oriental, ¿su objetivo?: Hezbollah, Siria, Irán, Rusia o
todos los anteriores juntos. En este
escenario China y Corea del Norte –parte del nuevo “eje del
mal” inventado por Estados Unidos- han indicado que no serán meros
espectadores.
La
Armada china está, a todos los efectos prácticos, protegiendo a Irán a
distancia. Aún más contundente ha sido una declaración del primer ministro
Li Qiang, algo muy poco común en la diplomacia china:
«China seguirá apoyando firmemente a Irán en la salvaguardia
de su soberanía nacional, integridad territorial y dignidad nacional, y se
opondrá firmemente a cualquier fuerza externa que interfiera en los asuntos
internos de Irán».
Nunca
olvidemos que China e Irán están unidos por una asociación estratégica
integral. Mientras tanto, el primer ministro ruso, Mikhail
Mishustin, ha reforzado la asociación estratégica entre Rusia e
Irán en una reunión con el primer vicepresidente de Irán, Mohammad Mokhber.
Recuerda a esos comedores de arroz de Corea.
Las
milicias pro-Irán a lo largo del Eje de Resistencia mantienen un grado
cuidadosamente moderado de confrontación contra Israel, cercano a las
tácticas de la guerrilla. Todavía no participan en ataques
masivos. Pero esta apuesta será cancelada si Israel
invade Gaza. Está claro que el mundo árabe, a pesar sus enormes
contradicciones internas, simplemente no tolerará la masacre de civiles.
Sin
rodeos, en la incendiaria coyuntura actual, la potencia hegemónica creen
haber encontrado una salida a su humillación en el Proyecto
Ucrania. Piensan erróneamente que la misma vieja Guerra Eterna reavivada
en Asia occidental puede ser “modulada” a voluntad. Y
si estas dos guerras se convierten en un lastre
político, (como con seguridad sucederá) ¿qué pueden
hacer el hegemon a continuación? Simplemente iniciará una nueva guerra en
el “Indo-Pacífico”.
Nada
de eso engaña a Rusia-Irán y su gélido seguimiento de un agitado
Hegemón. Es esclarecedor recordar lo que ya predecía
Malcolm X en 1964:
“Unos hombres y mujeres comedores de arroz lo echaron
de Corea. Sí, comedores de arroz con nada más que chanclas, un
rifle y un plato de arroz se tomaron sus tanques
y derrotaron todas esas otras acciones que se supone que Estados
Unidos debía realizar para cruzar
el rio Yalu. ¿Por qué? Porque no se pueda
ganar una guerra solo bombardeando a un pueblo indefenso, como
siempre se debe ganar con las botas sobre el territorio”.
Fuente: https://observatoriocrisis.com/2023/10/28/iran-y-rusia-tienden-una-trampa-al-hegemon-en-palestina/