Publicado el 28 de marzo de 2023 / Por Comunicados
Comunicado de la Coordinación de Núcleos Comunistas (CNC)
Allez vous-faire foutre!
Esclaves du capital!
Servants de l´OTAN!
La clase obrera francesa nos da, de nuevo, una gran lección de lucha de clases; y empezando por el principio, nos muestra qué es una huelga general.
Nada que ver con los patéticos simulacros de huelga convocados por nuestras grandes centrales sindicales que no han servido más que para profundizar el sentimiento de impotencia ante el único resultado cierto: el descuento en el salario de la jornada no trabajada.
La huelga general y las movilizaciones populares, ante un ataque general contra la clase trabajadora, no tienen un final previsto; se lucha hasta la victoria o hasta que se agotan las fuerzas.
Tras dos meses de movilizaciones contra el aumento de la edad de jubilación de 62 a 64 años (¡aquí vamos por los 67 y, visto el éxito, el Ministro Escrivá prepara la privatización de la atención primaria!), su imposición por Decreto, aplicando la legislación de excepción prevista en el artículo 49.3 de la Constitución francesa, no ha hecho sino echar más leña al fuego.
La clase obrera ha tomado la batuta. Sabía lo que había que hacer y dirigió la acción: bloqueo de zonas industriales, de puertos, centrales nucleares, del transporte público y de mercancías, de aeropuertos –con la incorporación a la huelga de los controladores –, de la recogida e incineración de basuras, paralización de la enseñanza, bloqueo de autopistas dejando los peajes gratuitos, barricadas en puntos estratégicos de las ciudades…
Luchan los trabajadores de cada sector junto a todos los demás sectores. Así, si bien la descarga de barcos la impiden los estibadores, también se suman a esos piquetes, los metalúrgicos, los del sector eléctrico, los estudiantes, incluso los maestros, etc., Los agricultores llevan sus productos a los que ocupan las fábricas. Y cuando tras duros enfrentamientos con los antidisturbios, que no pocas veces dejan más heridos entre ellos que entre los trabajadores, como en Saint Nazaire1, y el piquete es desalojado, la lucha se traslada a otro frente; por ejemplo, a derribar el pórtico del puente sobre el Loira, impidiendo así el paso de camiones cisterna por carretera.
El poder obrero se muestra también de otras formas. Los trabajadores de la energía, mediante operaciones clandestinas, cortan la electricidad a las sedes del partido de Macron, a domicilios de sus diputados y de grandes empresarios, a grandes multinacionales y en especial a firmas de data center, a radares de carreteras y otros instrumentos de control. Por el contrario, se provee de electricidad gratuita a hospitales, escuelas, residencias de mayores, barrios obreros donde se concentran los sectores más precarizados…etc.
Y la lucha continúa jusqu´ au bout (hasta el final). Y no son palabras. Por primera vez en la historia reciennte, y retomando una de las reglas sagradas de la AIT, se han puesto en marcha cajas de resistencia que en pocos días han recogido más de tres millones de euros2.
La represión, por supuesto, es durísima. Hay heridos y cientos de personas detenidas cada día. La brutalidad policial ha sido tan grande que hasta el Consejo de Europa ha abierto una investigación. Un trabajador de 30 años se debate entre la vida y la muerte tras estallarle en la cabeza una grandada explosiva, mientras la prefectura impidió durante horas que recibiera atención sanitaria. Pero eso solo añade más razones al combate.
El objetivo es Macron, pero no sólo él. Se extiende la conciencia de que es una marioneta de la UE y de la gran burguesía. Se habla cada vez más de crisis de régimen y de retomar el Programa del Consejo de la Resistencia de 19453, organismo creado en 1943 que coordinó y dirigió la resistencia contra el fascismo. Este Programa propuso la nacionalización de todos los sectores estratégicos y de él surgió la Seguridad Social, con el sistema de pensiones actualmente vigente.
Así mismo, se cuestiona el gasto militar, se propone la salida de la OTAN y la UE, se vinculan las sanciones a Rusia con la carestía de la vida…, llegando a quemar banderas de Ucrania.
Quienes protagonizaron la primera revolución obrera de la historia, La Comuna de 1871, las trabajadoras, las tejedoras de Lyon que ya en 1870 redactaron el primer manifiesto de la historia llamando a los jóvenes a desertar de la guerra francoprusiana, o el pueblo que vengó con la guillotina los crímenes de siglos de monarquía, nos demuestran qué es una huelga general.
Que no es solo dejar de trabajar. Es, a partir de ahí, mostrar y sobre todo tomar conciencia del poder obrero, de ese milagro cotidiano que sale cada día de las manos de las trabajadoras y los trabajadores para reproducir la vida, y por lo tanto, de prescindir de esa clase parásita que arruina al país y nuestras vidas. Es sacar el genio de la botella…
Es esa clase obrera que superó los límites de las organizaciones sindicales vistiendo con chalecos amarillos el inmenso y diverso proletariado. La misma que fue capaz de tumbar la decisión de la cúpula de su principal sindicato, que pretendía que la votación de la Constitución Europea no concernía a la clase obrera, obligando a la CGT a pedir activamente el NO que salió victorioso. Esa clase reanuda el hilo rojo de la historia.
Su poderosa lucha está barriendo como un vendaval furioso todos los ríos de tinta vertidos desde los plumíferos del poder de toda laya o de quienes se instalan en la derrota, proclamando la desaparición de la clase obrera, la ruptura generacional o de género, las diferencias insalvables entre la clase obrera autóctona e inmigrante o la imposibilidad de luchar contra la todo poderosa represión del Estado en los países centrales del imperialismo.
La clase obrera francesa, ocupando el centro neurálgico de la lucha y demostrando su capacidad de incorporar a otros sectores populares, ha prendido una importantísima mecha en el polvorín de un capitalismo agónico que no ofrece a la inmensa mayoría, y sobre todo a la juventud, más que miseria, guerra y barbarie.
La clase obrera de los pueblos de Europa tiene ya un camino abierto y un precioso ejemplo a seguir que debemos difundir como un tesoro. Es preciso que lo que con tanto ahínco ocultan o tergiversan los medios de comunicación, sea desvelado, discutido y analizado en asambleas en los centros de trabajo, en los sindicatos, en los barrios obreros, en la universidad… Es necesario comparar lo que pasa en Francia, con lo que ha sucedido y sucede aquí: con todas las reformas laborales y las de las pensiones, con los recortes y privatizaciones de los servicios públicos, con la carestía de la vida, con los gastos militares impuestos por la OTAN, con los planes de destrucción masiva de puestos de trabajo…Y sobre todo, preguntarnos por qué la reacción aquí ha sido tan débil o prácticamente inexistente, y qué relación tiene con la pérdida de la independencia de clase.
El tiempo apremia y no debemos desaprovechar este ejemplo luminoso. Debemos sacudirnos la impotencia y el sentimiento de derrota y reforzar la organización obrera desde la base. No pasará mucho tiempo sin que se intenten aquí nuevos ataques. Y no es muy exagerado decir que en la fuerza con la que respondamos nos va la vida.
Ciento cincuenta y dos años después, el rescoldo de la Comuna de París sigue latiendo. Marx terminaba así su palpitante homenaje y su lapidaria condena a los agoreros del fin de la historia, en “La guerra civil en Francia”:
El París de los obreros, con su Comuna, será eternamente ensalzado como heraldo glorioso de una nueva sociedad. Sus mártires tienen su santuario en el gran corazón de la clase obrera. Y a sus exterminadores la historia los ha clavado ya en una picota eterna, de la que no lograrán redimirlos todas las preces de su clerigalla.
28 de marzo de 2023.
1https://www.youtube.com/watch?v=KA9iEeVnwqM
2Aquí se pueden hacer los ingresos a la caja de resistencia: https://www.cgt.fr/actualites/france/retraite/mobilisation-solidarite/caisse-de-solidarite-avec-les-grevistes
3https://fr.wikipedia.org/wiki/Programme_du_Conseil_national_de_la_R%C3%A9sistance
CONSEJO NACIONAL DE LA RESISTENCIA
El Consejo Nacional de la Resistencia fue el órgano que dirigió y coordinó los distintos movimientos de la Resistencia francesa, de la prensa, de los sindicatos y de los miembros de partidos políticos hostiles al gobierno de Vichy a partir de mediados de 1943.
El CNR con Jean Moulin
Su primer presidente fue Jean Moulin, delegado del General de Gaulle. Este consejo era deseo de De Gaulle para unificar los diferentes movimientos de resistencia que se habían formado de modo espontáneo después de la derrota y de su proclama de 18 de junio de 1940, al día siguiente de la solicitud de armisticio por parte del Mariscal Pétain.
En efecto, los movimientos de Resistencia (exceptuando los Francotiradores Partisanos y otros miembros de la resistencia de filiación comunista) estaban a menudo desorganizados y no estaban suficientemente coordinados, según los dirigentes de la Francia Libre. En especial, muchos maquisards no mantenían relaciones entre sí y ese fraccionamiento de los movimientos de resistencia impedía cualquier acción común organizada y por tanto eficaz.
Así, Jean Moulin, fiel a De Gaulle, pasa a ser representante del general el 1 de enero de 1942 para unificar al conjunto de movimientos de resistencia. La fusión se producirá el 27 de mayo de 1943 con la primera reunión del Consejo Nacional de la Resistencia (CNR) desarrollada en el apartamento de René Corbin, en París.
Miembros del CNR (27 de mayo de 1943)
La primera reunión (27 de mayo de 1943) reunió, además de a Moulin y sus dos colaboradoress, Pierre Meunier y Robert Chambeiron
- los representantes de los ocho grandes movimientos de resistencia:
- También se unieron los representantes de los dos grandes sindicatos del periodo de anteguerra:
- Louis Saillant por la CGT
- Gaston Tessier por la CFTC
- Y los representants de los seis principales partidos políticos de la Tercera República:
- André Mercier por el PCF
- André Le Troquer por la SFIO
- Marc Rucart por los radicales
- Georges Bidault por los democracristianos
- Joseph Laniel por la Alianza Democrática (derecha moderada y laica)
- Jacques Debû-Bridel por la Federación Republicana (derecha conservadora y católica)
Esta reunión tendrá una importancia política considerable, tal y como lo expone Robert Chambeiron:1
Después del 27 de junio, los estadounidenses ya no pueden dudar de la legitimidad de De Gaulle. Francia se convierte en un país aliado por completo y, como tal estará presente tras la capitulación del ejército nazi, el 8 de mayo de 1945. Por otra parte, los Aliados deben abandonar su proyecto de ser ellos los que administren Francia conforme vaya siendo liberada. Y gracias al CNR y a de Gaulle, Francia será, tras la creación de la ONU una de las cinco grandes potencias para ocupar una plaza permanente en el seno del Consejo de Seguridad
El CNR después de Jean Moulin
Pero poco después de su creación Jean Moulin que era el presidente, tras una denuncia, es capturado en Caluire por las SS. Será torturado durante tres días por el propio Klaus Barbie, y morirá durante su traslado a Alemania sin confesar nada a sus torturadores. Su silencio impedirá que los nazis desmantelen el CNR. Sin embargo, éste decide por seguridad terminar con las sesiones plenarias y constituye un ejecutivo de cinco miembros, cada uno de los cuales representa a su propia corriente y otras dos corrientes sus acciones, al mando de Alexandre Parodi, delegado general y de Georges Bidault, nuevo presidente. El 15 de septiembre de 1944, Louis Saillant le sucederá al frente del CNR.
El programa político del CNR
El CNR encarga a un Comité la elaboración de una plataforma política para Francia después de la Liberación. Adoptado el 15 de marzo de 1944 tras meses de negociaciones, el programa del Consejo Nacional de la Resistencia está muy marcado por la renovación social y por la influencia de los grupos comunistas como el Front National, sobre todo el la parte II "Medidas para aplicar tras la Liberación del territorio", que quiere instaurar una auténtica "democracia social", bajo un régimen de economía planificada.
Entre las medidas contempladas y aplicadas tras la liberación, hay que recordar la nacionalización de la energía, de los seguros y de la banca, la creación de la Seguridad Social... Esas acciones han constituido hasta nuestros días gran parte del estado social de la segunda mitad del siglo XX en Francia.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Consejo_Nacional_de_la_Resistencia
UNA APROXIMACIÓN AL PROGRAMA DEL CONSEJO NACIONAL DE LA RESISTENCIA
(…) Noventa y tres años de edad. Es algo así como la última etapa de mi vida. El final ya no está muy lejos. ¡Qué suerte poder aprovecharlos para recordar lo que fueron los cimientos de mi compromiso político: los años de resistencia y el programa elaborado hace 66 años por el Consejo Nacional de la Resistencia! A Jean Moulin le debemos, en el marco de este Consejo, la unión de todos los miembros de la Francia ocupada, los movimientos, los partidos, los sindicatos, para proclamar su adhesión a la Francia combatiente y al único líder que reconocía: el general Charles de Gaulle. Desde Londres, donde me había unido al general De Gaulle en marzo de 1941, supe que este Consejo había preparado un programa, que adoptaría el 15 de marzo de 1944 y que proponía para la Francia liberada un conjunto de principios y valores sobre los que se asentaría la democracia moderna de nuestro país1.
Estos principios y valores son hoy más necesarios que nunca. Todos juntos debemos velar por que nuestra sociedad sea una sociedad de la que podamos estar orgullosos: no esa sociedad de sin papeles, de expulsiones, de recelo hacia los inmigrantes; no esa sociedad que pone en duda la jubilación, el derecho a la seguridad social; no esa sociedad donde los medios de comunicación están en manos de la gente pudiente: todo ello, cosas a las que no habríamos dado ningún crédito de haber sido los verdaderos herederos del Consejo Nacional de la Resistencia.
A partir de 1945, después de un drama atroz, las fuerzas presentes en el Consejo de la Resistencia emprendieron una ambiciosa resurrección. Recordémoslo, fue entonces cuando se creó la seguridad social tal y como quería la Resistencia, como su programa estipulaba:
Un plan completo de seguridad social cuyo objetivo sea garantizar a todos los ciudadanos los medios de subsistencia, en todos aquellos casos en los que no puedan procurárselos a través del trabajo; una jubilación que permita a los ancianos trabajadores finalizar sus días con dignidad.
Las fuentes de energía, la electricidad y el gas, las minas de carbón y los grandes bancos se nacionalizaron. Era esto lo que el programa preconizaba:
El retorno a la nación de los grandes medios de producción monopolizados, fruto del trabajo común, de las fuentes de energía, de las riquezas del subsuelo, de las compañías de seguros y de los grandes bancos; la instauración de una verdadera democracia económica y social, que implique la evicción de las grandes feudalidades económicas y financieras de la dirección de la economía.
El interés general debía primar sobre el interés particular y el reparto justo de las riquezas creadas por el mundo del trabajo, sobre el poder del dinero. La resistencia propuso una organización racional de la economía que garantice la subordinación de los intereses particulares al interés general, libre de la dictadura profesional instaurada a imagen de los Estados fascistas, y el gobierno provisional de la república recogió el testigo.
Una verdadera democracia necesita una prensa independiente; la resistencia lo sabía y lo exigió: defendió “la libertad de prensa, su honor y su independencia con respecto al estado, los poderes económicos o las influencias extranjeras”. Esto es lo que, desde 1944, todavía recogen las ordenanzas de prensa. Sin embargo, es esto precisamente lo que a día de hoy está en peligro. …
Fuente: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2255-33712017000100105