domingo, 12 de marzo de 2023

LA CRISIS TERMINAL DE LA SOCIALDEMOCRACIA

 


por Manuel Mosquera

Posterior a la segunda guerra mundial, se creó en Europa el estado de bienestar, el cual representó la alianza de la socialdemocracia con la burguesía imperialista, destinada a combatir la influencia de la Unión Soviética en el movimiento obrero y popular a nivel europeo y mundial. Se estableció un modelo político, basado en el consenso, la justicia social, la igualdad de oportunidades, la libertad individual y la concepción de progreso y escalamiento social; la socialdemocracia como operador político de los grupos de poder mundial y el estado de bienestar, ingresó con la economía  especuladora, a una etapa de crisis terminal.

Crisis terminal que se explica, porque en las últimas cinco décadas, el modelo de desarrollo capitalista expresado en el desarrollo de la industria, fue sustituido por la especulación financiera, donde mercancía, dinero y beneficio se transforman en valores abstractos,  que representan la ganancia especulativa de fondos de inversión, bancos y bolsas de valores.

Ya desde fines de la década del setenta del siglo pasado, la socialdemocracia europea se convirtió en el principal adalid de la economía especulativa, a cuya campaña se integraron los otrora partidos comunistas europeos,  los cuales se convirtieron en eurocomunistas.

Los ciclos de crisis económica que se han producido desde los años setenta, hasta la del 2008 y la que se viene viviendo, al  ahondar la especulación financiera, posibilitaron la destrucción del proceso de industrialización y con ello del empleo a nivel mundial. El proletariado industrial se angostó en Europa y Estados Unidos y más bien la alianza de los monopolios usamericanos y  europeos con los gobernantes de china, consolidó en el dragón asiático, un proletariado industrial, doblemente explotado, tanto por la burguesía china, así como por  la atlántica.

En este proceso la clase obrera industrial, por la desindustrialización empezó a diluirse y con ello la cultura obrera  y especialmente el marxismo. Los cuales fueron desplazados por el nihilismo, las concepciones irracionales, de las diferentes expresiones del neoliberalismo cultural, como el posmodernismo, la teoría del giro decultural, los estudios culturales y de género. Los sindicatos fueron arrasados y las Centrales Obreras y los sindicatos se deshabitaron. Las concepciones y prácticas de unidad de clase,  fueron reemplazadas por el fraccionamiento social,  el discurso multicultural,  y el de la identidad.

La transformación del capitalismo de estado en capitalismo especulativo en la URSS, proceso generado por Kruschev, en 1956 y proseguido por Brezhnev, Gorbachov y Yeltsin, produjo que para los dueños del mundo, que ya no fuera necesario el estado de bienestar. Se estableció un nuevo sistema laboral de corte  cuasi esclavista, con lo que se extendió la precariedad laboral, la caída de los sueldos y salarios, aunados estos, a los procesos de privatización de la educación,  la salud. Con la militarización de las sociedades, y las guerras de exterminio contra los pueblos del mundo, las libertades individuales, sufrieron grandes recortes. La llamada lucha contra el terrorismo, se constituyó en el principal motivo para construir el estado vigilante.

Y, en este proceso de construcción de sociedades nasificadas, la socialdemocracia jugó un rol importante, ya sea desde sus acciones gubernamentales, hasta sus discursos culturales,  políticos y praxis militar a través de la OTAN. La destrucción de Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia, Siria y los bloqueos económicos a Venezuela, Cuba y Nicaragua, son la muestra palpable de su real rostro.

Desde su apoyo a sus burguesías para el inicio de la I Guerra Mundial, la Socialdemocracia fue una organización política pluriclasista. La concepción pluriclasista, fue reemplazada por la de ciudadanos, vaciando el concepto de democracia que manejaron en las épocas del estado de bienestar. La responsabilidad social, fue desplazada por el individuo narcisista, que tiene como única participación social, el de manifestarse en las redes sociales y el ir a votar como parte de su deber ciudadano. La convicción social, fue dejada de lado, por conceptos como el mito y la utopía y el proceso social, por las narrativas sociales.

Su concepción pluriclasista, fue abandonada, ya no era importante la situación de la clase trabajadora, sino de los colectivos y redes sociales. La alternativa, dejó de ser, los trabajadores de la ciudad y el campo, más bien, como parte del fraccionamiento social, se tornó importante lo heterogéneo, las manifestaciones de la biopolítica y las expresiones de los colectivos LGTB, Queer, discapacitados, drogadictos, los emprendedores, etc. El militante fue reemplazado por el antisistema.

La socialdemocracia hoy en día, es en sí, el progresismo transnacional y como tal, financiado por bancos y fundaciones viene realizando una gran ingeniería social a nivel planetario, la cual está destinada a consolidar ideológicamente la propiedad privada, pasando por la privatización de la política y la sexualización de la discusión social. Es por eso que la preocupación no es ya la situación de las clases, sino de las minorías sexuales. Esta ingeniería social, está destinada a impedir las revoluciones socialistas y destruir a los gobiernos que no se ciñen a los dictados de los especuladores financieros.

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