jueves, 28 de mayo de 2020

NACIONALISMO E INTERNACIONALISMO1


 

Los confines entre el nacionalismo y el inter­nacionalismo no están aún muy esclarecidos a pesar de la convivencia ya vieja de ambas ideas. Los nacionalistas condenan íntegramente la ten­dencia internacionalista. Pero en la práctica le hacen algunas concesiones a veces solapadas, a veces explícitas. El fascismo, por ejemplo, cola­bora en la Sociedad de las Naciones. Por lo me­nos no ha desertado de esta sociedad que se alimenta del pacifismo y del liberalismo wilsonianos. 

Acontece, en verdad, que ni el nacionalismo ni el internacionalismo siguen una línea ortodoxa ni intransigente. Más todavía, no se puede se­ñalar matemáticamente dónde concluye el na­cionalismo y dónde empieza el internacionalis­mo. Elementos de una idea andan, a veces, mez­clados a elementos de la otra. 

La causa de esta oscura demarcación teórica y práctica resulta muy clara. La historia con­temporánea nos enseña a cada paso que la na­ción no es una abstracción, no es un mito; pe­ro que la civilización, la humanidad, tampoco lo son. La evidencia de la realidad nacional no contraría, no confuta la evidencia de la realidad internacional. La incapacidad de comprender y admitir esta segunda y superior realidad es una simple miopía, es una limitación orgánica. Las inteligencias envejecidas, mecanizadas en la con­templación de la antigua perspectiva nacional,. no saben distinguir la nueva, la vasta, la compleja perspectiva internacional. La repudian y la niegan porque no pueden adaptarse a ella. El mecanismo de esta actitud es el mismo de la que rechaza automáticamente y apriorísticamente la física einsteiniana.

Los internacionalistas —exceptuados algunos ultraístas, algunos románticos, pintorescos e inofensivos— se comportan con menos intransigencia. Como los relativistas ante la física de Galileo, los internacionalistas no contradicen toda la teoría nacionalista. Reconocen que corresponde a la realidad, pero sólo en primera aproximación. El nacionalismo aprehende una parte de la realidad; pero nada más que una parte. La realidad es mucho más amplia, menos finita. En una palabra, el nacionalismo es válido como afirmación, pero no como negación. En el capítulo actual de la historia tiene el mismo valor del provincialismo, del regionalismo en capítulos pretéritos. Es un regionalismo de nuevo estilo.

¿Por qué se exacerba, por qué se hiperestesia, en nuestra época, este sentimiento al que su ancianidad debía haber vuelto un poco más pasivo y menos ardiente? La respuesta es fácil. El nacionalismo es una faz, un lado del extenso fenómeno reaccionario. La reacción se llama, sucesiva o simultáneamente, chauvinismo, fascismo, imperialismo, etc. No es por azar que los monarquistas de L'Action Française son, al mismo tiempo, agresivamente jingoístas y militaristas. Se opera actualmente, un complicado proceso de ajustamiento, de adaptación de las naciones y sus intereses a una convivencia solidaria. No es posible que este proceso se cumpla sin una resistencia extrema de mil pasiones centrífugas y de mil intereses secesionistas. La voluntad de dar a los pueblos una disciplina internacional tiene que provocar una erección exasperada del sentimiento nacionalista que, romántica y anacrónicamente, querría aislar y diferenciar los intereses de la propia nación de los del resto del mundo.

Los fautores de esta reacción califican al internacionalismo de utopía. Pero, evidentemente, los internacionalistas son más realistas y menos románticos de lo que parecen. El internacionalismo no es únicamente una idea, un sentimiento; es, sobre todo, un hecho histórico. La civilización occidental ha internacionalizado, ha solidarizado la vida de la mayor parte de la humanidad. Las ideas, las pasiones, se propagan veloz, fluida, universalmente.

Cada día es mayor la rapidez con que se difunden las corrientes del pensamiento y de la cultura. La civilización ha dado al mundo un nuevo sistema nervioso.

Trasmitida por el cable, las hondas hertziatias, la prensa, etc. toda gran emoción humana recorre instantáneamente el mundo. El hábito regional decae poco a poco. La vida tiende a la uniformidad, a la unidad. Adquiere el mismo estilo, el mismo tipo en todos los grandes centros urbanos. Buenos Aires, Quebec, Lima, copian la moda de París. Sus sastres y modistas imitan los modelos de Paquin. Esta solidaridad, esta uniformidad no sois exclusivamente occidentales. La civilización europea atrae, gradualmente, a su órbita y a sus costumbres a todos los pueblos y a todas las razas. Es una civilización dominadora que no tolera la existencia de ninguna civilización concurrente o rival. Una de sus características esenciales es su fuerza de expansión. Ninguna cultura conquistó jamás una extensión tan vasta de la Tierra. El inglés que se instala en un rincón del Africa lleva ahí el teléfono, el automóvil, el polo. Junto con las máquinas y las mercaderías se desplazan las ideas y las emociones occidentales. Aparecen extraña e insólitamente vinculadas a la historia y el pensamiento de los pueblos más diversos.

Todos estos fenómenos son absoluta e inconfundiblemente nuevos. Pertenecen exclusivamente a nuestra civilización que, desde este punto de vista, no se parece a ninguna de las civilizaciones anteriores. Y con estos hechos se coordinan otros. Los Estados europeos acaban de constatar y reconocer, en la conferencia de Londres, la imposibilidad de restaurar su economía y su producción respectivas sin un pacto de asistencia mutua. A causa de su interdependencia económica, los pueblos no pueden, como antes, acometerse y despedazarse impunemente. No por sentimentalismo, sino por requerimiento de su propio interés, los vencedores tienen que renunciar al placer de sacrificar a los vencidos.

El internacionalismo no es una corriente novísima. Desde hace un siglo, aproximadamente, se nota en la civilización europea la tendencia a preparar una organización internacional de la humanidad. Tampoco es el internacionalismo una corriente exclusivamente revolucionaria. Hay un internacionalismo socialista y un internacionalismo burgués, lo que no tiene nada de absurdo ni de contradictorio. Cuando se averigua su origen histórico, el internacionalismo resulta una emanación, una consecuencia de la idea liberal. La primera gran incubadora de gérmenes internacionalistas fue la escuela de Manchester. El Estado liberal emancipó la industria y el comercio de las trabas feudales y absolutistas. Los intereses capitalistas se desarrollaron independientemente del crecimiento de la nación. La nación, finalmente, no podía ya contenerlos dentro de sus fronteras. El capital se desnacionalizaba; la industria se lanzaba a la conquista de mercados extranjeros; la mercadería no conocía confines Y pugnaba por circular libremente a través de todos los países. La burguesía se hizo entonces librecambista. El libre-cambio, como idea y como práctica, fue un paso hacia el internacionalismo, en el cual el proletariado reconocía ya uno de sus fines, uno de sus ideales. Las fronteras económicas se debilitaron. Y este acontecimiento fortaleció la esperanza de anular un día las fronteras políticas.

Sólo Inglaterra —el único país donde se ha realizado plenamente la idea liberal y democrática, entendida y clasificada como idea burguesa llegó al librecambio. La producción, a causa de su anarquía, padeció una grave crisis, que provocó una reacción contra las medidas librecambistas. Los estados volvieron a cerrar sus puertas a la producción extranjera para defender su propia producción. Vino, un periodo proteccionista, durante el cual se reorganizó la producción sobre nuevas bases. La disputa de los mercados y las materias primas adquirió un agrio carácter nacionalista. Pero la función internacional de la nueva economía volvió a encontrar su expresión. Se desarrolló gigantescamente la nueva forma del capital, el capital financiero, la finanza internacional. A sus bancos y consorcios confluían ahorros de distintos países para ser invertidos internacionalmente. La guerra mundial desgarró parcialmente este tejido de intereses económicos. Luego, la crisis post-bélica reveló la solidaridad económica de las naciones, la unidad moral y orgánica de la civilización.

La burguesía liberal, hoy como ayer, trabaja por adaptar sus formas políticas a la nueva realidad humana. La Sociedad de las Naciones es un esfuerzo, vano ciertamente, por resolver la contradicción entre la economía internacionalista y la política nacionalista de la sociedad burguesa. La civilización no se resigna a morir de este choque, de esta contradicción. Crea, por esto, todos los días, organismos de comunicación y de coordinación internacionales. Además de las dos Internacionales obreras, existen otras internacionales de diversa jerarquía. Suiza aloja las "centrales" de más de ochenta asociaciones internacionales. París fue, no hace mucho tiempo, la sede de un congreso internacional de maestros de baile. Los bailarines discutieron ahí, largamente, sus problemas, en múltiples idiomas. Los unía, por encima de las fronteras, el internacionalismo del fox-trot y del tango.

NOTA:
1 Publicado en Mundial: Lima, 10 de Octubre de 1924. Sobre este tema revisar "Nacionalismo y Vanguardismo" en Peruanicemos al Perú, págs. 72 -79, Vol. 11 de esta serie popular de obras completas.

ANIVERSARIO DEL MAESTRO GERMÁN CARO RÍOS



       ASOCIACION ESCUELA DEL TRABAJO “GERMÁN CARO RÍOS”

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 Hoy, 28 de mayo de 2020, recordamos el 115 aniversario del nacimiento del maestro Germán Caro Ríos, discípulo del Amauta José Carlos Mariátegui, continuador de la obra iniciada en 1918 por la 1ra. generación del socialismo peruano (1920 – 1945) y digno representante de la 2da. generación del movimiento social proletario (1945 – 1970).

 Germán Caro Ríos “sirvió austera, abnegada y dignamente, al ideal de su pueblo, de su generación y de su época. Y a este ideal dio toda su capacidad y toda su vida”.  Este pensamiento tan profundo, fue seleccionado y extraído por los jóvenes discípulos del maestro Germán, de los escritos de J.C. Mariátegui, con motivo de su fallecimiento en octubre de 1971 y está grabado en su mausoleo del cementerio de Huyopampa. Posteriormente, esta cita se publicó en la primera edición de su obra póstuma “Las Escuelas de Estudio y Trabajo en Coeducación” (1975).

Todo el trabajo realizado por el maestro Germán, se debe a su concepción científica de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, Su obra cumbre, imperecedera, con resultados invalorables, es el desarrollo económico, social y cultural de su pueblo, la comunidad campesina San Agustín –Huayopampa.

 La comunidad de Huayopampa vivía en situación de pobreza, atraso económico –social y cultural, analfabetismo, marginación de la mujer, monocultivo de maíz, aislada de la civilización urbana capitalista, como todas las comunidades del país. Ante esta realidad, Germán Caro Ríos organizó, en primera instancia, un núcleo solvente de docentes y comuneros. Luego, tomando como punto de apoyo la escuela pública de la comunidad y desde la escuela, sacó a todo el pueblo de la pobreza y lo elevó al nivel de bienestar y prosperidad económico-social, realidad que perdura hasta el presente.

  Esta riqueza y prosperidad de la comunidad fue comprobada por las dos visitas y trabajos de investigación que realizó el Instituto de Estudios peruanos –IEP-, dirigido por el reconocido antropólogo José Matos Mar. Los resultados de la primera investigación, el IEP publicó en el libro “Estructuras tradicionales y economía de mercado. La comunidad indígena de Huayopampa”(1968). Continuando con su labor de investigación, el IEP precisa “Catorce años después, Huayopampa sigue siendo una fuente inagotable de sorpresas, cuyo conocimiento resulta indispensable para una mejor comprensión de la situación actual y las tendencias futuras de la comunidad campesina en el Perú”. Los resultados de esta segunda investigación, se publicó en 1982 con el título “EL DESAFÍO DE HUAYOPAMPA: comuneros y empresarios” (IEP, Lima, setiembre de 1982, 449 páginas)

La escuela pública de Huayopampa, bajo la dirección de Germán Caro Ríos, desarrolló una educación integral científica, politécnica, artística, físico-deportiva y ético-espiritual. Aplicó el sistema pedagógico de Estudio y Trabajo en Coeducación y el sistema de organización La Comunidad Escolar que facilita la participación masiva de toda la comunidad educativa (maestros, alumnos, padres de familia y comunidad en general). El sistema pedagógico, la organización escolar y el currículo, eran diferentes al sistema de instrucción pública oficial que se impartía en todo el país.

      El 115° aniversario del maestro Germán, coincide con la crisis generalizada de la sociedad, el desastre de la salud pública y la degradación de la educación. La tecnología de información y comunicación (TIC) ha reemplazado a la acción pedagógica de los profesores de aula.

     La pandémia COVID 19 ha desnudado la realidad peruana. Esta realidad muestra que desde 1821, el Estado sólo ha implementado un sistema de instrucción pública y no de educación pública. Hoy se ha generalizado la instrucción pública virtual. No nos engañemos, ni engañemos a los miles de escolares y padres de familia, afirmando que el MED está impulsando educación virtual.  Esta categoría de educación no existe.

     Educación e Instrucción, son dos conceptos, dos categorías sociológicas y pedagógicas completamente diferentes. Conocer sus diferencias, es algo elemental y de fácil comprensión.  Precisamente, para comprender qué es educación, es necesario conocer la labor realizada por el maestro Germán Caro Ríos y el núcleo de dirección, durante 25 años. 

El testimonio de la educación científica y politécnica que requiere el país, para seguir el ejemplo-demostración de la comunidad campesina de Huayopampa, están en los materiales publicados en los dos últimos años: 

 -LAS ESCUELAS DE ESTUDIO Y TRABAJO EN CODUCACIÓN – Germán Caro Ríos
         Editado por el Comité de Educación de la Comunidad Campesina San Agustín                   
Huayopampa y la Asociación Escuela del Trabajo - 258 páginas
Sello Editorial SINCO EDITORES –Cuarta Edición-enero de 2018

     -PROYECTO EDUCATIVO NACIONAL: LA ESCUELA DE ESTUDIO Y TRABAJO
       Folleto editado por la Asociación Escuela del Trabajo “Germán Caro Ríos”         24 páginas , - Lima – Ayacucho 2019

Finalmente, dejamos constancia que la vigencia y proyección del pensamiento del maestro Germán Cao Ríos se mantiene vivo, por la acción directa de sus discípulos y continuadores de la 3ra. Generación que trabajaron conjuntamente hasta 1971, un año antes de la unificación del magisterio y la constitución formal del SUTEP en julio de 1972. Este año 2020, una nueva generación de jóvenes que tienen 25 años como promedio –años más o años menos-  se incorporan a al movimiento social, para continuar y desarrollar el camino desbrozado por J.C.Mariátegui, Germán Caro Ríos y otros luchadores sociales.

¡POR UNA EDUCACIÓN NACIONAL, CIENTÍFICA, POLITÉCNICA, INTERCULTURAL, ECO EFICIENE Y DEMOCRÁTICA, EN FUNCIÓN DE LA ECONOMÍA Y PRODUCCIÓN DE LA COMUNIDAD ¡

        Lima, 28 de Mayo de 2020 – Asociación Escuela del Trabajo “Germán Caro Ríos”
                                                                      Manuel Montañez V- Educador






FORUM SOBRE PLAN DE GOBIERNO 2019 - 2022 EN LA REGIÓN APURIMAC


FEDERACIÓN DEPARTAMENTAL DE INSTITUCIONES REGIONALISTAS DE APURIMAC EN LIMA – FEDIRAL

Lima, 26 de mayo de 2020.
Señores:
Acaldes de la Región Apurímac.
Presente.
                                                           Asunto: Invitación a participar en el Fórum                                                                                                                                          de Apurímac hacia el Bicentenario.

De nuestra especial consideración:

Nos es grato dirigirnos a los señores Alcaldes de las 7 Provincias, 81 Distritos y Centros Poblados de la Región Apurímac, para expresarles nuestro saludo cordial y manifestarles lo siguiente:

La prolongación de la cuarentena hasta fines de junio, impide la realización de diversos trabajos de manera presencial. Por lo que hemos aperturado el Ciclo de FORUMS vía Zoom, con contraseña FOROVES, con la finalidad de contar con la participación de los señores Alcaldes de las 7 Provincias, 81 Distritos y Centros Poblados de la Región Apurímac.

Por lo que solicitamos a los señores Alcaldes se sirvan exponer en este Fórum su Plan de Gobierno 2019-2022 y los avances de su realización. A fin de que las Asociaciones de Apurimeños con sede en Lima, puedan contribuir en la tramitación de sus gestiones por ante el Gobierno Central.

Al mismo tiempo, en este Fórum contamos con la participación de Profesionales apurimeños y apurimeñistas, quienes vienen exponiendo propuestas científico- técnicas sobre la Región Apurímac, que serán publicadas con ocasión del Bicentenario de la República.

Seguros de contar con vuestra participación, anticipamos nuestro sincero agradecimiento. 

Atentamente,

Domingo Suárez Soria                                          César A. Lerzundi Samanez
     PRESIDENTE                                                               COORDINADOR

miércoles, 27 de mayo de 2020

LOS LÍMITES DE LAS ESTRATEGIAS NEORRURALES




Martes.26 de mayo de 2020
Transcripción de una charla de Marc Badal. Ekintza Zuzena, nº 44.

Intervención de Marc Badal durante las jornadas de la Universidad Autónoma de Madrid: «Vivir (bien) con menos» (2015). Nótese que se trata de notas elaboradas a partir de la transcripción de una charla. Queremos remarcar que el tono del texto en el que se basa esta charla es muy distinto a como es presentado en público por el autor.

En los últimos tiempos cada vez hay mas gente que plantea que una de las soluciones a esta crisis civilizatoria es irse al campo y crear proyectos autogestionarios, relocalizar la economía, potenciar lo agrario, la agroecología, la soberanía alimentaria, etc. Esto ha llevado a que se produzca una explosión de todo lo que se ha venido a denominar otros modelos alimentarios, circuitos cortos de comercialización, grupos de consumo, nuevas experiencias de producción agraria, etc. Se ha generado, por tanto, una nueva situación en la que estos temas están más o menos de moda y en la que mucha gente se va al campo llena de ilusiones.

«Neorrurales» es una palabra con la que se suele denominar a este grupo humano que, por otro lado, es absolutamente heterogéneo. De todas formas, a pesar de esta heterogeneidad, compartiríamos la idea de que se está dando una proyección en el medio rural de una especie de construcción imaginaria que cada uno recrea a su manera, pero que, en cierto modo, es la que te alienta a dar este paso. Digamos que en el medio rural esperamos encontrar lo que la ciudad nos niega, una veces son expectativas revolucionarias, otras, encontrarse a si mismo, o buscar un empleo, o pagar un alquiler más barato, o no pagarlo porque vas a casa de un familiar que vive en un pueblo, etc.

En cualquier caso, este no es un fenómeno nuevo porque ya desde los años 60, 70 y 80 en nuestra realidad territorial hay gente que viene dedicándose a estas actividades. Se puede decir que venimos a reproducir una larga tradición, una cierta visión idealizada, o bastante dulce, de lo que es el medio rural. En este sentido, los hippies de ahora o los alternativos agroecológicos, los anticapitalistas, los okupas rurales o lo que seamos, venimos a ofrecer una nueva versión, una nueva variación de este ritornelo que se ha reproducido en divrsos momentos de la historia (antigüedad griega, romana, edad media, Al Andalus, toda una corriente de poesía inglesa del s. XVIII y XIX vinculado al Romanticismo, los naródniki rusos etc).

Mientras en los años 60, 70, 80 la vuelta al campo se había encarnado sobre todo en la figura de los hippies, de las comunidades o comunas rurares. A mediados de los 90 el monopolio de lo rural alternativo lo tomó un grupo de personas cercanas a espacios libertarios o antagonistas, para desplazarse el foco en los últimos años más hacia lo que se ha venido en llamar movimiento agroecológico, experiencias de producción y distribución en circuitos cortos, de cooperativas de consumidores y productores, redes de semillas, etc.

Por otro lado, en los últimos tiempos se ha obrado una suerte de metamorfosis en la que el campo ya no rima con trabajo extenuante, chismorreo, beatería, caciquismo. Ahora de repente el campo rima con saludable longevidad, sostenibilidad ecológica, libertad individual, expresión de uno mismo, satisfacción personal, etc. Todas las políticas de erradicación agraria, que también se suelen llamar de desarrollo rural, han favorecido áreas como el turismo rural, además de una serie de mecanismos para impulsar esta nueva imagen que corresponde muy poco a las de películas que hace unos años retrataban a los catetos que venían a la ciudad.

Sin embargo, creo que la imagen que se nos presenta o que nos hemos montado del campo tiene bastante poco que ver con lo que realmente existe en el medio rural o lo que se está imponiendo. Es decir, en el campo hace tiempo que la tierra ha dejado de ser el eje que vertebra lo económico, lo social y lo cultural. En el campo existen infraestructuras de comunicación, instalaciones que molestan en las áreas urbanas y se instalan en esos sitios «vacíos». También en algunas zonas privilegiadas el campo se ha convertido en una especie de espacio vacacional, en otras se siguen produciendo mercancías, pero que en general tienen poco que ver con la alimentación de las personas que viven más o menos cerca: se produce etanol o celulosa o piensos transgénicos. Entonces, esta realidad contrasta fuertemente con la imagen proyectada. Aun y así el mecanismo funciona porque la ruralidad se ha convertido en una especie de isla de alteridad en medio de una cultura dominante absolutamente urbana, con lo cual es automático el efecto de que lo rural se convierta en un exotismo. Es precisamente este exotismo de lo rural es el que también en cierta manera nos lleva a los más idealistas y transgresores a dar este paso.

No solo es que la realidad rural no coincida con la imagen de postal, sino que, como decía Debord, la barrera entre lo urbano y lo rural, si alguna vez ha existido, se ha desgajado por el hundimiento simultáneo de las dos realidades.

Los suburbios, ya sean de los 60, 70, 80 o los de ahora de la plena crisis, en cierto sentido representan la síntesis de este hundimiento y son el sumidero de antiguos campesinos. Somos los huérfanos del mundo campesino desaparecido hace cuatro días ante nuestras narices y la gente que estamos aquí, de primera, de segunda o de tercera generación, a no ser que descendamos de hidalgos o de altísima burguesía, todos somos hijos o nietos de campesinos. Naredo hace años ya escribía que el paisaje rural cada vez se parece mas a un híbrido entre un vertedero y un solar abandonado. Yo diría que no solo en lo ecológico, sino también en lo social. Cada vez más lo rural se ha convertido en una mala copia de lo urbano. Nos hemos quedado con lo más cutre y además –y yo creo que eso es algo común en la ciudad- con un proceso galopante de desintegración de todos los tejidos sociales.

Tópicos y nubarrones

Uno de los tópicos que se suele mencionar es que irse al campo es la hostia porque para empezar necesitas mucho menos dinero porque te abasteces de los ecosistemas locales en vez del mercado y del Estado, te conviertes en mucho más autosuficiente, menos dependiente, en cierto modo que te desconectas, pero esto no es cierto. No hay nadie, ni los que vivimos en la montaña lejos de las ciudades, ni los productores de agricultura ecológica que no dependamos entera y completamente del petróleo. En casi todos los trabajos y las tareas que realizamos en el día a día necesitamos materiales, herramientas, maquinaria, combustibles, transportes, etc. Se podría decir quizás que estamos relativamente más cerca de una situación post-petróleo, pero si el paso a hacer sería, por poner un símil, tener que cruzar un río de un salto, pues tal vez nuestro río tiene 50 metros de ancho en vez de 200 metros de ancho, pero igualmente el salto es imposible. Es decir, estamos tal vez relativamente más cerca, pero en términos absolutos nos encontramos en una encrucijada no muy diferente a la que se encontraría un productor convencional de gran escala.

Además, en el entorno aparecen ciertos nubarrones que nos hacen muy incierta la producción a medio y largo plazo, como sería la degradación ecológica galopante del entorno en el que habitamos. Ya no es solo la cuestión del cambio climático, sino la simplificación y la degradación de los ecosistemas lo que nos depara gran incertidumbre a nivel de manejo de nuestros cultivos. A ello hay que añadir el etnocidio campesino, la desaparición del campesinado europeo en la últimas décadas nos deja también desvalidos de la herramienta seguramente más importante con la que podríamos contar para una agricultura post-petróleo, que serían los conocimientos tradicionales de la producción alimentaria en una época en que no se necesitaba petróleo para producir alimentos.

Otro nubarrón podría ser seguramente el incremento del control estatal de todas nuestras actividades. Hasta ahora hemos conseguido que nuestras actividades se muevan en una especie de limbo fiscal y legal, como una cosa microscópica que no molesta a nadie y que se tolera, pero en Catalunya hace unos años ya empezaba a sonar la mosca de que la Generalitat quería empezar a hacer un censo de las iniciativas agroecológicas en el área metropolitana de Barcelona, lo que podía entenderse como un paso previo a otro tipo de medidas de control.

No solo tenemos limitaciones materiales o económicas, sino que progresivamente nos cuesta más distinguir nuestras propias experiencias de otras que cada vez se parecen más a lo que hacemos. Distinguir entre estar en una cooperativa de producción y distribución de alimentos ecológicos o ir a comprar un producto ecológico en el Carrefour es bastante sencillo. Sin embargo, cada vez es más difícil diferenciar entre proyectos que honestamente persiguen una transformación social a través de lo agroalimentario de proyectos empresariales que van adoptando el discurso y algunas prácticas similares.

Otro de los tópicos y a la vez uno seguramente el gran talón de Aquiles de nuestras experiencias es la idea de que supuestamente cuando te vas a vivir al campo ingresas en un estadio moralmente superior que te hace un poco librarte de todas las miserias, de todas las actitudes vergonzantes que nos han inculcado desde que nacimos en el quirófano, como si un cambio de escenario podría generar una especie de ser humano nuevo. Esto no solo no es cierto, sino que es el principal problema que tenemos. No únicamente la gente que vivimos en este tipo de experiencias, sino que a nivel social, nos cuesta muchísimo estar con alguien y hacer cosas con otras personas. Esta es la primera causa de abandono y de conflictos de estos proyectos.

En relación a la acción política, intentar cualquier tipo de actividad por muy subliminal que sea en el medio rural, me refiero a los que hemos llegado de fuera con ideas bastante estrafalarias, es algo sumamente delicado y que requiere de una maestría que excede nuestras capacidades. Entonces construir complicidades y tejer alianzas es muy complicado. Hay que ser consciente además de que a la mínima de cambio se pueden ir al traste, especialmente cuando hay situaciones de tensión y sobre todo cuando la gente que llegamos de fuera no movemos ni una coma para cambiar nuestras actitudes y nuestro discurso..

Para terminar, a veces tengo la sensación en algunos autores muy concretos, pero que en ciertos ambientes han sido bastante leídos, presentan la ida al campo como LA solución. En este sentido, los neorrurales podríamos pensarnos como una especie de jardineros de edenes que vamos allá e intentamos construir nuestros pequeños mundos. Por otro lado, hay otra gente que yo denominaría planificadores territoriales o urbanistas de edenes que se atreven o que tienen la pulsión de presentarnos los rasgos bastante concretos y definidos de una realidad post-capitalista, post-fósil, post-industrial, o lo que sea. Yo entiendo que puede tener cierta utilidad este tipo de ejercicios, pero a veces tengo la sensación de que existe la necesidad o exigencia por parte de la audiencia de que le ofrezcan soluciones, y a poder ser LA solución. Todos estos planes tan bien montados, tan bonitos, mezclados con una especie de optimismo compulsivo que en los entornos agroecológicos y ecologistas es bastante habitual y que desgraciadamente no comparto, generan una síntesis que en mi opinión dificulta bastante el hecho de afrontar la autocrítica y la reflexión sobre nuestros propios límites como algo que lejos de ser paralizante parece que ayuda un poco a entender de dónde venimos y dónde estamos.


URGENTE AUSTERIDAD ESTATAL





        
Escribe: Milcíades Ruiz
La administración de un país, depende de la capacidad de los gobernantes en el manejo de los recursos nacionales. Su mal manejo suele causar desgracia en millones de familias. ¿Qué haríamos en el hogar ante una crisis de ingresos? Obviamente, lo primero que pensaríamos, sería eliminar gastos no indispensables y buscar ingresos de cualquier manera. Si no lo hacemos, habrá sufrimiento extremo. Esto ya está sucediendo en la familia nacional. Sin embargo, el gobierno está actuando con otra lógica.

Lo ideal en épocas normales es que se gobierne para todos y no solo para una minoría. Pero en circunstancias de crisis como las que tenemos ahora, se precisa gobernar para las mayorías. La justificación es que todo se reduce a la disponibilidad de recursos y en una sociedad piramidal, ordenada por el dinero, las minorías tienen un margen de soporte que las mayorías no la tienen. Se atiende primero lo más débil.

Muchos de ustedes dirán: Este no sabe dónde está parado. Realmente, esta lógica no rige en un país capitalista como el nuestro. Sería ir contra la historia “bicentenaria”. Solo los incautos piensan que la lógica capitalista funciona con sentimentalismos humanitarios. Basta ver los miles de millones que vienen ganando los fabricantes de medios sanitarios y medicinas, laboratorios y cadenas de farmacias, traficando con la angustia de las familias contagiadas por el coronavirus.

Lo que manda es el capital. Capital, es poder. Se gobierna para el capital y así está concebido el plan de reactivación del gobierno. Te suelto de la cuarentena, pero para que sirvas al capital. Si no tienes capital, no vales nada económicamente. Así, todos trabajamos para el capital, aunque no lo hagamos directamente. Aquel que diga que no, “Perdónalo señor …”. Pero basta de palabrería y volvamos al punto. Austeridad estatal salvo para combatir la pandemia.

A medida que la pandemia va perdiendo predominancia, se va imponiendo la predominancia de la crisis económica que se agrava aceleradamente. Entonces, lo primero que tendríamos que pensar es en reestructurar nuestro presupuesto nacional como hacemos con el presupuesto familiar, eliminando gastos superfluos. Necesitamos un plan nacional anticrisis para la emergencia y un plan nacional de reestructuración de la república, para generar condiciones económicas que nos proteja frente al poder de la dominación social.

Podríamos plantear el cambio de política de estado sobre los recursos naturales. Es momento de reorientar la explotación de nuestra despensa marina, como socorro alimentario contra el hambre por crisis. Actualmente, la mayor parte se va al extranjero para alimentar cerdos, mientras nuestra gente pasa hambre y desnutrición. Habría abundancia de pescado barato deshidratado y fresco como era antes de que aparecieran las fábricas de harina de pescado. En ese entonces, todas las bodegas, hasta las más pequeñas de la serranía vendían pescado seco a precio de centavos. 

También, podríamos plantear la fusión de ministerios, lo que podría significar una reducción del 50% en los gastos totales pues estas dependencias tienen partidas presupuestales duplicadas, triplicadas y multiplicadas. Gran parte de funcionarios poseen tarjetas de crédito a costa del presupuesto nacional (bonificación de víveres). Igualmente es menester la postergación de gastos militares en armamento, maquinaria, equipos, aviones, barcos, vehículos, etc.

Eliminar el régimen de empleados públicos para las autoridades electas, como era antes cuando los alcaldes no percibían sueldo, pues hay muchos peruanos patriotas que lo harían sin provecho personal. Muchos se han jubilado con el sueldo de congresista, de alcalde, con tan solo un periodo de gobierno. Ni qué decir de los gastos parlamentarios, aguinaldos, gratificaciones, escolaridad, aunque no tengan hijos en edad escolar, representaciones ficticias, viajes al extranjero y un sin fin de granjerías.

Hay pues, abundante material para fundamentar ambos planes. Declarar en estado de emergencia la administración estatal es mucho más que la reestructuración presupuestal, pero me circunscribiré a esto último, que es lo más elemental y urgente para detener los malos manejos del presupuesto nacional. La corrupción gubernamental ha sido una constante histórica que se repite consuetudinariamente a nivel nacional, regional y municipal. Pero nadie reclama por el mal uso del presupuesto, aunque la burocracia lo despilfarre.

Pasen por cualquier oficina pública al amanecer y verán que no hay consciencia del gasto de electricidad, como sucede en millones de oficinas estatales. Pero el gasto es inmenso también en lo que no podemos ver. La Dirección General de Presupuesto Público del MEF, de donde proviene la actual ministra del ramo, tenía el año pasado 27 asesores con cargo al FAG- (Fondo de apoyo gerencial). Según estudio del diario “El Comercio” este fondo había desembolsado en el 2019 al menos S/ 55 millones, para 355 asesores en diversos ministerios (130 en el MEF), 20% más que el año anterior.

Como se aprecia en el cuadro del referido diario que se muestra aquí, el número de asesores (FAG) y el gasto que realiza el MEF para la contratación, supera a la cantidad que tienen 12 ministerios juntos.


Así como este, son muchísimos los casos demostrativos de este mal endémico. Pónganse a pensar en la cantidad de asesores que hay en todo el aparato estatal nacional regional, 196 municipalidades provinciales, 1,655 distritales y 2,534 municipalidades de centros poblados menores. Todos ellos repartiendo canastas de víveres de emergencia a su regalado gusto. Desgraciadamente, este mal continúa sin modificación. El presupuesto aguanta todo, hasta el millonario seguro presidencial.

Sin embargo, el diario El Comercio, señalaba en setiembre pasado que la ejecución de los proyectos de los 18 ministerios apenas alcanzaba el 43,36% de lo presupuestado. En el colmo de la ineficiencia, la burocracia del ministerio de salud solo utilizó el 23,1% de su presupuesto. Esto ha costado muchas vidas con la pandemia. Tenían el presupuesto y no lo usaron para equiparse. ¿Deberíamos continuar con este aparato estatal?

Este año, en el informe del economista Pablo Villa del CENTRO BARTOLOMÉ DE LAS CASAS al 16 de abril, podemos apreciar el gráfico de la ejecución presupuestal en los gobiernos regionales en plena pandemia. Ver el caso de Piura, tan castigado por la inoperancia. (PIM presupuesto inicial modificado)


Vemos pues, que la gestión del frondoso aparato estatal es, desastrosa. A pesar de todas las gollerías, la burocracia es inútil hasta para gastar sus propios presupuestos. No se trata de gastar por gastar, sino de emplear eficientemente los recursos del Estado. No como hacen algunas dependencias que, ante la incapacidad de gasto, aparentan cumplir utilizando el dinero en gastos innecesarios con coima, tales como: remodelación de parques, de oficinas, de almacenes y así gastar como sea en servicios, pintura, adornos, etc.

Hay mucho más que señalar porque es inmensa la cantidad de gastos estatales vanos. Todos los gastos de emergencia están en manos de los buitres. De allí la urgencia de proceder de inmediato. Cada día que pasa perdemos muchos millones que se necesitarán para la recuperación. Perder tiempo es perder dinero.

El Plan de austeridad de gastos estatales, reduciéndolos al mínimo indispensable, incluye eliminar todas las partidas presupuestales de gastos corrientes en celebraciones, gastos superfluos en actividades institucionales, cafetería, papel higiénico, toallas, servicios no indispensables, etc. Son miles de millones que se pierden en materiales y servicios no indispensables en todos los ministerios y dependencias públicas, del gobierno nacional, regional y local. 

Son miles de millones los que se van en el consumo eléctrico pues todas las oficinas tienen luz día y noche, aunque no se usen. Lo mismo sucede con los combustibles y papel. Ni que decir de los gastos por publicidad estatal no indispensable. Igualmente habría que reducir las falsas consultorías y asesorías ficticias en las planillas públicas, incluyendo las del Parlamento. Hay miles de asesores en todos los niveles de gobierno que no asesoran a nadie y están solo por favoritismo político.

En política también podemos hablar de costo beneficio al momento de reorganizar la administración pública, eliminando dependencias burocráticas de bajo rendimiento. Pero me he extendido ya bastante en esta nota digital. Únicamente concluiré diciendo que nada de lo dicho es posible si no hay organización popular que asuma los exija corajudamente. En la desorganización social está la causa de nuestra dominación. Yo me quedo en casa. No tengo ni para salir

Mayo 26, 2020
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