viernes, 29 de julio de 2016

DESPUÉS DE LAS PROTESTAS, BACHELET PROMETE CAMBIOS EN EL SISTEMA DE PENSIONES DE CHILE





Adital

La presidente de Chile, Michelle Bachelet, afirmó que su gobierno ira estimular la creación de una agencia estatal para la jubilación de los trabajadores. Las declaraciones vienen después de manifestaciones contra el sistema de la seguridad social que ocurrieron el domingo, 24-07-2016, en varias ciudades. La mayor de ellas en la capital Santiago, reunió 90 mil personas, según la policía.

En Chile, la jubilación es enteramente controlada por la iniciativa privada. Los protestos fueron contra las AFPs, las administradoras del fondo de pensiones. Organizados por la asociación No Más AFP, los manifestantes denuncian que el valor de las jubilaciones es muy inferior en relación a la contribución, y que su valor medio es inferior al salario mínimo del país.

"Los ciudadanos nos recuerdan una vez más que tenemos un desafío enorme en relación a las pensiones: asegurar que sean justas y que reconozcan la dignidad y el esfuerzo del trabajo de las personas”, dijo Bachelet. Ella también afirmó que "estamos estimulando la creación de una AFP estatal y definiendo un plan para tener un sistema de pensiones que tenga más solidaridad y mejores pensiones de manera sustentable.”

La privatización en la era Pinochet

Las AFPs fueron creadas en 1980, durante la dictadura del general Augusto Pinochet. Se trata de instituciones privadas que administran los recursos de las contribuciones de la seguridad social de los trabajadores chilenos. La medida fue tomada en un contexto de privatizaciones estimuladas por el gobierno militar. Actualmente, lo que se pide es el fin del lucro de esas agencias.

Ninguno de los gobiernos democráticos consiguió implementar una reforma de fondo en el sistema de pensiones. Bachelet incluyó la reforma entre sus promesas de campaña, y un proyecto para la creación de una AFP estatal fue enviado al Congreso en 2014, año en que ella asumió el cargo por segunda vez. Sin embargo, la propuesta no avanzó en el parlamento.

La reforma de la seguridad social en Brasil

En Brasil, se discute hace años la necesidad de cambios en la seguridad social del país, pero sucesivos gobiernos encuentran dificultad para aplicar tal medida impopular. El principal punto de controversia está en el aumento de la edad para la jubilación. Economistas afirman que, por cuenta del envejecimiento de la población, la edad mínima debe ser aumentada. Organizaciones sindicales, por otro lado, se posicionan contrariamente a los cambios.

Por João Flores da Cunha / IHU y agencias | Traducción: Juan Luis Hermida


HACIA EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ, SEGÚN LOS ESPAÑOLES …





Coloquio:
HACIA EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ, SEGÚN LOS ESPAÑOLES …


En el blog de Juan Luis Orrego, a quien respeto y admiro por su abundante trabajo de difusión histórica, aparece la información sobre el Coloquio hacia el Bicentenario de la Independencia del Perú realizado en noviembre de 2014 y quisiera saber cuál fue el resultado (http://blog.pucp.edu.pe/blog/juanluisorrego/2014/10/01/vi-coloquio-hacia-el-bicentenario-de-la-independencia-del-per/) y debo admitir que me ha alarmado. En su artículo dice lo siguiente:

La importancia de este Coloquio Hacia el Bicentenario de la Independencia del Perú consiste, en mi opinión, en que:
“La edición del coloquio de este año contará con la participación de los académicos Manuel Chust Calero (Universidad Jaime I de España), Alfredo Moreno Cebrián(Consejo Superior de Investigaciones Científicas), Ascensión Martínez Riaza (Universidad Complutense) y Carmen McEvoy (University of the South, Sewanee, Estados Unidos), y presentará dos tipos de actividades.
En primer lugar, habrá un taller, previa inscripción, con profesores de colegios y alumnos de Historia, que estará a cargo de los invitados extranjeros. COMO RESULTADO DE ESTOS TALLERES DE TRABAJO GRUPAL, SE EDITARÁN LOS CUADERNOS DEL BICENTENARIO, UN MATERIAL DE ENSEÑANZA PARA LOS COLEGIOS A NIVEL NACIONAL. Luego habrá dos sesiones plenarias, abiertas al público: la conferencia magistral del profesor Manuel Chust y la presentación del libro “La Independencia inconcebible: el trienio liberal español y la pérdida del Perú” (1820-1823) a cargo de los invitados.
Aplaudo la iniciativa de que se actualicen los textos de historia del Perú en general y sobre todo los textos escolares, porque son parte de los elementos que forman o deforman la idiosincrasia nacional.

Sería muy conveniente que el Estado Peruano haga un esfuerzo por incluir los textos difundidos por Charles Mann en su obra 1491, publicada en 2005, donde describe los últimos descubrimientos científicos sobre la realidad en el continente americano antes de la llegada de los europeos.

Así, por fin, sabremos el auténtico valor de nuestra cultura y de nuestros ancestros.

Pero, me pregunto:
¿Dos catedráticos españoles nos vinieron a enseñar cómo fue el proceso de independencia en nuestro país?

Y formulo otra pregunta incauta:

¿El ministerio de Educación de Chile permitiría que dos catedráticos peruanos incluyan en el programa oficial de educación sobre la Historia de Chile la versión peruana sobre la Guerra del Salitre? 

Mi última pregunta ingenua:

¿Habrán incluido en los Cuadernos del Bicentenario el verdadero papel y decisivo aporte de las partidas de Montoneros, de héroes como Ninavilca entre centenares más?  Las partidas de Montoneros  y sus heroicas Rabonas surgieron patriótica y casi espontáneamente en la Sierra del Perú.

Me preocupa que los textos de historia, en su gran mayoría, hagan hincapié en la deuda que tenemos los peruanos con las expediciones libertadoras del sur (San Martín) y del norte (Simón Bolívar) que fueron remuneradas con préstamos que el Perú contrajo con Inglaterra o el bloqueo naval que fue financiado por  Chile (a quien no se ha agradecido nunca el gesto). 

Hubo cerca de 20 mil británicos en nuestra independencia porque el objetivo de Inglaterra era apropiarse de nuestros territorios, abundantes en recursos naturales, en cuanto España los dejara ir. Prueba de su éxito, es que al independizarnos de España todas nuestras riquezas quedaron en manos de los británicos.

Los generales de San Martín fueron premiados con haciendas y fincas y todos los soldados extranjeros recibieron sueldos que eran el doble de lo que ganaban en el ejército británico. La mayoría de los extranjeros eran mercenarios y fueron compensados por su trabajo y recompensados  con dinero o con propiedades, por sus hazañas.

No fue así con los montoneros peruanos, indígenas casi todos, que fueron carne de cañón, lo único que recibieron del país, por su contribución a la independencia, fueron sus muertos para enterrarlos, ni siquiera les dieron las gracias, no figuran en ningún texto de historia ni en ningún monumento o memorial y sin embargo fueron ellos, miles de ellos, PERUANOS, que con sus mujeres padecieron hambre, frío, torturas y vieron sus pueblos arrasados por los españoles que San Martín ordenó que fueran respetados por los montoneros, al salir derrotados por el tenaz y exitoso cerco que formaron en Lima miles de indígenas.

Esos verdaderos héroes peruanos, cambiaron el resultado de las batallas poniéndolas a favor del Perú cuando las expediciones del norte y del sur ya se habían rendido.

Los únicos peruanos que figuran en el panteón de los próceres, en los billetes, calles, avenidas y monumentos son en su mayoría los vende-patrias que negociaban la entrega de nuestros territorios y ofrecían convertirnos en protectorado inglés o norteamericano o devolvernos al seno de España, o los que se enriquecieron ilícitamente en sus cargos públicos.

¿Cómo se puede luchar contra la corrupción si la historia que enseñan en las escuelas nos dice que a los peruanos nos tuvieron “que regalar” la independencia, porque éramos tan cobardes que no luchamos por ella? ¿Si nos inyectan en la mente el modelo del gobernante que puede robar, siempre y cuando haga una que otra obra?, ¿si la impunidad campea oronda a todo lo largo de la historia del Perú?

Ya es hora de que los historiadores escriban la verdadera historia del Perú y no esos cuentos que nos ponen por modelo a los políticos deshonestos, a los que agasajaban y les pagaban su sueldo a los soldados españoles, mientras que les negaban un pan y un vaso de agua a los montoneros que eran quienes defendían a la patria.

¿Cómo es posible que se rinda pleitesía a los caudillos corruptos y que los “vecinos notables” (que les pagaban el sueldo a los soldados realistas) firmaran el acta de la Independencia, mientras que héroes como los montoneros que obligaron a los españoles a rendirse, no fueron ni siquiera invitados a esa ceremonia?

Quispe Ninavilca, líder huarochirano, BRINDÓ TODA SU FORTUNA EN PRO DE LA CAUSA DE LA INDEPENDENCIA, Y COMBATIÓ SIN DAR RESPIRO AL ENEMIGO ESPAÑOL. Por su patriotismo y entrega a favor de la emancipación, se hizo acreedor a una medalla de oro, que le concedió el Libertador San Martín, el 1 de octubre de 1821. Asimismo, por sus méritos y servicios a favor de la libertad del Perú, el generalísimo le confirió el grado de capitán, el 13 de febrero de 1822 y el 1 de julio del mismo año, el grado de sargento mayor.

El patriotismo y valor fueron las principales características de este prócer, quien muchas veces fue calumniado y combatido por jefes extranjeros. Ninavilca, siempre luchó por los intereses de sus coterráneos y nunca estuvo de acuerdo en mantener mandos foráneos en los destinos de la naciente república, por ello fue atacado.

El líder huarochirano MURIÓ EN LA MÁS ÍNFIMA POBREZA EN EL EXTRANJERO Y YACE EN ALGUNA FOSA COMÚN EN EL CEMENTERIO DE GUAYAQUIL. Lamentablemente, sus restos no han sido hallados porque QUIEREN MANTENERLO ETERNAMENTE ANÓNIMO Y DESCONOCIDO.

Lima, 27 de julio 2016
Yolanda Sala Báez
DNI 10558636

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Autor: la narradora
Estudié antropología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, me dediqué 35 años a la traducción y hoy, por fin, escribo relatos y estoy trabajando en mi primera novela


¿CÓMO LLEGAMOS A ESTE CAOS?




Roberto Savio

ALAI AMLATINA, 27/07/2016.- Una maldición china dice “Ojalá que le toquen tiempos interesantes”, ya que demasiados acontecimientos perturbarían el elemento esencial de la armonía, base del panteón chino.

Y estos son, por cierto, tiempos interesantes, en que se acumulan acontecimientos dramáticos, desde terrorismo a golpes de Estado y desde desastres climáticos pasando por el declive de instituciones hasta agitación social. Sería importante, aunque difícil, repasar brevemente cómo llegamos a esta situación de “falta de armonía”.

Comencemos por algo conocido. Tras la Segunda Guerra Mundial, hubo consenso en la necesidad de evitar que se repitiera el horror vivido entre 1939 y 1945. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue el foro que reunió a casi todos los países, y la consiguiente Guerra Fría propició la creación de una asociación de jóvenes estados recién independizados, los Países No Alineados, devenidos en una zona de contención entre Oriente y Occidente.

 La brecha entre el Norte y el Sur Global se convirtió en el asunto más importante de las relaciones internacionales. Tan así que en 1973, la Asamblea General de la ONU adoptó de forma unánime una resolución sobre el Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI). El mundo acordó un plan de acción para reducir las desigualdades, impulsar el crecimiento global y hacer de la cooperación y el derecho internacional la base de un mundo en armonía y en paz.

Tras la adopción del NOEI, la comunidad internacional comenzó a trabajar en ese sentido y tras la reunión preparatoria de París, en 1979, se organizó una cumbre con los jefes de Estado y de gobierno más influyentes en el balneario mexicano de Cancún, en 1981, para adoptar un plan de acción global.

 Entre los 22 jefes de Estado y de gobierno presentes, estaban el presidente estadounidense Ronald Reagan (1981-1989), elegido pocas semanas antes, quien se encontró con la primera ministra británica Margaret Thatcher (1979-1990), y ambos mandatarios procedieron a anular el NOEI y la idea de cooperación internacional. Los países diseñarían políticas según sus intereses nacionales y no se inclinarían ante ningún principio abstracto.

La ONU comenzó su declive como ámbito para fomentar la gobernanza. El lugar para la toma de decisiones pasó al Grupo de los Siete (G7) países más poderosos, hasta entonces un órgano técnico, y otras organizaciones dedicadas a defender los intereses nacionales de las naciones más fuertes.

 Además, otros tres acontecimientos ayudaron a Reagan y a Thatcher a cambiar el rumbo de la historia.

El primero, fue la creación del Consenso de Washington, en 1989, por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que impusieron la política según la cual el mercado era el único motor de las sociedades y los estados pasaron a ser un obstáculo y debían achicarse lo más posible. Reagan incluso evaluó la eliminación del Ministerio de Educación.

El impacto del Consenso de Washington en el llamado Tercer Mundo fue muy doloroso. Los ajustes estructurales redujeron drásticamente el frágil sistema público.

 El segundo, fue la caída del Muro de Berlín, también en 1989, que trajo aparejado el fin de las ideologías y la obligada adopción de la globalización neoliberal, que resultó ser una ideología todavía mucho más estricta.

 La globalización neoliberal se caracterizó por el predominio del mercado, que liberó a las empresas “libres” o privadas de toda obligación con el Estado; la reducción del gasto público en servicios sociales, la que destruyó las redes de protección social; la desregulación, la disminución de toda regulación estatal que pudiera reducir las ganancias, y la privatización, la venta de las empresas estatales, de bienes y servicios a inversores privados.

 Además, implicó la eliminación del concepto de “bien público” o “comunitario” y lo reemplazó por la “responsabilidad individual”, obligando a las personas más pobres a buscar soluciones por su cuenta para su falta de atención médica, de sistemas de educación y de seguridad social y luego culpándolas de su fracaso, considerándolas “flojas”.

 El tercero, fue la eliminación progresiva de las normas que regían al sector financiero, iniciada por Reagan y terminada por Bill Clinton (1993-2001) en 1999, en el marco de la cual los bancos de depósitos pudieron utilizar el dinero de sus clientes para la especulación.

Entonces, las finanzas, consideradas el lubricante de la economía, siguieron su propio camino, embarcándose en operaciones muy riesgosas y sin relación con la economía real. Actualmente, por cada dólar de bienes y servicios producidos, se generan 40 dólares en transacciones financieras.

Ya nadie defiende el Consenso de Washington ni la globalización neoliberal. Quedó claro que si bien desde el punto de vista macro, la globalización aumentó el comercio e impulsó el crecimiento financiero y global, a escala micro, resultó un desastre.

Los defensores de la globalización neoliberal sostenían que el crecimiento le llegaría a todo el mundo. En cambio, se concentró cada vez más en un número creciente de manos. En 2010, 388 personas concentraban la riqueza de 3.600 millones de personas. En 2014, ese número se redujo a 80 personas, y en 2015, a 62.

Tan así que ahora, el FMI y el Banco Mundial piden que se refuerce al Estado como regulador indispensable. Pero desde la caída del Muro de Berlín, Europa perdió 18 millones de personas de la clase media, y Estados Unidos, 24 millones. Además, ahora hay 1.830 multimillonarios con un capital neto de 6,4 billones de dólares. En Gran Bretaña se pronostica que en 2025 la desigualdad será la misma que en 1850, en plena época victoriana y cuando nacía el capitalismo.

El nuevo mundo creado por Reagan se basó en la codicia. Algunos historiados sostienen que la codicia y el miedo son los dos motores de la historia, y los valores y las prioridades cambian en una sociedad codiciosa.

Volviendo a nuestros días, tenemos un nuevo grupo de jinetes del Apocalipsis, los daños de los pasados 20 años (1981-2001) se agravan en los siguientes 20 años (2001-2020), los que todavía no transcurrieron.

El primer jinete, fue el colapso del sistema bancario en 2008 en Estados Unidos por especulaciones absurdas con los créditos hipotecarios. La crisis se expandió a Europa en 2009, a raíz de la caída del valor de los títulos inmobiliarios, como los griegos. Recordemos que para salvar al sistema financiero, los países destinaron cerca de cuatro billones de dólares, una cifra enorme si se tiene en cuenta que los bancos siguen teniendo unos 800.000 millones de dólares en activos tóxicos.

Mientras, los bancos tuvieron que pagar 220.000 millones de dólares en multas por actividades ilegales, pero ningún gerente fue condenado. Europa no volvió a la situación anterior a la crisis. Además, numerosos puestos de trabajo desaparecieron por la deslocalización de la producción a lugares más baratos y aumentaron los empleos de bajos salarios, además de los precarios.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un trabajador gana actualmente en términos reales 16 por ciento menos que antes de la crisis, lo que afectó principalmente a los sectores más jóvenes, con 10,5 por ciento de empleo promedio en Europa. Sin embargo, el único estímulo al crecimiento es para el sector bancario, al que el Banco Central Europeo vuelca 80.000 millones de dólares al mes. Ese monto habría resuelto fácilmente la falta de empleo juvenil.

 Los economistas hablan ahora de una “Nueva Economía”, en la que el desempleo es estructural. De 1959 a 1973, el crecimiento mundial se ubicó por encima de cinco por ciento al año, el que se redujo a tres por ciento en 1973, cuando la crisis del petróleo, que marcó un cambio. Y desde 2007 no logramos llegar a uno por ciento.

 Además, hay que agregar el desempleo creciente propiciado por el desarrollo tecnológico. Las fábricas necesitan una proporción menor de trabajadores. La Cuarta Revolución Industrial, que implica la producción robotizada y que ahora representa 12 por ciento del total se elevará a 40 por ciento en 2025.

Algunos economistas, como el estadounidense Larry Summers, una voz oficial del sistema, dicen que estamos en un período de estancamiento que durará varios años. El temor por el futuro se volvió una realidad, avivado por el terrorismo y el desempleo y por el sueño de muchas personas que creen que es posible volver a un pasado mejor.

 De eso se aprovechan, figuras populistas, desde el estadounidense Donald Trump a la francesa Marine Le Pen. Una de las consecuencias de la crisis es que en varios países europeos aparecieron partidos populistas, con plataformas nacionalistas y xenófobas, 47 la última vez que se contó. Muchos de ellos ya están en el gobierno o integran coaliciones gobernantes, como en Eslovaquia, Hungría y Polonia, y habrá que prestar atención a las próximas elecciones de Austria.

El segundo jinete del Apocalipsis es el resultado de las intervenciones armadas de Estados Unidos en Iraq, y luego de Europa en Libia y Siria, con un papel particular del ex presidente francés Nicolas Sarkozy (2007-2012).

Eso derivo en que a partir de 2012, Europa comenzara a recibir una inmigración masiva y para la cual no estaba preparada. De repente, a la gente le dio miedo la ola humana que se venía y su impacto en el mercado laboral, la cultura, la región, etcétera, convirtiéndose en un elemento importante del miedo.

 Y luego el tercer jinete, fue la creación del Estado Islámico (EI) en Siria en 2013, uno de los regalos de la invasión de Iraq, encabezada por Estados Unidos. No nos olvidemos de la crisis global, que comenzó en 2008, y desde entonces el populismo y el nacionalismo comenzaron a crecer.

El espectacular impacto del EI en los medios y la radicalización de muchos jóvenes europeos de origen árabe, por lo general marginados, acentuó el temor y fue un regalo para el populismo, ahora capaz de utilizar la xenofobia para movilizar a ciudadanas y ciudadanos inseguros y descontentos.

La decadencia de las instituciones europeas llevó a muchos países, tras el brexit, a pedir una profunda revisión del proyecto europeo. El 2 de octubre, Hungría consultará a su ciudadanía: ¿Aceptaría una cuota de inmigrantes impuesta por la Unión Europea (UE) contra la voluntad de parlamento húngaro?

Ese mismo día se repiten las elecciones en Austria por cuestiones de forma, luego de que en las anteriores, la extrema derecha perdiera por 36.000 votos. Le seguirán Holanda, Francia y Alemania, con la probabilidad de que crezcan los partidos de extrema derecha. Asimismo, Polonia y Eslovaquia también quieren realizar referendos sobre la UE. Es posible que para fines de 2017, las instituciones europeas estén profundamente dañadas.

El verdadero problema es que desde la fallida Cumbre de Cancún en 1981, los países perdieron la capacidad de pensar juntos. India, Japón, China y muchos otros atraviesan una ola de nacionalismo.

 En Cancún, todos los participantes, desde el entonces presidente francés François Mitterrand (1981-1995) hasta la primera ministra india Indira Ghandi (1066-1977 y 1980-1984), desde el presidente tanzano Julius Kambarage Nyerere (1964-1985) hasta el primer ministro canadiense Pierre Trudeau (1968-1979), compartían ciertos valores de justicia social, solidaridad, respeto por el derecho internacional, así como la convicción de que las sociedades fuertes eran la base de la democracia, excepto, por supuesto, Reagan y Thatcher, la que declaró: “no existe la sociedad, solo hay individuos”.

También consideraban a la paz y al desarrollo como paradigmas de buena gobernanza. Todo eso desapareció. Los líderes políticos actuales, sin ideologías y subordinados a las finanzas se han volcado principalmente al debate administrativo, sobre asuntos puntuales, sin contexto y donde es difícil distinguir entre la izquierda y la derecha. Claramente, estamos en un período de codicia y temor.

 El tiempo no ayuda.

 En 1900, Europa concentraba 24 por ciento de la población mundial. A fines de este siglo, solo cuatro por ciento. Nigeria tendrá más habitantes que Estados Unidos, y África, que ahora tiene 1.000 millones de habitantes, tendrá 2.000 millones en 2050 y 3.000 millones en 2100. Sería hora de que se discutiera cómo hacer frente al mundo que se viene. Se necesitaron 25 años para llegar a un acuerdo sobre cambio climático, y quizá ya demasiado tarde. En materia de migraciones y empleo, ese tiempo es una eternidad.

Además, ese debe ser un acuerdo global, no solo una reacción impulsiva de la canciller de Alemania, Ángela Merkel, en completa soledad, sin siquiera consultar al actual presidente de Francia, François Hollande. Pero ese tipo de agenda es políticamente inimaginable. ¿Cómo discutir algo así con Le Pen, Trump y otros populistas emergentes en el marco del nacionalismo que se propaga por el mundo?

- Roberto Savio es periodista italo-argentino. Co-fundador y ex Director General de Inter Press Service (IPS). En los últimos años también fundó Other News, un servicio que proporciona “información que los mercados eliminan”. Other News .