martes, 20 de octubre de 2020

NECESITAMOS PENSAR

Jaime Araujo-Frias

19 de octubre 2020

Estamos experimentando una crisis y por eso somos afortunados. La crisis que vivimos no es la sanitaria ocasionada por la Covid-19. Esta es solo una de las consecuencias de la crisis principal. Lo que estamos experimentando es la crisis de un modo de pensar y, en consecuencia, de vivir. Y, somos afortunados porque toda experiencia de crisis es un estímulo para el pensamiento. La oportunidad para crear  las posibilidades de un país y de un mundo mejor. Y, tal vez el único modo de generar esas posibilidades sea cambiando nuestro modo de pensar.

Pensar supone ver problemas donde otros ven normalidades. Advertir alternativas donde muchos solo ven regularidades. Disentir cuando se nos quiere imponer una verdad. En suma, pensar es investigar. Investigar es buscar otras formar de ver, de comprender y actuar. En un país como el Perú donde la justicia es vista como obsoleta y los justos se tienen que proteger de la justicia oficial, pensar en el sentido de investigar no es una opción, es una necesidad. Porque la economía, la política o el derecho podrán resolver problemas, es cierto; pero es innegable que no lo pueden hacer sin acudir al pensar. Si el pensar está en todo, entonces, pensar es la condición de posibilidad para resolver nuestros problemas.

Esta idea o sospecha de conocimiento es la que nos ha llevado a iniciar un proyecto. El cual tiene que ver con el trabajo de pensamiento. Y lo hacemos no porque sea fácil, sino porque es difícil. Es fácil estar de acuerdo sobre lo jodido que está nuestro país o el mundo. Sin embargo, es difícil desobedecer o contradecir los mandatos e ideas que lo sustentan.   Y pretendemos hacerlo no desde la razón fría e indolente, sino desde la razón sintiente y comprometida con las víctimas de nuestro tiempo: los negados, maltratados y humillados. Porque —como dicen algunos neurocientíficos cognitivos— no hay razón sin emoción. Somos seres emocionales que razonamos. Nuestro pensamiento está motivado por el sentimiento de indignación. Nace de un acto de rebeldía, respetuoso, pero no sometido a lo dado por sabido.

Nuestro proyecto tiene un nombre. Se llama “Barro Pensativo”. Barro porque partimos no de la pulcritud y pureza de las teorías, libros o autores; sino desde  el grito de la calle, del campo y de la ciudad de quienes no son escuchados. Es decir,  desde la militancia con las causas de quienes nos resistimos a seguir siendo maltratados y humillados por el orden y el saber vigente.  Y Pensativo porque es el único modo que tenemos los seres humanos de crear y habitar el mundo, de hacer de la tierra un lugar  donde todos alcancemos.

La tarea que nos hemos propuesto es difícil, pero inevitable. Es difícil porque pensar es perjudicar las injusticias. Lo cual podría ser visto como una amenaza, porque  como nos recuerda Mark Twain: “Es más fácil engañar a la gente que convencerlos de que han sido engañados”. El problema no es que la gente no sepa, sino que sepa muchas cosas que no son ciertas.   Y, es inevitable porque como decía el joven Marx: hay que ser muy animal para dar la espalda al sufrimiento humano. En fin, en el Perú como en otras partes del mundo las causas del sufrimiento están garantizadas institucional y normativamente. De manera que, como diagnosticó  el autor de la frase “barro pensativo”: ¡Hay, hermanos,  muchísimo que hacer!

Fuente: https://barropensativocei.com/2020/10/19/necesitamos-pensar/#more-189

 


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