jueves, 27 de febrero de 2014

EL SOCIALISMO HOY: SÍ ES POSIBLE - EL ABISMO ENTRE RICOS Y POBRES NUNCA HABÍA SIDO TAN GRANDE

EL SOCIALISMO HOY: !!SÍ ES POSIBLE¡¡

Si una revolución tuviera lugar en una sociedad burguesa desarrollada, entonces lo que se supone, y lo que de hecho ocurriría a continuación, sería antes que nada una abundancia material, una abundancia de bienes, una abundancia de medios de producción y una abundancia relativa, o incluso absoluta, de capacidades humanas, de herramientas, de habilidades, de experiencia, de recursos, una abundancia de cultura. La coerción y la restricción serían innecesarias y la existencia del mismo Estado dejaría de ser obligatoria o necesaria. La abundancia de recursos se sostiene en la abundancia de civilización y la abundancia de civilización en la abundancia de recursos. El comportamiento civilizado modela la conducta individual, haciendo que ésta se someta a los patrones de la actividad colectiva.

Si la revolución tiene lugar en sociedades subdesarrolladas, como ha ocurrido hasta ahora, el factor básico, decisivo y determinante al que tenemos que enfrentarnos es la escasez general: escasez de medios de producción, de medios de consumo, de capacidades, de habilidades, de escuelas, escasez de civilización y de cultura.[1] Y mientras exista escasez existirá falta de libertad, desigualdad, coerción cultural e intelectual, escasez por todas partes y sólo superabundancia del factor humano con un deseo infinito de salir del atraso y la miseria. La experiencia revolucionaria en la escasez señala el camino recorrido, sus limitaciones, encrucijadas y peligros; debe crear las condiciones para una vida civilizada moderna pero, al crear estas condiciones incuba el germen de la involución en la economía y la política. La posibilidad revolucionaria en la abundancia es el sueño del comunismo internacional.

La historia del socialismo es la historia de las singularidades humanas (Comuna de París, Revolución Bolchevique, Revolución China, Revolución Cubana, etc.) pero también es la historia de las parodias, los plagios, las imitaciones, las copias, que siempre han llevado a los fracasos. Algunos sostienen que la clase obrera tiene en su haber innumerables batallas pérdidas. Sin embargo, el tiempo y la experiencia acumulada no han sido en vano. Reforma o  revolución es la encrucijada de la humanidad. 

Desde que Marx y Engels iniciaron su gestión política ha pasado casi dos siglos. En los mil ochocientos la experiencia de la Comuna de París fue el punto más alto de la generación de los fundadores. En los mil novecientos, los soviets en la URSS y las comunas en China, constituyen las batallas más relevantes en la lucha por el socialismo. El siglo XXI, contra todo pronóstico, será el siglo de la batalla definitiva.

En efecto, ha sido totalmente necesario que los monopolios terminen por barrer las fronteras nacionales, para que la lucha de nuestro tiempo se generalice, para que la inmoralidad contenida en el sistema económico se “viera llevada a su ápice por el intento de negarla.”[2] Hace 163 años Marx observó, más allá de su tiempo, las condiciones básicas para esa batalla decisiva: “Con esta enajenación sólo puede acabarse partiendo de dos premisas prácticas. Para que se convierta en un poder insoportable, es decir, en un poder contra el que hay que sublevarse, es necesario que engendre a una masa de la humanidad como absolutamente desposeída y, a la par con ello, en contradicción con un mundo existente de riquezas y de cultura, lo que supone en ambos casos, un gran incremento de la fuerza productiva, un alto grado de su desarrollo; y, de otra parte, este desarrollo de las fuerzas productivas constituye una premisa práctica absolutamente necesaria, porque sin ella sólo se generaría la escasez…"[3] Cabe alguna duda. Hoy es pan de cada día: los mercados globales, la opulencia y miseria, un alto grado de desarrollo tecnológico, etc. etc.

Y la marcha de esos magníficos miserables, en un mundo deslumbrado por el lujo y la riqueza, pone a la orden del día el fantasma del Manifiesto.

Tacna, 27 de febrero 2014
Edgar Bolaños Marín


[1] Isaac Deutscher, El marxismo de nuestro tiempo, Ediciones Era, 1972, Pág. 19-20
[2] F. Engels, Esbozo de crítica de la Economía política, fines 1843 y enero de 1844, Escritos económicos varios, Edit. Grijalbo, S.A., México, 1962, Pág. 5.
[3] Karl Marx, La ideología Alemana, Versión electrónica.





EL ABISMO ENTRE RICOS Y POBRES NUNCA HABÍA SIDO TAN GRANDE  

Solidaire
27-02-2014
Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos


El mundo nunca ha producido tanta riqueza como ahora. Si esta riqueza estuviera repartida de manera igual entre todos y en todo el mundo, una familia con tres hijos dispondría de unos ingresos de 2.870 euros al mes y de un patrimonio (ahorros, valor de la vivienda…) de 125.000 euros (1)

Nos referimos a todos los habitantes del planeta: africanos, asiáticos, europeos, estadounidenses, etc. 2.870 euros al mes y un patrimonio de 125.000 euros es algo sorprendentemente alto. En efecto, no es suficiente para vivir de forma lujosa, pero sí lo es para que todos los seres humanos dispongan de una vivienda confortable, de electricidad, de agua potable y de instalaciones sanitarias, y además con métodos ecológicos.

Por lo tanto, hay suficiente para que todo el mundo pueda tener una vida más que decente. Sin embargo, un ser humano de cada tres en el mundo no dispone de un dispositivo sanitario básico y uno de cada cuatro no tiene acceso a la electricidad. Uno de cada siete vive en un barrio de chabolas, uno de cada ocho tiene hambre y uno de cada nueve no tiene acceso al agua potable (2). Dicho de otra manera: con un reparto igual de la riqueza todo el mundo dispondría de 23 dólares al día. Y, sin embargo, 2.400 millones de personas tienen que vivir con menos de 2 dólares al día y 1.200 millones con menos de 1,25 dólares (3). 

Por consiguiente, el problema no es que no haya suficiente riqueza, sino que la riqueza está repartida de forma escandalosamente desigual. Actualmente 85 personas poseen la misma cantidad que 3.600 millones de personas juntas (4). El 1% más rico posee la mitad de toda la riqueza del mundo, mientras que el 70% más pobre posee el 3% de esta. Cada uno de los más ricos posee una fortuna media de 1,6 millones de dólares, esto es, 700 veces más que la mayor parte de la población mundial (5). 

La exorbitante cantidad de 32.000.000 millones de dólares están al abrigo de los paraísos fiscales(6). Esta cifra es 130 veces más de lo que se necesita anualmente para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio (ODM) de las Naciones Unidas y erradicar la pobreza más grave del mundo. Nunca había sido tan grande y tan sangrante como en estos momentos el contraste entre lo que la economía mundial tiene para ofrecer y lo que proporciona en efecto para responder a las necesidades básicas. 

Próspera Bélgica


En Bélgica, donde vivo, el ingreso medio disponible para una familia con dos hijos es de 8.000 euros al mes y el patrimonio medio de esta familia es nada menos que de 800.000 euros (7). Unas cifras que también parecen soprendentemente altas pero, de nuevo, se trata de cifras medias que ocultan un reparto extremadamente desigual. 

Por una parte, un 1% de los belgas más ricos posee 40 veces más que el belga medio. Las diez familias más ricas de nuestro país disponen juntas de un patrimonio de 42.000 millones de euros, aproximadamente la misma cantidad que los dos millones de belgas más pobres. El patrimonio de las familias De Spoelberch, De Mévius y Vandamme corresponde exactamente al presupuesto total de la seguridad social de 2012 (8).

Por otra parte, un belga de cada cinco corre peligro de caer en la pobreza o en la exclusión social (9). Una familia con ingresos bajos de cada cinco tiene que aplazar la atención sanitaria por motivos financieros (10). No es en absoluto raro que haya personas que tengan que trabajar a un ritmo inhumano por apenas 1.300 euros al mes. Dada la enorme prosperidad de la riqueza de nuestro país, esto es inaceptable. 

El abismo entre ricos y pobres en Bélgica nunca había sido tan grande y sigue aumentando. En los últimos veinte años los ingresos del 30% de personas más pobres han descendido un 10%, mientras que el porcentaje más rico ha visto aumentar sus ingresos un 30% (11). Durante este periodo se ha duplicado la cantidad de personas pobres (12). Esto es la consecuencia de dos elementos: primero, los subsidios y los salarios se han congelado o han aumentado menos despacio que la prosperidad; segundo, el capital se sigue beneficiando de ventajas fiscales. En los últimos treinta años la parte asalariada en el PNB (la riqueza nacional) ha descendido del 67 al 62%, mientras que la parte del capital casi se ha duplicado ya que ha pasado del 6 al 10% (13).

La crisis no es para todo el mundo 


El gran malvado aquí es la crisis. En el capitalismo una crisis equivale a una enorme limpieza brutal y caótica de la economía. Inevitablemente lo pagan los trabajadores y las personas más débiles de la sociedad. En otras palabras, una crisis económica es un medio excelente para organizar una transferencia del trabajo al capital, de los pobres a los ricos. Las reducciones de salarios en la década de 1980 son un buen ejemplo de ello. Si hoy los salarios constituyeran una parte tan grande del PIB como en 1981, cada trabajador granaría unos 950 euros más al mes (14).

El crack financiero de 2008 es la repetición del mismo fenómeno. Solo en Europa han desaparecido cuatro millones de empleos a causa de la crisis (15). En el mundo se ha empujado a 64 millones de personas a la pobreza extrema (16). El abismo entre pobres y ricos ha aumentado en casi todos los países europeos y es particularmente fuerte en Irlanda y España (17). Europa cuenta actualmente con 120 millones de pobres y de 100 a 150 millones de personas viven sobre el filo de la navaja ¡Hablamos, por lo tanto, del 43 al 53% de la población! Además, ya no basta con tener un empleo. En Europa una persona que trabaja de cada diez vive actualmente por debajo del umbral de pobreza (18).

La política económica llevada a cabo desde 2008 ha causado verdaderos estragos, sobre todo en los países periféricos. Los ingresos medios tampoco se libran. En Italia el poder adquisitivo ha descendido un 12%, en España y Gran Bretaña (!), un 22%, y en Grecia, un 33% (19). En Portugal los salarios han descendido un 12% (20), en Grecia los salarios de los funcionarios se han desplomado un 35% (21). El 31% de los griegos vive hoy por debajo del umbral de pobreza y un 27% corre peligro de caer en esa situación (22). En España la pobreza podría llegar al 40% de aquí a 2022 (23).

También en Bélgica sigue aumentando la pobreza. Hoy en día en este país próspero 24.000 personas necesitan la ayuda alimentaria de Cruz Roja (24). El ritmo de este aumento ha sido menos rápido que en los países periféricos porque hemos estado 541 días sin gobierno y durante este periodo no se han podido decidir recortes. En segundo lugar, en nuestro país los sindicatos son más fuertes que en la mayoría de los países vecinos.

Para los super-ricos la crisis ha sido, en todo caso, una bendición. Nunca antes había habido tantos super-ricos (fortunas de más de 22 millones de euros) en el mundo. En Europa se han unido a la lista 4.500 personas, en Bélgica, 60 (25). Los “individuos muy ricos” (high-net-worth individual, con unos medios de inversión de más de un millón de dólares) han visto aumentar su riqueza al menos un 41% desde 2008 (26). A todas luces, la crisis no es para todos. 

Una cuestión de civilización


Este abismo es un auténtico escándalo. Para el economista de reputación internacional Jeffrey Sachs, una redistribución fundamental de la riqueza es una cuestión de “civilización” (27). Pero también hay razones sociales, económicas e incluso políticas para emprender la lucha contra este abismo. En primer lugar, la desigualdad en un país provoca una serie de efectos nefastos. Acorta la vida de las personas, las hace más desgraciadas, aumenta la criminalidad, la cantidad de embarazos adolescentes y de adicciones a la droga, y estimula el consumo excesivo (28).

Económicamente, una gran desigualdad empeora la crisis puesto que los bajos ingresos significan menor poder adquisitivo, lo cual es nefasto para el consumo global y, por consiguiente, para las inversiones. 

Hay un fuerte paralelismo entre nuestra época y la Gran Depresión de la década de 1930. Entre 1920 y 1928 el grupo del 5% de los más ricos aumentó del 24 al 33%. Un año después se produjo la explosión. En 1983 este grupo era el 22% y en 2008, el 33%, esto es, precisamente el nivel del año anterior al crack (29). Por el mismo motivo los recortes no son una buena idea. Aumentan el abismo y, por lo tanto, aumentan y empeoran la crisis. Aunque puede que este sea precisamente el objetivo (30).

Por último, un abismo demasiado grande entre ricos y pobres también genera un peligro político, más disimulado. La desigualdad económica cada vez mayor y el descenso de los ingresos bajos y medios suscita el descontento y la agitación en un amplio sector de la población. Según The Economist, al menos en 65 países existe una posibilidad entre alta y muy alta de agitación y de revuelta, comparable a las de la Primavera Árabe (31). Por lo tanto, no es sorprendente que en Davos la elite de los políticos, lo mismo que el presidente Obama y el director del FMI, empiecen a preocuparse verdaderamente (32).

Todavía no se han dado cuenta de que en este caso no se trata de un exceso o de un desbordamiento, sino de un error del sistema o de un defecto de construcción. Ya es hora de algo nuevo. 

Anexo 1: Prioridades del capitalismo mundial (33)

Anexo 2: Un mundo de diferencia: China y Cuba 

A nivel mundial estos últimos veinte años asistimos a una fuerte disminución de la pobreza extrema (1,25 dólares). Sin embargo, en gran parte se ha debido a los esfuerzos de China en este aspecto (34). Semejante disminución generalizada de la pobreza, como es el caso de China, no tenía precedentes en la historia del mundo. En todo caso, esta disminución de la pobreza es consecuencia sobre todo de un fuerte aumento de los salarios. Por el momento el sueldo se duplica cada seis años (35). Por lo tanto, no es de extrañar que la cantidad de ingresos medios en China haya aumentado mucho. En veinte años al menos 800 millones de chinos han pasado a la categoría de “ingresos medios” (2-13 dólares). Esto equivale aproximadamente a toda la población del África negra y es casi cuatro veces más que la de India (36). El Índice de Desarrollo Humano (IDH) mide el progreso social de un país. En los últimos treinta años, el aumento del IDG de China ha sido el más alto de todo el mundo y tres veces superior a la media mundial (37).


En Cuba los ingresos por habitante son seis veces más bajos que en los países ricos. En efecto, el país padece el bloqueo más largo de la historia mundial. A pesar de ello, la atención sanitaria de Cuba es de las mejores del mundo. En Cuba nadie tiene que posponer una operación o el cuidado dental por falta de dinero. Ahí son gratuitos los cuidados médicos, las prótesis y otras intervenciones por las que tenemos que pagar en nuestros países. El país también tiene uno de los mejores resultados del mundo en la enseñanza. El porcentaje de adultos cubanos que hacen estudios superiores es el segundo más alto del mundo: el 95% (38). Esta cifra se debe al hecho de que la enseñanza, incluida la universidad, es completamente gratuita. En Cuba la capacidad adquisitiva no desempeña papel alguno a la hora hacer o no estudios (superiores). Globalmente, como país pobre, Cuba obtiene un índice de desarrollo social (HDI) comparable a Bélgica e incluso mejor que el de Gran Bretaña (39).



Notas [no aparecen en la versión francesa, las ha proporcionado el autor para su versión en castellano, N. de la t.]:
(1) El cálculo de ingresos de una familia media se basa en la hipótesis probable de que los ingresos de los hogares disponibles se elevan al 70% del PIB. En este caso, se utiliza aquí el Producto Bruto del Mundo (83.200.000 de dólares de PPA en 2012). 
En algunos países es más del 70%, en otros menos. Así pues, para una familia media es 3.440 dólares de PPA. Esta cifra tiene en cuenta las diferencias de precio entre los países para los mismos productos o servicios, y expresa el poder adquisitivo real. Hemos convertido esta cifra en euros según el método de cálculo del Banco Mundial.http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_countries_by_GDP_(PPP) http://stats.oecd.org/Index.aspx?datasetcode=SNA_TABLE4
El cálculo del patrimonio se basa en un informe reciente de Crédit Suisse. Según este informe, el patrimonio total del mundo (Household wealth) se eleva a 240.800.000 millones de dólares. Crédit Suisse, Global Wealth Report 2013, Zurich 2013, https://publications.credit-suisse.com/tasks/render/file/?fileID=BCDB1364-A105-0560-1332EC9100FF5C83 p. 5.











(12) Hace veinte años este porcentaje fluctuaba entre el 6% y el 7%. Hoy el porcentaje ha ascendido hasta en 15%.http://www.forum.vierdewereldsyndicaat.org/index.php?topic=1171.0;wap2





(17) En estos dos países el coeficiente de Gini ha aumentado 6 y 6,6 puntos respectivamente. En Bélgica aumentó un punto. http://im.ft-static.com/content/images/bdd220f8-6c0a-11e3-a216-00144feabdc0.img?width=687&height=1333&title=&desc










(27) Sachs J., The Price of Civilization. Reawakening American Virtue and Prosperity, Nueva York, 2011, p. 231.

(28) Wilkinson R. & Pickett K, The Spirit Level. Why Greater Equality Makes Societies Stronger, Nueva York 2009, p. 20.





(33) El coste anual de la educación, la sanidad y la erradicación de la pobreza extrema se eleva a 180.000 millones de dólares. Para erradicar el hambre se necesitan 30.000 millones de dólares y para establecer agua potable para todo el mundo también se necesitan 30.000 millones de dólares. 
Publicidad y marketing: calculado según Human Development Report 1998, Nueva York 1998, p. 63;http://www.metrics2.com/blog/2006/06/26/us_marketing_spending_exceeded_1_trillion_in_2005.html

(34) UNDP, Human Development Report 2013, p. 96;http://data.worldbank.org/indicator/SI.POV.DDAY 


(36) The Economist, 14 de febrero de 2009, Special report: Middle classes, pp. 4 y 9; http://data.worldbank.org/indicator/SI.POV.2DAY

(37) UNDP, Human Development Report 2013, pp. 149-151. 

(38) UNDP, Human Development Report 2013, p. 5. 

(39) UNDP, Human Development Report 2013, pp. 144-7.

Fuente: http://www.solidaire.org/index.php?id=1340&tx_ttnews[tt_news]=38086&cHash=5d76f688dea2692530a4f5e5e260257b



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