jueves, 29 de junio de 2017

COLOMBIA: ¿ESTÁN DIVIDIDAS LAS FARC-EP?



Paz en Colombia. La pregunta es: ¿para quiénes?

29-06-2017


Por lo que se ve, las Farc-EP están por el momento comprometidas con alma, vida y sombrero, en cumplir lo firmado y en hacer (todo lo posible) para que el Estado colombiano cumpla lo Pactado en la Habana. 

Sin embargo, no deja de ser preocupante la forma en que los medios adictos al régimen han ido moliendo cotidianamente la sutil estrategia “Santista”, ejecutada al milímetro por el viscoso comisionado Jaramillo, de “acabar con las Farcno solo físicamente, sino espiritualmente. 

En desarmarlas no solo de sus fusiles, sino en dividirlas, desmoralizarlas y claro, amedrentarlas para que la próxima lucha de palabras, tan socorrida, no pase de ser un acariciante aire tibio que refresque el postconflicto neoliberal planeado y en ejecución.
No de otra manera se explica su incuria y la de su ministro de defensa el ventripotente Villegas con su aliado de negocios “empresariales” el Fiscal Martínez; su dejadez y desidia en parar, investigar y castigar la muerte de los más de 150 líderes sociales “acusados de guerrilleros” y los propios guerrilleros con sus familiares, quienes han sido literalmente “fusilados” por el narco -paramilitarismo dominante, y que el Estado se empecina en negar. Tampoco, por qué se implementa el Acuerdo de Paz Estado-FARC de manera tan irregular y de forma tan desigual, con tiempos distintos y en lugares diferentes. 

La cuña ha consistido en sobredimensionar las naturales diferencias que puedan existir en un cuerpo tan heterogéneo y diverso como una guerrilla revolucionaria, entre sus miembros de dirección, entre las bases de cada región; dando un tratamiento diferenciado de allí doy. Allí no doy. Este es mi amigo y este sigue siendo mi “enemigo absoluto” al que se le debe aplicar la necro-política, el “body counter” gringo con sus recompensas, o conteo de cadáveres que disparó el horror de los Falsos Positivos del Santismo

Se ha ido “vendiendo” (ha sido una venta exitosa) la imagen de unos comandantes o jefes guerrilleros “blandos con el Santismo”; condescendientes con sus jugadas tramposas, que protestan suavemente ante ellas, sin la estridencia de antaño; desentendidos, o dedicados por entero a recuperar el natural y humano amor familiar que no pudieron dar ni recibir durante todos estos años de resistencia a la contrainsurgencia colombo-yanqui, y, que en lugar de comunicarse con el mundo exterior mediante comunicados colectivos explicatorios como lo hacían hasta entonces, hoy cual si fueran Trump, o AUV, o Santos, o cualquier otro poderoso que tiene un emporio mediático detrás de sí, se dedican a trinar fotos de sus risueñas y agradables cotidianidades en la nueva etapa de paz y tranquilidad familiar. A dar un indiscreto (y tal vez para mi) un exagerado visaje. Lo que en el Caguán se denominó el “síndrome del micrófono” y que causó tantos desencuentros. 

Que, de estar muriendo de hambre comiendo raíces durante los 12 años del Plan Colombia de Pastrana, AUV y Santos (hasta el cese del fuego) Hoy después de la prolongada y suculenta dieta cubana, aparecen luciendo un descomunal pecho escurrido, hábilmente caricaturizado por Osuna, quien escarnece al máximo comandante de las Farc ridiculizándolo como el “Benitín” de las conocidas tiras cómicas gringas. 

En cambio, en la lista de los “enemigos absolutos” (a exterminar) está la línea dura de Santrich, el incómodo. De quien el anguloso Jaramillo dijo a los medios de comunicación “que no le pongan atención” a alias Jesús Santrich. Yo lo que oigo del resto del Secretariado es otra cosa. No nos vamos a desgastar como Gobierno discutiendo con él, no vale la pena” (Agencia EFE 26.05.2017) 

Ignorarlo o injuriarlo aún más, porque es un casi-ciego que ve bastante más allá de las narices. Porque es directo, honesto, consecuente y poco manipulable y sobre todo, se ha tornado peligroso por su proyección carismática y arraigo popular y de base. Por su visión de largo plazo de la Solución Política al conflicto colombiano, que necesariamente tal como se acordó entre las dos Insurgencias, implicará el obligatorio Acuerdo de Paz con el ELN y quien necesariamente jugará un importante papel en el nuevo escenario que se está gestando. 

Obviamente, esta imagen fracturada de la comandancia de las FARC ya profundamente arraigada en el imaginario social, saltará cual liebre arisca en medio del próximo congreso de las Farc. Será algo inevitable, y para discutirla con valentía, honestidad y consecuencia, habrá que prepararse. También habrá que estar atentos a entender que muchas veces los cuadros militares exitosos no necesariamente son buenos políticos. Y como ya se ha dicho; es necesario dar paso a las nuevas generaciones que están pidiendo paso, así como recambiar lo gastado o enfermo. 

Es un asunto natural, fácil y sencillo, que no tiene por qué seguir los métodos brutales y zafios que nos han enseñado los oligarcas dominantes a lo largo de toda la historia colombiana. No hay que olvidar que es un congreso leninista y bolivariano donde se debe tener bien presente la consigna de Lenin de que “la verdad es revolucionaria”. Hay que dar ejemplo y enseñanza, pues las tareas a futuro van a ser más difíciles incluso que el periodo de la lucha armada y frente a esa realidad alternativa, hay que estar a la altura. De eso se trata: de prevalecer




martes, 27 de junio de 2017

UN REPTIL DENTRO DEL CEREBRO DEL VOTANTE




Imagina un reptil. Tal vez un cocodrilo. Su cuerpo alargado, su piel dura, su enorme boca muy abierta, sus dientes. Imagina su actitud, su conducta, su modo de vida.

Piensa en un reptil. Tal vez una serpiente, una víbora. Se desliza húmeda y escurridiza, buscando su alimento.

Un reptil.
 
En la jungla. En el río. En el pantano.
 
En la naturaleza salvaje.
 
En el cerebro del votante.

¿Cómo? ¿En el cerebro del votante?
 
No, que no. Imposible.
 
Un reptil en el cerebro del votante. Faltaba más. Que no.
 
¿O sí?

El cerebro humano no es simplemente humano

Es más que humano. Porque el cerebro del ser humano no es uno, único, solito. No. En realidad el ser humano tiene dentro suyo 3 cerebros interconectados pero relativamente independientes:

1.     Un cerebro propiamente humano, más avanzado evolutivamente.
2.     Más un cerebro de mamífero.
3.     Más un cerebro de reptil.

Son 3 máquinas biológicas las que integran lo que denominamos cerebro.
 
Tres. 3. Three.
 
3 estructuras operando con lógicas distintas.
 
Una de ellas con la lógica del reptil.

El cerebro de reptil

Primitivo. Salvaje. Bestial. Simple.
 
Así es el cerebro de reptil dentro del cerebro humano.

Sus impulsos son elementales. Atacar y huir. Alimentarse. Reproducirse. Defender su territorio. Respetar las jerarquías. Respetar al más poderoso. Sobrevivir a como dé lugar. Del modo que sea, pero sobrevivir.

Está localizado en la zona del tronco cerebral y el cerebelo. Actúa rápida y mecánicamente. Con conductas automatizadas y rituales que perviven a lo largo de los siglos, casi inmunes a los cambios.

Impulsado por el cerebro de reptil, el ser humano busca unas pocas cosas:
  • Oxígeno.
  • Alimentos.
  • Sexo.
  • Seguridad.
  • Territorio propio.
  • Jerarquías definidas.
  • Rituales.
Lo básico, y a lograrlo del modo que sea. Un modo que generalmente es rápido, ciego, violento e inmediato. Ya dije que es primitivo, ¿no?

El voto del reptil

Llevamos dentro un antiquísimo reptil. Que sigue vivo y operativo, por otra parte. Que sigue produciendo hechos en nuestra vida.

Tal vez así se explican tantas cosas que ocurren…y que de otro modo parecerían inexplicables.

Y bien: ese reptil que llevamos dentro (todos, todos) nos acompaña en todo momento y lugar. Inclusive en el tan civilizado acto de votar.

Allí estamos, mirando la publicidad electoral en televisión. Escuchando a los candidatos. Tomando  nuestra decisión de voto. Entrando al cuarto secreto. Introduciendo una hoja de votación en la urna. Allí estamos, tan humanos y civilizados.

Pero con nuestro cerebro de reptil activado en nuestro interior.

Repasa nuevamente lo dicho.
 
Supervivencia. Oxígeno. Alimentos. Sexo. Seguridad. Territorio propio. Jerarquías rígidas. Rituales. Resistencia al cambio. Impulsos primitivos. Violencia. Ataque y fuga.

¿Acaso no has visto este cuadro en política alguna vez?
 
Porque este reptil vota.
 
Sí. El reptil también vota.
 
No todo es reptil en el cerebro humano, claro.
 
Pero lo dicho: el reptil también vota.

Cuidado.

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¿CAPITALISMO SALVAJE?




26/06/2017

La expresión “Capitalismo salvaje” se ha vuelto a oír en el Perú luego de los aciagos sucesos ocurridos en las Galerías Nicolini –en las Malvinas- en días pasados.

Aunque han transcurrido casi 72 horas del pavoroso incendio que dejó lacerantes heridas en la sociedad peruana, nadie se repone aun de lo acontecido allí: las llamas de fuego, y una temperatura que llegó a los 2000 grados, destruyeron todo y calcinaron los cuerpos de cuatro jóvenes trabajadores que habían sido encerrados bajo llave por los propietarios de Contenedores en cuyo interior se trajinaba mercadería probablemente de origen chino para “transformarla” en occidental.

Locutores de radio y TV y periodistas de la prensa escrita, además de analistas y entrevistados, han condenado la actitud de quienes asumieron conductas que condujeron a una muerte horrenda a estos compatriotas nuestros; y han usado la frase como una manera de repudiar una práctica registrada en el Cercado de Lima, y que, sin embargo, es mucho más frecuente de lo que se imagina.

No puede hablarse, en rigor, de “capitalismo salvaje” como una manera ingenua de diferenciarlo de un supuesto “capitalismo civilizado”. El capitalismo es salvaje en su esencia. Por su propia naturaleza. Está basado en la explotación más indigna y cruel: la explotación del hombre por el hombre.

Y se sustenta en preceptos que norman la vida de los Estados como si fuesen leyes naturales: la ley de la máxima ganancia, y la idea de la competitividad, resultan preceptos consustanciales a una sociedad basada en la explotación capitalista y el trabajo asalariado.  

No olvidemos que ya en el siglo XIX, Carlos Marx aseguraba: “Si el dinero, como dice Augier, viene al mundo con manchas de sangre en una mejilla, el capital lo hace chorreando sangre y lodo, por todos los poros, desde la cabeza hasta los pies”.

Es  una verdad indiscutible que los jóvenes que perecieron calcinados en el pavoroso siniestro de la semana pasada -Jorge Luis Huamán Villalobos, Jovi Herrera Alania, Luis Guzmán Taype y un cuarto aún no identificado- fueron víctimas de una crueldad extrema; pero son también la expresión dramática de  una sociedad perversa en la que un segmento privilegiado, goza de inmensas fortunas acumuladas en base a la explotación más inicua de millones, que cotidianamente arriesgan sus vidas por un salario indigno.

Y es que este drama ha servido para recordar que solo en Lima hay más de 45 mil jóvenes sometidos a las mismas condiciones de los caídos en las galerías Nicolini: laboran bajo llave  en compartimientos aislados, trabajan 12 horas al día por un pago exiguo, carecen de todo mecanismo de protección, no tienen derecho alguno y  no reciben la más mínima protección de las autoridades que -como ha quedado demostrado- cobran por hacerse de la vista gorda ante  las anormalidades registradas en esporádicas  “inspecciones”  carentes de resultado.

“Nos encerraban todo el día y sólo abrían la puerta para almorzar”, relató uno de los ex ocupantes del “Container”. Ellos enraban a laborar las 7:00 de la mañana y permanecían y bajo llave hasta el mediodía. Luego de los alimentos, se repetía la rutina hasta casi las 7 de la noche.

¿Y cuál era la actividad allí desarrollada?: cambiar de marca a fluorescentes importados .Ellos les quitaban la marca con lija y otros, luego le ponían una marca nueva. .Guardando las distancias y los tiempos, era una función similar a las que describe el napolitano Roberto Saviano, en su ya célebre libro “Gomorrra”: “Yo sé y tengo pruebas. Yo sé cómo se originan las economías y dónde toman su olor. El olor del éxito y el de la victoria. Yo sé qué rezuman las ganancias”.  A sangre y lodo sin duda.

El Emporio Comercial de Gamarra, y centros comerciales como “Polvos Azules” y otros, registran la situación de miles de jóvenes que se ganan la vida virtualmente esclavizados; pero el sistema no solamente afecta a quienes así afrontan   el reto de su subsistencia; sino también a las miles de víctimas del “trato de personas” que campea en Ciudad de México, Buenos Aires, Rio de Janeiro o en nuestra ciudad capital, y en otras del interior del país.

Ahora, cuando se ha anunciado la visita del Papa al Perú -que se concretará en enero del 2018- se ha evocado la situación de las jóvenes explotadas en la zona de Madre de Dios, y obligadas allí a ejercer la prostitución para enriquecer a verdaderas bandas delictivas vinculadas sin ninguna duda a autoridades que las protegen a fin que puedan gozar de total libertad.

Ni las autoridades ediles, ni los gobiernos regionales, ni el Poder Central, se preocupan en absoluto por la seguridad o la vida de estos jóvenes de uno u otro sexo, que sufren los embates de una sociedad piramidal en cuya base impera el latrocinio y la corrupción más desenfrenada.

Es esa sociedad capitalista y burguesa, y este “modelo” neoliberal el responsable de esa realidad que agobia a los peruanos y espanta a millones que, ocasionalmente se te enteran de dramas que los “medios”, en determinadas circunstancias, ya no pueden ocultar.

Es el caso, por ejemplo, de los “niños mineros”, habitantes de la provincia de Simón Bolívar, en la región Pasco, cuyos pulmones se encuentran atravesados por plomo y que sufren los efectos de la leucemia, el cáncer y otras enfermedades producidas por la contaminación ambiental y los relaves mineros.

Ese drama, que se trasladó a Lima gracias al esfuerzo abnegado de sus padres que se encadenaron en las puertas del Ministerio de Salud, en la avenida Salaverry; fue unánimemente ocultada por los medios de comunicación escrita, durante 12 días; y sólo salió a luz el domingo 25 de junio.

Y fue motivo, más bien para que los politiqueros de turno se rasgaran las vestiduras, como si ellos no hubieses tenido responsabilidad alguna en hechos como éste. Es bueno que se recuerde que la situación infrahumana de estos niños -y de otros muchos que ya murieron por la misma causa- se vivió también bajo los gobiernos de Alberto Fujimori y Alan García. Ni ellos -ni sus ocasionales voceros de hoy- podrían tirar la primera piedra en este escenario por cuanto el más elemental deslinde de responsabilidades, les tocaría de lleno.

Ellos aprovechan la coyuntura para enlodar a las autoridades actuales -que sin duda obran con la misma lenidad que las anteriores- pero no dicen una sola palabra de sus propias culpas y callan en todos los idiomas cuando se trata de la responsabilidad de las empresas, que son las que enferman a sus trabajadores, matan la biodiversidad, envenenan a los niños, y contaminan el medio ambiente

El capitalismo no se torna salvaje. Es salvaje por sí mismo

Gustavo Espinoza M.
Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera
http://www.alainet.org/es/articulo/186420