miércoles, 16 de enero de 2013

¿SE PUEDE CREER EN LAS ENCUESTAS?


Cuando se trata de opciones políticas, las encuestas en el Perú, como casi todo lo demás, es un gran negocio al servicio de los poderes fácticos que administran y gobiernan de facto el modelo económico neoliberal, in soberano, autoritario y represivo, desde hace casi ya 3 décadas.


Su credibilidad puede reflejarse con uno solo de innumerables ejemplos. El lunes 14 de enero los monopolios mediáticos limeños han propagandizado una encuesta de la encuestadora DATUM que eleva la popularidad del presidente Humala en ocho puntos hasta el 57% (Ver:http://www.24horas.com.pe/politica/120205-datum-aprobacion-presidente-ollanta-humala-llega-57).

Esta encuestadora DATUM es la misma (que al igual que todas las demás) publicaba el 5 de marzo de 2011, a apenas 35 días de la elección presidencial del 10 de abril de ese año, que el Humala candidato estaba a un lapidario 16 puntos porcentuales abajo respecto del favorito de la derecha y a 5 puntos abajo de los otros dos candidatos derechistas que se disputaban el paso a segunda vuelta. Es decir, en imposibilidad matemática de pasar siquiera a segunda vuelta, tal como lo aseguraban orondos los expertos encuestadores en todos los medios masivos de comunicación (Ver y sonreír: http://elcomercio.pe/politica/722975/noticia-encuesta-hoy-datum-toledo-29-castaneda-keiko-18-cada-uno).

Lo más notorio, sin embargo, era el porcentaje que esa misma encuesta pre electoral le otorgaba a los candidatos al congreso de la opción Gana Perú, la de Humala: ¡apenas el 5%! Entre las últimas fuerzas.  ¿Cuánto obtuvo un mes más tarde? ¡Poco más del 35%! La más alta de todas las fuerzas (con 10 congresistas más que los más cercanos, los fujimoristas). Nótese que para que una encuesta tenga validez científica debe tener un margen de error máximo del 3%.

Por eso, objetivamente, no puede menos que mover a risa ver a escasos dos años de distancia, a militantes de esa misma opción política, Gana Perú, aceptar con fe religiosa las cifras de aquellas mismas encuestadoras, e incluso llegar a difundirlas sin ningún pudor ni consideración por su propia imagen ética, intelectual y política.  

¿Qué pasó en dos años? ¿Las encuestadoras y los poderes fácticos a los que se alquilan se volvieron “progresistas”, partidarias de redistribuir la riqueza, mostrar soberanía a las trasnacionales, atender las justas demandas populares y empujar la integración regional soberana?

¿O el Humala presidente y sus seguidores incondicionales abandonaron ese programa y administran alegremente el neoliberalismo insoberano, contrario a la integración regional  y manchado con la sangre de los manifestantes populares que lo levantaron como alternativa y lo hicieron ganar en contra de sus aduladores actuales?

¿Qué opina usted?


Ricardo Jimenez A.

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