Cristian Gillen
En este artículo, haré una breve reseña de
la producción teórica de Althusser y de la influencia que ha ejercido en la corriente
posmarxista actualmente en boga cuyos representantes más connotados son Laclau,
Mouffe, Zižek y Badiou. Además presentaré algunas propuestas destinadas a
construir una teoría de la emancipación sustentada en los principales aportes
teóricos de Marx.
La obra de Althusser está orientada
principalmente a tratar de superar los problemas que él consideraba un
obstáculo para la evolución de la ortodoxia de los partidos comunistas ligados
a Moscú. Althusser pensaba que los obstáculos teóricos centrales que enfrentaba
la ortodoxia consistían en sustentar un economicismo rígido que determinaba de
manera mecánica a las otras instancias de la sociedad como la política y la
ideología. Asimismo, Althusser creía que la ortodoxia fomentaba un humanismo
que iba en contra del carácter científico del marxismo.
El trabajo teórico de Althusser en su
tarea de “modernizar” la ortodoxia se nutrió del pensamiento que primaba en los
años 1960, los cuales incidieron en dos de sus obras iníciales más
importantes: Por Marx y Para leer El Capital. En ese
momento de la historia, las ideas que predominaban en la denominada izquierda
estaban destinadas a la crítica del sujeto en la historia, del hegelismo visto
como máxima expresión del idealismo y a empeñarse en elaborar una teoría de la
ideología sustentada en el psicoanálisis de Lacan y en la forma en que este
abordaba el lenguaje para tratar la problemática del inconsciente. Cabe
igualmente mencionar que la producción inicial de Althusser estuvo influenciada
por la disputa ideológica y política que existía entre la ex Unión Soviética y
China, disputa que se tradujo por la aparición de movimientos izquierdistas en
Francia contrarios a la ortodoxia del partido comunista francés.
El sistema teórico de Althusser se edifica
nutriéndose de manera ecléctica del pensamiento de Spinoza, el psicoanálisis,
la epistemología de Bachelard y el estructuralismo. El Spinozismo le sirve a
Althusser para justificar la disociación radical que hace entre la ideología y
la ciencia. El psicoanálisis desarrollado por Lacan le posibilita construir su
teoría de la ideología que se constituye en el elemento central de todo el
sistema teórico althusseriano. El estructuralismo es utilizado por Althusser a
fin de combatir el humanismo y de sustentar su tesis de que la historia es un
“proceso sin sujeto”. La epistemología de Bachelard es empleada por Althusser
como uno de los aspectos que servirían para establecer las supuestas diferentes
etapas que habrían existido dentro de la obra global de Marx. Todos los planteamientos
anteriores condujeron a reforzar el carácter cientificista del marxismo, por
cuanto privilegiaban los aspectos objetivos en desmedro de los subjetivos.
Estos últimos serían, según Althusser, portadores de ideología, la cual habría
que combatir.
Para Althusser, la misión central del
marxismo debería ser la de luchar contra el idealismo, lo que conllevaba a la
necesidad imperiosa de establecer una teoría de la ideología. Como lo
desarrollaremos posteriormente con más detenimiento, la forma en que Althusser
conceptuaba la ideología le permite, desde su perspectiva, profundizar en el
análisis del proceso de periodización de la obra de Marx, la cual fue
prácticamente dividida en dos periodos por Althusser. Una primera etapa, basada
en los trabajos iníciales de Marx y que Althusser tilda de “ideológicos”, que
iría hasta 1845 y cuya obra central sería Los manuscritos económicos y
filosóficos de 1844. La segunda etapa, que de acuerdo a Althusser
comenzaría con La Ideología alemana”, fue considerada por éste como
la producción madura y científica de Marx, siendo El Capital la máxima
expresión de esa cientificidad.
Esta ruptura epistemológica que realiza
Althusser de la producción teórica de Marx, nunca la pudo probar, ya que las
categorías que desarrolló Marx en sus obras iniciales perduraron a lo largo de
su producción teórica. Es así que, a lo largo de todo el trabajo teórico de
Marx, incluido El Capital, se puede apreciar la categoría
alienación, que Althusser rechazó de manera tajante.
La teoría de la ideología de Althusser,
que constituye el pilar fundamental de su sistema teórico, se basa
fundamentalmente en el psicoanálisis desarrollado por Freud y Lacan, tal como
señalamos anteriormente. Para Althusser, la ideología constituiría una
construcción imaginaria parecida a la teoría de los sueños de Freud.
Asimismo, en su teoría de la ideología,
Althusser le otorga gran importancia al papel que los aparatos ideológicos del
Estado desempeñan en la creación del sujeto. Los aparatos ideológicos del Estado
interpelarían a los individuos para convertirlos en sujetos y, por otro lado,
estos aparatos le darían el carácter material a la ideología.
El papel central que tuvo la ideología en
la producción teórica de Althusser, así como la concepción que le da a esta,
incidieron fuertemente en la visión que tuvo Althusser de su filosofía. Para
éste, la filosofía debería tener como tarea central trazar una línea de
demarcación entre lo ideológico y lo científico, y debería igualmente ser una
práctica al servicio de las ciencias.
La percepción que tuvo Althusser de la
filosofía ha tenido influencia en la forma esquemática en que el marxismo
ortodoxo concibió el papel de la filosofía en general reduciéndola a establecer
una distinción entre el idealismo y el materialismo. Esta percepción llevó a
que se evitará un análisis a nivel esencial de las categorías centrales de las
principales corrientes filosóficas, en especial la de Hegel al ser considerada
como una simple expresión del idealismo. Lo anterior hizo que se obviará
examinar en profundidad el papel que ejerció la obra de Hegel en Marx y de
comprender a nivel esencial el rol que desempeñó la noción del trabajo en las
relaciones amo - esclavo y sus diferencias con la vinculación que se da entre
el capital y el trabajo, en el capitalismo, que es el tipo de relación que
analiza Marx. Esta constituiría, a mi entender, la principal distinción entre
la obra de Hegel y Marx, sobre todo la que se presenta en el tratamiento
diferenciado que le dieron a la dialéctica.
Es vía la ideología que Althusser trata
también de responder a las críticas de su planteamiento de que la historia es
un “Proceso sin sujeto”, en especial después del movimiento de mayo de 1968
donde se le planteaba que las “estructuras” no eran las que estaban en las
calles propiciando las revueltas sino los estudiantes y trabajadores
convertidos en sujetos en el levantamiento de mayo de 1968. Con el fin de
defenderse de la crítica antes señalada, Althusser plantea que el único sujeto
que existiría seria aquel que se constituye a través de la interpelación
ideológica, es decir que sigue manteniendo que en las ciencias y la política no
existiría sujeto.
En cuanto a lo político, la teoría de
Althusser que potencia el cientificismo promovido por la ortodoxia tradicional
no lo condujo a romper con el estalinismo. Muestra de ello es que, en el XXII
Congreso del Partido Comunista Francés, Althusser no criticó la vía
parlamentaria que éste propugnaba, una vía que pretendía justificarse mediante
la teoría del capitalismo monopolista de Estado. Ésta era propiciada por el
Partido Comunista Francés y que se sustentaba en que sólo una minoría apoyaría
el capitalismo, ya que éste beneficia económicamente a una élite bastante
reducida. Además defiende la tesis de no destruir el estado capitalista, que ve
como neutro, afirmando que lo único que habría que hacer es modificar los
aparatos ideológicos del Estado tendientes a eliminar sus aspectos subjetivos.
Entre los principales legados de Althusser
al posmarxismo se encuentran: la negación de la obra filosófica de Marx, sobre
todo de su categoría central que es el trabajo alienado y su marcado
cientificismo. Lo anterior coadyuvó a un abandono progresivo de los principales
legados de Marx (Contradicciones capital – trabajo, teoría del valor, de las
clases sociales, entre otros).
En las siguientes líneas examinaré cómo
estos legados teóricos de Althusser se expresan en las obras de los principales
representantes del posmarxismo. Así tenemos que, en Laclau y Mouffe retoman una
de las tesis centrales de Althusser que consiste en que la contradicción
principal no es la lucha entre el capital y el trabajo sino la que se daría
entre las fuerzas productivas, vistas como neutras, y las relaciones sociales.
Como ya he mostrado en mis distintos trabajos (El primado de las fuerzas
productivas y el socialismo, y Cómo superar el neoliberalismo, entre
otros), esa contradicción no se da en la realidad concreta, ya que las fuerzas
productivas, que no son neutras, son producto de relaciones sociales
capitalistas pasadas, y más bien, lo que sucede son reajustes entre estos dos
aspectos tendientes a la innovación progresiva que se genera en el capitalismo
para que éste siga reproduciéndose.
Laclau y Mouffe se nutren igualmente de la
concepción de la ideología de Althusser con el fin de elaborar una teoría del
sujeto que se aleje de la noción de clase. Para Laclau y Mouffe, la
interpelación ideológica desarrollada por Althusser generaría un conjunto de
diferencias y equivalencias entre los distintos grupos sociales (ecologismo,
feminismo, etc.) que conduciría a que uno de estos grupos ejerza una hegemonía
sobre los otros. La hegemonía de un determinado grupo le permitiría a éste
liderar el proceso político orientado hacia la satisfacción de los individuos
en el marco de las fluctuaciones del mercado de trabajo. Como se podrá
apreciar, Laclau y Mouffe se olvidan que los grupos ecológicos, feministas,
entre otros, no son homogéneos en tanto todos son permeados por la estructura
de clases de la sociedad.
La concepción teórica de Laclau y Mouffe
los lleva a propiciar una democracia radical basada en el liberalismo político
y orientada a ampliar los espacios de participación política en el seno del
capitalismo. Posteriormente, promovieron el populismo con el fin de marginar de
manera más sofisticada en el análisis de la realidad social la contradicción
capital- trabajo para no poner en juego a nivel esencial el capitalismo.
Zižek, por su parte, siguiendo el
cientificismo de Althusser, privilegia en su sistema teórico el primado de las
fuerzas productivas vistas como neutras. Muestra clara de ello es que, al igual
que Negri, plantea que el capitalismo posmoderno llevaría a la necesidad de
transformar el aparato conceptual de Marx, por cuanto éste no habría tomado en
cuenta a las nuevas fuerzas productivas que vienen surgiendo producto de las
tecnologías de la comunicación, que crearían, como dice Negri, una cierta
independencia de los trabajadores intelectuales con relación al capital.
Zižek, al igual que Laclau y Mouffe, se
basa en la interpelación ideológica desarrollada por Althusser para elaborar su
teoría del sujeto. Sin embargo, es conveniente señalar que complementa la
visión de la ideología de Althusser con el aspecto del psicoanálisis de Lacan
referido al papel del goce en lo simbólico. Esta complementación de la teoría
de la ideología de Althusser se debería, según Zižek, a que la interpelación
ideológica de Althusser no debería ser percibida básicamente como una narrativa
de no reconocimiento, sino principalmente como una “lógica de goce”. Mediante
lo anterior, Zižek amplía la teoría del sujeto de Althusser, introduciendo la
concepción del inconsciente en la percepción del sujeto que tenía Althusser.
Zižek, al igual que Badiou, siguiendo la
lógica de Althusser de desligarse de la concepción que tiene Marx del
comunismo, propicia una nueva noción de éste. La noción de comunismo de Zižek y
Badiou se sustenta en el rescate de las invariantes históricas como la
igualdad, la libertad, la justicia, sin tener en cuenta las especificidades que
adquieren estas nociones en el marco de los diferentes tipos de relaciones
sociales que se dieron en la historia.
En lo que se refiere a Badiou, éste
presenta una visión de la ideología muy parecida a la de Althusser. Esta
similitud se puede apreciar en la relación estrecha que existe entre la
interpelación ideológica Athusseriana que adopta Badiou en su tratamiento del
evento que generaría la emancipación y el proceso de verdad que ocasionaría. El
evento de verdad de Badiou se sustenta en la interpelación ideológica
Althusseriana de los individuos para que devengan sujetos a través de una
fidelidad a la verdad.
Reflexiones finales
Se puede señalar que, en las producciones
teóricas de los posmarxistas, ninguno se refiere a los trabajos del joven Marx
y marginan totalmente de su análisis el campo del trabajo y, sobre todo, del
trabajo alienado que es una categoría central en el sistema teórico de Marx.
Todo ello, como se podrá apreciar, sigue la percepción que tuvo Althusser de la
producción teórica de Marx.
Los posmarxistas reemplazan el mundo del
trabajo y de las contradicciones entre el capital y el trabajo desarrollado por
Marx con su teoría de la ideología. Esta teoría de la ideología heredada de
Althusser es complementada de manera diferenciada generando distinciones entre
los diversos representantes del posmodernismo, pero sin modificar su percepción
a nivel esencial de las relaciones sociales que se dan en el capitalismo. Es
decir todos a nivel esencial tienen una misma matriz de sentido. Esta visión
teórica de los posmarxistas alejada del mundo del trabajo, el cual es el campo
donde se puede apreciar con claridad la alienación y explotación que se produce
en el capitalismo y la necesidad de superarlas, lleva a posiciones políticas
reformistas, y/o ambiguas que no posibilitan una estrategia anticapitalista
coherente.
Como ya vimos, Laclau y Mouffe plantean
sólo reformas dentro del capitalismo y Zižek y Badiou privilegian de manera
desmedida la contingencia en la creación de una nueva situación, la cual
resultaría de un acto o evento. No explicitan de manera clara cómo se generaría
este acto o evento, en tanto no detallan las vinculaciones entre la situación
imperante, el trabajo político, que se requiere para propiciar el cambio y la
aparición del acto o evento. Da la impresión que este acto o evento caería del
cielo y por derecho divino habría un cambio. Así como la ortodoxia relegó a un
segundo plano la lucha entre el capital y el trabajo en el proceso de
superación del capitalismo, privilegiando una ficticia contradicción entre las
fuerzas productivas y las relaciones sociales, que se podrían dar en cualquier
momento. Los posmarxistas igualmente hacen desaparecer de su teoría las
contradicciones entre el capital y el trabajo, y sustentan todo el proceso de
cambio en la aparición de un evento que nos condecería a una nueva situación
que materialice los invariantes de la historia en abstracto.
Para concluir, presentaré un conjunto
articulado de sugerencias que pienso que tendrían que ser consideradas en el
proceso de crear una teoría emancipadora capaz de hacer frente al capitalismo
actualmente vigente. Entre ellas, cabe destacar las siguientes:
1. Ver
la teoría de Marx como una unidad indisociable sin establecer una ruptura en la
obra de Marx entre sus trabajos de juventud y de madurez como hace Althusser
con el fin de darle un toque positivista y cientificista al marxismo.
2. Rescatar
la categoría de trabajo alienado en la producción teórica relativa a la
emancipación y, en base a ella, profundizar en la teoría filosófica de Marx que
está esparcida a lo largo de toda su obra.
3. Concebir
la ideología en el marco del sistema de alienación, en tanto el trabajo
alienado que se da en el proceso de trabajo tiene sus expresiones ideológicas a
nivel fenoménico, tal como lo muestra Marx en el capital cuando trata el
proceso de fetichización de la mercancía.
4. Profundizar
en la concepción de la producción de Marx, que se encuentra bastante detallada
en el capítulo inédito del primer tomo de El Capital, donde Marx
aborda el proceso de producción como una articulación del proceso de trabajo y
valorización, lo que le otorga un carácter no neutro a la noción del proceso
productivo, y privilegia en su visión de la producción el análisis de las
relaciones sociales tanto en el proceso de trabajo como en el de valorización.
Es decir que las contradicciones se dan tanto en el proceso de trabajo como en
el de valorización, y no sólo en éste último, como afirman la ortodoxia y el
Althusserismo.
5. Cuestionar
la supuesta contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales
y privilegiar, en el análisis de la dialéctica, las contradicciones entre el
capital y el trabajo.
6. Reconceptualizar
la noción de sociedad eliminando el determinismo economista. En mis distintos
trabajos, conceptúo la sociedad como la articulación de las producciones
políticas, culturales, económicas y familiares, todos ellas permeadas por la
ideología que les otorga un carácter de no neutralidad. Ninguna de las
distintas producciones determina a las demás, y la dominación de una de ellas sobre
las otras dependerá de las condiciones históricas concretas.
7. Profundizar
la teoría referente al sujeto en el marco de las nuevas formas de ver la
producción y la sociedad tomando debida cuenta de la importancia del sector
informal (rural, urbano) donde el no capitalismo desempeña un papel importante.
8. No
circunscribir la política sólo a su relación con el Estado, y más bien
centrarse en la organización de los trabajadores y campesinos desde la base,
generando espacios en que se pueda promover nuevas formas de relaciones entre
los que laboran en una determinada producción, ya sea económica, política,
cultural o familiar, las cuales deberían ir constituyéndose en la base del
movimiento emancipador.
1 comentario:
Un articulo muy interesante, sin embargo creo que se podría hacer una claridad mayor en cuanto a la "dialéctica" en cuanto la relacion entre Kant y Hegel y de esta menera entender como Althusser la reinterpreta mas cercana a a Hegel que a Marx en la relación IDEA - REALIDAD, y no REALIDAD - IDEA.
muchas gracias por las claridades.
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