jueves, 31 de mayo de 2018

18 DE JUNIO: MAESTROS PERUANOS REINICIAN HUELGA NACIONAL INDEFINIDA



El acuerdo adoptado en la Asamblea Nacional de delegados de las Bases Regionales del SUTEP, realizada el sábado 26 con la asistencia de representantes de los maestros de las 25 regiones del país, es algo que se veía venir si tomamos en cuenta lo siguiente.

La Huelga Nacional Indefinida (HNI) del 2017, desarrollada por los maestros de las Bases Regionales del SUTEP  rebasando a la cúpula burocrática del CEN SUTEP controlada por patria roja, fue suspendida luego de su evaluación respectiva, pero con la clara disposición de retomarla este 2018 teniendo en cuenta que la Plataforma de Lucha no fue resuelto en su integridad, habiendo quedado temas muy importantes para ser solucionados.

Desde la fecha de dicha suspensión, setiembre 2017, hasta el presente las autoridades del MINEDU han desarrollado toda una campaña periodística, tratando de convencer a la población que el tema magisterial estaba solucionado y su "prioridad" ahora eran los niños. Es decir, una indiferencia total con respecto a los reclamos de los maestros.
De manera paralela los maestros han venido efectuando eventos de información, análisis y debates sobre la situación en la que se encuentran los temas de la Plataforma de Lucha, sobre el comportamiento del MINEDU frente a esto y la necesidad de definir el reinicio de la HNI.

Ante esta indiferencia, y como un llamado de atención, el  pasado 5 de abril los maestros organizados en las Bases  Regionales del SUTEP realizaron un Paro de 24 horas con un acatamiento masivo silenciada por los medios de comunicación serviles a la gran burguesía.

Entonces la gran responsabilidad de evitar que los maestros del Perú reinicien la HNI definitivamente son del Ejecutivo y el Congreso.  La programación, por parte del Minedu de la mal llamada evaluación de desempeño para el nivel inicial en este mes, con las mismas características  cuestionadas por estar orientadas al despido masivo y la no derogatoria de la Ley 29944 y otras contrarias al régimen laboral estable, son para muestra, motivo suficiente para que los maestros se pongan en pie de lucha. 

Como era de esperarse, tanto sectores del gobierno como sus aliados  al interior del magisterio, los del CEN SUTEP (patria roja), han comenzado una campaña de desprestigio con adjetivos y términos ya conocidos en contra de dirigentes y de todo maestro que está decidido a convertir esta HNI, a partir del 18 de junio, en una jornada histórica. Por eso se requiere que desde su inicio los AMAUTAS de las 25 regiones del país estén presentes en LIMA encabezados por el profesor Jose Pedro Castillo Terrones y demás dirigentes del Comité Nacional de las Bases Regionales del SUTEP.

¡¡CON DIGNIDAD Y VALENTIA, MAESTROS A LUCHAR!!
29 / 05 / 2018

MI PALABRA
Felipe Torres Andrade
http:/laluchadeclasessigue.blogspot.com
Lima, Perú
                    

miércoles, 30 de mayo de 2018

UNA LEY PARA ROBAR



Escribe: Milcíades Ruiz

¿Lobby estás? “Estoy en el Parlamento, en el BCR, en el Ejecutivo, poder electoral y poder judicial”. Es verdad, están donde haya puerta giratoria. Pero “Qué billetera tan grande que tienes abuelita”. “Para corromperte mejor”. También es cierto. Siempre nos hacen el cuento y con todas las de la ley. Por eso la gente dice: “El vivo, vive del sonso y el sonso de su trabajo”. Dicho en su correlato: “El rico vive del pobre y el pobre de su trabajo”. A diferencia del pillo de la calle que procede bruscamente, el de alto vuelo lo hace finamente con el consentimiento de sus víctimas. Así salió la Ley de promoción del sector agrario, signada con el número 27360, que otorga una serie de subsidios a las transnacionales, beneficios tributarios, régimen laboral excepcional y otras gangas que el gobierno quiere cortar pero contrariamente los gremios empresariales quieren que se prorrogue muchos años más.

Promulgada durante el gobierno de Fujimori, en el año dos mil, siendo ministro de agricultura José Chlimper Ackerman y ministro de economía Carlos Boloña, se nos dijo que era para beneficiar a los productores agrarios con cultivos y crianzas. Subrepticiamente se agregó a los que le compren a estos, con fines de industrialización. El objetivo era promover la inversión y “el desarrollo agrario” para lo cual era necesario conceder incentivos y beneficios tributarios hasta el año 2010, “nada más”. Esto era válido tanto personas naturales como los campesinos como también, para “personas jurídicas” sin señalarlas específicamente y todos pensaron en las asociaciones agrarias peruanas. 

Los incentivos:

  • Rebaja del 50% al impuesto a la renta de tercera categoría (empresas). Solo paga el 15% después de depreciar 20% anual lo invertido en instalaciones de riego y otros.
  • Devolución del IGV por sus compras previas en instalaciones, equipos, maquinaria, contratos de obras de construcción y también, durante los años de producción.
  • No están obligados a tener trabajadores estables. Los puede contratar por temporada de días o meses. Pueden prolongar la jornada a más de 8 horas a cuenta del total de horas semanales.
Régimen laboral:

Ø  Jornal de S/. 16,00 (reajustable) solo si trabaja más de 4 horas. Este salario incluye CTS y bonificaciones de navidad y Fiestas Patrias.
Ø  Si completa el año tendrá vacaciones pero solo 15 días.
Ø  Indemnización: 15 jornales por año pero no más de 180 en total.
Ø  Subsidio por seguro de salud debiendo pagar solo el 4% de la remuneración mensual de cada trabajador.

Naturalmente, la ley no estaba pensada para agricultores ni estos estaban en capacidad de acogerse. Los primeros en acogerse fueron las empresas buitres chilenas, españolas, colombianas y otras empresas extranjeras como Campo Sol que actualmente es un conglomerado de empresas transnacionales de capitales noruegos, ingleses, norteamericanos, alemanes, y otros. A estas se les otorgaron las mejores tierras de los proyectos de irrigación costeados por los contribuyentes pero privatizados por Fujimori. Todo a precio de subasta depreciada. Lo que se hizo en CHAVIMOCHIC y otras irrigaciones del norte ahora se piensa hacer lo mismo con la de Majes-Siguas. Gracias dijo el grupo Gloria.

Lo insólito es que a costa del pueblo contribuyente se ha subsidiado por triple partida a las empresas extranjeras beneficiadas hasta con el subsidio a la tarifa de agua por obras hidráulicas. El estudio de estos subsidios elaborado por Lorenzo Eguren, publicados por CEPES, da cuenta de subsidio a la inversión, subsidio a la venta de tierras y subsidio tributario a esas grandes empresas que vinieron para aprovechar la oportunidad. EL informe hasta el año 2012, señala:

“Los ingresos obtenidos son por la venta mayormente en subastas de la extensión de nuevas tierras y la venta de servicios como pueden ser la provisión de agua y energía. Toda esta recaudación solo ha logrado cubrir el 7% del costo de inversión de los proyectos de irrigación en su conjunto, lo que significa un subsidio de 93%. Este subsidio es probable que sea mayor ya que en los casos en que no ha habido información disponible sobre ingresos en venta de tierras o en tarifa de agua, hemos asumido, para ser conservadores, que tales ingresos existieron” (ESTIMACIÓN DE LOS SUBSIDIOS EN LOS PRINCIPALES PROYECTOS DE IRRIGACIÓN EN LA COSTA PERUANA. Lorenzo Eguren).


Cuadro 1: Subsidio en la inversión en proyectos de irrigación en la costa peruana
Fuente: Elaboración L Eguren.
Cuadro 2: Subsidio en la venta de la tierra en proyectos de irrigación en la costa

Como señala Eguren, el subsidio más contundente es el subsidio en la inversión. Hasta el 2012, el Estado peruano solo ha logrado recuperar a lo más, 7% del costo total de los proyectos de irrigación. El subsidio en la venta de la tierra fue menor y solo se habría pagado alrededor de 75% del valor de mercado de las tierras (excluyendo experiencia de Olmos).

Con todas estas gangas, ahora Campo Sol cuenta con más de 25 000 hectáreas de tierras en las zonas de Chao, Virú, Ancash y Piura. Cuenta con seis plantas de procesamiento, tres de las cuales son de conservas, dos de productos frescos y una de productos congelados. Además, es propietaria de una empresa de empaquetamiento de frutas (mangos, uvas y otros) y participa como socia de otra en Piura. El año pasado Campo Sol s.a. ha facturado ventas por valor de US$ 368.4 millones (Agraria.pe). También tiene inversiones en Filipinas, Colombia y otros países. Ellos están donde hay alta rentabilidad.

Pero este, es solo uno de los tantos casos de empresas extranjeras a las que se viene beneficiando 18 años con la referida ley sin que se hayan cumplido con el objetivo que la justificó. El 99,9% de los agricultores peruanos no se benefician de esta ley. El conocido millonario Chlimper, que antes de la ley solo tenía la empresa de agroquímicos Drokasa, creó la corporación Agrokasa para acogerse a los beneficios de dicha ley como agroexportador y su fortuna creció como espuma incursionando en otras ramas además de ser director de Graña y Montero. Con este poder económico entró a financiar y manejar con Keiko el partido Fuerza Popular.

Ahora que el gobierno amenaza con quitarles la mamadera, los agroexportadores nacionales y extranjeros ponen el grito al cielo pidiendo que se vuelva a prorrogar la vigencia de esa ley por muchos años más para seguir gozando de sus beneficios a costa nuestra. Como siempre, aducen que han creado muchos puestos de trabajo y que han levantado al éxito las exportaciones agrarias. “Las exportaciones del sector agropecuario pasaron de US$ 644 millones (2001) a US$ 5.925 millones (2017), han generado 800 mil empleos y generarán 175 mil en la próxima década” dice Comex Perú, en representación de los que se comen al Perú.

Los gremios empresariales: ADEX, SIN, AGAP, CCL, CONFIEP, se han movilizado pidiendo al Presidente Vizcarra una reunión para tratar este asunto. Todos los poderosos, salen a defender sus privilegios repitiendo sus conocidos cuentos. ¿Qué hace la izquierda, supuesta defensora de los intereses nacionales y de las clases populares?

Mayo 2018


martes, 29 de mayo de 2018

EL CAPITALISMO INFORMACIONAL Y LAS CLASES SOCIALES



Nelson Manrique
29 May 2018


En La ideología alemana (1845) los jóvenes Carlos Marx y Federico Engels inscribieron una formulación categórica: “Sólo reconocemos una ciencia, la ciencia de la historia”. La proposición es interesante por sus implicaciones políticas. Los apologistas del capitalismo creen que el capitalismo es un estadio eterno, que nació con la humanidad y desaparecerá con ella. Marx, por el contrario, sostiene que éste tiene una existencia histórica, es decir tiene un principio y un  final.

Marx situó los orígenes del capitalismo a inicios del siglo XVI, cuando éste adoptó la forma de un capitalismo mercantil que desplegó la “acumulación originaria”, que permitió el pleno despliegue del capitalismo a través de la conquista, colonización y saqueo del mundo y la constitución del mercado planetario con una división del trabajo que aseguraba la hegemonía de Europa en desmedro de los continentes colonizados: América, Asia, África. Así se creó las condiciones para el despliegue de una segunda fase, el capitalismo industrial, en el cual vivió Marx y desde el cual realizó su crítica general del capital.

Marx creía que la fase industrial del capitalismo era su fase final. Los conflictos y contradicciones generadas por el orden burgués darían lugar a revoluciones proletarias que, en un tiempo más o menos rápido, liquidarían el orden social capitalista, abriendo el camino a la sociedad sin clases, donde desaparecería la explotación del hombre por el hombre.

Como es evidente, su pronóstico no se realizó. Al comienzo del siglo XX los marxistas tuvieron que reconocer que el capitalismo había entrado en una nueva fase, el capitalismo monopólico, al que Lenin denominó imperialismo. En su momento el imperialismo fue también señalado como como la “fase final del capitalismo”. En momentos de crisis, como el crack de 1929, muchos creyeron estar librando la batalla final por el triunfo definitivo de la revolución proletaria. 

El golpe al marxismo y a la causa del socialismo fue muy fuerte. Pero luego de dos décadas, y especialmente luego de la crisis global del 2008, el interés sobre el marxismo como herramienta de crítica del orden capitalista ha retornado con fuerza. Sin embargo, la propuesta socialista ha terminado diluyéndose en la imprecisión. Entre las fuerzas progresistas se difundió una consigna optimista: “Otro mundo es posible”, pero pasado el tiempo, este “otro mundo” posible, sigue siendo una consigna vaga, que se oye cada vez menos. Dotar de contenido a una propuesta anticapitalista positiva debiera partir de la comprensión de en qué momento histórico nos encontramos. Al respecto, creo que se puede aventurar algunas proposiciones: 

1) El orden social general sigue siendo capitalista. Lo es porque su motor fundamental sigue siendo la acumulación del capital, sus agentes se movilizan por el logro de utilidades, se continúa y profundiza en una escala nunca antes alcanzada la desigualdad, prosigue la depredación de los recursos humanos, materiales y la destrucción de planeta, etc. 

2) Pero la fase industrial del capitalismo sido superada y hemos entrado en una fase, a la que debiera llamarse capitalismo informacional. La transición a esta nueva fase ha dejado desfasadas las plataformas políticas levantadas por el marxismo durante la fase industrial. Es imposible seguir sosteniendo la centralidad de la clase proletaria en el proceso revolucionario, la dictadura del proletariado, un orden social superior surgido de las condiciones materiales de existencia del proletariado, el asalto al poder, guiado por un partido de clase. 

3) Entre otros cambios, la transición a la fase informacional del capitalismo va acompañada de la declinación cualitativa y cuantitativa del proletariado industrial clásico, cuya posición está además crecientemente amenazada por la expansión de la automatización y la robotización en la producción, que se estima se masificará en la próxima década. La clase obrera, que en 1957 representaba en los Estados Unidos la mitad de la población económicamente activa, representa hoy apenas el 17%.

4) Mientras tanto, los trabajadores del sector servicios, cuyo centro motor son las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, constituyen hoy en EEUU las cuatro quintas partes de la población económica activa. Éstos tienen diferencias fundamentales con el proletariado: su trabajo no es mecánico y repetitivo sino creativo y flexible, por lo general son propietarios de sus medios de producción. La masificación del uso de la computadora, el medio de producción fundamental del capitalismo informacional, cambió radicalmente el panorama del mundo del trabajo.


lunes, 28 de mayo de 2018

EL GOBIERNO ESTADOUNIDENSE PONE DE MANIFIESTO LA CRISIS AGÓNICA, TURBULENTA Y CONFLICTIVA DEL CAPITALISMO TRANSNACIONAL



 La geopolítica de Donald Trump


Kritica
28-05-2018

La victoria de Donald Trump en EUA significa, que toda la arquitectura mundial, establecida al final de la Segunda Guerra Mundial en Bretton Woods (1944), se ve ahora trastocada y se derrumba. Los naipes de la geopolítica, se están barajando y van a darse de nuevo. Otra partida empieza. Se profundizan las hostilidades entre ambos actores financieros transnacionales con centro en EUA, en Washington los republicanos continentalistas y en la city de Wall Street/Londres los demócratas globalistas. Esto es lo que certifica la partida de defunción del Gran Acuerdo de Roosevelt de 1933, entre el capital y trabajo en EUA, que lleva a que se profundice también la guerra desde arriba contra las organizaciones del trabajo. 

Con el gobierno de Trump se manifiesta claramente la crisis agónica, turbulenta y conflictiva del capitalismo transnacional global y continental. Expresando un nacionalismo industrialista anti-oligarquía financiera, Trump se enfrenta principalmente con las fuerzas del esquema de poder globalista (las cuales se expresaban primordialmente con Hillary Clinton), y en forma secundaria con el esquema continentalista (establishment del Partido Republicano), con quienes acordó una coalición de gobierno para garantizar su gobernabilidad. Esto obstaculiza la posibilidad de exportar la crisis, que tiende a profundizarse a lo interno de los Estados Unidos de América (EUA) .

Lo anterior se observa en la posición de Trump frente a los grandes tratados comerciales: su primera medida fue la salida del TPP, en busca de desarmar el diseño geoestratégico globalista de su predecesor Obama (TPP-TTIP-TISA), a la par que no dejó de avanzar en la renegociación del continentalista NAFTA (muy resistido por los republicanos), en pos de la relocalización en territorio estadounidense de las grandes transnacionales.

Cada vez resulta más evidente que el capitalismo actual no está en condiciones de generar ni remotamente un ciclo expansivo en el ámbito de la producción. En el pasado mes de febrero Wall Street registró una de las mayores caídas desde la crisis de 2007. La crisis bursátil del 26 de febrero de 2018 es la manifestación más reciente que ha hecho bajar las esperanzas de un nuevo ciclo tecnológico, dirigido por el capital financiero globalista.

Las repentinas caídas de “valores estrella” en la bolsa de Nueva York como los de Facebook, Google, Uber, Amazon (todas empresas de punta del globalismo que operan con capital deslocalizado fuera de EUA y con sus inversiones concentradas en China), son manifestación de una crisis del capital a nivel global. Las mismas empresas son atacadas, a su vez, por intervenciones verbales y políticas de Trump, quien ha comenzado una guerra económica no tanto contra China sino contra dichas empresas con la finalidad que se relocalicen en EUA.

La presencia de un escenario de sustitución tendencial del petrodólar por el petro-yuan-oro (marzo de 2018) implica una menor demanda del dólar y con ello una caída de su precio. Con un dólar a la baja y la del costo fiscal, Trump espera re-construir un industrialismo nacional (Make America Great Again), al favorecer a los sectores exportadores y busca debilitar a los intereses globalistas de los mercados financieros de Nueva York y Chicago. Un dólar más débil significa una sustitución de la demanda de activos denominados en dólares por otras monedas y por el yuan/remimbi chino en primer lugar. Para recuperar lo que se pierde vía devaluación del dólar, Trump ha compensado sobre todo a aquellas empresas localizadas en EUA, con una fuerte rebaja de impuestos.

En busca de recuperar las bases de la supremacía estadounidense a nivel mundial, crecientemente erosionadas por los efectos de la globalización, Trump ha dado un importante lugar al complejo industrial-militar del Pentágono, tanto en el gabinete como en grandes aumentos de presupuesto. En los últimos tiempos EUA arremetió sucesivamente contra Corea del Norte, Venezuela, Rusia, Irán, Siria y el Medio Oriente.

Siguiendo las estrategias de Kissinger, Trump ha buscado mostrarse como impredecible (“teoría del loco”: Siria, Afganistán, Corea) en pos de justificar la doctrina de intervencionismo directo, la cual permite aumentar el presupuesto de defensa y mostrar su poderío militar, con el objetivo final de lograr mantener la hegemonía geopolítica en el mundo unipolar, y con ello mostrar la validez de su campaña de Make America Great Again para sobrevivir en la interna de poder en los EUA.

Dejando de sostener y pasando a combatir al ISIS en Siria (sostenido por la OTAN globalista), Trump avanzó en intervenciones directas en ese país, a la par que decretaba, en alianza con el Israel de Netanyahu, la salida del tratado nuclear “5+1” con Irán de Obama en 2015, reinstaurando las sanciones a ese país. Retomando la geoestrategia neoconservadora, para la cual la crisis del Medio Oriente permite debilitar la estrategia de la Unión Europea (UE) de articulación en el multipolarismo en el Asia-pacifico y obstaculizar las iniciativas desde el Asia-pacifico hacia la UE.

Ello había sido desestimado por la geoestrategia euroasiática de Brzezinski y el “giro asiático” de Obama-Clinton, consistente en la dominación del mayor continente y eje geopolítico del planeta, buscando contener sus periferias. Doctrina que se corresponde con la lógica de acumulación y los intereses del capital financiero globalizado.

Asesorado por Kissinger, Trump ha buscado entablar un G-2 con Rusia contra China (o proponiendo luego lo inverso), para neutralizarlo (teoría del “balance de poder”), buscando romper la alianza de China con Rusia, y también con Irán. Este punto es crucial para los geo-estrategas estadounidenses: la alianza entre China y Rusia puede ser clave para asegurar el declive del poderío mundial de EUA, y del unipolarismo de Occidente en general, sea en su vertiente globalista o en la continentalista norteamericana.

A principios de 2018, Trump volvía a la carga con su nacionalismo económico industrialista (línea Lighthizer-Navarro-Ross), tensionando su alianza táctica con el continentalismo norteamericano (desplazamiento del gabinete a Cohn, ex número 2 de Goldman Sachs, y Tillerson, ex mandamás de la petrolera ExxonMobil).

Con la política hacia Irán, Trump arremetía también en la guerra comercial contra la Unión Europea, deshilachando más esa histórica alianza. Grandes empresas europeas habían empezado a invertir en Irán tras el acuerdo nuclear y enfrentarían ahora las sanciones estadounidenses. Ello implica también una factura para los ciudadanos europeos, que es inmediatamente una desestabilización social a todos los gobiernos de la UE, que van a tener que pagar los combustibles más caro.

Trump ha provocado así un desplazamiento geográfico de la crisis, del Oriente Medio hacia Europa. Con ello intenta también desandar los caminos de articulación de la UE en la Nueva Ruta de Seda, pero también se acrecientan los márgenes de posibilidad para que crezca la necesidad y grados de libertad de la UE frente a EUA, debiendo emprender su propio rumbo hacia el Este, integrándose sin mayor demora con el proyecto multipolar en relación con un China-BRICS ampliado.

El recurso a la guerra comercial parece implicar entonces un reordenamiento de las cadenas de valor transnacionales que han definido la globalización. Estas cadenas ya no se integran sin conflictos geopolíticos. Cuando se llegue a la reestructuración de la cadena de valor chino-americana, la UE y más concretamente Alemania, bien podría llegar a ser el ´afectado´ a quien se le podrían endosar entonces los costos de esta crisis. La UE y Alemania en particular son conscientes de la tormenta que se avecina sobre la zona euro y sin duda persistirán en realizar su propio juego.

Podemos avizorar entonces que las perspectivas del multipolarismo avanzan y aumentan frente al unipolarismo, aspecto fundamental y condición de posibilidad para un proyecto de mundo crecientemente pluri-civilizacional y pluri-cultural, de y para los pueblos y sus proyectos de emancipación, justicia e igualdad.

Notas
1.     Véase para profundizar el reciente libro: La crisis mundial. Trump, Brexit, BRICS, Francisco. Dólar, bitcoins, yuan. Globalismo, continentalismos y pluriversalismo. Ed. Fabro, Buenos Aires, 2018.
2.     Isidro Lopez, La crisis global permanente, www.elsaltodiario, 9 de mayo de 2018-