martes, 31 de mayo de 2016

DEBATE, ELECCIONES 2016: EL SISTEMA MENOS DEMOCRÁTICO DE OCCIDENTE. !!NULIDAD DE LAS ELECCIONES¡¡




Isaac Bigio

ALAI AMLATINA, 30/05/2016.-  De todas las democracias occidentales del mundo del siglo XXI, posiblemente la peruana sea la que presenta los mayores cuestionamientos.

1)  Tiene el único balotaje en la historia universal en el que en la primera vuelta el segundo puesto lo ocuparon los votos nulos/blancos y quien entra a tallar en la vuelta final sacó menos del 17.5% de los votos emitidos. 

2)  Tiene las únicas elecciones legislativas donde el voto nulo/blanco gana ampliamente el primer puesto. En vez de que ese proceso sea anulado y nuevos comicios sean convocados, se va a instaurar un Congreso en el cual un partido que obtuvo menos del 24% de los votos emitidos acumule más del 56% de sus curules.

3)  Es el único balotaje donde antes de las dos vueltas se da una primera ronda en el cual una corte electoral, y no el pueblo, descalifica a candidatos.

4)  La mayor votación en la historia peruana no ha sido por ningún candidato presidencial sino los 8,666,462 nulos/blancos para el Parlamento Andino, cifra mayor que la que sacaron en una primera votación inicial cualquiera de los actuales presidentes sud y centro americanos (la electa de Brasil acaba de ser removida y Macri en Argentina solo superó esa cifra en la tercera vuelta).

5)  Presenta la más desproporcionada representación ante un parlamento continental en el mundo. Para el Parlamento Andino, Fuerza Popular consigue 3 de los 5 representantes peruanos cuando apenas tuvo un quinto de los votos, habiendo quedado tercera detrás de los votos nulos y de los blancos.

 Distorsiones

 En ninguna democracia del mundo se da una representación tan distorsionada como en el Perú. Basta compararla con el centenario sistema uninominal británico que está diseñado para que solo dos partidos se alternen en el poder.

En el Reino Unido hay 650 parlamentarios, cada uno de los cuales representa a su respectivo distrito electoral.  De esta manera quien gana, aunque levemente, en más distritos, es quien más parlamentarios saca. Se ha dado el caso que un partido que haya sacado un cuarto de los votos haya solo conseguido un veinteavo de las bancas y es normal que un partido con menos del 40% de los votos logre mayoría absoluta.

Poco antes de escribir esta nota estuve en un programa de TV con el conocido presentador y ex parlamentario británico George Galloway hablando ante cámaras acerca de cuál es el sistema parlamentario menos democrático. Él me hacía ver que era el de su país y yo que era el del mío. Le demostré que en Reino Unido los conservadores dominan el 51% del parlamento tras haber sacado un 37% de los votos, pero que en el Perú un partido tiene un mayor porcentaje de curules tras haber obtenido un mucho menor porcentaje en las urnas. Mientras la diferencia entre el porcentaje conseguido en las ánforas y el logrado en el parlamento es de un 50% mayor en Reino Unido, en Perú es de un 130%.

La web de la ONPE informa que Fuerza Popular obtuvo 4,431,077 votos para el congreso sobre un total de 18,751,264 sufragios depositados. No nos indica el porcentaje (que nosotros hemos calculado en menos del 24%) y tampoco nos da un total de los votos blancos o nulos. Según nuestros cálculos, éstos superan los 6,500,000 votos, más que los 6,100,000 que Keiko sacó en la primera vuelta y un 50% más que lo que su partido para el congreso. Los votos blancos/nulos ganan en los Peruanos del Exterior y en todos los 26 distritos electorales del Perú, salvo en dos pequeños fronterizos donde pierde por escaso margen.

Si se pudiese dar una representación a los votos nulos/blancos, éstos deberían ser muy superiores a ese 56% que Fuerza Popular ha conseguido en el Congreso. Como eso no es posible, la otra opción sería pedir una nueva elección por que la primera mayoría ha sido aquella que no se identifica con ninguna de las listas en contienda.

 Más desproporciones

 Hay otro aspecto en el cual el sistema peruano es aún más antidemocrático que el británico. En Reino Unido se posibilita que partidos que se basan en ciertas regiones puedan entrar al parlamento para representar a sus electores. Así, en éste hay diputados de los partidos locales de Irlanda del Norte, Gales y Escocia.

Veamos el caso del departamento peruano sin costa más poblado (Cajamarca). Allí el partido que ganó ampliamente fue Democracia Directa, el cual obtuvo 208,935 votos, lo que significa un 40% de los 530,123 votos válidos y más del 25% de los 779,859 votos emitidos en dicha región. Sin embargo, DD no tendrá ningún escaño en la región donde es la primera mayoría y, más bien, puede que pierda su legalidad como partido.

En cambio, FP que solo sacó 153,384 votos consigue la mitad de los 6 congresistas por Cajamarca. En dicha región el fujimorismo quedó por debajo de los 249,736 votos blancos/nulos y de DD, y con menos del 20% de los votos de Cajamarca amasa el 50% de sus congresistas.

Cajamarca, que ya ha sido escenario de varios conflictos sociales, ahora incubará más: con su ex gobernador anti-mineras en la cárcel, sin que la fuerza que arrasó allí pueda detentar 3 o 4 de sus congresistas y con la mitad de su representación parlamentaria en favor de un partido que pide dar rienda suelta a mineros informales que perjudican al medio ambiente. 

En Reino Unido se ha buscado ir saliendo del sistema de desequilibrios del parlamento británico y ya existe una representación proporcional en la elección del parlamento escocés y en la de las Asambleas de Londres, Gales e Irlanda del Norte.

En Perú ocurre lo inverso. Si la primera elección que se dio para inaugurar la actual etapa democrática (la constituyente de 1978) todos sus integrantes eran electos por representación proporcional, ahora se ha llegado a la representación más anti-proporcional que conoce cualquier democracia en occidente y posiblemente en todo el planeta.

La desproporción es aún mayor en el caso de la delegación peruana al Parlamento Andino. En los comicios para dicho organismo, más del 46% de los votos fueron blancos/nulos, razón suficiente como para tener que convocar a nuevas elecciones donde los peruanos pudiesen estar mejor informados de las características de tal entidad y de las distintas propuestas.

En tal elección FP apenas sacó 3,842,651 votos, poco más del 20% del total de sufragios, pero se lleva el 60% de la representación peruana al Parlandino.

 Monarquía

 En las democracias occidentales hay dos polos: el de las repúblicas presidenciales y otro el de las monarquías constitucionales. En las primeras, el jefe de Estado es elegido, mientras que en las segundas es vitalicio.

El Perú podrá vanagloriarse de que su población elige directamente a su Presidente mientras que en España, Reino Unido, Holanda, Bélgica, Suecia, Dinamarca, Noruega y Luxemburgo hay un rey o príncipe que hereda el cargo.

Sin embargo, el trono británico no interfiere en el proceso electoral y simplemente se limita a llamar al jefe del partido que logra mayoría parlamentaria absoluta a que haga gobierno.

El Perú, empero, adopta los peores rasgos de ambos polos.  Tiene una corte que decide qué candidatos pueden ser o no eliminados del proceso, aunque falten pocas semanas para las elecciones.

Si los reyes europeos son conocidos por toda la población, ninguno de los miembros de la corte peruana son conocidos para más del 99.99% de los peruanos.

Tampoco esta corte es hereditaria, pero si es designada. Nos referimos a la corte electoral, es decir a los 5 jueces de la instancia máxima del Jurado Nacional de Elecciones.

Ellos se dieron la atribución de tachar las candidaturas ya inscritas de dos aspirantes que iban en el segundo lugar y se iban a clasificar para el balotaje según todas las encuestas desde inicios de este año hasta un mes antes de la primera vuelta del 10 de abril. César Acuña  y Julio Guzmán fueron descalificados por razones administrativas, aunque, siguiendo los mismos criterios, había más razones para sacar de la carrera también a Fujimori.

Esa forma de excluir fue tan chocante incluso para un partidario de la monarquía británico, como es el semanario The Economist, que éste tildó al proceso peruano de fraudulento.

 Tercera vuelta

 Argentina con el kirchnerismo instauró un inédito y novedoso sistema de 3 elecciones nacionales consecutivas.  Para antes de que se pudieran dar las dos vueltas presidenciales, se oficializaron las llamadas elecciones nacionales Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).

Según éstas, todos los ciudadanos estaban obligados a votar en unos comicios donde no se elige a ningún cargo público sino para que la población indique a qué partido apoya y dentro de éstos a qué lista secunda.

Todos aquellos partidos que no pasen la valla del 1.5% quedan impedidos de participar en las elecciones generales. Macri compitió con otras dos candidaturas en su propio frente político, convirtiéndose en el triunfador y por ende en su representante único para las presidenciales.

El Perú también ha instaurado una suerte de primera fase. Ésta no es una elección de ningún tipo y todas las primarias que se han dado han sufrido cuestionamientos de parte de varios perdedores quienes aducen fraude o solo han movilizado a poco más del 0.1% del registro de electores.

La primera fase la decide la referida corte electoral, cuyas atribuciones son más amplias que un monarca europeo.

Bastó que uno de los 5 miembros del JNE inclinase la balanza para que por 3 a 2 votos Guzmán fuese expectorado de la contienda. Y esa exclusión no fue cualquier cosa. Gracias a ello, PPK que iba en picada y estaba en cuarto puesto remonta y pasa al balotaje. Según el grueso de los sondeos, si Guzmán entraba a la segunda vuelta tendría las de ganar.

El partido de Acuña, a su vez, demostró tener ciertas raíces al haber quedado cuarto en las elecciones legislativas compitiendo sin un candidato presidencial, pero sacando más votos que cualquiera de los 4 partidos que hayan gobernado al Perú post-Fujimori.

Si Acuña le quitaba votos a Keiko en los sectores más pobres y en el norte, Guzmán amenazaba con impedirle el paso a la presidencia El JNE al remover a ambos de la contienda mostró un claro favoritismo por Fujimori haciendo que la primera vuelta (que son ellos) fuera decisiva. 

 Otra distorsión

 Estas elecciones han vuelto a marginar a la ‘región’ peruana que es la que después de Lima metropolitana es la que tiene más ciudadanos y que genera más divisas.

Ellos son los más de 3 millones de Peruanos del Exterior, quienes nunca han tenido su propia representación en el congreso. Pese a ser la diáspora iberoamericana que más vota (y por lejos) los repatriados peruanos no tienen el mismo derecho que tienen los ecuatorianos, colombianos, dominicanos o portugueses del exterior que eligen a sus propios parlamentarios.

En Ecuador, 6 de los 137 miembros de la Asamblea Nacional del Ecuador son electos por los migrantes (2 por los que viven en Sudamérica, 2 por los de Norteamérica y 2 por los del resto del mundo).  En Perú ninguno de los 130 congresistas es un migrante ni les representa.

En un país ultra-centralista se ha creado un mega-distrito electoral en el cual se une a las dos mayores ‘regiones’ de peruanos: las de los PEX con los de la capital.

Esto crea una gran deformación, impide que se conozcan las inquietudes de los migrantes (cuyas remesas mantienen a muchas familias del Perú) y altera los resultados de Lima (pues muchos PEX deben votar por candidatos capitalinos aunque no frecuenten esta ciudad o nunca la hayan conocido).

Reformas

Las actuales normas y corte electoral han trabajado en los hechos en favor de un determinado partido. FP con menos del 24% de los votos emitidos obtiene más del 56% de los congresistas. FP con un quinto de los votos al Parlandino obtiene 3 de los 5 representantes peruanos a éste. 

En este congreso estará ausente la voz de la mayor región fuera de la capital (los migrantes) y también estará ausente el partido que ganó con un 40% de los votos válidos en el más poblado de las 14 regiones sin litoral del país.

La corte electoral se ha dado atribuciones que ninguna monarquía europea se ha dado: la de vetar a candidaturas que bien pudieron haber entrado a la segunda vuelta o hasta ganar ésta.

Urge cambiar radicalmente el sistema electoral peruano para hacer que vuelva a ser más proporcional y que se den menos exigencias a los partidos para que se inscriban.

Se impone tomar en cuenta a los peruanos que votan por nadie porque no concuerdan con los partidos en cuestión para darles la oportunidad a que su voto cuente. En caso que los votos blancos/nulos superen a quien gane una elección nacional o regional o quede segundo en una primera vuelta, deberían darse nuevos comicios.

El Artículo 365 de la Ley Orgánica de Elecciones (Ley Nº 26859) estipula que “El Jurado Nacional de Elecciones declara la nulidad total de las elecciones en los siguientes casos: Cuando los votos nulos o en blanco, sumados o separadamente, superan los dos tercios del número de votos válidos”.

Esto ha pasado en los comicios al Parlamento Andino y en los de muchas regiones en las elecciones congresales. No obstante, ninguno de esos procesos es cuestionado. El JNE solo cuestiona candidaturas según lo desean ciertas fuerzas. 

Nos encaminamos a una democracia donde un partido con pocos militantes pero gran pasado autocrático tenderá a controlar plenamente al poder legislativo y a la delegación al Parlandino, y probablemente también detentar la presidencia.

Se supone que las democracias representativas buscan aliviar conflictos sociales, pero lo que se viene dando en Perú es una no representativa que incentivará explosiones sociales.

- Isaac Bigio enseñó en la London School of Economics, donde ante hubo grados y postgrados en historia y política económica.


NO A LOS PPKEIKOS: PERSISTIR EN FORTALECER LA UNIDAD DEL FRENTE





(31 de mayo de 2016)
Por Miguel Aragón

            Habiendo precisado, en primer lugar, que la contradicción principal en la sociedad peruana, es la contradicción entre el pueblo peruano y la clase dominante; y en segundo lugar, habiendo señalado que la contradicción entre los grupos políticos acaudillados por PPK y Keiko Fujimori, es una contradicción secundaria, una contradicción dentro de la propia clase dominante;  ahora, y en tercer lugar, me corresponde  contribuir a analizar algunos aspectos de una de las contradicciones  secundarias en las filas del propio pueblo peruano. 

EL GRAN AVANCE  DEL 4 DE OCTUBRE

El acto político más importante del año 2015, fue las Elecciones Ciudadanas del 4 de octubre,  elecciones primarias convocadas y dirigidas por el Frente Amplio, movimiento político que en la actualidad  es una de las secciones más importantes del frente unido del pueblo peruano.

Ese día 4 de octubre,  más de 30,000 pobladores en todo el  país, mayores de edad, identificados con nuestro actual DNI, participamos en forma consciente y voluntaria en esa acción  democrática. 

Nadie nos ofreció “regalos” para sobornarnos y votar por ellos; nadie  nos amenazó con sancionar ni  cobrar “multas” a los que no pudieron, o no quisieron asistir a votar. Fue un acto plenamente consciente y voluntario. Un acto sobre el cual, en días previos a su realización, más de un prestigioso y reconocido analista conocedor de los procesos electorales en todo el continente,   puso en dudas  su efectividad.
  
Con esa nueva experiencia del 4 de octubre, quedaban atrás las viejas experiencias de las conocidas “repartijas” en las alturas,  a las cuales ya nos tenían acostumbrados los caudillos de la vieja “izquierda” tradicionalista. Incluso, el trascendental acto democrático del 4 de octubre se realizó días antes de los plazos oficialmente establecidos  por el Jurado Nacional de Elecciones, por eso mismo, los veedores y supervisores del JNE no pudieron asistir a dicho  acto electoral.

Aparte de la incredulidad y la natural indiferencia de muchos pobladores, y tal como era de esperarse, las críticas y los ataques a las elecciones ciudadanas del 4 de octubre vinieron desde diversos  flancos. Entre ellos,  no faltaron los virulentos ataques de  un desaforado Aldo Mariátegui, vocero del sector más recalcitrantemente reaccionario de la derecha peruana,  quien calificó a las elecciones ciudadanas de “conclave de terroristas”, “pantomima de caviares y de tontos útiles”, más otras sandeces propias de su estilo; y desde otro extremo, el ocasional comentarista Ramón García,  ha calificado las elecciones del 4 de octubre de “pantomima electoral”, y además ha calificado a la izquierda en general, y al Frente Amplio en particular, de ser “la izquierda de la derecha”, entre otros argumentos pueriles, propios de su  idealismo  subjetivo, y de su ya acostumbrado caudillaje personalista y arrogancia.

Al margen de estas expresiones, de algunos de los críticos del momento, lo cierto es que las elecciones ciudadanas del 4 de octubre fueron  una expresión práctica, real  y efectiva de  democracia directa, de desarrollo germinal de la democracia participativa, y de germen de la futura  democracia nueva en un Perú Nuevo.

En las próximas jornadas de lucha política, en las cuales  tengamos que seleccionar  dirigentes, y  tengamos  que elegir candidatos para nuevas jornadas de lucha electoral,   como por ejemplo, las próximas elecciones municipales de octubre de 2018, y las próximas elecciones generales del año 2021, las elecciones primarias del 4 de octubre necesariamente serán una referencia obligada.

Las futuras elecciones de los candidatos del pueblo, necesariamente tendrán que ser iguales o superiores a las elecciones del 4 de octubre de 2015. Adiós a “las repartijas” en las alturas, adiós a las imposiciones  de los caudillos personalistas de la vieja “izquierda” tradicionalista, como ocurría anteriormente. La conquista del 4 de octubre, es una conquista democrática irrenunciable del pueblo peruano.     

LA GRAN VICTORIA DEL 10 DE ABRIL

Tres meses después, comenzando el mes de enero del presente año, se realizaron las elecciones primarias para seleccionar los candidatos al parlamento, elecciones convocados por el Frente Amplio. No tengo la información precisa de la cantidad total de votantes que participaron ese día, aunque a los pocos días, la dirigente Marisa Glave  declaró en un diario, que en la provincia de Lima  habían concurrido más de 17,000 electores.

A partir de esa información parcial, puedo suponer que en el conjunto de las  otras provincias del país, asistió una cantidad similar o superior. En una primera aproximación, podemos suponer que  en todas las provincias del país, para seleccionar a los candidatos a las elecciones parlamentarias,   asistieron en total entre 35,000 y 45,000 electores.  Cantidad muy destacable, y con mayor razón, si partimos del hecho concreto,  que  hasta ese momento en enero de 2016,  según las encuestas electorales los candidatos del Frente Amplio solo recibían el 1% del apoyo de los encuestados.

            Si las elecciones primarias del 4 de octubre recibieron innumerables críticas, y fueron menospreciadas por muchos, las elecciones de  candidatos al parlamento, recibieron una mayor cantidad de ataques. Entre ellos, nuevamente destacó un desaforado Aldo Mariátegui, quien denunció públicamente la ocurrencia de “trampas, alteración de actas,  marginaciones y vetos”. Incluso señaló los nombres de los postulantes Apaza en Arequipa y Quintanilla en Puno, como dos candidatos a los cuales se les “había robado y desconocido sus votos”. Es cierto, se presentaron algunos casos de intentos de vetos, pero que rápidamente fueron rectificados por la dirección del Frente Amplio, respetándose la voluntad de la mayoría. Las altas votaciones obtenidas por los postulantes  Apaza y Quintanilla, fueron reconocidas, ambos dirigentes de bases llegaron a postular como candidatos del Frente Amplio en las elecciones del 10 de abril, e incluso el supuestamente “marginado” Quintanilla, ha  resultado  elegido al parlamento. Hasta el presente, Aldo Mariátegui sigue guardando silencio, y no ha reconocido la falsedad de su “gran denuncia”.  

En contra de los resultados de las elecciones primarias de enero, también se desató una “cacería de brujas”, buscando, por aquí y por allá, la presencia de “terroristas”, o por lo menos de “hijos  de terroristas” o de “hermanos de terroristas”.  Nefasta y perniciosa campaña,  que también fue  desarticulada rápidamente.     

Como resultado de seis meses continuados de intensa agitación y movilización, superando los estrechos límites de recursos humanos y financieros, en las Elecciones Parlamentarias del 10 de abril, los candidatos del pueblo conquistaron una Gran Victoria político electoral, victoria del pueblo que ha cambiado  radicalmente los términos de la lucha política en el país. Gran victoria, cuya real importancia  hasta ahora no la hemos logrado asimilar en su verdadera magnitud y trascendencia. A medida que vayamos comprendiendo su real importancia, iremos entendiendo el viraje que se ha producido en la lucha de clases en el país.

Los candidatos del pueblo, que postularon en las listas del Frente Amplio y de Democracia Directa,  obtuvieron un gran respaldo político en todo el país. Repasemos esta realidad desde tres formas diferentes de apreciarlas, ensayando tres aproximaciones:    

 Primera mayoría.- En primer lugar hay que destacar, que los Candidatos del Pueblo obtuvieron la mayoría de votos en más de 500 distritos, en más de 70 provincias, y en 8 departamentos del país, por encima de los candidatos de los partidos burgueses con los cuales compitieron. En siete departamentos del sur y en uno en el norte, en Cajamarca, la victoria fue de los Candidatos del Pueblo. Han sido 8  departamentos, que abarcan extensas zonas del país. Incluso, en varios distritos y provincias, y en algunos departamentos, la victoria fue tan contundente, que la votación alcanzada supero el 50% de los votos emitidos.

¿Si estos resultados, no han sido una victoria de esos pueblos? ¿Entonces, cómo  llamarlo? ¿Derrota de “la izquierda”? ¿Derrota del pueblo? Posiblemente podría ser una derrota del sector de la “izquierda” que se ilusionó con “obtener el 100% de los votos en unas elecciones democrático burguesas” dirigidas y manipuladas por la clase dominante, pero no derrota del pueblo, que nunca se ilusionó con “ganar las elecciones”, sino que concurrió al acto electoral simplemente para hacer presencia del pueblo, y aprovechar la oportunidad para agitar sus propias reivindicaciones.  

Segunda mayoría.- En segundo lugar, si analizamos los resultados generales, diferenciando y tratando por separado, la provincia de Lima de las otras provincias del país, la victoria alcanzada se puede apreciar de una mejor manera y con más realismo y objetividad. En un país tan  extenso y variado como es el Perú, país en el cual el capitalismo periférico tiene un desarrollo desigual, con mayor razón, podemos comprobar que las relaciones y representaciones políticas también tienen un desarrollo desigual.  Una cosa es Lima capital, que concentra la mayor parte de la población, y a la vez concentra la mayor parte del poder económico y del poder político; y otra cosa, muy diferente, son las otras provincias que ocupan la mayor parte del extenso y variado territorio. Analizando el resultado de las elecciones parlamentarias del 10 de abril, en forma diferenciada, y considerando todas las provincias (con excepción de la provincia de Lima), los Candidatos del Pueblo obtuvieron la segunda votación, superando el 30% del apoyo electoral en el acumulado de todas las provincias, muy por encima de la tercera fuerza (Peruanos por el Kambio) y muy cerca de la primera fuerza (Fuerza Popular). ¿Si esta gran votación, realmente no fue una victoria, nuevamente pregunto, cómo llamarlo?   

            Tercera mayoría.- En tercer lugar, tenemos que reconocer que el respaldo conseguido en Lima, no ha sido tan importante para el pueblo, como en las otras provincias del país, por el contrario ha sido su punto más débil. Por eso, por la influencia de los resultados en Lima, en el acumulado general, el apoyo a los candidatos del pueblo se ubica en el tercer lugar.

Así y todo, siendo tercera mayoría a nivel nacional, incluido Lima,   no podemos ocultar, que los Candidatos del Pueblo son  la segunda bancada en el Parlamento, y a la vez la primera bancada de oposición, una gran responsabilidad, que tendrá que luchar contra la bancada conjunta de los PPKs y los fujimoristas.

La lucha parlamentaria, en el  lapso por comenzar, del 2016 al 2021, será una lucha desigual, de 20 identificados con el pueblo, contra aproximadamente 90  identificados abiertamente con la clase dominante (PPKs más fujimoristas).  Pero, acorde con la actual correlación de fuerzas, y con las tareas propias de este momento, tenemos que reconocer, que  por ahora, no se necesitan más parlamentarios para utilizar la tribuna del parlamento como tribuna de denuncia, como trinchera complementaria a las luchas del pueblo en los campos y en las calles.     

Por eso mismo, me parece que este gran respaldo popular, esta Gran Victoria del pueblo peruano,  de un momento a otro,  no se puede echar por  la de borda, llamando equívocamente a “votar por el candidato burgués PPK”. Eso sería “un suicidio político”.

Y con mayor razón, sería un gran retroceso,  si ya sabemos que el presidente que salga elegido el 5 de junio, sea PPK o KF, necesariamente terminará su periodo gubernamental igual, o tal vez peor, que los últimos presidentes electos; Toledo, García y Humala, que al día de hoy, más parecen “muertos vivientes”, que deambulan de un lugar a otro, sin que nadie los tome en cuenta, y encima cargando sobre sus hombros innumerables denuncias y juicios penales. Así o peor, terminará quien resulte electo presidente el 5 de junio, que al final no interesa si se llama PPK o KF. Ante esta perspectiva realista, considero que  sería un suicidio político, brindarle apoyo, así sea “Apoyo Crítico” al mal menor del momento.   

IMPORTANCIA Y TRASCENDENCIA DEL VOTO NULO

Toda la prensa escrita, radial y televisiva, pretende “encajonar” al pueblo en una falsa disyuntiva política, como siempre lo ha hecho cada cinco años, desde 1980 hasta el presente. En esta oportunidad el dilema que nos planten la prensa burguesa, es: “O votas por PPK, o votas por KF”, los dos candidatos de los movimientos políticos más representativos de la clase dominante.

Pero esa es una disyuntiva totalmente falaz e insostenible.

La disyuntiva real  es: “O votamos en apoyo al programa reivindicativo del pueblo peruano, o votamos en apoyo al programa del continuismo neoliberal propuesto por  la clase dominante”. Esos son los términos reales de la presente lucha político electoral. 

 Quienes consideramos que debemos persistir en colocar en primer lugar la agitación del programa reivindicativo del pueblo peruano, nos reafirmamos en nuestra posición de ejercer, en esta oportunidad  el derecho al VOTO NULO. Esa es mi posición, y esa es la posición de varios cientos de miles de pobladores peruanos, que aspiramos al cambio social en el país. 

 Se nos critica que el Voto Nulo es “un voto perdido”, que no tiene ningún valor ni  importancia práctica, que en este caso “no llevará  a la anulación de las elecciones”. ¿Entonces, para que votar Nulo? Me ofende, que algunos nos consideren tan ingenuos, como para pensar, que se puede boicotear las elecciones burguesas, sin la existencia de una situación revolucionaria en desarrollo.  

Entonces ¿para qué, y porqué,  Votar Nulo o en Blanco?

1.      En primer lugar, considero que debemos de votar Nulo o en Blanco, por qué es necesario  expresar y reivindicar la independencia política de clase del pueblo peruano.

2.      En segundo lugar debemos de votar en Blanco o Nulo, para continuar, mantener y desarrollar la identidad democrática de todos los que hemos apoyado a los candidatos del pueblo en la gran victoria del 10 de abril,  y que apoyamos el programa de reformas democráticas agitado  en esta campaña electoral.    

3.      En tercer lugar, debemos de Votar Nulo o en Blanco, para mantener la continuidad de la oposición democrática poblana que se ha ido gestando en los últimos quince años, y que se está acrecentando significativamente en los últimos nueve  meses, desde las elecciones ciudadanas del 4 de octubre hasta el presente. Meses caracterizados por ser de  intensa agitación política. Si el 5 de junio, en las elecciones presidenciales  alcanzamos un regular porcentaje de Votos Nulos y de Votos en Blanco, digamos si logramos entre  un 15% a un 20% del total de votos emitidos, o sea un total de 3,0 o 3,5 millones de Votos Nulos y Blancos, será la mejor expresión del rechazo de amplios sectores del pueblo al actual orden social,  será el mejor compromiso y la mejor garantía de la continuidad de las luchas del pueblo, y a la vez, será la mejor advertencia y el mejor freno al desborde de los planes anti democráticos que viene maquinando la clase dominante.   

4.      En cuarto lugar, un porcentaje regular de Votos Nulos y Votos en Blanco, nos permitirá evaluar y conocer cuántos somos los que estamos realmente dispuestos a persistir en la lucha por las reformas democráticas y por el  cambio social.

Podemos estimar que  en octubre de 2015, las diversas fuerzas de oposición del pueblo peruano estaban conformadas  aproximadamente por 100 mil personas (cantidad que,  además de  los 30,000 que participamos en las elecciones primarias del Frente Amplio, también incluía  a los que en ese momento  apoyaban  a los candidatos  de Democracia Directa, del Partido Perú Libertario,  del Partido Humanista Peruano, más un 30% de los que en ese momento ya apostaban por el Voto Nulo y el Voto  en Blanco). Cuando las encuestas anunciaban menos de 1% de apoyo, ya éramos 100 mil. 

Seis meses después,  el 10 de abril del presente año, las diversas fuerzas  de la oposición democrática poblana, abierta y declaradamente  ya sumábamos más de 3 millones de pobladores (lo cual incluye los que votaron por los candidatos del Frente Amplio, más los que votaron por los candidatos de Democracia Directa, más un 50% de los Votos Nulos y Blancos, que también votaron conscientemente en oposición al actual orden social)

Ahora, para el 5 de junio, también  necesitamos saber ¿cuántos somos? Y estoy seguro que lo sabremos, y nuevamente será la tercera victoria electoral seguida,  del pueblo peruano.  

PERSISIT EN LA UNIDAD DEL  FRENTE UNIDO DEL PUEBLO

Así como reconocemos que existen contradicciones internas de carácter secundario en las filas de la clase dominante,  como es la contradicción entre los seguidores  de PPK y KF, también reconocemos que en las filas del pueblo existen contradicciones de diversos tipos, existen contradicciones  internas, contradicciones de carácter secundario, como por ejemplo, la contradicción  entre quienes hemos  decidido ejercer nuestro derecho al Voto Nulo y al Voto en Blanco,  con quienes, en las filas del pueblo han decidido optar por el Apoyo Crítico  al candidato burgués PPK.

Antes de analizar las causas y desarrollo de esta contradicción temporal, y por encima de esta misma contradicción,  considero necesario recordar que la tarea más importante del presente periodo sigue siendo fortalecer la unidad del pueblo peruano, unidad trabajosamente alcanzada y conquistada. Considero que la contradicción  entre los que nos hemos decidido por el Voto Nulo o en Voto en Blanco, y los que ya se han decidido por un Voto Crítico de apoyo al candidato PPK, no es una contradicción antagónica, como pretenden presentarlo los voceros de la clase dominante, expertos en propiciar rencillas y disputas en las filas del pueblo peruano.  

 Por delante, tenemos todo el tiempo disponible que queramos, para analizar el surgimiento y desarrollo de esta contradicción secundaria, pero hoy en día, lo más importante es señalar y trabajar por fortalecer la unidad  del pueblo peruano

Para el domingo 5 de junio, día de la elección presidencial, espero que en las provincias y distritos de los ocho departamentos en los cuales se obtuvo mayoría en las elecciones parlamentarias del 10 de abril, ahora los Votos Nulos y los Votos en Blanco  consigan superar el 20% del total de los votos emitidos. 

En segundo lugar, en las provincias y distritos de los otros 16 departamentos, sin considerar Lima, abrigo la esperanza que  los Votos Nulos y los Votos en Blanco superen el 10% del total de los votos emitidos.

Y en tercer lugar, en la provincia de Lima, principal bastión social y político de la clase dominante, no me hago ilusiones, y con un 5% de Votos Nulos y Votos en Blanco, por ahora, será más que suficiente, para acompañar a los pueblos de las otras provincias que se ya han puesto en la primera línea de lucha contra la clase dominante.

Los “limeños”, tenemos que reconocer que los pueblos de Cajamarca y Ayacucho, de Huancavelica y Puno, de Tacna, Apurimac, Moquegua y Cusco, en la presente jornada de lucha político electoral, están en la primera línea de la lucha por el cambio social. Desde hace quince años atrás, la lucha de clases en el país se está decidiendo en las otras provincias del sur, del norte  y del centro del país, en las otras provincias de la selva, de la sierra y de la costa, y no… en Lima.