domingo, 31 de diciembre de 2023

TRABAJO NECESARIO Y TRABAJO EXCEDENTE

 


(29 de diciembre de 2023)

1.-Hace 250 años, antes que comenzara la primera etapa de la Gran Revolución Industrial, la productividad de los trabajadores (obreros) era muy baja.

La jornada laboral era de 14 horas diarias o más. Se trabajaba los siete días de la semana (no había descanso dominical) y todos los días del año (no había vacaciones anuales).

La jornada laboral se dividía en dos partes: trabajo necesario (para la subsistencia del obrero) y trabajo excedente (o plus trabajo, que se apropian los dueños de las empresas).

Como la productividad era muy baja, el tiempo de trabajo necesario diario era de 10 a 12 horas diarias, y el excedente para los propietarios era escasamente de 4 a 2 horas diarias.

En esas condiciones reales era imposible luchar por la jornada de ocho horas (así los obreros se morían en el trabajo).

2.- Con la aplicación de las nuevas técnicas introducidas por la revolución industrial, comenzó a aumentar la productividad de los obreros, se introdujeron máquinas, al comienzo ya no eran necesarios tantos trabajadores, y comenzó a despedirse a miles de obreros.

Durante los primeros cien años de la revolución industrial, al aumentar la productividad, disminuyó el tiempo de trabajo necesario hasta 5 o 6 horas diarias, y aumentó el trabajo excedente (plustrabajo) hasta más de 8 horas diarias, que se apropiaban los dueños de las empresas.

En esas nuevas condiciones, y tras cien años de lucha, los trabajadores conquistaron la JORNADA DE LAS OCHO HORAS DIARIAS. De esa manera temporalmente se contrarrestaron los despidos y el   DESEMPLEO.

La conquista de las 8 horas diarias no fue solo ni principalmente por "justicia social". Fue una conquista por NECESIDAD SOCIAL.

3.- Ahora nos encontramos en una situación similar. Desde la década de 1950 la productividad del trabajo ha continuado aumentando, las horas de trabajo necesario por obrero siguen disminuyendo a 2 o 1 horas diaria. El resto, trabajo excedente, es apropiado   por los grandes propietarios del capital, que viven en el derroche.

En estas nuevas condiciones si se mantiene la jornada de ocho horas, se corre el peligro del despido masivo y el desempleo generalizado.

El capitalismo no puede resolver este   problema. De nada servirá aumentar la producción de mercancías, SI NO HAY COMPRADORES (los desempleados no tienen con que comprar).

4.-La única salida temporal, para contrarrestar el desempleo, es disminuir la jornada laboral, en primer lugar a 4 HORAS DIARIAS; en segundo lugar a TRES DÍAS A LA SEMANA; en tercer lugar a NUEVE MESES AL AÑO; en cuarto lugar a AÑO SABATICO cada cinco años, etc.

De esa manera todos tendrán oportunidad de trabajar, y todos tendrán tiempo libre para CAPACITARSE PARA EL TRABAJO, y para vivir plenamente dedicándose al deporte, al arte, etc.

La salida NO ES REPARTIR BONOS entre los "desempleados", como proponen los ricos (Musk y otros).

Miguel Aragón O.

sábado, 30 de diciembre de 2023

DEGENERACIÓN POLÍTICA Y EL SALVATAJE DE LA "DEMOCRACIA"

 


Escribe: Milcíades Ruiz

Toda degradación es un proceso de descomposición de la materia. Sucede con los suelos agrícolas que se vuelven improductivos. La degradación de frutos los pudre, como nuestro organismo se degrada hasta la muerte. Pero, lo peor para nosotros es la degradación moral. En el año 2023, la degradación política, degeneró la moral en todos los ámbitos. ¿Podemos revertir este proceso de deterioro?

Quienes concebimos la degradación como proceso dialéctico, luchamos contra el sistema de dominación capitalista, porque sabemos que su ciclo llegará a su fin, como sucedió con el sistema de dominación esclavista, colonial y monárquico. ¿Cuán cerca está de su fin?, Eso depende de la magnitud de nuestra reacción. Es nuestra responsabilidad histórica.

Entonces, para nosotros no se trata de revertir el deterioro del sistema de dominación. Eso sería lograr que se recupere y nos oprima con más ganas, cuando lo que nos conviene es, acelerar su deterioro. En nuestro país, comprobamos que, a mayor degradación del sistema de gobierno, se genera un creciente repudio popular.

Toda degradación política tiene un punto de quiebre como ocurrió con la marcha de los cuatro suyos que, hizo huir a los cabecillas de la mafia gobernante de la década de 1990, por encima del acta de sujeción de las fuerzas armadas. De suceder esto, las fuerzas populares deberían estar preparados para gobernar y no dejarse arrebatar la victoria por políticos sin escrúpulos.

Pero sucede que, a veces entendemos las cosas al revés. Al pedir tercamente nuevas elecciones en repudio a los actuales gobernantes que hemos elegido, lo que estamos haciendo es socorrer al moribundo sistema que nos oprime, creyendo que salvamos la “democracia”. Con el adelanto eleccionario, tendremos cambio de personas repudiables, pero el sistema seguirá fabricando gobernantes indeseables.

Nos estrellamos y llenamos de insultos a los gobernantes que nos defraudan, pidiendo su renuncia. Pero ellos, son producto del sistema. Es justo que lo hagamos, pero al que hay que atacar en mayor medida es al sistema que los coloca en el poder. Si no se cambia el sistema electoral, el resultado será el mismo cuantas veces hagamos nuevas elecciones. Ya hemos pasado por eso y no aprendemos.

Es que los gobernantes están condicionados por el sistema que, los hace actuar de manera repudiables para los oprimidos, pero satisfactoriamente para los opresores que, financiaron sus estatus. Es el sistema el que degrada los partidos políticos desde antes de asumir los mandos. Figurar en la lista de candidatos tiene un costo elevado y no acceden los más honestos, ni los más capacitados, sino, los que pagaron los cupos, aunque tengan malos antecedentes.

No hay castigo para quienes incumplen las promesas electorales. Perico Castillo y su sucesora, llegaron al poder enarbolando banderas marxistas leninistas, con un plan de gobierno legalizado por el poder electoral. Sin embargo, llegados al poder, tiraron todo al tacho y gobernaron con otro programa ajustado al modelo neoliberal, (Ver DS N° 164-2021-pcm). Cometieron delito de fraude contra sus electores, pero es así como llegan al poder los partidos políticos. Así, está diseñado el sistema electoral.

Predominan los partidos políticos de derecha en la correlación de fuerzas del escenario electoral y en el Parlamento, porque en el sistema político rige la democracia del dinero. Reunir el número de firmas de respaldo para la inscripción no es problema para dichos partidos porque las firmas se compran y es legal hacerlo. Llegan al poder, sin tener representatividad de sectores sociales, y es el marketing electoral de mayor financiamiento, el que determina la votación.

Mientras no se modifique el sistema electoral, el pueblo siempre será minoría en el Parlamento y los grupos dominantes siempre tendrán mayoría en todas las decisiones de gobierno, aunque respondan a sectores minoritarios. Actualmente, son más de 20 los partidos de derecha inscritos, mientras que partidos populares no llegan ni a tres, aunque tampoco son auténticos. A esto, se le llama “democracia”. Salvar a la democracia, es entonces, salvar esta injusticia.

De modo que, por más que se enarbole la promesa de una nueva constitución de la república, el sistema electoral hará que resulte lo contrario, a la ilusión popular. Pero, son muchos los amarres electorales aprobados por esa fantasiosa mayoría minoritaria que, históricamente ha acondicionado el fraude electoral. Sin embargo, lo aceptamos sin reparar que, impide el acceso al poder de los auténticos representantes de las mayorías nacionales.

No obstante, no se lucha contra el sistema electoral causante de las desigualdades e injusticias políticas. Solo pedimos el cambio de las personas elegidas. La renuncia de gobernantes, no resuelve las trampas del sistema político que, permanece estable e incólume. Esto favorece a las fuerzas opresoras a las que conviene que el pueblo oprimido siempre se equivoque apuntando mal a sus objetivos de lucha.

La degradación económica ocasionada por el neoliberalismo, ha degenerado la moralidad de instituciones y personas en todos los ámbitos. La corrupción ha socavado incluso a las fuerzas armadas y policiales, organismos públicos y empresas privadas que, actúan como corruptoras mediante sobornos de toda índole, para obtener licencias y adjudicaciones de obras o de servicios lucrativos.

Todo servicio público se privatiza bajo la filosofía neoliberal, pasando a ser negocio lucrativo a costa nuestra. Esto es lo que pasa también con la política, convertida en negocio lucrativo. Tenemos entonces una democracia lucrativa como estamos comprobando con la voracidad de los partidos políticos predominantes que buscan capturar todos los poderes del estado, para armar una organización criminal.

Esta degradación ha infectado también el poder judicial, el ministerio público, la defensoría del pueblo, el poder electoral, etc. Lógicamente, donde prendió más la degeneración moral fue, en las organizaciones políticas en los que, las mafias descaradamente, se muestran imparables porque no hay resistencia popular, sino penalización de la protesta social.

La degradación política ha diseminado el partido político Perú Libre, perdiendo credibilidad por sus inmoralidades hasta llegar a pactar con la extrema derecha por intereses mezquinos. Sus principales líderes están prófugos de la justicia por delitos vergonzosos. Pero la degradación involucra a todas las organizaciones políticas de derecha e izquierda. Esta, no logran sacudirse de la degradación generalizada.

Hay mucho que decir respecto a esta temática, que excede la extensión de esta nota. Pero lo importante es tomar consciencia de esta degradación y sacudirse de ella. No solo quedarse en la autocrítica y, tragarse la ostia para volver a lo mismo. Si somos revolucionarios debemos empezar por revolucionar nuestras instituciones políticas permitiendo la renovación total.

Finalizamos el año en condiciones de deterioro desalentador, pero si nos proponemos podemos resurgir fortalecidos. Tracemos metas y estrategias de mejoramiento orgánico, metodológico y de planteamientos ideológicos para el año que viene. Que tengan un buen año venidero. Un abrazo para todos y todas.

Diciembre 30-2023

Mayor información en https://wordpress.com/view/republicaequitativa.wordpress.com

 

viernes, 29 de diciembre de 2023

ENGELS HABLANDO SOBRE LAS CIENCIAS EXACTAS, LAS CIENCIAS NATURALES Y LAS CIENCIAS SOCIALES

 

De actualidad: guía para la acción


«Si alguna vez llegara la humanidad al punto de no operar más que con verdades eternas, con resultados del pensamiento que tuvieran validez soberana y pretensión incondicionada a la verdad, habría llegado con eso al punto en el cual se habría agotado la infinitud del mundo intelectual según la realidad igual que según la posibilidad; pero con esto se habría realizado el famosísimo milagro de la infinitud finita.

Pero ¿no hay verdades tan firmes que toda duda a su respecto nos parece locura? Por ejemplo, que dos por dos son cuatro, que los tres ángulos de un triángulo suman dos rectos, que París está en Francia, que un hombre sin alimentar muere de hambre, etc. ¿Hay, pues, verdades eternas, verdades definitivas de última instancia?

Ciertamente. Es bien sabido que podemos dividir todo el ámbito del conocimiento en tres grandes sectores. El primero comprende todas las ciencias que se ocupan de la naturaleza inerte y que son más o menos susceptibles de tratamiento matemático: la matemática, la astronomía, la mecánica, la física, la química. El que guste de aplicar palabras majestuosas a cosas muy sencillas, puede decir que ciertos resultados de estas ciencias son verdades eternas, definitivas verdades de última instancia: razón por la cual se ha llamado exactas a estas ciencias. Pero no todos los resultados. Con la introducción de las magnitudes variables y la ampliación de su variabilidad hasta lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande, la matemática, tan rigurosa en general en sus costumbres, ha cometido su pecado original; ha comido la manzana del conocimiento, la cual le ha abierto la vía de los éxitos más gigantescos, pero también de los errores. Se perdió para siempre el virginal estado de la validez absoluta, de la inapelable demostración de todo lo matemático; empezó el reino de las controversias, y hemos llegado ahora a una situación en la cual la mayoría de la gente diferencia e integra no porque entienda lo que hace, sino por mera fe, porque el resultado ha sido hasta ahora siempre correcto.

Aún peor es lo que ocurre en la astronomía y la mecánica, y en la física y la química uno se encuentra en medio de hipótesis como en medio de un enjambre de abejas. Ni tampoco es la ciencia posible de otra manera. En física nos encontramos con el movimiento de moléculas, en química con la formación de moléculas a partir de átomos y, a menos que la interferencia de las ondas luminosas sea una fábula, no tenemos perspectiva alguna de poner jamás ante nuestros ojos esos interesantes objetos y verlos. Las verdades definitivas de última instancia van a resultar curiosamente escasas con el tiempo.

Aún peor estamos con la geología, la cual, por su naturaleza misma, se ocupa de procesos en los cuales no hemos estado presentes ni nosotros ni ningún hombre. La cosecha de verdades definitivas de última instancia es consiguientemente cosa de mucho esfuerzo y, por tanto, muy escasa.

La segunda clase de ciencias es la que comprende la investigación de los organismos vivos. En este terreno, se despliega una tal multiplicidad de interacciones y causalidades que toda cuestión resuelta plantea una multitud de cuestiones ulteriores, y cada cuestión particular no puede generalmente resolverse sino a pasos parciales, mediante una serie de investigaciones que a menudo requieren siglos; y la necesidad de una concepción sistemática de las conexiones obliga siempre y de nuevo a rodear las verdades definitivas de última instancia con todo un bosque exuberante de hipótesis. Piénsese en la larga serie de estados intermedios que han sido necesarios, desde Galeno hasta Malpighi, para establecer correctamente una cosa tan sencilla como la circulación de la sangre en los mamíferos, o lo poco que sabemos del origen de los corpúsculos de la sangre, o la cantidad de eslabones intermedios que nos faltan, por ejemplo, para enlazar las manifestaciones de una enfermedad con sus causas en una conexión racional. Frecuentemente se producen además descubrimientos como el de la célula, que nos obligan a someter a una revisión total todas las verdades definitivas de última instancia registradas hasta el momento en el campo de la biología, y a eliminar para siempre un gran montón de ellas. Por tanto, el que en este ámbito quiera establecer auténticas verdades inmutables tendrá que contentarse con trivialidades como: todos los hombres tienen que morir, todos los mamíferos hembras tienen glándulas mamarias, etcétera. Ni siquiera podrá decir que los animales superiores digieren con el estómago y los intestinos y no con la cabeza, pues la actividad nerviosa centralizada en la cabeza es necesaria para la digestión.

Pero aún peor es la situación de las verdades eternas en el tercer grupo de ciencias, el grupo histórico, que estudia las condiciones vitales de los hombres, las situaciones sociales, las formas jurídicas y estatales con su sobrestructura ideal de filosofía, religión, arte, etc., en su sucesión histórica y en su resultado actual. En la naturaleza orgánica nos encontramos por lo menos con una sucesión de procesos que, en la medida en que se trata de nuestra observación inmediata, se repiten con bastante regularidad en el seno de límites bastante amplios. Las especies orgánicas siguen siendo a grandes rasgos las mismas que en tiempos de Aristóteles. En cambio, en la historia de la sociedad las repeticiones de situaciones son excepcionales, no son la regla, en cuanto rebasamos las situaciones primitivas de la humanidad, la llamada edad de piedra, y cuando se producen tales repeticiones no tienen lugar nunca exactamente en las mismas condiciones. Así ocurre, por ejemplo, con la presencia de la propiedad colectiva originaria de la tierra en todos los pueblos cultos y la forma de su disolución. Por eso en el terreno de la historia humana estamos con nuestra ciencia mucho más atrasados que en el de la biología; aún más: cuando excepcionalmente se llega a conocer la conexión interna de las formas de existencia sociales y políticas de una época, ello ocurre por regla general cuando esas formas están ya en parte sobreviviéndose a sí mismas y caminan hacia su ruina. El conocimiento es aquí, pues, esencialmente relativo, en cuanto se limita a la comprensión de la coherencia y las consecuencias de ciertas formas de sociedad y Estado existentes sólo en un tiempo determinado y para pueblos dados, y perecederas por naturaleza. El que en este terreno quiera salir a la caza de verdades definitivas de última instancia, de verdades auténticas y absolutamente inmutables, conseguirá poco botín, como no sean trivialidades y lugares comunes de lo más groseros, como, por ejemplo, que los hombres no pueden en general vivir sin trabajar, que por regla general se han dividido hasta ahora en dominantes y dominados, que Napoleón murió el 5 de mayo de 1821, etc.

Pero es muy curioso que las supuestas verdades eternas, las verdades definitivas de última instancia, etc., se nos propongan las más de las veces precisamente en este terreno. En realidad, sólo proclama verdades eternas como el que dos y dos son cuatro, el que los pájaros tienen pico u otras afirmaciones semejantes, aquel que procede con la intención de basarse en la existencia de verdades eternas en general para inferir que también en el terreno de la historia humana hay verdades eternas, una moral eterna, una justicia eterna, etc., las cuales aspiran a una validez y un alcance análogos a los de las nociones y aplicaciones de la matemática. En este caso podemos esperar con toda seguridad que dicho amigo de la humanidad va a aprovechar la primera ocasión para declararnos que todos los anteriores fabricantes de verdades eternas fueron más o menos asnos y charlatanes, estuvieron todos presos en el error y fracasaron completamente; tras lo cual, considerará que la existencia del error de aquéllos y de su falibilidad es una ley natural y prueba de la existencia de la verdad y el acierto en él; él, el profeta último, trae la verdad definitiva de última instancia, la moral eterna, la justicia eterna, ya lista y terminada en su mochila. Todo esto ha ocurrido tantos centenares y miles de veces que hay que asombrarse de que haya hombres lo suficientemente crédulos para creer eso no ya de otros, sino de sí mismos. Pese a lo cual, estamos ahora al menos en presencia de un tal profeta, sumido en cólera altamente moral, según vieja costumbre, cuando otras gentes se niegan a admitir que algún individuo sea capaz de suministrar la verdad definitiva de última instancia. Esa negación, incluso la mera duda, es, según él, un estado de debilidad, grosera confusión, nulidad, un corrosivo escepticismo peor que el mero nihilismo, confuso caos y otras tantas cosas amables más. Como en todos los profetas, tampoco aquí se procede por investigación crítico-científica para alcanzar el juicio, sino que se condena sin más con truenos morales.

Habríamos podido añadir a las ciencias citadas antes las que investigan las leyes del pensamiento humano, es decir, la lógica y la dialéctica. Pero tampoco en ellas es mejor la situación de las verdades eternas. El señor Dühring declara que la dialéctica propiamente dicha es un contrasentido, y los muchos libros que sobre lógica se han escrito y siguen escribiéndose prueban suficientemente que también en esto las verdades definitivas de última instancia crecen mucho más dispersas de lo que algunos creen.

Por lo demás, no tenemos en absoluto que aterrarnos porque el nivel del conocimiento en el que hoy nos encontramos sea tan poco definitivo como todos los anteriores. Es ya un estadio que abarca un gigantesco material de comprensión y experiencia y exige una gran especialización de los estudios de todo aquel que quiera familiarizarse con alguna rama. Mas el que se empeñe en aplicar el criterio de la verdad auténtica, inmutable y definitiva de última instancia a conocimientos que por la misma naturaleza de la cosa o bien van a ser relativos para largas series de generaciones, sin poder completarse sino parcial y progresivamente, o bien, como la cosmogonía, la geología, o la historia humana −por las deficiencias del material histórico−, serán siempre incompletos y con lagunas, esa persona no demostrará con ello más que su propia ignorancia y desorientación, incluso en el caso de que, a diferencia de lo que ocurre con nuestro autor, el verdadero fondo de su posición no sea la pretensión de infalibilidad personal.

Verdad y error, como todas las determinaciones del pensamiento que se mueven en contraposiciones polares, no tienen validez absoluta más que para un terreno extremadamente limitado, como acabamos de ver, y como también el señor Dühring vería si tuviera un poco de familiaridad con los rudimentos de la dialéctica, los cuales se refieren precisamente a la insuficiencia de todos los contrapuestos polares. En cuanto que la aplicamos fuera de aquel estrecho ámbito antes indicado, la contraposición de verdad y error se hace relativa y, con ello, inutilizable para un modo de expresión rigurosamente científico; por lo que, si intentamos seguir aplicándola como absolutamente válida fuera de aquel terreno, llegamos definitivamente a la quiebra; los dos polos de la contraposición mutan en su contrario, la verdad se hace error y el error se hace verdad».

 

(Friedrich Engels; Anti-Dühring, 1878)

(Ver texto completo: Anti-Dühring, Ediciones Arca de Noé, pgs. 107-112)

de: Diario Octubre <diario@diario-octubre.com>

responder a: diario@diario-octubre.com

fecha: 27 dic 2023, 19:35

enviado por: diario-octubre.com

firmado por: diario-octubre.com

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COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

29 de diciembre 2023

 

jueves, 28 de diciembre de 2023

LA UNIDAD DEL PUEBLO, EL EJEMPLO DE CHINA

 


(27 de diciembre de 2023)

Por Miguel Aragón

 

Actualmente en Perú somos algo más de 30 millones de habitantes, una población reducida para un país muy extenso, variado y rico en recursos naturales. Entre los 30 millones de pobladores, tenemos varios cientos de contradicciones internas, tenemos grandes problemas que no los podemos resolver. Por este motivo, el pueblo peruano continúa desunido.

En la década de 1940, antes del triunfo de la revolución, en la extensa China vivían más de 600 millones de habitantes (20 veces la población del Perú actual). Entre los 600 millones de pobladores tenían varios cientos de contradicciones. Sus problemas eran 20 VECES MÁS GRANDES que los problemas que nosotros tenemos actualmente en nuestro país, su situación real era más complicada que la nuestra.

Los dirigentes socialistas del pueblo chino, partiendo del análisis de las diferentes contradicciones que existían en ese entonces, lograron superar la mayoría de las grandes diferencias, forjaron la UNIDAD DEL PUEBLO CHINO, promovieron la formación del FRENTE UNIDO DEL PUEBLO CHINO.

Esa fue una gran conquista del pueblo, pueblo  que tenía al frente a grandes dirigentes de la talla de Mao Zedong, Chou Enlai, Zhu De, Liu Shao qi, Deng Xiao ping, Chen Boda, y muchos otros. En las décadas de 1930 y 1940, todos ellos habían luchado juntos en los últimos años de la vieja China; y después del triunfo de la revolución, en la década de 1950, continuaron luchando juntos, cuando ya habían iniciado la construcción de la Nueva China.

Entre ellos había múltiples diferencias teóricas y políticas, pero siempre pusieron por delante el acertado método de UNIDAD Y LUCHA, para fortalecer el frente unido y resolver los problemas concretos. Así lograron que el pueblo chino consiguiera grandes victorias en su lucha contra el enemigo común.

Lo más importante, en el legado dejado por esa generación de revolucionarios chinos, fue la Unidad del pueblo. Sin la unidad del pueblo, China hasta ahora continuaría siendo uno de los países más atrasados, más pobres, y más oprimidos del mundo, como lo fue hasta 1949.

En nuestro país, en la actualidad los problemas del pueblo peruano son 20 veces menores que los problemas que afrontó el pueblo chino en  la década de 1940;  sin embargo a la mayoría nos parece  que nuestros problemas son  imposibles de resolver (hemos asumido una posición conformista),  no obstante nuestra debilidad, continuamos caminado desunidos, a la espera de un milagro sobrenatural que resuelva nuestros problemas (¡Dios es peruano! nos sirve de consuelo), o que un Mesías venga a salvarnos (¡ Sólo el APRA salvará al Perú !  se decía hace años). Mientras tanto, la clase dominante se aprovecha de nuestra desunión para golpearnos y continuar explotando al pueblo peruano. La clase dominante en Perú por sus intereses particulares está escindida en cientos de tendencias y facciones, pero por encima de sus diferencias, se unen “como un solo puño”, para golpear al pueblo.

En la década de 1940 el pueblo chino adoptó una estrategia de lucha a largo plazo, y adoptó tácticas concretas a corto plazo para unir las luchas del pueblo. Debemos de aprender de esas grandes enseñanzas, teniendo siempre presente, que la estrategia y la táctica de la revolución peruana ha sido y es diferente a la estrategia y la táctica de la revolución china.

Para fortalecer la unidad del pueblo peruano debemos comenzar por precisar cuál es la táctica más adecuada al momento actual, debemos precisar cuáles son los puntos centrales del programa de reivindicaciones inmediatas que necesita el pueblo peruano.

miércoles, 27 de diciembre de 2023

UNA APROXIMACIÓN A LA ARQUITECTURA DE UN NUEVO ORDEN: AL RESCATE DE LA JUSTICIA NATURAL

 


UNA APROXIMACIÓN A LA ARQUITECTURA DE UN NUEVO ORDEN

II

 

AL RESCATE DE LA JUSTICIA NATURAL

 

La justicia impuesta por las clases dominantes en nuestro país es ejercida por un ejército de jueces, procuradores, fiscales y abogados. Sin embargo, pese a que esta tropa de juristas ha crecido en el tiempo. La crisis del sistema de justicia en nuestro país es a todas luces evidente. Crisis por inacción, crisis por favoritismo a poderoso caballero, crisis de probidad, en fin, crisis por creciente descomposición de todo el sistema judicial. La protesta contra la corrupción de muchísimos personajes del poder judicial sólo confirma la realidad de la descomposición de las instituciones representativas de la justicia. 

Pero la crisis no es exclusiva de nuestro Perú. En España se promueven los Tribunales Populares, basados en el derecho natural, en clara contraposición al derecho positivo impuesto por el Estado. Estos Tribunales Populares surgen con la finalidad de recuperar la administración de la Justicia que los pueblos ejercían hace 200 años y, como consecuencia, de la profunda crisis del sistema jurídico español. 

¿Por qué surgen hoy estas iniciativas populares? La clave para entenderlo es la profunda crisis que afecta a la civilización occidental, vale decir, al capitalismo como modo de vida impuesto por la burguesía. Los humanos cuando enfrentamos impasses en la vida siempre buscamos una salida. Y en esa tarea nos encontramos en la actualidad. 

Pero, veamos rápidamente una síntesis de las principales observaciones y propuestas de Pablo Jesús Velásquez entrevistado por José Luis Camacho que ustedes podrán visionar en el enlace de abajo. 

El derecho positivo o corpus jurídico, establecido por el Estado Español suman aproximadamente 750,000 leyes que, en nuestro país, que todo lo imita, serán algo más o algo menos de las españolas. Tenemos normas jurídicas para todo, como en botica. Es mediante estas normas que el ejército de juristas defiende al Estado de “NOSOTROS” (los consumidores – productores, súbditos del poder establecido). Para el Estado los ciudadanos de segunda clase son cosas manipulables.  Pablo Jesús Velásquez acierta cuando afirma que todos los ciudadanos somos esclavos, útiles solo para trabajar y solventar (vía impuestos) todos los gastos del Estado. Al registrar a nuestros hijos en el Registro Civil -dice- comienza la esclavitud encubierta para pagar todas las deudas del Estado. Los hijos dejan de ser de los padres, se convierten en cosas medibles o utilizables por el Estado. Un ejemplo que no debe pasar desapercibido. En la Ucrania en guerra, los jóvenes de cualquier sexo son capturados como animales para enviarlos a morir al frente de batalla. No tienen derecho a negarse porque son patrimonio del Estado. 

Los Tribunales Populares surgen ante la ineficacia y el sesgo pro dinerario del sistema judicial establecido. Estos Tribunales de Verdad y Hechos, indica Pablo Jesús Velásquez, se sustentan en tres derechos: el derecho natural, el derecho divino de costumbres que recupera la legitimidad de los pueblos y el derecho de costumbres. 

Los Tribunales Populares nos recuerdan, a los peruanos, el Tribunal de los Yayas, descrito por Enrique López Albújar en su cuento ushanan-jampi. Adriana I. Churampi Ramírez en su trabajo Ushanan-jampi: la ferocidad de la “otra” justicia, nos dice:

 

El hecho de que los grandes momentos de la justicia comunal mantengan sus nombres quechuas: el alli-achishum, jitarishum, ushanan jampi.” Agregando en la nota de pie de página: “La explicación de los castigos lo encontramos en las palabras del presidente del tribunal de yayas: Aconsejar al acusado a fin de que se enmiende y vuelva a ser un hombre de bien: el yaachishum. El intento de reconciliación entre el agresor y sus víctimas: alli-achishum. La expulsión de la comunidad, sin posibilidad de regreso: el jitarishum. En caso que el acusado osara violar el jitarishum queda librado a la justicia del pueblo, cualquiera podía matarlo: es la temible y ejemplar pena de muerte: el ushanan-jampi. (46-47)”[1] 

         Rastrear y examinar las experiencias pasadas, que hoy vuelven a tener vigencia, es vital en la búsqueda de una salida al caos del orden internacional basado en reglas. 

Finalmente, debemos agradecer a nuestro amigo y camarada Martín Parodi Vásquez que nos hizo llegar la entrevista que pueden ver en el enlace que adjuntamos.

 

https://www.youtube.com/watch?v=V91EOitNfPk

 

 

LA CONSTITUCIÓN DEL 78 GARANTÍA DE LA DICTADURA DE LA BURGUESÍA ESPAÑOLA (Cualquier parecido con nuestro Perú de todas las sangres es mera coincidencia)

 



Publicado el 27 de diciembre de 2023 / Por Juan Viera Benítez

 

1.- La constitución y los derechos humanos burgueses

El monarca español ha centrado su discurso en estas fechas navideñas en alabar la Constitución del 78. Esta norma es un texto amplio, organizado en un preámbulo, 169 artículos estructurados en un título preliminar y diez títulos más, cuatro disposiciones adicionales, nueve transitorias, una derogatoria y una final, que en conjunto definen una forma particular de Estado Burgués, favorable para los propietarios de los medios de producción y perjudicial para la inmensa mayoría que vende su fuerza de trabajo para subsistir.

Las clases dominantes desde las instituciones burocráticas que conforman la estructura del Estado Español defienden con todas sus fuerzas y medios esta Ley de leyes, como si fuera un mandato divino, algo así como una norma emanada por Dios que debe permanecer en los tiempos. Pero no nos dejemos engañar, la Constitución es una construcción jurídica y política temporal, desde y a la que se han adaptado muchas de las instituciones de la dictadura franquista a la democracia burguesa, en su forma monárquica. En muchos de sus artículos se hace referencia a la conveniencia de que las personas accedamos a determinados derechos humanos.

Estos se presentan en abstractos; son derechos burgueses que a la hora de la verdad no se cumplen, son abstractos, nadie puede oponerse a ellos; nadie va a rechazar el derecho a la vida, a la dignidad de la persona, a la libertad de opinión y de expresión, el derecho al empleo, o a la vivienda, o a cualquiera de otros de los derechos humanos burgueses que se recogen en el texto mencionado.

Otra cosa bien diferente es la necesidad que tienen las personas de los mismos, necesidad de una vivienda, de un empleo, de vivir dignamente; en este caso estaríamos hablando del tratamiento socialista de los mismos, es decir, el cumplimiento concreto de los mismos, su materialidad real, la necesidad que tiene la población trabajadora de su cumplimiento concreto en la vida real. No hay aplicación por los gobiernos, por muy demócratas o izquierdistas que se nombren. La oratoria de los políticos y políticas del régimen, por muy pomposa que los presenten, no deja de ser una retórica hipócrita y ridícula al ser mentirosa y falsa.

2.- La maquinaria militar como garantía de la pobreza

La Constitución del 78 viene a ser un fetiche y una fuente de irradiación de valores ideológicos que sirven para adoctrinar al pueblo y garantizar la dictadura de la burguesía. Además, sirve de guía para que el gobierno y parlamento aprueben los preceptos jurídicos, políticos y económicos necesarios que aseguren la legalidad monárquica. Los presupuestos del estado contemplan de manera clara que una gran parte de los fondos públicos vayan destinadas a subvencionar a las grandes empresas, al ejército y a la policía, al funcionamiento de los partidos políticos y los sindicatos oficiales, a la Iglesia católica, a los medios de comunicación afines y a los altos cargos de los aparatos jurídicos y administrativos que trabajan día y noche para estabilidad de la monarquía borbónica.

La seguridad y protección del Estado Borbónico está en la maquinaria militar y jurídica, los ejércitos, las fuerzas policiales y las industrias armamentísticas. Esta maquinaria militar sincronizada es un agujero negro que se traga una buena parte del pastel presupuestario estatal, financiado en su totalidad con la plusvalía generada por el trabajo de la clase obrera. El conjunto de estos aparatos asegura el beneficio de las grandes empresas y entidades financieras e impide que nadie ponga en apuros y obstaculice las normas laborales dictadas para la explotación laboral y la producción del plusvalor.

La estructura jurídica-política-militar que nace de la Constitución del 78 es decisiva para que millones de personas vivan en la precariedad y en la pobreza, mientras que en el polo opuesto haya una minoría que disfruten de una opulencia obscena e indecente.
La norma madre es la pantalla desde la que se marcan las directrices y la pauta para que unos pocos vivan del trabajo de los demás, para que unos disfruten de unas condiciones excelentes de habitabilidad y bienestar, y cientos de miles de seres humanos sean arrojados legalmente de sus viviendas, sin un techo donde morar o vivan en unas condiciones de penuria alimenticia. En definitiva, la Constitución del 78 es un instrumento del capital en el estado español, es una herramienta más que junto con otros organismos internacionales como la UE, la OTAN, la OMS, la OCDE, etc. permiten que al imperialismo saquear a la población trabajadora en el territorio nacional e internacional.

3.- Los partidos del régimen

Los partidos mal llamados de izquierda y socialdemócratas se han integrado plenamente en el régimen político heredado del franquismo, bajo la dirección de la Monarquía y la UE. Estos partidos socialdemócratas y reformistas aplauden hasta con las pestañas a la Constitución, aunque en algunas ocasiones con la boca chica dicen que hay que adaptarla a los tiempos y hacer pequeñas reformas, pues el núcleo importante, la democracia, vale. Ahora, ante la situación generalizada de crisis económica y social, son incapaces de articular un programa político que sea referente ideológico y cultural para el mundo del trabajo y amplios sectores populares de la sociedad española. La supeditación política al parlamentarismo anula la lucha de clases, es un factor clave que está llevando al enfrentamiento individual entre sus principales militantes al objeto de mantener una cierta posición política privilegiada que les posibilite el acceso a cargos institucionales. Las divisiones y rupturas que se están produciendo entre organizaciones políticas como Sumar y Podemos están a la orden del día. Las desavenencias también alcanzan al PCE, en esta organización sus partes más activas, militantes de la organización juvenil, rompen con el partido por motivos de desacuerdos de las prácticas políticas e ideológicas. En este contexto, lo que está meridianamente claro es que el PSOE sigue apareciendo como el partido que da estabilidad a la monarquía y a los intereses de la oligarquía española.

En nuestra región, Extremadura, la dinámica es el incremento de las desigualdades sociales y territoriales respecto a otros territorios del Estado Español. Sin embargo, los partidos socialdemócratas y reformistas tienen una sujeción casi plena al gobierno y a las estructuras políticas estatales que los incapacitan para impulsar y resolver cuestiones que nos atenazan desde siempre y nos mantienen anclados en unas infraestructuras físicas, económicas y sociales de otros siglos.

4.- La necesidad del socialismo

En nuestro país al igual que en el occidente colectivo, el capitalismo no sólo ha fraccionado y debilitado al movimiento obrero, sino que ha integrado y ha hecho inservibles para la revolución socialista a las antiguas organizaciones políticas. En estas circunstancias, es una necesidad urgente la reorganización política para impulsar el desarrollo de la lucha de clases y la solidaridad con los pueblos del mundo que sufren múltiples represiones y el saqueo del imperialismo. Ahora, la atención mundial está en la brava resistencia y el valiente enfrentamiento armado del pueblo palestino contra el estado sionista que mata y asesina a hombres, mujeres y niños. La lucha palestina necesita del apoyo internacionalista de las clases explotadas y oprimidas del mundo. Las circunstancias y condiciones de vida de los pueblos no serán las mismas dependiendo de que se derrote al sionismo o el sionismo salga vencedor. El resultado de lo que allí ocurra, al igual que las luchas en otras partes del planeta tienen y tendrán sus consecuencias en nuestras naciones. Por eso, reclamamos la necesidad del socialismo como herramienta fundamental para acabar con las guerras y asegurar la paz en el mundo. Hay que recordar a Rosa Luxemburgo, hoy más que nunca BARBARIE O SOCIALISMO

Fuente: https://kaosenlared.net/la-constitucion-del-78-garantia-de-la-dictadura-de-la-burguesia-espanola/

 

martes, 26 de diciembre de 2023

INFLACIÓN EN RECESIÓN


 Escribe: Milciades Ruiz

diciembre 26, 2023

Mientras Perú, sufre una caída económica casi a 0%, el presidente del Banco de Reserva, sale muy orondo ante la prensa anunciando que, “estamos en camino a derrotar la inflación”. Pero este pírrico triunfalismo es cuestionable porque podría ser, no por méritos propios sino por deflación generalizada derivada de la grave recesión. ¿Deberíamos alegrarnos por este anuncio en medio de la tempestad? Veamos.

 

El criollo común diría: “Si, pero eso no me sacará de misio”, como tampoco podemos decir que, vencimos a la lluvia porque vino la sequía. Es que la deflación es el efecto contrario a la inflación y ocurre cuando la economía se paraliza y muchos se quedan sin dinero. Entonces, baja la demanda haciendo caer los precios en general. Baja la inflación no por la buena gestión del BCR sino, por efecto global de la recesión que es mucho peor.

En un mercado no regulado como lo exige el neoliberalismo, los precios se rigen exclusivamente por la oferta y la demanda, sin importar muertos ni heridos. Si los países que nos venden alimentos elevan sus precios por su inflación, nos llegará la importación a precios elevados. El maíz para pollos es mayormente importado y eso repercute en el precio de carne de pollo, leche y otros alimentos básicos ya que las crianzas usan el maíz como forraje.

Igual sucede con el pan, ya que el país es dependiente del trigo extranjero. Los insumos ya han bajado, pero en el mercado local, el precio del pan sigue alto, como también de los otros productos panaderos y, fideos, galletas, etc. Son muchos los alimentos extranjeros de consumo local, como el aceite vegetal que es insumo de toda comida preparada, arroz, avena, papa, soya, leches, granos, etc.

La inflación internacional repercute en nuestra economía provocando inflación. La recesión deflacionaria, también. Si los precios internacionales bajan tendremos mayor oferta que a menor demanda bajarán los precios, haciendo bajar la inflación. Pero si a pesar de ello, la gente no compra por haber perdido ingresos, los negocios cerrarán agravando la recesión. En este caso, la inflación baja a un costo muy alto.

El espejismo nos impide ver que, si baja la demanda de alimentos es porque la gente está consumiendo menos. Así lo confirman las últimas encuestas en que los pobres dejan de comer ciertos días. ¿Esto es motivo de celebración? Bien sabemos que, en una sociedad de clases, la inflación, deflación y recesión, afectan más a los que menos tienen. ¿De qué nos sirve que la inflación baje aparentemente, si la recesión nos deja sin dinero? Peor aún, si los sueldos pierden valor como se muestra en el cuadro siguiente.


Por otro lado, si bien los catastróficos vaticinios climáticos, felizmente no se están cumpliendo, el campesinado nacional ha podido salvar en algo, la campaña agrícola y las lluvias irán en aumento tras el solsticio de verano. Ello viene permitiendo el abastecimiento del mercado con las primeras cosechas, que irán aumentando. La mayor oferta contribuye también, a bajar la inflación alimentaria.

Pero lo triste es que, las cosechas ocurran en plena recesión, haciendo caer los precios campesinos, por la falta de liquidez de los consumidores que comen menos que antes, aunque baje la inflación. Entonces los ingresos campesinos serán lánguidos. El campesinado no tiene poder mediático para influenciar en favor de sus intereses, como si lo tienen los grupos de poder que logran grandes presupuestos para obras públicas que caerán en sus manos.

Si la piña “Golden” que viene de la selva central se está rematando a S/.2 x kgr en las calles, significa que el mayorista lo vende a S/. 1,50, pagando a su abastecedor a 1 sol. Este, separará su ganancia después de pagar al transportista desde la selva, pagando cincuenta céntimos al acopiador y este, S/. 0,25 al productor, que se ha pasado un año trabajando e invirtiendo en el cultivo

Esto que sucede con la piña, que viene de la selva central a Lima, ocurre con otros cultivos que vienen desde muy lejos y el precio al campesino es una ridiculez. Pero de lo que reciba, tendrá que alcanzarle hasta el año siguiente. “Allá ellos”, dirán los neoliberales, “Quien les manda que se metan de campesinos”. “En el Perú, hay democracia y cada uno es libre de elegir su ocupación”.

¿Y así, reclaman seguridad alimentaria los que nunca pasaron hambre? La indiferencia está también entre nosotros. A muy pocos le importa lo que pase con el campesinado. No tienen representantes ni testaferros en el Parlamento. Ni los partidos políticos que se dicen populares se pronuncian acogiendo sus dramas.

Los políticos, no entienden ni quieren entender que, se trata del 30% de la población peruana, que tiene presencia mayor en el 95% de los distritos del país, que tiene el mayor número de inversionistas entre los sectores productivos, que de ellos depende nuestra seguridad alimentaria y la de nuestra descendencia, ni que, si se contrae el agro, automáticamente se contrae toda la industria, comercio y servicios conexos, etc.

Pero el asunto para el BCR es que, estamos venciendo a la inflación y seguirá bajando el próximo año en que la recesión será peor. Esta manera de pensar y obrar, es engañosa. En todo caso, en una economía clasista, la inflación y la recesión no ajusta a todos por igual. Con inflación o, sin ella, los del BCR tienen asegurado sus altos sueldos con bonificaciones, mientras los que han perdido ingresos tendrán que comer menos días a la semana. Bueno pues, ustedes, ¿qué dicen?

Diciembre 26- 2023

Fuente: https://republicaequitativa.wordpress.com/2023/12/26/inflacion-en-recesion/