miércoles, 27 de diciembre de 2023

UNA APROXIMACIÓN A LA ARQUITECTURA DE UN NUEVO ORDEN: AL RESCATE DE LA JUSTICIA NATURAL

 


UNA APROXIMACIÓN A LA ARQUITECTURA DE UN NUEVO ORDEN

II

 

AL RESCATE DE LA JUSTICIA NATURAL

 

La justicia impuesta por las clases dominantes en nuestro país es ejercida por un ejército de jueces, procuradores, fiscales y abogados. Sin embargo, pese a que esta tropa de juristas ha crecido en el tiempo. La crisis del sistema de justicia en nuestro país es a todas luces evidente. Crisis por inacción, crisis por favoritismo a poderoso caballero, crisis de probidad, en fin, crisis por creciente descomposición de todo el sistema judicial. La protesta contra la corrupción de muchísimos personajes del poder judicial sólo confirma la realidad de la descomposición de las instituciones representativas de la justicia. 

Pero la crisis no es exclusiva de nuestro Perú. En España se promueven los Tribunales Populares, basados en el derecho natural, en clara contraposición al derecho positivo impuesto por el Estado. Estos Tribunales Populares surgen con la finalidad de recuperar la administración de la Justicia que los pueblos ejercían hace 200 años y, como consecuencia, de la profunda crisis del sistema jurídico español. 

¿Por qué surgen hoy estas iniciativas populares? La clave para entenderlo es la profunda crisis que afecta a la civilización occidental, vale decir, al capitalismo como modo de vida impuesto por la burguesía. Los humanos cuando enfrentamos impasses en la vida siempre buscamos una salida. Y en esa tarea nos encontramos en la actualidad. 

Pero, veamos rápidamente una síntesis de las principales observaciones y propuestas de Pablo Jesús Velásquez entrevistado por José Luis Camacho que ustedes podrán visionar en el enlace de abajo. 

El derecho positivo o corpus jurídico, establecido por el Estado Español suman aproximadamente 750,000 leyes que, en nuestro país, que todo lo imita, serán algo más o algo menos de las españolas. Tenemos normas jurídicas para todo, como en botica. Es mediante estas normas que el ejército de juristas defiende al Estado de “NOSOTROS” (los consumidores – productores, súbditos del poder establecido). Para el Estado los ciudadanos de segunda clase son cosas manipulables.  Pablo Jesús Velásquez acierta cuando afirma que todos los ciudadanos somos esclavos, útiles solo para trabajar y solventar (vía impuestos) todos los gastos del Estado. Al registrar a nuestros hijos en el Registro Civil -dice- comienza la esclavitud encubierta para pagar todas las deudas del Estado. Los hijos dejan de ser de los padres, se convierten en cosas medibles o utilizables por el Estado. Un ejemplo que no debe pasar desapercibido. En la Ucrania en guerra, los jóvenes de cualquier sexo son capturados como animales para enviarlos a morir al frente de batalla. No tienen derecho a negarse porque son patrimonio del Estado. 

Los Tribunales Populares surgen ante la ineficacia y el sesgo pro dinerario del sistema judicial establecido. Estos Tribunales de Verdad y Hechos, indica Pablo Jesús Velásquez, se sustentan en tres derechos: el derecho natural, el derecho divino de costumbres que recupera la legitimidad de los pueblos y el derecho de costumbres. 

Los Tribunales Populares nos recuerdan, a los peruanos, el Tribunal de los Yayas, descrito por Enrique López Albújar en su cuento ushanan-jampi. Adriana I. Churampi Ramírez en su trabajo Ushanan-jampi: la ferocidad de la “otra” justicia, nos dice:

 

El hecho de que los grandes momentos de la justicia comunal mantengan sus nombres quechuas: el alli-achishum, jitarishum, ushanan jampi.” Agregando en la nota de pie de página: “La explicación de los castigos lo encontramos en las palabras del presidente del tribunal de yayas: Aconsejar al acusado a fin de que se enmiende y vuelva a ser un hombre de bien: el yaachishum. El intento de reconciliación entre el agresor y sus víctimas: alli-achishum. La expulsión de la comunidad, sin posibilidad de regreso: el jitarishum. En caso que el acusado osara violar el jitarishum queda librado a la justicia del pueblo, cualquiera podía matarlo: es la temible y ejemplar pena de muerte: el ushanan-jampi. (46-47)”[1] 

         Rastrear y examinar las experiencias pasadas, que hoy vuelven a tener vigencia, es vital en la búsqueda de una salida al caos del orden internacional basado en reglas. 

Finalmente, debemos agradecer a nuestro amigo y camarada Martín Parodi Vásquez que nos hizo llegar la entrevista que pueden ver en el enlace que adjuntamos.

 

https://www.youtube.com/watch?v=V91EOitNfPk

 

 

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