Publicado por Francisco Umpiérrez Sánchez
jueves, 10 de julio de 2025
Yo creo que hay que mirar a ambos
mundos. Además, ambos mundos no están separados. Podríamos afirmar que el mundo
exterior es el mundo sociológico, pero también lo es el mundo económico y el
mundo político. Pero el narrador en cuestión puede que no esté muy integrado en
el mundo sociológico, el económico y el político, de manera que el mundo
exterior se presenta en sus narraciones en forma de sombras y apariencias. Si
te falta luz en tus narraciones, será porque tienes serias deficiencias en el
conocimiento del mundo exterior.
Pero
también sucede lo contrario: hay series televisivas cuyos protagonistas carecen
de subjetividad o su subjetividad está poco desarrollada. Todo se presenta como
exterioridad. Hasta los actos de los protagonistas están faltos de subjetividad,
no sabemos por qué hacen lo que hacen, no tenemos claro cuáles son sus
sentimientos, ni de que modo los hechos exteriores les impactan y afectan.
Notamos en estas series una aburrida superficialidad. Pero nosotros queremos
personajes que nos hagan sentir, padecer, sufrir. Queremos vivir tensiones y
desasosiegos. Queremos acciones, pero acciones cargadas de subjetividad.
En los narradores siempre hay un
conflicto entre lenguaje y realidad. A mi juicio la realidad debe mandar sobre
el lenguaje. Es el lenguaje el que debe gravitar sobre la realidad. Pero como
el lenguaje siempre se refiere a la realidad, en aquellos narradores donde el
lenguaje predomina sobre la realidad, se produce la apariencia de que es la
realidad quien gobierna el lenguaje. A este propósito, en La ideología
alemana, dice Marx lo siguiente: “Los filósofos no tendrían más que
reducir su lenguaje al lenguaje al lenguaje corriente, del que aquél se
abstrae, para darse cuenta y reconocer que ni los pensamientos ni el lenguaje
forman por sí mismos un reino aparte, sino que son, sencillamente, expresiones
de la vida real”. Esto que Marx le solicita a los filósofos, yo se lo solicito
a ciertos narradores, les recomiendo que reduzcan su barroco y adjetivado
lenguaje al lenguaje corriente y así podrán observar cuánta realidad hay en sus
palabras.
El nexo entre la vida exterior y
la vida interior son las acciones y no los pensamientos. Si el narrador se
centra, ya sea en su experiencia propia o en la ajena, en las acciones, su
lenguaje literario nunca se presentará como una abstracción del lenguaje
corriente y la realidad se impondrá en las representaciones del lector.
https://fcoumpierrezblogspotcom.blogspot.com/2025/07/cuando-haces-narraciones-debes-mirar-tu.html
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