domingo, 3 de agosto de 2014

A PROPÓSITO DEL DISCURSO DE OLLANTA HUMALA (28 JULIO 2014)


Hemos tenido unas Fiestas Patrias como el frio de Lima, opaco y gris; es decir que hemos tenido más de lo mismo, no ha habido sorpresas ni en la elección de las Juntas Directiva del Congreso, ni tampoco en el mensaje presidencial.
Observamos que los grupos políticos, en especial en el Congreso, se han juntado los que tienen una clara presencia conservadora y de anticambio, el fujimorismo, el aprismo, parte de los otros grupos Unión Nacional y Solidaridad, vinculados a PPK. Ellos no han tenido ningún problema de traicionar su ideología, que se pone en duda, porque no la tienen, así como de su trayectoria entreguista y corrupta, lo que sí lamentamos que a ese grupo se le ha sumado el PPC, ya que sin vergüenza con su política cristiana tradicional le ha dado la bendición a este grupo conservador y del mal andar de sus principales caudillos y mandones, caso de Fujimori, García Pérez y del lobbista peruano-norteamericano Pedro Pablo Kuczynski.
Así pues se ha logrado que los grupos políticos neo conservadores y que no se enfrentan a los cambios en la política económica, porque ellos siguen creyendo en la tradicional exportación de las materias primas, y esperan que mientras más minas estén en explotación, la economía funcionará en el Perú.
Frente a este pesado grupo, están los residuos ideológicos y en menor número de representantes del PNP (los nacionalistas fieles a Ollanta y su grupito de poder que encabeza la señora Nadine Heredia y el ministro de economía Miguel Castilla). El perder la Mesa Directiva ha jalado a muchos como Perú Posible, que en su vida han y pueden militar en el fujimorismo y en el aprismo, es así que aún los nacionalistas renunciantes y el grupo amplio que formaban Gana Perú, a este se ha incluido el grupo Frente Amplio Acción Popular y algunos de Unión Regional y solidarios, que muestran decencia hasta el momento, todos ellos tuvieron que votar y darle el triunfo a la lista impuesta por lo que queda del oficialismo, encabezada por la señora Solórzano.
Cabe resaltar que los partidarios del Frente Amplio y de Acción Popular mantuvieron en minoría sus votos de abstención. Aún estos votos son una demostración de su anticonservadurismo entreguista y de anticorrupción, que encabezó el ilustre abogado, Javier Bedoya de Vivanco, el que si bien es una persona limpia en su trayectoria personal, tuvo su desliz y se atrevió a encabezar la lista de la negación, y con su militancia católica ultramontana le dio como hemos dichos antes, su bendición, pero de nada valió porque perdieron.
Finalmente, lo mismo de siempre, pero más la definida división de la derecha conservadora y de centro izquierda renovadora. En ese marco el mensaje presidencial también fue más de lo mismo, con algunos chispazos de apoyar a la educación y a la salud, pero como siempre OHT no se atrevió a dar un paso más allá, que permitiera esperar el uso del gas y los hidrocarburos, sus dudas y sus indefiniciones por cierto, no se avizora que este gobierno nos encamine a la industrialización, teniendo como soporte la petroquímica.
En este pequeño escrito me permito adjuntarles el artículo del Sociólogo Silesio López Jiménez, publicado el 31/07/2014 en el diario La República, su artículo como todos los que nos presenta los días jueves es un análisis que nos ayuda a comprender desde un punto de vista sociológico y del juego de variables que hacen sobre la economía en su relación con la vida social, política e ideológica del Perú actual.
Con los saludos de siempre,
Fernando Arce Meza

Nota: se aparece una señora que dará que hablar, probablemente en la segunda vuelta del 2016, ella es Keiko García Castañeda de PPK, la señora además tiene amistades como la señora Lourdes Flores, que con su partido la acompañará en su aventura presidencial, y que contará con las bendiciones tradicionales del Cardenal Juan Luís Cipriani.


JUGANDO AL MUERTITO

Sinesio López Jiménez
Diario “La República”, 31 de Julio de 2014

Lo que algunos temían y otros esperaban no se produjo en el tradicional mensaje de Fiestas Patrias. Eso ha generado un alivio en los primeros y una cierta decepción en los segundos. Los neoliberales extremos y los conservadores temían que la desaceleración y la amenaza de la recesión llevarían al presidente Humala a desplegar una gestión keynesiana del ciclo económico en apuros. Pese a que lo tienen capturado, ellos siguen temiendo que Humala mantenga in pectore el programa de la gran transformación y que lo saque a relucir en los momentos económicos difíciles que vive el país. El viejo truco de exagerar para mantenerlo a raya y para curarse en salud.
Los críticos del neoliberalismo extremo, por su parte, esperaban sin mucho entusiasmo que la  desaceleración y la recesión del primer semestre de este año empujaran a Humala a anunciar y desplegar una gestión keynesiana de la demanda. Humala, sin embargo, solo ha tomado tímidas decisiones que van en esa dirección: un pequeño aumento de las gratificaciones, una disponibilidad mayor de las CTS, disminución de las tasas de interés de referencia para impulsar la actividad económica, un mayor impulso a la inversión pública. El Plan Nacional de Diversificación Productiva puede ir también en la misma dirección.
La batalla desigual entre los neoliberales extremos (de dentro y de fuera del gobierno) y los conservadores, por un lado, y los críticos del neoliberalismo, por otro, se viene librando desde hace un buen tiempo, pero se ha acentuado en el primer semestre de este año. En este lapso se abrió un pequeño frente entre los neoliberales que manejan los aparatos económicos del Estado  y los neoliberales  vinculados a la concentración mediática y a las fuerzas políticas de derecha. Estos acusaban al gobierno de ser el principal responsable de la desaceleración económica a través de la innecesaria producción del “ruido político” y del supuesto cambio del modelo económico neoliberal.
 Esto último es a todas luces un despropósito que choca con la evidente continuidad del modelo. Coincidían, sin embargo, en el último paquete de medidas tomadas por el gobierno para atraer la inversión privada.
Los neoliberales de dentro y de fuera del gobierno están preocupados ahora con las bajas tasas de crecimiento del PBI, pero son optimistas en el futuro próximo y tratan de irradiar su optimismo a todo el país. Ellos sostienen que la desaceleración es coyuntural y que en el próximo semestre y sobre todo en el 2015 el Perú volverá a tener altas tasas de crecimiento gracias a las grandes inversiones que se avecinan. Mientras tanto los neoliberales extremos y la derecha política y mediática tratan de compensar estos momentos difíciles de debilidad económica con el enorme punche de  la correlación de fuerzas a su favor (todos los partidos políticos de derecha, especialmente el fujimorismo, el PPC y el Apra y el cuasi monopolio de la concentración mediática).
Humala no ha querido tocar esta batalla de fondo que se libra en el país y que va a tener un desenlace complejo (económico, social, político e ideológico) si la desaceleración  se acentúa y los conflictos sociopolíticos se agudizan. En este campo ha jugado al muertito y ha preferido tocar más bien los temas sociales de la educación, la salud, la seguridad que, siendo importantes, son colaterales al modelo económico vigente. Al final, las soluciones que ellos tengan dependen mucho de lo que suceda con el modelo neoliberal, de las estrategias en juego para enfrentar la crisis, de los liderazgos políticos que existen y de los que emerjan y de la correlación sociopolítica de fuerzas. Las medidas propuestas sobre educación y salud no son poca cosa comparándolas con los gobiernos anteriores. La necesidad de un acuerdo nacional para enfrentar el grave problema de seguridad ciudadana puede ser la clave sociopolítica para resolverlo.


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