jueves, 22 de marzo de 2018

CORRUPCIÓN Y ASESINATO, EN LOS GOBIERNOS DE PPK, HUMALA, TOLEDO, GARCÍA, FUJIMORI, Y OTROS



Dr. Hugo SALINAS

La renuncia de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) al cargo de Presidente de la República del Perú, por delitos de corrupción, no nos debe hacer olvidar que los gobiernos en Democracia Representativa de los países del Sur, recurren a la violencia y al asesinato para controlar los “terroristas” que, al final, son simplemente dirigentes sociales en búsqueda de cuestiones elementales para que su pueblo superviva. El asesinato es uno de los medios de una Democracia Representativa para imponerse dentro de un clima de enriquecimiento ilícito generalizado. 

 “La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos del Perú informó que hasta la fecha [mayo 2017], en el gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski se han registrado ocho ciudadanos fallecidos durante las protestas y conflictos sociales. […] Durante el gobierno del expresidente Ollanta Humala se tuvieron 78 fallecidos en protestas.”[i]
 
Y esto es ínfimo comparado con los fallecidos en los gobiernos de Toledo, García, Fujimori, etc. Oxfam, Perú, señala que “Desde inicios del año 2006 hasta fines del 2014, se ha registrado 250 muertos y cerca de 3,600 heridos en conflictos sociales.”[ii]
El caso PPK nos está mostrado con toda claridad que no solamente el Ejecutivo, sus ministros, asesores y funcionarios de alto nivel, se encuentran inmersos en un clima de corrupción, sino también el resto de las instituciones de la Democracia Representativa tales como el Congreso, el Poder Judicial, la Contraloría General de la República, la Defensoría del Pueblo…, y sin olvidar a las empresas privadas que se benefician del Presupuesto Público y de la promulgación de leyes con nombre propio.

En definitiva, es la institución “Democracia Representativa” que se encuentra en tela de juicio. Y con ello se puede observar claramente que son las empresas privadas a Repartición Individualista, aquellas que buscan el dinero como fin supremo, quienes son las directamente beneficiarias. En este caso, el símbolo de la corrupción es la empresa Odebrecht. Pero no es la única. 

La Fiscalía de Perú decidió hoy incluir a las empresas peruanas que se asociaron en el país con la brasileña Odebrecht en la investigación que hace de la presunta entrega de millonarios sobornos para adjudicarse la concesión de obras estatales. […] el fiscal anticorrupción […] señaló que se ha formalizado la investigación contra los representantes de las empresas Graña y Montero, JJ Camet Contratistas Generales e Ingenieros Civiles y Contratistas Generales S.A (ICCGSA), que fueron socias de Odebrecht en la licitación de la Carretera Interoceánica Sur, en 2004.”[iii]

En realidad, es todo el sistema empresarial que se encuentra directamente implicado en el fomento de la corrupción y el asesinato. Es el caso del más alto dirigente empresarial “de Confiep y Capeco, Lelio Balarezo, quien fue recientemente condenado a cinco años de prisión efectiva por defraudación tributaria, [quien] sigue sin acatar el fallo judicial.”[iv]

Lo que viene sucediendo con PPK y Odebrecht, nos debe abrir los ojos para comprender que mientras no se modifique el objetivo principal de la actividad socio-económica que sustenta la Democracia Representativa, aquella que impulsa a personas y empresas a buscar el dinero como objetivo supremo, la corrupción no podrá ser resuelta con condenas judiciales. Es necesario, y ante todo, eliminar la fuente de la corrupción y el asesinato. Y ella no es otra que el mecanismo de la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica.

Es decir, no se trata simplemente de buscar el cambio de la Democracia Representativa por otro tipo de Democracia, sino ante todo de buscar cambiar el mecanismo de la Repartición Individualista por otro tipo de repartición que apunte al bienestar general. Debemos pasar de una búsqueda de un bienestar solamente individualista, egoísta, hacia otro, en donde se priorice el bienestar de todos y cada una de las personas que conforman la sociedad.  

La solución se encuentra a nuestro nivel. Dejemos de lado nuestro comportamiento egoísta, individualista, para crear vínculos de relación social que ahora no existen. Y esto no es un asunto de voluntad individual. Es cuestión de que nosotros todos, la sociedad en su conjunto, decida instalar en la base socio-económica de nuevas instituciones, un mecanismo que tenga por objetivo fundamental el de satisfacer las necesidades del ser humano antes que la búsqueda, sin piedad y asesina, del dinero por el dinero. Parches a la Democracia ya no son suficientes.

Lima, sjl, 22 de marzo del 018



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