Publicado el 31 de enero de 2024
Por Antonio Liz
Índice
Presentación
Marx
Tesis
de Abril
Las
contradicciones se agudizan
Jornadas
de Julio
Kerenski
y Kornilov
La
rueda gira a la izquierda
La
Revolución de Octubre
Presentación
Este texto
monográfico explica y documenta cómo Lenin dirige la conquista del Poder.
Pertenece a parte del Capítulo IV de mi biografía “Lenin. Estratega de los
desheredados (1870-1924)”. Lo precedo con unas citas de Marx que muestran
la interrelación política estratégica entre Marx y Lenin.
Madrid, 7, diciembre, 2023.
Marx
Marx en
1845, en la XI Tesis sobre Feuerbach, dijo que “los filósofos no han
hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de
lo que se trata es de transformarlo”[1] y
en 1864, en un texto que será incluido en los Estatutos Generales de la
Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) en 1871, concretó el camino
a recorrer: “En su lucha contra el poder unido de las clases poseedoras, el
proletariado no puede actuar como clase más que constituyéndose él mismo en
partido político distinto y opuesto a todos los antiguos partidos
políticos creados por las clases poseedoras[2].
Esta constitución del proletariado en partido político es indispensable para
asegurar el triunfo de la Revolución social y de su fin supremo: la abolición
de las clases. La coalición de las fuerzas de la clase obrera, lograda ya en la
lucha económica debe servirle asimismo de palanca en su lucha contra el poder
político de sus explotadores. Puesto que los señores de la tierra y del capital
se sirven siempre de sus privilegios políticos para defender y perpetuar sus
monopolios económicos y para sojuzgar al trabajo, la conquista del
Poder político se ha convertido en el gran deber del proletariado[3]”[4].
Marx dejaba
claro lo que significaba el marxismo en el terreno político, la lucha de la
clase trabajadora no solo para defenderse de la explotación inmediata sino para
conquistar el poder a través de su propio partido político con un objetivo
estratégico para el conjunto de la humanidad: la abolición de las clases.
Lenin
seguirá la enseñanza de Marx de principio a fin: creará el Partido de la clase
trabajadora, conquistará el Poder y dejará bien claro que el Estado socialista
es un Estado transitorio en el camino de conquistar una sociedad planetaria sin
explotación y discriminación, una sociedad sin clases.
Entre
finales del XIX y comienzos del XX Lenin creó el Partido revolucionario de la
clase trabajadora, conocido genéricamente como el Partido Bolchevique. El
proceso de creación se consolida cuando la fracción bolchevique del Partido
Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR) se convierte en un partido de
revolucionarios y revolucionarias profesionales, es decir, de hombres y mujeres
dedicados a tiempo completo a la tarea de organizar y concienciar a la clase
trabajadora con el objetivo estratégico de conquistar el Poder.
Tesis de Abril
La
posibilidad histórica de conquistar el poder empezó en la Rusia zarista en
febrero de 1917. Previamente, la Revolución de 1905 había sido una fuente de
enseñanza capital para Lenin lo que le permitió poner en la escena histórica al
Partido Bolchevique. No obstante, en febrero de 1917 el Partido Bolchevique era
una espada política sin afilar porque Lenin estaba en el exilio y la
“dirección” del Partido en Petrogrado[5] (Kámenev,
Stalin y Muránov) no tenía las luces políticas puestas ya que se dedicaba a
apoyar “críticamente” al Gobierno Provisional. Este apoyo era criticado por los
cuadros revolucionarios bolcheviques entre la clase trabajadora, los marineros
y soldados. Esta contradicción entre la “dirección” y los cuadros
revolucionarios la vendrá a solucionar Lenin a partir de su llegada a
Petrogrado en abril de 1917.
A las 23.00
horas del 3 (16)[6] de
abril de 1917 Lenin llega a la estación Finlandia de Petrogrado. En palabras de
Sujánov, actor y cronista de la revolución, “el tren llegó muy tarde. Pero al
final llegó. En el estrado se oyó una “Marsellesa” atronadora, se oyeron
vítores”[7].
Hay una muchedumbre de obreros y soldados esperándole, la militancia
bolchevique ha divulgado la noticia de la llegada de Lenin por fábricas y
regimientos. Un destacamento trae un proyector que iluminará la escena. El
Soviet ha mandado al presidente de su Comité Ejecutivo, Chjeidze, para que
reciba oficialmente a Lenin. Llega el tren, las tropas están formadas, los
obreros apiñados. Para sentir un poco el apasionado ambiente recurramos a una
coetánea de los hechos que nos advierte que “aquellos que no han vivido la
revolución no pueden imaginar su belleza solemne y grandiosa”[8].
Lenin baja del tren, la banda militar toca la Marsellesa, le reciben con un
ramo de flores y Chjeidze echa un discurso ajeno al pensar de Lenin. Este, sin
hacerle el menor caso, se sube a una mesa y dice unas palabras que se oyen por
primera vez en la capital de la revolución: “¡Queridos camaradas, soldados,
marineros y trabajadores! Me alegra saludar en su persona a la revolución rusa
victoriosa, saludarles como la vanguardia del ejército proletario mundial. La
guerra imperialista de saqueo es el comienzo de una guerra civil en toda Europa
(…). El amanecer de la revolución socialista mundial ya ha comenzado.
Todo está
hirviendo en Alemania. Hoy o mañana, o cualquier día puede estallar el colapso
de todo el imperialismo europeo. La revolución rusa, realizada por ustedes,
sentó las bases y abrió una nueva era. ¡Viva la revolución socialista mundial!”[9]. Más Marsellesa y gritos populares. Lenin
se sube a una tanqueta que está en la plaza y se dirige otra vez a la multitud.
Vuelve a machacar el argumento, “la quiebra del imperialismo europeo puede
producirse cualquier día, incluso hoy o mañana. La Revolución rusa hecha por
vosotros, es el comienzo de esa quiebra y el inicio de una nueva época. ¡Viva
la revolución socialista mundial!”[10].
Desde la
estación le llevan al Palacio Kshesinskaia, en la bifurcación del río Neva,
donde han instalado los bolcheviques su cuartel general. La distancia es muy
corta, ya que solo hay que cruzar un puente, pero la marcha duró alrededor de
una hora porque “toda la multitud siguió en masa al automóvil”[11] en el que va Lenin. En el Palacio
Kshesinskaia Lenin, ya sobre las 00.30 horas, echa un discurso que es una
primera exposición de lo que serán las Tesis de Abril. El auditorio se queda
pasmado. Como no se conocían sus Cartas desde lejos y el discurso de la
estación aún no se había asimilado, las palabras de Lenin cogieron de improviso
a los oyentes. Cuenta el marinero bolchevique Raskólnikov, el líder de los
marineros de Kronstadt, que estaba en la sala de recepción, “el discurso del
camarada Lenin duró casi una hora. La audiencia permaneció inmóvil con una
atención intensa y constante. Los trabajadores más responsables del partido
estaban allí representados pero, incluso para ellos, lo que Ilich dijo
constituyó un verdadera revelación. Entre las tácticas del pasado y las
actuales había un Rubicón (…). Este discurso fue histórico, en todo el sentido
de la palabra”[12].
Cuenta el menchevique y cronista Sujánov, “no puedo olvidar este discurso
atronador, que conmocionó y asombró no solo a mí, un hereje errante
accidentalmente, sino a todos los fieles. Sostengo que nadie esperaba algo como
esto”[13].
Al poco de terminar el discurso Krupskaia y Lenin se van a dormir a la casa de
Anna y su marido Mark. Era la primera noche de Lenin y Krupskaia en Petrogrado
después de años de emigración. Las sensaciones que tenían eran tan intensas que
apenas hablaron: ¡ya en Petrogrado y en plena revolución!
Al día
siguiente, el 4 de abril, Lenin dará dos discursos en el Palacio de Táuride,
sede del Soviet y del Gobierno Provisional. Primero ante una reunión de
bolcheviques y después ante un auditorio de bolcheviques y mencheviques. Lenin
insiste en los argumentos de la madrugada anterior y el efecto que producen sus
palabras entre los oyentes de la segunda reunión es rotundo. Uno de los
presentes, después de oír el discurso grita “¡Delirios! ¡Los delirios de un
loco!”[14],
mientras otro dice, “Lenin ha presentado ahora su candidatura a un trono en
Europa, que ha estado vacío durante 30 años: ¡este es el trono de Bakunin! En
las nuevas palabras de Lenin se pueden escuchar los viejos tiempos: escuchan
las verdades del obsoleto anarquismo primitivo”[15].
Y Plejanov, el que fuera el introductor del marxismo en Rusia, dirá que “Lenin
vive en un universo fantástico donde no hay días ni meses”[16].
Chjeidze, el presidente del Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado,
comentará “dejémosle vivir fuera de la revolución mientras que nosotros –el
resto de nosotros- seguimos el camino revolucionario”[17].
De los allí presentes, Aleksandra Kollontai fue la única persona que salió en
defensa de las tesis de Lenin y lo hizo con un “fervoroso discurso”[18].
La lucha
política continúa. Lenin el día 7 publica, con su exclusiva firma, sus Tesis de
Abril en Pravda, que serán reproducidas por otros periódicos bolcheviques de
Moscú, Járkov, Ufa, Bakú, Tiflis y otras ciudades. En las diez tesis sintetiza
la esencia política de sus anteriores discursos:
1. “En nuestra actitud ante la guerra, que por parte de Rusia sigue siendo
indiscutiblemente una guerra imperialista de rapiña, también bajo el gobierno
de Lvov y Cía., en virtud del carácter capitalista de este gobierno, es
intolerable la más pequeña concesión al “defensismo revolucionario”. El
proletariado consciente solo puede dar su asentamiento a una guerra
revolucionaria, que justifique verdaderamente el defensismo revolucionario,
bajo las siguientes condiciones: a) paso del poder a manos del proletariado y de
los sectores más pobres del campesinado a él adheridos; b) renuncia de hecho, y
no de palabra, a todas las anexiones; c) ruptura completa de hecho con todos
los intereses del capital (…).
2. La peculiaridad del momento actual en Rusia consiste en el paso[19] de la primera etapa de la
revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del
grado de conciencia y organización, a su segunda etapa, que debe poner el poder
en manos del proletariado y de las capas pobres del campesinado (…).
3. Ningún apoyo al Gobierno Provisional; explicar la falsedad de todas sus
promesas, sobre todo de la renuncia a las anexiones. Desenmascarar a este gobierno,
que es un gobierno de capitalistas, en vez de propugnar la inadmisible e
ilusoria “exigencia” de que deje de ser imperialista.
4. Reconocer que, en la mayor parte de los Soviets de diputados obreros,
nuestro partido está en minoría y, por el momento, en una minoría reducida,
frente al bloque de todos los elementos pequeños burgueses y oportunistas
–sometidos a la influencia de la burguesía y que llevan dicha influencia al
seno del proletariado (…). Explicar a las masas que los Soviets de diputados obreros
son la única forma posible de gobierno revolucionario (…). Mientras estemos en
minoría, desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los errores,
propugnando al mismo tiempo la necesidad de que todo el poder del Estado pase a
los Soviets de diputados obreros, a fin de que, sobre la base de la
experiencia, las masas corrijan sus errores.
5. No una república parlamentaria –volver a ella desde los Soviets de
diputados obreros sería un paso atrás-, sino una república de los Soviets de
diputados obreros, braceros y campesinos en todo el país, de abajo arriba.
Supresión de la policía, del ejército y de la burocracia. Es decir, sustitución
del ejército permanente con el armamento general del pueblo. La remuneración de
los funcionarios, todos ellos elegidos y amovibles en cualquier momento, no
deberá exceder del salario medio de un obrero cualificado[20].
6. En el programa agrario, trasladar el centro de gravedad a los Soviets de
diputados braceros. Confiscación de todas las tierras de los latifundistas.
Nacionalización de todas las tierras del país, de las que dispondrán los
Soviets locales de diputados braceros y campesinos. Creación de Soviets especiales
de diputados campesinos pobres (…).
7. Fusión inmediata de todos los bancos del país en un Banco Nacional
único, sometido al control de los Soviets de diputados obreros.
8. No “implantación” del socialismo como nuestra tarea inmediata, sino
pasar únicamente a la instauración inmediata del control de la producción
social y de la distribución de los productos por los Soviets de diputados
obreros.
9. Tareas del partido: a) celebración inmediata de un congreso del partido;
b) modificación del programa del partido, principalmente: 1) sobre el
imperialismo y la guerra imperialista, 2) sobre la posición ante el Estado y
nuestra reivindicación de un “Estado-Comuna”, es decir, de un Estado cuyo
prototipo dio la Comuna de París, 3) reforma del programa mínimo, ya anticuado;
c) cambio de denominación del partido. En lugar de “socialdemocracia”, cuyos
líderes oficiales han traicionado al socialismo en el mundo entero, pasándose a
la burguesía (lo mismo los “defensistas” que los vacilantes “kautskianos”),
debemos denominarnos Partido Comunista. 10. Renovación de la Internacional.
Iniciativa de constituir una Internacional revolucionaria, una Internacional
contra los socialchovinistas y contra el “centro””[21].
Eran el
programa de la revolución social. No obstante, el Comité Bolchevique de
Petrogrado las rechaza. Stalin dirá que “estas tesis no son más que un esquema
que carece de hechos”[22].
Kámenev también las rechaza públicamente en un artículo en Pravda, “en cuanto
al esquema general del camarada Lenin, nos parece inaceptable en la medida en
que parte del reconocimiento del carácter acabado[23] de
la revolución burguesa y confía en la transformación inmediata de esta en
revolución socialista. La táctica que se desprende de esta apreciación está en
profundo desacuerdo con la que los representantes de Pravda defendieron en la
conferencia panrusa de los soviets”[24].
Así, estos “líderes” bolcheviques se posicionaban contra Lenin tal y como lo
hacían los mencheviques y socialistas-revolucionarios. El líder de estos
últimos, Víctor Chernov, que al poco será ministro de Agricultura, escribirá en
Dielo Naroda (La Causa del Pueblo), el periódico de los eseristas, que “Lenin
es hombre de gran capacidad pero las condiciones anormales de la vida
clandestina han empequeñecido y embotado del modo más lamentable sus
facultades”[25].
Además de esto se empezará a decir que Lenin es un espía de la Alemania del II
Reich y a proferir amenazas de muerte en su contra. Pero Lenin no se arredra y
el 9 de abril advierte a los “líderes” bolcheviques en Pravda que está
dispuesto a la escisión ya que dice que creará “un partido comunista proletario
del que los mejores partidarios del bolchevismo ya han puesto las bases”[26]. Era todo un aviso para los komitetchiki
(hombres del comité) ya que los obreros bolcheviques sí estaban con Lenin como
van a demostrar rápidamente las dos Conferencias del Partido Bolchevique, la de
Petrogrado que se celebra del 14 al 22 de aquel mismo mes de abril, a la que asistieron
57 delegados en representación de unos 15.000 militantes, y la VII Conferencia
del POSDR, que se celebra también en Petrogrado, desde el 24 al 29 de abril, en
la que participaron 151 delegados que representaban alrededor de 80.000
militantes. Lenin abrió la VII Conferencia de la siguiente manera: “Camaradas:
Nuestra conferencia se reúne como la I Conferencia del partido proletario en
condiciones de avance no solo de la revolución rusa, sino también de la
revolución internacional (…). Al proletariado ruso le ha correspondido el gran
honor de empezar pero no debe olvidar que su movimiento y su revolución son
solamente una parte del movimiento proletario revolucionario mundial, que en
Alemania, por ejemplo, aumenta de día en día con fuerza creciente. Solo desde
este ángulo visual podemos determinar nuestras tareas. Declaro abierta la
Conferencia de Toda Rusia y ruego que se proceda a elegir la mesa”[27]. Esta Conferencia, como la anterior,
aprueba las Tesis de Lenin. Además, elige un nuevo Comité Central y Lenin es el
más votado de todos los candidatos. El Partido Bolchevique ya tenía su propia
línea política gracias a la dirección de Lenin y al apoyo de los cuadros
obreros del partido. Esto se daba en el momento en que las contradicciones
políticas de la revolución democrática se estaban agudizando.
* Dada la
extensión del texto lo adjuntamos en versión PDF para que puedan seguir
leyéndolo.
·
Texto completo: LENIN y la conquista del Poder
[1] K. Marx. F. Engels. Obras
escogidas, 2. Akal (1975), p.428.
[2] La cursiva es nuestra.
[3] La cursiva es nuestra.
[4] K. Marx. F. Engels. Obras
escogidas, 1. Akal (1975), pp.400-401.
[5] Al comenzar la Primera
Guerra Mundial San Petersburgo pasó a llamarse Petrogrado (la ciudad de Pedro)
porque el primer nombre sonaba a alemán.
[6] El calendario ruso
(juliano) iba 13 días atrasado con respecto al occidental (gregoriano). Así,
las fechas entre paréntesis indican el día correspondiente al calendario
occidental.
[7] Nicolas N. Sukhanov. La
Révolution Russe, 1917.Editions Stock (1965), p. 134.
[8] Nadiezhda
Krupskaya. Lenin. Su vida, su doctrina. Rescate (1984) PDF, p. 307.
[9] Nicolas N. Sukhanov. La
Révolution Russe, 1917.Editions Stock (1965), p. 135.
[10] E.H.
Carr. Historia de la Rusia soviética. La Revolución bolchevique (1917-1923).
Tomo I. Alianza (1972), p. 95.
[11] Lenin.
Obras Completas en 55 Tomos. Tomo 31. Progreso (1981-1988), p. 104.
[12] Alan
Woods. Bolchevismo, el camino a la revolución. Fundación Federico Engels
(2003), pp. 644-645.
[13] Nicolas N. Sukhanov. La
Révolution Russe, 1917.Editions Stock (1965), p. 142.
[14] E.H.
Carr. Historia de la Rusia soviética. La Revolución bolchevique (1917-1923).
Tomo I. Alianza (1972), p. 96.
[15] Nicolas
N. Sukhanov. La Révolution Russe, 1917.Editions Stock (1965), p. 142.
[16] Jean-Jacques
Marie. Lenin. POSI (2008), p. 146.
[17] Robert
Payne. Vida y muerte de Lenin. Destino (1965), p .282.
[18] Nadiezhda
Krupskaya. Lenin. Su vida, su doctrina. Rescate (1984) PDF, p. 309.
[19] Cursivas
en el texto original.
[20] En
el texto se dice “calificado” pero el propio contexto indica que es
“cualificado”.
[21] Lenin.
Entre dos revoluciones. Artículos y discursos de 1917. Progreso (1981), pp.
51-54.
[22] Jean-Jacques
Marie. Stalin. Palabra (2003), p. 154.
[23] Cursiva
en el texto original.
[24] Gerard
Walter. Lenin. Grijalbo (1983), p. 285.
[25] Robert
Payne. Vida y muerte de Lenin. Destino (1965), p. 283.
[26] Jean-Jacques
Marie. Stalin. Palabra (2003), p. 154.
[27] Lenin.
Obras Escogidas en 3 Tomos. Tomo 2. Akal (1975), p. 83.
Fuente: https://kaosenlared.net/__trashed-12/