lunes, 15 de enero de 2024

ENTRE EL COLAPSO DE OCCIDENTE Y LA FORTALEZA DE RUSIA: "ESTAMOS ASISTIENDO A LA CAÍDA FINAL DE OCCIDENTE”

 


January 14, 2024

 

Occidente se enfrenta al colapso y Rusia se hará más fuerte. Estamos asistiendo a la caída final de Occidente, afirmó en una entrevista con el medio hegemónico francés Le Figaro el célebre historiador y antropólogo galo Emmanuel Todd, quien ya había predicho el colapso de la URSS en la década de 1970.

Sus conclusiones se basan en tres factores: la deficiencia industrial y el declive de la educación en Estados Unidos; la desaparición del protestantismo como sistema de valores en la sociedad occidental, y el creciente poderío de Rusia a los ojos del resto del mundo.

Según el antropólogo, el nuevo posicionamiento de Moscú se está volviendo cada vez más popular en contraste con la "moralidad occidental", que a otros países les parece "una locura". Y el hecho de que la economía rusa, no solo haya resistido el impacto de las sanciones sino que además crece fortalecida, hace que el modelo ruso sea aún más atractivo.

En su opinión, lo que se dice en Occidente sobre Rusia a menudo es incorrecto: se la intenta presentar como un país en decadencia, sin darse cuenta de que se encuentra en una etapa de rápida recuperación y reconstrucción. La Federación Rusa ha decidido hace casi 20 torcer el rumbo económico y estratégico como pilares de la nueva geoeconomía.

Al mismo tiempo, es muy posible que sea la hostilidad de Occidente la que estructura y arma el sistema ruso, alimentando el patriotismo y la unidad nacional. Así, las sanciones han permitido a Rusia lanzar una política de sustitución de importaciones a gran escala, lo que dará a su economía una ventaja significativa sobre la economía de la UE, señala Todd.

La guerra no ha terminado, enfatiza Todd, pero Occidente ha salido de la ilusión de una posible victoria ucraniana. "Todavía no estaba claro para todos cuando escribí, pero hoy, después del fracaso de la contraofensiva de este verano y de la constatación de la incapacidad de Estados Unidos y los países de la OTAN para proporcionar suficientes armas a Ucrania, el Pentágono termina dándome la razón", subraya Todd.

Desde el punto de vista geoeconómico/político y teniendo en cuenta al principal socio de Ucrania, "la resistencia de la economía rusa empuja el sistema imperial estadounidense hacia el precipicio". Nadie había previsto que la economía rusa resistiría frente al "poderío económico" de la OTAN.

Hoy, la economía rusa está resistiendo y doblegado a las sanciones. Las mismas, en forma de bumerán, están agotando a la economía europea (caso paradigmático, Alemania). Si esto subsiste, "el control monetario y financiero estadounidense del mundo colapsaría, y con él la posibilidad para Estados Unidos de financiar su enorme déficit comercial a cambio de nada".

La decadencia yanky. La fortaleza rusa.

En Después del Imperio, libro publicado por Todd en 2002, ya evocaba la decadencia a largo plazo de los Estados Unidos y el regreso del poderío ruso. Desde 2002, señala el historiador francés, Estados Unidos conoce una secuencia de derrotas y repliegues. Los Estados Unidos invadieron Irak, pero salieron de allí dejando a Irán como un actor mayor en el Medio Oriente. Huyeron de Afganistán. La satelización de Ucrania por Europa y por los Estados Unidos no representó un dinamismo adicional de Occidente, sino el agotamiento de una ola lanzada alrededor de 1990, reforzada por el resentimiento anti-ruso de los polacos y de los bálticos.

La guerra se convierte en un test de la economía política, ella es la gran reveladora. La guerra nos devuelve a la economía real, nos permite comprender cuál es la verdadera riqueza de las naciones, la capacidad de producción, y por lo tanto la capacidad de guerra. Si volvemos a a las variables materiales, vemos la economía rusa. En 2014 implementamos las primeras sanciones importantes contra Rusia, pero Rusia aumenta su producción de trigo, que pasa de 40 a 90 millones de toneladas en 2020. Mientras que, gracias al neoliberalismo, la producción de trigo estadounidense, entre 1980 y 2020, pasó de 80 a 40 millones de toneladas.

Rusia también se convirtió en el primer exportador de centrales nucleares. En 2007, los estadounidenses explicaban que su adversario estratégico estaba en tal estado de delicuescencia nuclear que pronto los Estados Unidos tendrían una capacidad de primer ataque sobre una Rusia que no podría responder. Hoy en día, los rusos son en superioridad nuclear con sus misiles hipersónicos.

Rusia tiene una verdadera capacidad de adaptación.

Una de las cosas más llamativas de este conflicto, y que lo hace tan incierto, es que plantea (como cualquier guerra moderna), la cuestión del equilibrio entre tecnologías avanzadas y producción en masa.

No hay duda de que Estados Unidos dispone de ciertas tecnologías militares muy avanzadas, y que a veces han sido decisivas para los éxitos militares ucranianos. Pero cuando entramos en la duración, en una guerra de desgaste, no solo del lado de los recursos humanos, sino también materiales, la capacidad de continuar depende de la industria de producción de armas de menor gama.

Y encontramos, volviendo por la ventana, la cuestión de la globalización y el problema fundamental de los occidentales: hemos reubicado tal proporción de nuestras actividades industriales que no sabemos si nuestra producción bélica puede seguir.

El problema está admitido. CNN, el New York Times y el Pentágono se preguntan si Estados Unidos logrará relanzar las líneas de producción de tal o cual tipo de misil. Pero no sabemos tampoco si los rusos son capaces de seguir el ritmo de tal conflicto. El resultado y la solución de la guerra dependerán de la capacidad de ambos sistemas para producir armamento.

Fuentes: Irinamar_Z/Le Figaro/Polítika/

https://telegra.ph/Entre-el-colapso-de-Occidente-y-la-fortaleza-de-Rusia-01-14

 

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