viernes, 14 de mayo de 2010

POR QUÉ INDIVIDUALISMO



SOCIALISMO PERUANO

POR QUÉ INDIVIDUALISMO

I
El Frente Unido FU tiene internamente una resistencia que vencer y una alternativa que desarrollar, la resistencia del individualismo y la alternativa de la solidaridad. Estas fuerzas pugnan en el seno del FU. Una paraliza, otra moviliza. Por eso es necesario conocer lo que paraliza para luego poder desarrollar lo que moviliza.
El individualismo en lo ideológico se expresa en liberalismo. Pero libertad-igualdad-fraternidad fue el grito de batalla de la burguesía en ascenso. Libertad ante el absolutismo feudal, igualdad en el mercado y concurrencia, fraternidad de propietarios ante trabajadores. Sin embargo, este liberalismo ha caducado ante la realidad del neoliberalismo y la solidaridad de los trabajadores. Del liberalismo sólo queda el concepto filosófico de libertad como conciencia de la necesidad. En nuestro caso, la necesidad del cambio social, que impulsa a la acción más libre, enérgica y vehemente. La libertad de la “torre de marfil”, del “pedestal de cristal” no es sino libertad del individualismo huachafo, minusválido cursi y ramplón, que pulula en los debates en torno al FU. Y bien se sabe que sea en su torre de marfil, sea en su pedestal de cristal, marfileños y cristalinos dos parecen y uno son.
El individualismo en lo teórico se expresa en dogmatismo. Dogmatismo de conversos de última hora, que parten en todo caso del superficial conocimiento libresco y no de la solidaria práctica social. Un ejemplo típico fue oponer la táctica contingente de la autodeterminación nacional a la teoría de la formación nacional, que parte de nuestra propia realidad profunda, no del análisis de una nación ya formada sino de una nación en proceso de formación. Así, el dogmatismo no une ni moviliza sino desune y paraliza el FU.
El individualismo en lo político se expresa en anarquismo. Bien se sabe que el anarquismo no es sino la extrema izquierda del liberalismo, exasperación y degeneración del viejo liberalismo. No sólo rechaza la organización partidaria selecta compacta y eficaz sino rechaza aún más la organización frenteunitaria amplia masiva y combativa. Separa como antípodas libertad y disciplina, democracia y centralización. Es incapaz de elaborar, debatir, aprobar, actuar no sólo un programa prospectivo sino aún más un programa reivindicativo de FU. El único anarquista que fue capaz de presentar a debate un programa fue Lino Urquieta, reivindicado por JCM y Miguel Ángel Urquieta hijo.
El individualismo en lo orgánico social se expresa en democratismo. Este democratismo es simple careta del liberalismo, dogmatismo, anarquismo. Aparentemente rechaza la democracia representativa liberal; pero al partir de una inexistente democracia abstracta, en verdad rechaza la democracia participativa del pueblo trabajador, que se forja en el FU y se basa en solidaridad y disciplina.
Así, en todo tiempo y lugar liberalismo, dogmatismo, anarquismo, democratismo no son sino aristas del individualismo. En su Rectificación de las Ideas Erróneas (Citas), Mao Zedong tiene enseñanzas muy actuales al respecto.

II
JCM nos legó tres mensajes. Por fin ha quedado como base de la actividad militante su Creación Heroica del Socialismo Peruano, centro de nuestra Base de Unidad Partidaria. Pero costó ocho décadas y un drástico corte del nudo gordiano para lograrlo. Estamos ahora en cómo entender su segundo mensaje: el primer gran partido de masas y de ideas de toda nuestra historia republicana. Y ya se percibe que se requerirá de otro corte similar para lograrlo, pues hay quienes se oponen “defendiendo” la literatura internacional y menospreciando como siempre la nuestra, la de nuestra Creación Heroica. Es que es tarea de gigantes y para gigantes. “De toda nuestra historia republicana” significa ahora dos siglos, nada menos. Si mentalizamos esta perspectiva, convertiremos rocas en guijarros; si no, quedaremos marginados en el camino, convertidos nosotros mismos en guijarros. Y otros lo lograrán, pues es de imperiosas necesidad lograrlo.
El tercer mensaje es: “No puede haber renovación sino sobre la base de grandes principios. Trabajen mucho. Fue lo que él mismo hizo y lo que hace o debe hacer todo militante, generación tras generación. De la IG , IIG, IIIG no muchos llegaron hasta el final. Si se hiciera una lista de 100 por cada tarea generacional, ¿cuántos dejaron hasta la vida en el camino?, ¿cuántos persistieron hasta el final?, ¿cuántos sólo fueron piedras en el camino? ¿Cuántos adultos mayores perseveran aún en el Socialismo Peruano? Y, ¿cuántos del relevo participan del debate actual exponiendo sus propias opiniones?
El derrotero del Socialismo Peruano no se ha podido lograr sin solidaridad. Pero, ¿por qué no es tarea fácil la unidad? En nuestro caso, básicamente por la dualidad histórica de nuestra formación nacional. Nuestra mayoría precolombina es minoritaria en el panorama político. Por eso medran dos nacionalismos, nacionalismo burgués y nacionalismo proletario. El primero es hábilmente manipulado hasta ahora por la sociología burguesa (y más en cada proceso electoral) El segundo fue despreciado por la sociología marxista, por el internacionalismo antinacionalista de meros repetidores de consignas ajenas a nuestra realidad. Por eso, tarea urgente es poner nuevamente en primer plano el nacionalismo que propugna el Socialismo Peruano, nuestro Perú Integral (con costeños, andinos, amazónicos como base) Y esta exigencia se refleja en nuestro entorno.
Esta falta de unidad se expresa en individualismo. La solidaridad del luchador de ancestro precolombino (ayni, llank’ay, minga) está desapareciendo poco a poco. La solidaridad del obrero (agrícola, industrial, de servicios) también está desapareciendo ante la desindustrialización e informalidad laboral (donde es muy claro que trabajo decente apenas es trabajo chatarra). La incipiente solidaridad del mipyme ante la gran industria transnacional ni siquiera puede concretizarse. Y menos se puede lograr la solidaridad con el tradicional “intelectual de universidad de cenáculo y de café”.
Algo que nos debería llamar la atención es por qué los escritos de JCM al respecto tienen tanta vigencia. Es que las pugnas internas de entonces tienen similitud con las pugnas internas subsiguientes y de ahora; si no, las citas no servirían tan bien. Y es que las cualidades del pueblo peruano no han cambiado, ¡pero sus defectos tampoco!
Nuestra Posición, ahora que ya no es “documento oculto” resulta que no tiene valor. Normativa Frenteunitaria, sigue archivada aguardando ambiente propicio. ¿Y respecto al Plan Quinquenal?; pues, es dejado de lado por el inmediatismo, ¡Pero no faltan quienes quieren comenzar ab ovo!, haciendo “borrón y cuenta nueva” de sus propias actitudes.

III
El individualismo, pues, tiene hondas raíces en nuestro medio. Por eso deberíamos desempolvar antiguas caracterizaciones acerca del individuo, ya que no somos ni más ni menos sino simplemente diferentes. Estas diferencias, entre otras razones, se deben también al temperamento de cada cual: sanguíneo, flemático, bilioso, nervioso. Es cierto que la medicina moderna ha logrado reclasificaciones con las que se puede caracterizar con mejor precisión los diferentes grupos biológicos en que puede ser ubicado el ser humano, pero estos tradicionales cuatro tipos pueden ofrecer una guía hasta fácil y general.
Por temperamento se entendía el conjunto de características físicas y síquicas de cada individuo. El conjunto de los cuatro humores básicos del organismo (sangre, flema o linfa, bilis negra, bilis amarilla), en su correcta proporción originaba un individuo normal. El predominio de uno sobre los demás determinaba los cuatro temperamentos básicos: sanguíneo, flemático, bilioso, nervioso (respondón, ni chicha ni limonada, buscapleitos, quejoso, otros apelativos de nuestra expresión popular)
El temperamento sanguíneo es propenso a emociones violentas, sentimientos de odio, rencor, venganza. El temperamento flemático es de acción lenta, pausada, tantea el terreno que pisa, no se exalta, no se precipita, no se arrebata. El temperamento bilioso es malévolo, envidioso, goza con la desgracia ajena. El temperamento nervioso es falto de equilibrio, propenso a reacciones rápidas, a asociar ideas, con poca memoria visual y auditiva, hipersensible,
Ahora la biotipología plantea el temperamento pícnico, atlético, asténico, el conjunto displástico. Pero sea una u otra caracterización, siempre hay que tener en cuenta no sólo el aspecto biológico sino el aspecto social, que en la sociedad de clases se expresa en interés de clase y conciencia de clase. Lo que importa es conocer y poder elevarse al nivel de conciencia de clase, porque cuando las condiciones objetivas maduran “la conciencia se adquiere, la organización se logra, la dirección surge y la revolución se produce”, como bien señala la Segunda Declaración de La Habana.
Para poner un ejemplo, durante la Gran Conmemoración , 07.10.08, cada activista tuvo comportamiento conocido. ¿Qué temperamento mostró cada cual? Y ¿qué temperamento sacamos a relucir en cada roce, encontrón, debate, polémica? Si nos basamos en el respeto mutuo, el temperamento de cada cual no debería ser obstáculo para la unidad en puntos comunes. Sabemos que “genio y figura, hasta la sepultura”

IV
En su evolución la humanidad ha pasado, después de más de un millón de años de sociedad sin clases, a la sociedad de clases que no tiene más de diez mil años de antigüedad. Cuando un sistema social se agota y decae, se exacerba el individualismo. Este individualismo se expresa ahora entre nosotros entre las clases, capas y grupos sociales que forman el FU. Así, la base social del individualismo dentro del FU son aquellos activistas que se acercan: profesionales, estudiantes, empleados, independientes, trabajadores que caen en el desempleo, subempleo, informalidad ante la crisis general y generalizada del sistema. La desesperación los acerca al FU, pero poniendo por delante su situación personal y no la situación general del país.
Aunque se sabe con Lenin que “la organización decuplica las fuerzas”, lo más difícil de construir la organización para el objetivo concreto, precisamente por la primacía del factor humano, que siempre porta su sello biológico y su sello de clase. Es sabido que el FU a nadie discrimina y no propugna ningún confusionismo ideológico. Sólo propugna la unidad combativa ante un problema concreto plasmado en un programa reivindicativo que parta de la realidad profunda, no de la realidad superficial oficial.
Los trabajadores jamás pueden olvidar que mientras no son sino una masa inorgánica, una muchedumbre dispersa, son incapaces de decidir su rumbo histórico.
Por eso, ahora más que nunca es necesario el Frente Unido Y para ello es necesario enfrentar y resolver el dilema individualismo-solidaridad.
Ragarro
13.05.10

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