miércoles, 17 de noviembre de 2010

ELECCIONES 2011: JAVIER DIEZ CANSECO

Elecciones 2011

El 10 abril del 2011 culminará una nueva versión de la carrera por el sillón de Pizarro. Castañeda, Toledo, Keiko, Mercedes, Kuczynski, Ollanta, entre otros correcaminos, se alistan en el partidor.

Estas elecciones a todas luces se vislumbran como una de las más encarnizadas de las últimas décadas. Fuertes rumores en la trastienda de Castañeda señalan como asesor de Campaña al “rey de la propaganda negra”. Juan José Rendón es un súbdito rebelde de Hugo Chávez. JJ Rendón es un especialista en destruir adversarios para posicionar al patrón de turno. En su currículo sólo tiene como mancha haber perdido dos de las 22 campañas en las que ha metido sus narices. Los mexicanos lo conocen muy bien. El periodista Ramón Betancourt sindica a Rendón de ser “el rey de la propaganda negra, de la desinformación, del rumor como arma de propaganda política de desprestigio para aniquilar a los contrincantes de oposición y del mismo partido político”, en una frase, “como el nuevo Goebbels del nazismo moderno”. Como vemos, el panorama electoral se va calentando poco a poco; y, el mudo se trae “gallos” de tapada para maquillar sus limitaciones.

El diario La República del día 15 publica un artículo, de Javier Diez Canseco, llamando la atención de los lectores sobre un “extraño muy extraño” fenómeno. Todos los partidos y sus candidatos se autoubican al centro de históricas tendencias: derecha e izquierda. Nadie quiere ser conservador, todos desean aparecer como reformistas. La derecha “prácticamente” a desaparecido, y no precisamente porque sus aspiraciones y filiaciones políticas se hayan desvanecido del escenario político. Hoy, simplemente, nadie quiere ser derecha porque a nadie le conviene presentarse como conservador. Con la izquierda ocurre algo semejante, todos tienden hacia el pantano, es decir, el centro. Si la derecha tiene más de cinco candidatos en competencia. La izquierda histórica está técnicamente fuera de combate. Ollanta en las elecciones pasadas mostró sus falencias al punto que mejor candidato era su vicepresidente. En la actualidad no existe un personaje que llene el vacío del líder histórico de la izquierda demoliberal en el Perú.

¿Y la fuerza laboral? Se preguntarán nuestros lectores. ¿Estará destinada en éstas elecciones a servir de furgón de cola de los partidos de los explotadores? Mientras los trabajadores de las cuatro regiones naturales de Perú no logren articular sus fuerzas en una tendencia clara y definida, seguirán nuevamente apostando por uno u otro lobo disfrazado de cordero.

Tacna, 17 Noviembre del 2010
EBM



¿Todos son centro?
La República, Lun, 15/11/2010 - 05:00
Por Javier Diez Canseco

La reunión de la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE), en Urubamba, ha mostrado claramente que, a las puertas de las elecciones 2011, las derechas buscan presentarse como fuerzas de centro. Los que representan a quienes concentran el poder y la gran propiedad juegan a mostrarse como redistribuidores de la riqueza, cuando han sido agentes de la concentración de la riqueza, de la exclusión de las mayorías y de los privilegios de las grandes corporaciones.

Así, desde la ex titular del MEF y candidata del Apra, Mercedes Aráoz, que no tocó un pelo del gran capital minero que tiene exorbitantes ganancias y abandonó el mercado peruano a su suerte con los TLC, hasta Alejandro Toledo, que confirmó el continuismo de un modelo económico que genera crecimiento, pero no progreso ni mejores condiciones para las amplias mayorías, ahora el tema es la “redistribución, la equidad”, la mejora de condiciones de vida de la gente que no ha recibido beneficios de un crecimiento excluyente. Juegan a ser, como García el 2006, figuras de un “cambio responsable” que terminó como responsable de que no haya cambio. Incluyendo a Castañeda, juegan al “centro”.

Keiko Fujimori insiste en el modelo de su padre y en crear condiciones para su indulto o amnistía. Y sólo Humala, que tuvo una reunión previa con pequeños y medianos productores y emprendedores en el Cusco, propuso redefinir aspectos de un modelo económico inequitativo, orientado a la exportación de materias primas y que deja a la deriva no solo los derechos de los trabajadores del campo y la ciudad, sino a los empresarios y productores nacionales y a quienes conforman el mercado interno que debería potenciarse.

No escucharon las objeciones que trajo un “gurú” como Porter, dirigido a llamar la atención sobre las debilidades del modelo y bajarle la llanta a quienes corren a un mensaje triunfalista y pretenden intocable la política imperante. El reputado analista norteamericano resaltó las inequidades y los altos niveles de pobreza vigentes. Reafirmó que la productividad nacional solo crecerá si se mejora la calidad de los factores que intervienen en el proceso productivo, entre los que resalta la mano de obra, los trabajadores, su nivel y calidad de vida, su nivel de formación y sus capacidades. Ello implica redistribución de riqueza y otro nivel de participación en la torta del ingreso nacional.

Pero tampoco puede obviarse que si en el mundo de hoy la crisis de los países capitalistas centrales ha menguado es por las llamadas economías emergentes, el BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Estos no se concentraron en la exportación de materias primas ni en la economía especulativa, sino en fortalecer su opción por una economía productiva e industrial, por el desarrollo de ciencia y tecnología, y por el fortalecimiento y la ampliación de sus mercados internos, impulsando un creciente nivel de consumo de su población. Esto es viable con una economía que redistribuye, pero también que protege y defiende los mercados internos, la transformación de los recursos naturales y la industrialización. Nada que ver con aquello a lo que juega el modelo neoliberal peruano, que ni siquiera valora los procesos de integración y la importancia de potenciar el comercio intrarregional y el impulso a fortalecer la plataforma regional, con Brasil a la cabeza, que nos daría otra presencia y capacidad de negociación en el mundo globalizado.

Los que se presentan sensibles a la injusticia social y a la mejora de las condiciones de vida de las mayorías son los que han conducido e implementado este “milagro peruano” en el que la economía crece, pero la reprobación presidencial también, evidenciando un crecimiento sin redistribución. Ellos, voceros del gran núcleo del poder que se articula en la Sociedad de Minería, no harán cambio alguno. Quien quiera hacerlo tendrá que tener claro que de ese cuero saldrán las correas y que si se sigue manteniéndolos intocables, pues no habrá los recursos necesarios para que crecimiento implique progreso y bienestar para las mayorías.