martes, 11 de noviembre de 2014

FRENTE UNIDO, PARA QUÉ



En 1990 fue elegido presidente del país el súbdito nipón, en elecciones fríamente manipuladas por la clase dominante y su asesor la OEA. Se le hizo declarar al candidato rival que implantaría el shock económico, mientras el candidato escogido declaraba su “no shock” y ganaba así las simpatías del elector. Pero fue lo primero que hizo apenas posesionarse del cargo.

La “izquierda democrática” resultó minusválida. Y ahora se comprueba que el terror senderista fue también fríamente manipulado por los servicios de inteligencia nacional y extranjero (DINCOTE-CIA) Entre dos fuegos, el pueblo trabajador quedó desconcertado, paralizado, anonadado, y hasta aceptó al súbdito nipón como su nuevo “salvador” Esta fría manipulación es una severa y amarga lección para todo pueblo trabajador, y sobre todo para su intelectualidad.

De 1990 al presente, de la inflación de cinco o más dígitos que dejó el gobierno anterior y que vació el bolsillo del pueblo trabajador, se pasó a la subasta de empresas y bienes públicos. La corrupción en estas operaciones no es sino la comisión, la propina, la coima que reciben los testaferros de turno, comparada con el negociado transnacional. Privatización no es sino transnacionalización, fríamente impuesta por el binomio de oro transnacional FMI-BMD, el mismo que prohíbe que el dinero de la privatización pueda ser invertido en la industrialización del país.

De 1990 al presente, el cierre del Parlamento, la nueva Constitución, el aniquilamiento de la subversión, sólo muestran que siempre hay dos constituciones: la Constitución del Fuero civil y la Constitución del Fuero privativo; una para su difusión en escuelas y universidades, otra para su aplicación en la vida diaria. La violación sistemática de la Constitución oficial, la impunidad del terror de Estado no sólo ha servido para “quitarle el agua al pez” de la subversión sino para perpetrar sistemático genocidio contra la población civil, contra el movimiento político social criminalizando toda protesta popular. Y si antes el pretexto era la lucha “contra el comunismo y el oro de Moscú”, ahora lo es la lucha “contra el terrorismo y el oro del narcotráfico” Pero para nadie es secreto el terror de Estado y el narcotráfico de Estado, que ni la prensa oficial puede silenciar o minimizar.

Este panorama exige el replanteamiento de las formas de organización y de lucha del pueblo trabajador. Para ello hay que precisar básicamente qué es Estado y qué es República, qué es Partido y qué es Frente, qué es oposición protestataria y qué es oposición contestataria.

El Estado es el órgano de la clase dominante. Y toda clase dominante cumple doble función: función de dominio y función de servicio. Mientras la función de servicio conduce al país por el crecimiento económico, desarrollo social, progreso humano, la función de domino recibirá tolerancia, aceptación y apoyo mayoritario. Y sólo es posible la oposición protestataria para “normalizar” las relaciones gobernante-gobernado mediante el obsoleto esquema gobierno-oposición.

Esta oposición protestataria es tolerada y hasta inventada en el sistema republicano. Pero la República expresa la soberanía, ya no del soberano sino del pueblo. Y así como dictadura es sinónimo de Estado, democracia es sinónimo de república. Y la crisis de la democracia (representativa) es sinónimo de la crisis de la república (parlamentaria) Ambas expresan la crisis general del sistema dominante en su función de servicio. A la clase dominante sólo le resta su función de dominio parasitario rentista. Su desahucio es una necesidad histórica. Y ningún terror podrá impedirlo.

Desde 1990 esta clase dominante parasitaria ha implantado a sangre y fuego la desregulación económica (libre mercado de productos) y la flexibilización laboral (libre mercado de trabajadores) Para el sistema dominante la fuerza de trabajo es una mercancía más, pero es la única que le produce plusvalía, ganancia. Desaparece la fuerza de trabajo, desaparece la plusvalía, la ganancia. La globalización no es otra cosa que la crisis terminal del sistema en el mundo entero, por descalificación y marginación del ser humano como fuerza de trabajo al servicio del sistema dominante. Pero siempre el ser humano será la principal fuerza productiva, e irremplazable en la sociedad humana.

El país se paraliza por la desagrarización, desindustrialización, informalización (desempleo, subempleo, descalificación laboral) Y si antes había un Plan de Desarrollo así fuera en el papel, ahora sólo hay promesas de “generar empleo” primero con las pyme y ahora con las mipyme (micro-pequeña-mediana empresa, donde el trabajador recibe incluso menos que el salario mínimo oficial) El país está excluido de la gran industria, de la gran empresa (incluso el sistema financiero apenas es mediana empresa encadenada al sistema financiero transnacional)

En este capitalismo marginal la clase dominante sólo tiene el sentido de la renta parasitaria, no de la producción industrial. Por eso la corrupción es su medio natural, porque es ajena a la creación de plusvalía, de ganancia mediante la industrialización del país. Sólo aspira al dinero fácil, a la ganancia fortuita de jugador, de tahúr, de comisionista. Y si internamente se muestra como déspota represor es porque externamente apenas es lacaya fiel de la potencia dominante de turno.

El resultado es que el pueblo trabajador apenas sobrevive, y la clase dominante apenas aspira a gobernar un Estado más de la Unión, vía ALCA. La dolarización del país es su paso previo.

Por eso los partidos están en crisis, sean de derecha (conservadores), sean de izquierda (reformadores) El partido de reforma social actuaba en un “Estado de bienestar social”, y sólo aspiraba a ser un partido sindical, un partido parlamentario, un partido ministerial. Este apellido ha sido archivado por el neoliberalismo y la globalización. En su reemplazo difunde otro apellido, el “Estado social de derecho”  Pero no hay Estado sin derecho; todo Estado es de derecho. Así, “Estado de derecho” es apenas una tautología, una “repetición de la repetidera” para uso y consumo tercermundista de la oposición protestataria en su anacrónica función de “normalizar” las relaciones gobernante-gobernado, ligada al obsoleto mecanismo gobierno-oposición.

Por eso queda sin objeto todo partido de reforma social. Y por eso la crisis de los partidos de “izquierda democrática” es una crisis de identidad, una crisis de objetivo. Esta crisis se expresa hasta en la confusión entre Partido y Frente. Respecto al Frente, pululan términos como Acción, Agrupación, Alianza, Asociación, Bloque, Centro, Coalición, Colectivo, Comisión, Comité, Comunidad, Coordinadora, Corriente, Gremio, Grupo, Junta, Liga, Movimiento, Organización, Sociedad, Unión, y tantos más. Para ejemplo concreto están organizaciones como Acción Popular (belaundista), Alianza Popular (hayista), Movimiento Revolucionario (tupacamarista), Unión Nacional (revolucionaria)

Pero el Partido es organización de clase, mientras el Frente es organización de clases. Un partido policlasista o un frente polipartidista sólo existen en función del sistema dominante. Los conocidos Acción Popular y Alianza Popular son clara muestra de ello.

El Partido de clase es expresión ideológico-teórica (necesariamente minoritario y con relaciones estrictamente disciplinadas) El Frente de clases es expresión ideológico-política (necesariamente mayoritario y con relaciones flexiblemente descentralizadas)  Y si el objetivo del Partido de clase es un nuevo Estado, el objetivo del Frente de clases es una nueva República. Dada la situación actual de aplastamiento de la forma superior de lucha, la tarea del momento es la movilización por una nueva República, mediante la oposición contestataria que exprese un nuevo derecho, un nuevo municipio, una nueva democracia. Así se diferenciará de la oposición protestataria hasta ahora en uso.

El derecho al trabajo emancipado es al trabajador lo que el derecho a la propiedad privada es al sistema dominante. Pero el derecho al trabajo no sólo expresa la lucha por la jornada laboral, el salario digno, la seguridad social. No sólo expresa la lucha por la distribución de lo producido (ya casi nada queda por distribuir) Primordialmente expresa la lucha por la dirección de la producción (está todo por producir) Por eso el derecho al trabajo es la base del nuevo derecho.

El pueblo peruano ha demostrado a lo largo de su milenaria historia lo que es capaz de hacer por cuenta propia, de costa a sierra y selva, de norte a centro y sur del país. Contra lo que difunde la posición oficial, siempre se ha caracterizado por ser pueblo trabajador, solidario, digno, disciplinado, creativo. Es creativo porque es laborioso, es disciplinado porque es solidario. Por eso es un pueblo que expresa su dignidad en su permanente lucha por un Perú nuevo dentro del mundo nuevo. Y en el Perú el socialismo está presente desde su más antigua tradición.

Por eso, dado el aberrante desempleo, subempleo, descalificación laboral, el derecho al trabajo es el primer gran reto del pueblo trabajador.

El nuevo municipio expresa el derecho a la vida digna, material y espiritual, física e intelectual. Por eso, la elección popular de alcaldes (concejales, regidores, ediles), reimplantada hace dos décadas, es el segundo gran reto del pueblo trabajador. Lograr paso a paso un 5, 10, 15, 20 % y más, de la representación municipal, es mostrar el nacimiento, crecimiento, potencialidad de la soberanía popular de la nueva República. De la progresión cuantitativa surge el cambio cualitativo, la conciencia de la necesidad del cambio social. Menospreciar la elección municipal por la elección regional, parlamentaria, presidencial de la vieja República (parlamentaria) es menospreciar la naciente representación de la soberanía popular. Es seguir con la oposición protestataria.

La elección municipal es, pues, el talón de Aquiles del sistema dominante. Y a su vez es la piedra de toque para la organización político social del pueblo trabajador. Los gobiernos municipales, reunidos formarán la Asamblea Popular. Y esta Asamblea Popular de la democracia participativa (nueva República) hace innecesario por obsoleto y anacrónico el Parlamento Nacional de la democracia representativa (vieja República)  La elección municipal es la vía que conduce de la legalidad a la legitimidad del Cambio Social.

La nueva democracia (participativa) es expresión de una nueva República pluriétnica, solidaria, próspera, democrática. Luchar por una nueva República es luchar por un Perú nuevo en el mundo nuevo, por el Cambio Social. Por eso, el derecho al cambio social es el tercer gran reto del pueblo trabajador.

Este nuevo derecho (al trabajo emancipado, a la vida digna, al cambio social) es inalienable e imprescriptible. La crisis general del sistema dominante lleva al país a su desaparición como nación independiente, como país independiente, como Estado independiente. Corresponde al pueblo trabajador reivindicar su propia identidad nacional, su propia República, su propio Estado. Y éste es un problema de dignidad cívica, de dignidad nacional, de dignidad humana.

El primer Cambio Social (derrocamiento del colonialismo) se logró con la Independencia del país. El segundo Cambio Social (liberación de sus fuerzas productivas) se logra con el establecimiento de una nueva República (unitaria) y de una nueva Democracia (participativa) Éste es un trabajo político social. Por eso, es deber de todo ciudadano consciente contribuir a la formación del Frente Unido del pueblo trabajador, enarbolando el nuevo derecho, luchando por un nuevo municipio y teniendo como objetivo el establecimiento de una nueva República.

Durante todo el siglo pasado se difundieron las consignas de nueva Libertad y de nueva Democracia. Sin embargo, estas consignas no tenían un basamento concreto, y así terminaron como consignas de la “izquierda democrática” de la oposición protestataria y dentro del obsoleto esquema gobierno-oposición. Ante la crisis general y generalizada del país y del mundo entero, expresada en la crisis de la democracia (representativa) y de la República (parlamentaria), nueva Libertad, nueva Democracia sólo pueden ser comprendidas como parte de la lucha por una nueva República (unitaria) y de una nueva democracia (participativa)

El Frente Unido, por ser político social tiene que enfrentar la criminalización de la protesta popular. Tiene que enfrentar el fraude electoral sistemático (que incluye ahora el fraude informático), convirtiendo el sufragio universal “de medio de engaño en instrumento de emancipación” Y tiene que enfrentar el pensamiento único de la reacción, que monotemáticamente califica de “narcoterroristas” a todo luchador y organización que promueven el Cambio Social.

En su tiempo los próceres de la Independencia, los soldados del Ejército Libertador, San Martín, Bolívar, Castilla y otros héroes fueron calificados de bandoleros, bandidos, asesinos, traidores al servicio de potencias extranjeras. Hoy los recordamos en monumentos, en plazas conmemorativas, en las páginas de historia patria.

Entonces, Frente Unido para el Cambio Social. Frente Unido por un Nuevo Derecho, Frente Unido por un Nuevo Municipio, Frente Unido por una Nueva República. Ésta es la identidad y objetivo para un Frente Unido del pueblo trabajador, para un Frente Político, para un Frente Social, capaz de unir todas las fuerzas unibles que ahora activan separadas en el panorama político social nacional a lo largo y ancho del país. La propia realidad impone la coexistencia, la colaboración, la coordinación de todas estas fuerzas. Así se hará realidad el deseo común de unidad frente al enemigo común.

Ramón García R. / 09.12.03

Nota.- Este artículo hacía un balance de la última década del pasado siglo XX. A la fecha, bien puede ser un balance de la primera década del presente sigo XXI. Pero ahora, la bancarrota de la izquierda protestataria y del nacionalismo étnico está a la vista de prácticamente todo el pueblo trabajador, ante las vergonzosas recientes elecciones.

En los países de Nuestra América Nativa surgen nuevos términos. Frente Amplio es uno de ellos, que reemplaza a Frente Unido, sin darle contenido alguno aunque es evidente que está bajo la dirección de la izquierda protestataria.

Por otra parte, se precisa el término Socialismo. Así el socialismo proletario, socialismo marxista, socialismo ciencia, se difunde ya como Socialismo Humanista (que corresponde a homo sum, humani nihil a me alienum puto = hombre soy, y nada de lo humano me es ajeno, y que JCM lo difundiera como “todo lo humano es nuestro”)

Son principales características del Humanismo: antropocentrismo, fe en el hombre contemporáneo, fe en sus valores como la razón humana, separación de moral y economía, optimismo frente a pesimismo, bien vivir con buen gobierno.

Ahora más que nunca se impone el coexistir-convivir-colaborar-concertar. Entre nosotros, esto sólo lo puede lograr el Socialismo Humanista Peruano. Por eso,

¡HAY, HERMANOS, MUCHÍSIMO QUÉ HACER!

Ragarro
11.11.14


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