miércoles, 26 de noviembre de 2014

¿PERO DE CUÁL CLOACA?










Estimados amigos:

Mucha agua ha corrido en estas semanas, inclusive las cloacas ya nacidas también han corrido en boca de nuestros políticos. Lamentablemente esto último ha sido enojoso, no solo contra la estética de nuestro idioma llena de sinónimos, sino también por la confusión y el respeto que se merecen entre los políticos peruanos.

No he encontrado ninguna apreciación de los medios de comunicación, que a mi parecer enfoquen el punto de cómo y cuándo se debe emplear adjetivos o nombres con que se designan unos y otros políticos rivales que, en este caso nos estamos refiriendo a lo que más significa la palabra “cloaca” y aunque a algunos no le guste, dan una idea de cierto futuro próximo al cual los políticos inevitablemente tienen que enfrentar. Sin embargo, me parece un buen artículo el publicado el viernes 21 del presente, en el diario “La República”, por parte de su editor principal don Mirko Lauer, denominado “¿Pero de cuál cloaca?”.

Los políticos no parecen ni brutos ni despistados, sus exabruptos, si cabe el término, no es tal, recoge sus íntimas sensaciones de pelear a nivel político con su rival. Lo dicho por OHT sobre el fujimorismo, no lo hace porque es un bruto astuto, es una acción de enfrentamiento duro contra su rival. Pensemos con calma, Humala, a pesar de ser político, sigue siendo ante todo un militar que, tiene mal o bien una estrategia de combate, para derrotar al enemigo.

Lamentablemente, en el Perú hay personas honorables, inclusive conocedoras de todo este teje y manejes del Perú, donde se encuentra la variable del militar metido en política, parece que no entendemos a los militares, porque no lo somos, así como no podemos entender a un filósofo que nos habla de Parmenides, o de un físico destacado de la NASA.

Acostumbrémonos a saber y entender, comprendiendo a quienes no sólo son nuestros contemporáneos, sino también nuestros coetáneos, con los cuales hemos tenido relaciones y formaciones semejantes, por ejemplo en la carrera militar o en la carrera de economía, derecho o simplemente con quienes trabajamos administrativamente en la administración del Estado, o en otra actividad privada de ser empleado, funcionario, gerente o dueño del negocio, con los cuales nos vemos todos los días, o nos hemos visto antes, y sabemos cuales son sus reacciones.

Atentamente,
Fernando Arce Meza


¿PERO DE CUÁL CLOACA?

Mirko Lauer
Diario “La República”, 21 de noviembre de 2014

La frase de Ollanta Humala sobre un fujimorismo surgido de la cloaca es poco elegante en boca de un presidente. Aparece como una versión más cruda de la que lanzó hace poco Mario Vargas Llosa sobre la candidata Keiko Fujimori. En ambas el pasado del fujimorismo aparece como un asunto no resuelto, a pesar de los esfuerzos de Fuerza Popular.

Es evidente que Humala está irritado por la campaña que busca asociarlo con el prófugo Martín Belaunde, y que la frase es una suerte de grito del alma. Un sentimiento contenido por años, que tarde o temprano iba a salírsele. Pero no descartemos que esta escalada verbal de Humala también haya surgido de un cálculo político.

Un importante activo del fujimorismo ha sido su capacidad para mantener su prehistoria de los años 90 como una realidad separada de su actuación en el retorno de la democracia con el nuevo siglo. Primero logró separar a Vladimiro Montesinos de Alberto Fujimori. Luego logró separar a la hija Keiko del lado oscuro del gobierno de Fujimori.

Estas separaciones bastaron para llevar a la candidata del fujimorismo al borde de la victoria en el 2011. Pero no han bastado para disipar un sentimiento antifujimorista mayoritario en la población. Quien logre aglutinar ese sentimiento en el 2016 tendrá muy buenas posibilidades de ganar. Para eso habría que comenzar desde temprano.

Nótese que a estas alturas no hay muchos precandidatos antifujimoristas de peso en la competencia. El PPC, Perú posible o la izquierda tienen la actitud, pero no el peso, ni el candidato. El nacionalismo tiene más recursos para asumir con éxito el cetro antifujimorista, pero eso supone línea y decisión políticas, y un candidato.

Para Humala un perfil antifujimorista duro podría tener varios beneficios. Le mostraría a su gente que hay futuro electoral en el partido. Rápidamente lo pintaría ante sus seguidores como víctima de una conspiración antidemocrática. Cosecharía el tipo de aprobación que ahora está en manos de antifujimoristas indecisos, como PPK.

El problema es que estas y otras tareas similares no pueden estar en manos del presidente. El tono de su frase sobre los orígenes del fujimorismo pone en evidencia que otros nacionalistas no lo están asumiendo. En la guerra de acusaciones y gritos que hoy se llama el Congreso, el nacionalismo está en clara desventaja.

En cierto modo Humala con su frase está sustituyendo por el momento al candidato que todavía no tiene. Viene a la mente aquella otra frase acerca de hacer de tripas corazón. Pero en esto de bajarle el moño al rival, mejor ser metódico y persistente, que dramático y esporádico, más allá de que la frase presidencial sea cierta o no.

No hay comentarios: