jueves, 15 de agosto de 2019

IMPOSIBLE DIALOGAR CON OBSTINADOS QUE NO SABEN PERDER



Algunos creen todavía que cabe un diálogo entre el ejecutivo y la mayoría parlamentaria fujimorista y sus aliados, incluidos los apristas, el inesperado “grupo cambio 21”, los topos infiltrados en todos los grupos parlamentarios y el grupo “acción republicana” de Pedro Olaechea, recién elegido presidente del congreso. El pedido de diálogo corresponde a los casos del defensor del pueblo, del presidente del poder judicial y del presidente del tribunal constitucional; asimismo, a quienes no ven esa necesidad de diálogo como algunos constitucionalistas como Domingo García Belaúnde y Natale Amprimo, en razón de ser recalcitrantes en calificar al presidente Vizcarra de que su proyecto de adelanto de las elecciones es inconstitucional.
Llegar a un consenso parece improbable por la conducta que hacen gala los congresistas que han elegido a Olachea, en el entendido de que la mayoría fujimorista al elegir a Olachea se relanzaban para volver por sus fueros y de  seguir enfrentándose a Vizcarra, vacarlo o hacerlo renunciar como con PPK; empero, sus cálculos les fallaron, porque nunca pensaron que el presidente Vizcarra propusiera al final de su mensaje al congreso, que tanto el legislativo como el ejecutivo se retiraran para adelantar las elecciones.
Además, sin embargo, la situación de sentirse fuertes decayó más cuando el presidente del congreso, comenzando nomás hizo declaraciones equivocadas y disparatadas sobre las mujeres y la izquierda, a la que calificaba de estúpida y torpe. Estas declaraciones quedan gravadas, por más que sus aliados fujimoristas lo disculpen, pues Olaechea no sopesa sus declaraciones de que todos se dan cuentan, y al aparecer se comporta, tan igual a los grandes señores de los años 20 y 30 del siglo pasado.  
Olachea no se da por enterado que la situación ya resulta diferente en cuanto a sentirse un representante de los muchachos ricos, llegando a despreciar todo lo que en el Perú se viene produciendo como son las propuestas de cambios en el campo de la dirección política, tanto de fondo, como de las formas. Olachea no puede seguir pensando que los propugnadores de las reformas no pueden ser considerados como antes en el siglo XX al llamarlos “rojos” y que van hacer una revolución bolchevique, y que, los de ahora llamados “caviares” en razón a su preparación son profesionales de los nuevos sectores medios que leen mucho y están muy enterados de los asuntos del país y del mundo.
Olachea y sus amigos fujimoristas tendrán que darse cuenta –al ponerse al día del cómo ver que en la política no cabe improvisar- y que hay personas de distintas especialidades que se ocupan de ella, y a la vez, una significativa parte de la ciudadanía peruana está enterada que el Perú puede y deberá cambiar, a través de reformas, y que para hacerse cambios ya no se necesita provocar revueltas y guerras civiles.  
Este preámbulo se hace necesario para evaluar de cómo se debe tratar la propuesta del adelanto de las elecciones generales si Olachea y sus aliados no cambian de actitud, la ciudadanía pasará de las encuestas a los hechos, y sus “académicos” no pueden ser pontificales con sus apreciaciones, y tienen que entender que sus puntos de vista doctrinales conservadores no solo los enceguecen; sino ya fueron y que la república deje de ser incompleta.
El fujimorismo reclama que Vizcarra se agarra de las encuestas en el sentido que un 75% de los encuestados apoyan la propuesta del presidente, significando que el pueblo suele equivocarse, a favor de esta aseveración el abogado Amprimo coincide al insistir que las votaciones son actos que se tienen que considerar emocionales, con lo cual se estaría diciendo que el fujimorismo al ganar las elecciones del congreso ¿también se habría equivocado? o más bien al revés, el congreso fujimorista no hizo caso a sus electores, porque cuando votaron por ellos no era para fregar al ejecutivo.
Esto crea un falso dilema o mejor resulta un despropósito, al establecer que el voto del 2016 en favor de los fujimoristas no estaba destinado a obstruir la gestión del ejecutivo. El error de interpretación ha precipitado un gran daño al país, pues el enfrentamiento con el ejecutivo, no cabe ahora la menor duda, que la mayoría fujimorista se hace responsable de todos los actos negativos contra el ejecutivo, pues para ser políticos no se necesita hacer declaraciones perversas, y no tienen cuidado, ni pueden controlar sus votos de censura.
¿El presidente del congreso Pedro Olaechea verá obstáculos para ejercer su labor presidencial? Lo más real es que Olaechea poco le importara cómo se comporten los congresistas de la mayoría fujimorista, estos son imparables en su accionar, mantendrán su agresividad, consecuencia de sus frustraciones; empero lo más grave, será pasar de las declaraciones a los hechos, el fujimorismo continua con los enfrentamientos -no se vislumbran alternativas de arrepentirse- estos crecen más y más, después de perder prácticamente la casación para liberar a la señora Keiko. El fujimorismo vive -bajo los efectos que nada los favorecen- incrementando el enfrentamiento contra todo lo que haga el ejecutivo, y en particular del presidente Vizcarra. Estamos situados en un verdadero campo agravante.
Ello explica que al formarse las comisiones en el congreso, las presidencias en las que les tocó al fujimorismo, han puesto a los más recalcitrantes, sin tino, ni tolerancia, arremeten sin mayor disimulo, por ejemplo: la abogada Bartra seguirá en constitución; la educadora evangélica Amiborgo, nada menos en la comisión de educación; el abogado Mantilla en acusaciones constitucionales; y en la vocería estará la enfermera también evangélica Milagros Salazar. Sus designaciones son por demás provocadoras, no se espera que haya milagros, de tal suerte que atemperen sus comportamientos, en especial de las damas evangélicas, ellas responden a sus ideologías teñidas del fundamentalismo religioso que alumbran lamentablemente sus conductas políticas.
En síntesis, mientras sigan los enfrentamientos, no hay dialogo para llevar acabo la enmienda constitucional de adelantar las elecciones, sin peligro de parcializar a los “contrincantes”, siendo el fujimorismo el mayor responsable de la crisis, pues al perder, actuaron bajo la égida autoritaria, propia de los fascistoides. Son imparables, nada los cansa, ni impide que sigan fregando.
Fernando Arce Meza                              Surco, 14 de Agosto del 2019

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