lunes, 24 de noviembre de 2025

INVITACIÓN AL DEBATE: ¿LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA ES LA ÚNICA FORMA DE GOBERNANZA?

 

UNA APROXIMACIÓN A LA ARQUITECTURA DE UN NUEVO ORDEN: VII

 


 

Mientras en el occidente colectivo, el veneno individualista a corroído la solidaridad de los pueblos europeos, esa es su mayor debilidad y base de su derrota. En cambio, entre nuestros pueblos andinos la potencia de la idea nacional[1] y la solidaridad se mantiene intacta. Precisamente, en esa idea y la ayuda mutua es donde reside la principal ventaja para conquistar el cielo por asalto. El utilitarismo de la élite, y la desesperación por enriquecerse, les impide soñar y pensar en las necesidades de las mayorías nacionales. Nuestro pueblo, en cambio, que día a día trabaja para llevar el pan a sus hogares, sueña con un mundo mejor. Soñar es el primer paso, motor de las transformaciones sociales. Actuar es el segundo paso, en la realización de lo imaginado. Un Perú soberano, autosuficiente, democrático, libre de toda forma de colonialismo es el sueño común de las grandes mayorías.

Noviembre 2025 y ya nos aprestamos a iniciar el 2026. Son tiempos de elecciones y todas las miradas están pendientes de las distintas fórmulas en competencia, incluidas las opciones de voto nulo o blanco. Nuestro camarada Miguel Aragón se pregunta: ¿Cómo debemos de participar en estas elecciones del año 2026? Y responde con 8 alternativas que sería ocioso repetir. Sin embargo, olvida lo que él mismo anotara días atrás: “para los socialistas la lucha electoral no es para ganar, la lucha Electoral es para movilizar y educar a la población”[2]. De allí que la discusión entre nosotros no debe pasar por sí vale la pena apoyar a una u otra lista. Educar a nuestros hermanos de clase no pasa por recomendar una u otra fórmula electoral que se somete a las reglas del sistema electoral.

El 22 del presente mes Gustavo Pérez escribe una serie de observaciones, entre las que me parece oportuno destacar: “más daño nos han hecho las elecciones democrático burguesas que los periodos de clandestinidad…”[3] Pues sí, la razón histórica le asiste. La democracia burguesa o representativa ha logrado imponerse hasta ahora en el imaginario popular como la "única” forma democrática de gobernanza con el ingrediente de pretender ser garante de las “libertades socio - económicas”, vale decir, ese éxito muestra la hegemonía de la ideología burguesa entre las masas trabajadoras (sin olvidar el rol positivo para el sistema “democrático” burgués del fracaso de Sendero).

La pregunta que debemos hacernos es si tal éxito es solo porque los socialistas hemos abandonado el trabajo político partidario “en las fábricas, en el campo, en los pueblos jóvenes y centros de estudio…”[4] Soy de la opinión que los socialistas no hemos valorado lo suficiente el sistema democrático impuesto por la burguesía. La democracia burguesa es un sistema de dominación elaborado precisamente para someter al 99 % de la masa trabajadora. El capital no ha construido un edificio jurídico – político – electoral para ceder la gobernanza al factor trabajo en las contiendas electorales. Su propaganda hace creer al “populacho” que las elecciones son realmente democráticas y que cualquiera puede acceder al gobierno. Pero, la férrea realidad elección tras elección demuestra todo lo contrario.

El poder del dinero domina toda justa electoral. Y si por alguna circunstancia logra ganar un candidato “antisistema”. La legislación electoral está hecha para contener o maniatar a ese tipo de personajes (caso Castillo). Sea como sea si nos movemos dentro de la olla “democrática” terminaremos, asimilados por la corrupción estructural, como bisagras o figura decorativa del sistema o simplemente destruidos por rebeldes. En otras palabras, terminamos como tontos útiles al sistema burgués o eliminados como ocurrió en el caso Allende. Véanse los casos de éxito electoral en Bolivia, Ecuador, Chile, Perú jugando con las reglas de la democracia representativa. Todos ellos terminan cediendo el poder a los mismos de siempre: los representantes del capital. Y ¿por qué ocurre eso? Porque todas las promesas de justicia social, reducción de la desigualdad, «fin de la oligarquía», nueva constitución, cero corrupciones, etc., etc. son simples reformas cosméticas impresas y pegadas con moco porque el poder verdadero no está en manos de aquellos gobiernos de turno. Mientras este en pie el andamiaje del sistema electoral burgués los triunfos del pueblo se transformarán en derrotas, tarde o temprano. Tenemos que entender que no existe democracia pura. Sólo existe democracia de clase y, por eso, toda democracia es una dictadura de la clase que detenta el control de la economía.

Entonces, ¿qué hacer?  Tenemos que pensar fuera de la caja: desechar las ideas y agendas impuestas por el orden internacional y sus lacayos nacionales. El pesimismo de la realidad nos hace creer que nada es posible fuera del sistema democrático burgués. Pero, el optimismo del ideal nos indica que todo es posible si nos atrevemos a pensar fuera de las reglas impuestas. Para que todo sea posible es preciso romper con normas y reglas establecidas por el poder dominante. Pensar fuera de la caja es condición o requisito indispensable para buscar una salida al pantano a que nos conduce el capitalismo neoliberal y su democracia representativa. En otras palabras, es necesario echar por la borda las anteojeras impuestas por el sistema de dominación que obliga a pensar solo dentro de los parámetros de su “democracia”: sufragio - elecciones - congreso - gobiernos. Y para lograrlo es necesario un análisis colectivo de este escollo en la lucha por el autogobierno de la clase trabajadora.

La realidad concreta nos enrostra que la democracia burguesa ha llegado a su límite, no puede más. Y tan no puede más que nuestros hermanos del sur ya lo expresan “esta democracia no es democracia”. El descredito de la política “Mandar mandando”, vale decir hacer lo que les dé la gana cuando han sido elegidos. Nos proporciona circunstancias sumamente favorables para desarrollar la agitación, propaganda y organización en torno a tres ejes:

1.   Que existe otra manera de ejercer el poder soberano de la población. La también llamada democracia directa que no es otra que generalizar el ejercicio del principio ancestral de Mandar Obedeciendo. En consecuencia, hay que explicar a los trabajadores que existe otras formas de gobernanza que se basan en la meritocracia y la organización de la sociedad desde las formas más simples de organización en el campo y la ciudad hasta un gobierno altamente centralizado.

Así por ejemplo la revolución bolchevique de octubre no fue el capricho de una minoría radical que «destruyó una joven democracia», sino una expresión de la desilusión a un mero cambio de forma política sin un cambio en el contenido social. Las libertades democráticas que trajo la Revolución de Febrero —la prensa, la libertad de reunión, la vida partidaria— no carecían de importancia, pero resultaron insuficientes cuando la mayoría de la población seguía sin paz, tierra y pan.[5]

Otro ejemplo es la gobernanza del caso China Popular, como pueden ustedes notar en el video: https://www.youtube.com/watch?v=4w8Vk0Wfib0

2.   Que el modelo económico neoliberal sólo favorece el crecimiento económico de una minoría que se apropia del esfuerzo del 99 % de la peruanos. Mientras las mayorías se hunden cada vez más en la pobreza.

3.   Un tercer eje en la agitación y propaganda es la soberanía nacional, sin la cual es imposible un nuevo orden y el progreso de los peruanos.

 

Finalmente tenemos que explicar a los trabajadores que el socialismo es una etapa de transición al comunismo. Lenin insistía reiteradamente en que «el socialismo no puede mantener su victoria y llevar a la humanidad a la época en que el Estado se extinguirá a menos que se logre plenamente la democracia» y que los trabajadores comunes deben «aprender a gobernar el Estado», de modo que la administración deje de ser coto privado de una casta burocrática especializada.[6]

T. 24/11/25

Tacnacomunitaria

 



[1] Recordamos la reacción del pueblo puneño ante la opinión de la elite limeña que Puno no es el Perú. Dina Boluarte declaró: “Tenemos que proteger la vida y tranquilidad de los 33 millones de peruanos. Puno no es el Perú. Los que están generando la violencia, creo que también la prensa internacional debería de comunicar que el gobierno no está generando la violencia, que el gobierno quiere la paz y tranquilidad”. Opinión nada nueva en el viejo conservadurismo. Alan García, algunos años atrás había calificado a los hermanos amazónicos no eran «ciudadanos de primera clase». La respuesta de Puno y el Perú profundo fue: “Puno sí es el Perú”, expresado en danzas, entrevistas y declaraciones.

[3] Comentario en uno de los tantos grupos de WhatsApp que reproduce Gonzalo en el grupo C.E.25 de noviembre

[4] Ídem

[6] Ídem

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