UNA
APROXIMACIÓN A LA ARQUITECTURA DE UN NUEVO ORDEN: VII
Mientras en el occidente
colectivo, el veneno individualista a corroído la solidaridad de los pueblos
europeos, esa es su mayor debilidad y base de su derrota. En cambio, entre
nuestros pueblos andinos la potencia de la idea nacional[1] y la solidaridad se mantiene intacta. Precisamente, en
esa idea y la ayuda mutua es donde reside la principal ventaja para conquistar
el cielo por asalto. El utilitarismo de la élite, y la desesperación por
enriquecerse, les impide soñar y pensar en las necesidades de las mayorías
nacionales. Nuestro pueblo, en cambio, que día a día trabaja para llevar el pan
a sus hogares, sueña con un mundo mejor. Soñar es el primer paso, motor de las
transformaciones sociales. Actuar es el segundo paso, en la realización de lo
imaginado. Un Perú soberano, autosuficiente, democrático, libre de toda forma
de colonialismo es el sueño común de las grandes mayorías.
Noviembre 2025 y ya nos aprestamos a
iniciar el 2026. Son tiempos de elecciones y todas las miradas están pendientes
de las distintas fórmulas en competencia, incluidas las opciones de voto nulo o
blanco. Nuestro camarada Miguel Aragón se pregunta: ¿Cómo debemos de
participar en estas elecciones del año 2026? Y responde con 8 alternativas
que sería ocioso repetir. Sin embargo, olvida lo que él mismo anotara días
atrás: “para los socialistas la lucha electoral no es para ganar, la
lucha Electoral es para movilizar y educar a la población”[2]. De allí que la discusión entre
nosotros no debe pasar por sí vale la pena apoyar a una u otra lista. Educar a
nuestros hermanos de clase no pasa por recomendar una u otra fórmula electoral
que se somete a las reglas del sistema electoral.
El
22 del presente mes Gustavo Pérez escribe una serie de observaciones, entre las
que me parece oportuno destacar: “más daño nos han hecho las elecciones
democrático burguesas que los periodos de clandestinidad…”[3] Pues sí, la razón histórica le asiste.
La democracia burguesa o representativa ha logrado imponerse hasta ahora en el
imaginario popular como la "única” forma democrática de gobernanza con el
ingrediente de pretender ser garante de las “libertades socio - económicas”,
vale decir, ese éxito muestra la hegemonía de la ideología burguesa entre las
masas trabajadoras (sin olvidar el rol positivo para el sistema “democrático” burgués
del fracaso de Sendero).
La
pregunta que debemos hacernos es si tal éxito es solo porque los socialistas
hemos abandonado el trabajo político partidario “en las fábricas, en el campo,
en los pueblos jóvenes y centros de estudio…”[4] Soy de la opinión que los socialistas
no hemos valorado lo suficiente el sistema democrático impuesto por la
burguesía. La democracia burguesa es un sistema de dominación elaborado
precisamente para someter al 99 % de la masa trabajadora. El capital no ha construido
un edificio jurídico – político – electoral para ceder la gobernanza al factor
trabajo en las contiendas electorales. Su propaganda hace creer al “populacho”
que las elecciones son realmente democráticas y que cualquiera puede acceder al
gobierno. Pero, la férrea realidad elección tras elección demuestra todo lo
contrario.
El poder
del dinero domina toda justa electoral. Y si por alguna circunstancia logra
ganar un candidato “antisistema”. La legislación electoral está hecha para contener
o maniatar a ese tipo de personajes (caso Castillo). Sea como sea si nos
movemos dentro de la olla “democrática” terminaremos, asimilados por la
corrupción estructural, como bisagras o figura decorativa del sistema o
simplemente destruidos por rebeldes. En otras palabras, terminamos como tontos
útiles al sistema burgués o eliminados como ocurrió en el caso Allende. Véanse
los casos de éxito electoral en Bolivia, Ecuador, Chile, Perú jugando con las
reglas de la democracia representativa. Todos ellos terminan cediendo el poder
a los mismos de siempre: los representantes del capital. Y ¿por qué ocurre eso?
Porque todas las promesas de
justicia social, reducción de la desigualdad, «fin de la oligarquía», nueva
constitución, cero corrupciones, etc., etc. son simples reformas cosméticas
impresas y pegadas con moco porque el poder verdadero no está en manos de
aquellos gobiernos de turno. Mientras este en pie el andamiaje del sistema
electoral burgués los triunfos del pueblo se transformarán en derrotas, tarde o
temprano. Tenemos que entender que no existe democracia pura. Sólo existe
democracia de clase y, por eso, toda democracia es una dictadura de la clase
que detenta el control de la economía.
Entonces,
¿qué hacer? Tenemos que pensar
fuera de la caja: desechar las ideas y agendas impuestas por el
orden internacional y sus lacayos nacionales. El pesimismo de la realidad
nos hace creer que nada es posible fuera del sistema democrático burgués.
Pero, el optimismo del ideal nos indica que todo es posible si nos
atrevemos a pensar fuera de las reglas impuestas. Para que todo sea posible es
preciso romper con normas y reglas establecidas por el poder dominante. Pensar
fuera de la caja es condición o requisito indispensable para buscar una
salida al pantano a que nos conduce el capitalismo neoliberal y su democracia
representativa. En otras palabras, es necesario echar por la borda las
anteojeras impuestas por el sistema de dominación que obliga a pensar solo
dentro de los parámetros de su “democracia”: sufragio - elecciones - congreso -
gobiernos. Y para lograrlo es necesario un análisis colectivo de este escollo
en la lucha por el autogobierno de la clase trabajadora.
La
realidad concreta nos enrostra que la democracia burguesa ha llegado a su
límite, no puede más. Y tan no puede más que nuestros hermanos del sur ya lo
expresan “esta democracia no es democracia”. El descredito de la política “Mandar
mandando”, vale decir hacer lo que les dé la gana cuando han sido elegidos. Nos
proporciona circunstancias sumamente favorables para desarrollar la agitación,
propaganda y organización en torno a tres ejes:
1. Que
existe otra manera de ejercer el poder soberano de la población. La también
llamada democracia directa que no es otra que generalizar el ejercicio del
principio ancestral de Mandar Obedeciendo. En consecuencia, hay que
explicar a los trabajadores que existe otras formas de gobernanza que se basan
en la meritocracia y la organización de la sociedad desde las formas
más simples de organización en el campo y la ciudad hasta un gobierno altamente
centralizado.
Así por
ejemplo la revolución bolchevique de octubre no fue el capricho de una minoría
radical que «destruyó una joven democracia», sino una expresión de la
desilusión a un mero cambio de forma política sin un cambio en el contenido
social. Las libertades democráticas que trajo la Revolución de Febrero —la
prensa, la libertad de reunión, la vida partidaria— no carecían de importancia,
pero resultaron insuficientes cuando la mayoría de la población seguía sin paz,
tierra y pan.[5]
Otro ejemplo es la gobernanza del caso China
Popular, como pueden ustedes notar en el video: https://www.youtube.com/watch?v=4w8Vk0Wfib0
2.
Que el modelo económico neoliberal sólo
favorece el crecimiento económico de una minoría que se apropia del esfuerzo
del 99 % de la peruanos. Mientras las mayorías se hunden cada vez más en la
pobreza.
3.
Un tercer eje en la agitación y propaganda es
la soberanía nacional, sin la cual es imposible un nuevo orden y el progreso de
los peruanos.
Finalmente tenemos que explicar a los
trabajadores que el socialismo es una etapa de transición al comunismo. Lenin insistía reiteradamente
en que «el socialismo no puede mantener su victoria y llevar a la humanidad a
la época en que el Estado se extinguirá a menos que se logre plenamente la
democracia» y que los trabajadores comunes deben «aprender a gobernar el
Estado», de modo que la administración deje de ser coto privado de una casta
burocrática especializada.[6]
T. 24/11/25
Tacnacomunitaria
[1] Recordamos la reacción del pueblo puneño ante la opinión de la elite limeña
que Puno no es el Perú. Dina Boluarte declaró: “Tenemos que proteger la vida y
tranquilidad de los 33 millones de peruanos. Puno no es el Perú. Los que
están generando la violencia, creo que también la prensa internacional debería
de comunicar que el gobierno no está generando la violencia, que el gobierno
quiere la paz y tranquilidad”. Opinión nada nueva en el viejo conservadurismo.
Alan García, algunos años atrás había calificado a los hermanos amazónicos no
eran «ciudadanos de primera clase». La respuesta de Puno y el Perú profundo
fue: “Puno sí es el Perú”, expresado en danzas, entrevistas y
declaraciones.
[3] Comentario en uno de los tantos grupos de WhatsApp
que reproduce Gonzalo en el grupo C.E.25 de noviembre
[4] Ídem
[6] Ídem
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