lunes, 31 de enero de 2011

LA PLOMADA




La plomada es una herramienta de uso diario en las construcciones o edificaciones que crecen a diario por nuestra ciudad. El Maestro de Obra lanza una plomada que proyecta la correcta trayectoria de la futura pared a construir. Sin ella la pared no se llevará a cabo adecuadamente pero ella sola no basta sino hay capacidad material de levantarla.

Esto mismo es lo que pasa con las fechas memorables del Calendario Revolucionario Mundial y Nacional. Resulta loable e importante que las fechas mas importantes del Socialismo Peruano nos sirvan no solo de simple recordatorio sino mas bien de meta a alcanzar en el desarrollo del mismo.

Ese y no otro fue el tema del Centenario de José Martí para el movimiento revolucionario cubano y el asumir la responsabilidad de constituirse en la Generación del Centenario de éste. Como todos sabemos la Generación del Centenario de José Martí realizó el asalto al Cuartel Moncada dentro de dicho periodo histórico.

En tal sentido, el optar por el Centenario del inicio del Socialismo Peruano o el de la Constitución del Partido Socialista de Mariátegui, no depende de la fecha en si misma, la cual puede alcanzarse con una humildísima celebración recordatoria, sino de la capacidad de quienes se plantean dicha fecha como meta para alcanzar objetivos, en relación con dicha capacidad. Así, por ejemplo, si solamente Fidel y Raúl Castro, Abel y Haydee, Santamaría, y Celia Sánchez, se hubiesen trazado la tarea del Asalto del Moncada como el inicio de la Insurrección Revolucionaria en Cuba, hubiesen fracasado. Fueron cerca de un centenar y medio de cuadros escogidos quienes se trazaron alcanzar tal meta.

En el Perú, quizás solo una tendencia, dentro de todas las que conforman el Socialismo Peruano, se traza la meta de reivindicar el Partido Socialista de Masas e Ideas que plantease Mariátegui, y curiosamente se trata de la más lucida pero la menos numerosa, la mas dispersa, la menos vinculada al trabajo de masas, y aún en transición de la copia y aplicación mecánica de la Revolución China a nuestra realidad a la asunción plena del análisis de Mariátegui de nuestra realidad y la estrategia revolucionaria que de ella se desprende.

En mi humilde opinión su capacidad es escasa para lanzar una plomada al 2018, para alcanzar la meta de reivindicar el Partido Socialista de Masas e Ideas que plantease Mariátegui, por si sola y con sus solas fuerzas. Podrá hacerlo solo si logra arrastrar al debate y organización, para ello, al resto de tendencias conformantes del Socialismo Peruano, que se reclaman del mariateguismo, que vienen del mismo tronco o arrastran las mismas taras dogmáticas y sectarias de las que nosotros venimos tratando de desembarazarnos.

Creo además que, salvo honrosas excepciones, son los nuevos contingentes juveniles los que pueden constituir el basamento para alcanzar metas semejantes, pues carecen del negativo lastre formativo que ha caracterizado el Socialismo Peruano, desde la muerte de Mariátegui hasta nuestros días.

Sincera y fraternalmente.
Gustavo Pérez Hinojosa

2011/1/5 Rebeca Montes

CENTENARIO DEL SOCIALISMO PERUANO
1918 - 22 de junio - 2018

I

Antecedente. MAXIMALISMO PERUANO
Acontece, señores, que en esta mansa y desabrida tierra gobernada por el señor don José Pardo ha aparecido de repente el maximalismo. Aún no sabemos si ha sido importado de Rusia y de qué modo. Aún no sabemos tampoco si es el maximalismo ruso o si es tan sólo un maximalismo criollo. Únicamente sabemos que el maximalismo anda suelto por las calles que el señor don Luis Miró Quesada pavimenta, barre y riega solícita y acuciosamente.
Dos varones esclarecidos nos han notificado de la presentación del maximalismo en esta tierra. Uno ha sido el minúsculo Alcalde de Lima señor don Luis Miró Quesada. Otro ha sido el altísimo diputado por Ica señor don Víctor M. Maúrtua. Uno y otro han interpretado la idea del maximalismo según su leal saber y entender.
Primero el minúsculo alcalde de Lima se pudo de pie para apostrofar a los escritores que tenemos en una casa de la calle del General La Fuente nuestro hogar, nuestra capilla y nuestra tribuna:
-Ustedes son los bolsheviquis peruanos.
Y ratificó luego su apóstrofe:
-¡Maximalistas!
Nosotros nos encogimos de hombros, nos sonreímos, continuamos golpeando las teclas de nuestra máquina de escribir y resignadamente asentimos:
-¿Bolsheviquis nosotros? ¡Bueno!
Más tarde, el señor Maúrtua, personaje de nuestras mayores devociones, se puso de pie en la cámara de diputados. No se puso de pie en son de contumelia como el señor Miró Quesada. Se puso de pie en son de ironía para decirles a los señores Maldonado, Barreda y Laos y Menéndez:
-¡Ustedes son más revolucionarios que los bolsheviquis rusos!
Pero el señor Barreda y Laos no asintió con nosotros. Se acordó de que nosotros habíamos sido llamados bolsheviquis. Se dijo que si nosotros éramos motejados bolsheviquis, los bolsheviquis eran indudablemente gentes vituperables en demasía. Y se alzó denodadamente para rechazar el mote y para que el señor Maúrtua enalteciera a los bolsheviquis y probara que eran gentes honorables, bien intencionadas y honestas.
Ocurre desde entonces que la palabra bolsheviqui y la palabra maximalista se han enseñoreado en el comentario limeño. Alternativamente las pronuncia la ciudad con pertinacia y a su antojo. Se mira al señor don Juan Manuel Torres Balcázar en el umbral de su imprenta y se piensa que es un bolsheviqui en mangas de camisa. Se mira al señor don Miguel Echenique pasar por el jirón de la Unión y se piensa paradójicamente que es un bolsheviqui banquero. Se mira al señor don Felipe Barreda y Laos y se piensa que es un bolsheviqui involuntario, pero bolsheviqui siempre. Y se mira nuestra casa del General La Fuente para exclamar enseguida, de consuno con el minúsculo señor Miró Quesada:
-¡Allí están los bolsheviquis peruanos!
-¡Bueno! ¡Muy bolsheviquis y muy peruanos! ¡Pero más peruanos que bolsheviquis!
José Carlos Mariátegui
“El Tiempo”, Sección “Voces”,
30 de diciembre de 1917

II

Consecuente. EXPOSICIÓN
Este no es un periódico más que viene a servir intereses determinados. No nos lo consentiría nuestro orgullo de escritores nuevos no contaminados con ninguna vergüenza ni con ninguna responsabilidad. Este es un periódico totalmente nuestro. No lo sacamos por cuenta de ninguna facción política.
Nos parece indispensable decirlo para que no se nos achaque ni se nos busque vinculación o afinidad con alguno de los ramplones y estólidos partidos que, alternándose en el poder, se alternan también en el desprecio popular.
Sale “Nuestra Época” en una hora de órganos electorales y de abigarrados pasquines, grotescos y mercenarios todos, para encender una luz limpia y firme en medio de tanta tenebrosidad y de tanta sordidez. Nos proponemos quemar, acaso inútilmente, el organismo político del país, tan corrompido, ya que tan sólo la acción material del fuego puede purificarlo.
No vamos a hacer un periódico de procacidad y grosería. Nuestras plumas que tan buena y cariñosa hospitalidad reciben en los hogares de la prensa metropolitana, no son capaces de encallarse ni de renunciar a los atributos de su dignidad y de su decencia.
Sacamos este periódico y le ponemos de nombre “Nuestra Época” porque creemos que comienza con nosotros una época de renovación que exige que las energías de la juventud se pongan al servicio del interés público. Y, en plena juventud, comprendemos nuestro deber de concurrir a esta reacción nacional con toda nuestra honradez y con toda nuestra sinceridad ardorosas y robustas.
Aportamos a esta obra el conocimiento de la realidad nacional que hemos adquirido durante nuestra labor en la prensa. Situados en el diarismo, casi desde la niñez, han sido los periódicos para nosotros magníficos puntos de apreciación del siniestro panorama peruano. Nuestros hombres figurativos suelen inspirarnos, por haberlos mirado de cerca, un poco de desdén y otro poco de asco. Y esta repulsa continua nos ha hecho sentir la necesidad de buscarnos un camino propio para afirmarla y para salvarnos de toda apariencia de solidaridad con el pecado, el delito y la ineptitud contemporáneos.
No crea el lector que NUESTRA ÉPOCA aparece para perfilar dogmas. Es un periódico doctrinario. Pero no es un periódico que aspira a actuar presuntuosamente como maestro ni como catedrático. Se equivocará muchas veces seguramente. Sólo que cuando se equivoque por lo menos no le habrá pagano nadie su error,
El programa político de NUESTRA ÉPOCA es bien sencillo. Dos palabras podrían definirlo: decir la verdad. Esto nos parece que sobra para exhibirnos emancipados de la tutela de los intereses creados y de las gentes incapaces que, amparados por esos apellidos sociales y esas reputaciones falsas que decoran este teatro criollo y estúpido de la política medrarán a su gusto hasta que la patria deje de ser una especie de casa de tolerancia con beneficios prácticos para unos cuantos a costa de la prostitución de los demás.
NUESTRA ÉPOCA es también un periódico literario. Representará no solo la capacidad estudiosa y el esfuerzo reformador de la juventud intelectual a que pertenecemos. Representará asimismo la aptitud artística. Y la representará con la misma pureza. Aparecerán en estas páginas prosas y versos selectos de los jóvenes consagrados ya por el aplauso público.
Queda así apuntada rápidamente, la significación de NUESTRA ÉPOCA. Únicamente nos resta una advertencia final y tranquilizante. La de que, aunque somos literatos, no haremos literatura en la política, ni haremos política en la literatura.
José Carlos Mariátegui
Nuestra Época, Año 1 Nº 1, 22 de junio de 1028
Exposición

III

Referencia. REMEMBRANZA
Desde 1918, nauseado de política criolla, -como diarista, y durante algún tiempo redactor político y parlamentario conocí por dentro los partidos y vi en zapatillas a los estadistas- me orienté resueltamente hacia el socialismo, rompiendo con mis primeros tanteos de literato inficionado de decadentismos y bizantinismos finiseculares, en pleno apogeo todavía.
José Carlos Mariátegui
Carta a Samuel Glusberg
Lima, 10 de enero de 1928

IV

Contenido. EXPLICACIÓN
De Nuestra Época (julio de 1918) se publicaron sólo dos números, rápidamente agotados. En ambos números se esboza una tendencia fuertemente influenciada por España, la revista de Araquistain, que un año más tarde reapareció en La Razón, efímero diario cuya más recordada campaña es la de la Reforma Universitaria.
José Carlos Mariátegui
7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, 1928
El Proceso de la Literatura (Séptimo ensayo)
Artículo González Prada
(Nota 18)

V

Nota.- Con Nuestra Época, primer periódico del Socialismo Peruano, el Socialismo en nuestro país pasó de la utopía (Víctor M. Maúrtua) a la ciencia (José Carlos Mariátegui) Reeditado en facsímile por la Familia Mariátegui-Chiappe, sólo resta asignarle el lugar histórico que le corresponde: punto inicial del Centenario del Socialismo Peruano.
La forma nacional se expresaba ya a fines de diciembre de 1917, a menos de dos meses de la Revolución Bolchevique, 7 de noviembre de 1917: “¡Bueno! ¡Muy bolsheviquis y muy peruanos! ¡Pero más peruanos que bolsheviquis!” Ninguna revolución puede triunfar si no logra adquirir su forma nacional. Basta repasar cualquier revolución victoriosa para constatarlo.
JCM logró editar dos números de Nuestra Época, 22 de junio, 6 de julio. En el primero publicó EL DEBER DEL EJÉRCITO Y EL DEBER DEL ESTADO; en el segundo, LA REORGANIZACIÓN DE LOS GRUPOS POLÍTICOS. Es decir, desde sus inicios el Socialismo Peruano comenzó a analizar el aparato burocrático-militar, expresión visible del Poder de la clase dominante. Comenzó a cuestionar el tipo de Estado que había que sustituir.

El primer artículo sirvió para desarrollar el estilo polémico. El matón galoneado de turno (entonces teniente y después general), defendiendo la casta militar agredió físicamente a JCM. Hasta hubo reto a duelo y crisis ministerial. A la semana, dando por terminado el incidente JCM comentó: “Pero quiero tener fe en los destinos del Perú. Para tenerla necesito olvidarme de que se me ha atacado por haber emitido mis ideas. Y bien, Me olvido de que se me ha atacado. Un arrebato, un estrépito me parecen cosas muy propias de la psicología nacional. Y, sobre todo, creo indispensable razonar por encima de ellas” (El Tiempo, 27-VI-1918), pensamiento que abre la actual Normativa Frenteunitaria de nuestro Socialismo.

El segundo artículo es ahora vital para entender “el primer gran partido de masas y de ideas de toda nuestra historia republicana”, objetivo de la preparación de la organización, tarea que ocupará los siguientes lustros de gestión hasta el Centenario del Socialismo Peruano. Todo activista tiene en esta meta un gran objetivo común. Es tarea de gigantes y para gigantes.
Esta preparación de la organización enfrenta dos crisis: del capitalismo-imperialismo, del socialismo-comunismo. Una, de agotamiento; otra, de crecimiento. El capitalismo financiero no da más como modo de producción. Por eso actúa como fiera herida con su criminalización de la protesta popular. El socialismo marxista, el Socialismo Peruano, en esta nueva batalla final tiene que estar a la altura de su responsabilidad histórica. E indudablemente, ¡lo sabrá estar!
Este trabajo indesmayable, generación tras generación era acicateado ya tempranamente en los versos de JCM, publicados en el diario donde trabajaba, La Prensa, 18 de enero de 1915:

Sigue y triunfa. De faro sirve el odio a la Gloria.
A la envidia la toma por corcel la victoria.
Sigue y triunfa: es aurora para el genio el tormento

Entonces, la próxima meta es el Centenario del Socialismo Peruano. Para lograrla,

¡HAY, HERMANOS, MUCHÍSIMO QUE HACER!
Ragarro
05.01.11

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