viernes, 4 de septiembre de 2015

EL ENEMIGO PRINCIPAL DEL PUEBLO PERUANO (Parte Final)


(03 de setiembre de 2015)
Por: Miguel Aragón

Otras posiciones:

Hace una semana, al iniciar esta serie, pensé  exponer solamente las tres posiciones principales que existen en las filas del pueblo con respecto a la pregunta “¿Cuál es el enemigo principal del pueblo peruano?”.  Pero, sería muy injusto de mi parte, no anotar otras posiciones existentes sobre el mismo tema. A continuación repasemos algunas de ellas.

4.- En un sector muy reducido, pero no por ello despreciable,  del pueblo, hay quienes consideran que en la actualidad el enemigo principal del pueblo peruano es el revisionismo. Los autodenominados  “cruzados antirevisionistas”, a los cuales se les puede contar con los dedos de una mano,  pretenden colocar en el centro del debate actual, la contradicción entre el supuesto “marxismo-leninismo” de ellos, y un supuesto “revisionismo” de los que no comparten sus ideas.

A los pocos interesados, que puedan tomar en serio las opiniones de esta tendencia, les recomiendo realizar, a manera de ejercicio, la siguiente investigación.

Revisar con atención las 1.653 páginas de los cuatro primeros tomos de las Obras Escogidas de Mao Zedong, que fueron escritos entre marzo de 1926 y setiembre de 1949, es decir antes del triunfo de la revolución de nueva democracia en China, y subrayar, y a la vez contabilizar, cuantas veces Mao Zedong utilizó la categoría teórica “revisionismo” para luchar contra las tendencias discrepantes que existían en el desarrollo de la revolución en China.

De manera similar, revisar con mayor atención todavía, cuantas veces José Carlos Mariátegui utilizó y escribió esa expresión “revisionismo” en las 230 páginas del libro Peruanicemos al Perú, en las 352 páginas  del libro 7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana, y en las 285 páginas del libro  Ideología y Política.  

Después de realizadas estas dos necesarias y agradables investigaciones, recomiendo revisar cualquiera de los artículos publicados por los “cruzados antirevisionistas” y hacer el mismo conteo de cuantas veces ellos utilizan el manoseado concepto “revisionismo”.        

5.- A diferencia de ese minúsculo sector marginal, hay otro sector mucho más amplio, variado, confundido y confuso,  que actualmente se expresa de manera persistente a través de los grupos de correos y los mensajes en la red facebook. Entre ellos no hay la menor unidad de criterios serios. Unos consideran que el enemigo principal es Yehude Simon promotor de la coalición de izquierda Únete por la Democracia, otros consideran que el enemigo principal es Marco Arana promotor de la otra coalición de izquierda Frente Amplio.

El listado de insinuaciones veladas, de acusaciones directas y de ataques personales  contra ambos, y contra otros dirigentes, todos ellos  surgidos en las filas del pueblo, es una relación inagotable, que no tiene fin, y yo no tengo la menor intención de sumarme a esos repetidores de acusaciones. Cada día salen más y más acusaciones, la mayoría sin ningún sustento serio. Estas campañas de desprestigio, me hacen recordar las campañas que se hacían en el pasado contra Jorge del Prado, Alfonso Barrantes, Javier Diez Canseco, y otros dirigentes de la “izquierda” peruana. Todas estas campañas negativas del pasado y del presente, solamente sirvieron y sirven para debilitar la unidad del pueblo,  para debilitar las luchas del pueblo, y favorecen los objetivos de la clase dominante.   

Los promotores de estas campañas negativas, pretenden encumbrar a los pre-candidatos de su simpatía y elección,  no en base a sus propias virtudes y aspectos positivos, que realmente sería lo más conveniente. No, todo lo contrario. Ellos  pretender surgir, destacar  y ganarse el apoyo de la mayoría del pueblo, denigrando a los posibles rivales dentro de las filas del pueblo, sean estos rivales reales o imaginarios. Esta actitud no es un síntoma de fortaleza, sino de indudable debilidad.

De esa  manera tan torpe, por decir lo menos, lo que consiguen es sembrar un espíritu y una actitud pesimista, derrotista y claudicante, propia del sector más disolvente de la pequeña burguesía individualista y anarcoide, cumpliendo así una función muy apreciada y estimulada por los agentes de la clase dominante infiltrados dentro del pueblo.

Por mi parte, reitero nuevamente, yo considero que el enemigo principal del pueblo peruano es la clase dominante (otros dicen que el enemigo principal es el imperialismo, y un tercer sector  dicen que el enemigo principal es la burguesía, en todo caso estas son discrepancias en las filas del pueblo). Según mi opinión,  para luchar contra la clase dominante y sus representantes políticos, tenemos que unir a todas las fuerzas susceptibles de ser unidas, en un frente unido, que sea   lo más  amplio, flexible y diverso posible. Para fortalecer el frente unido del pueblo peruano TODOS SOMOS NECESARIOS, nadie sobra.

Considero que tenemos que estudiar y aplicar los criterios básicos de la estrategia y la táctica política que nos enseña la historia. Enseñanza  que se puede resumir brevemente de la siguiente manera:

“En lo estratégico, a largo plazo, enfrentarnos uno contra diez enemigos; pero en lo táctico, a corto plazo,  enfrentar diez aliados contra un solo enemigo”.

Estratégicamente debemos  despreciar la fuerza del  enemigo de clase, con expresiones tales como “el imperialismo es un coloso con pies de barro” (Lenin), “el imperialismo es un tigre de papel” (Mao Zedong). Esas dos expresiones tienen valor estratégico, pero no tienen valor táctico.

A nadie, en su sano juicio,  se le ocurriría participar en la lucha diaria contra el imperialismo solamente con “baldazos de agua” para disolver al supuesto “coloso con pies de barro”, o pretender luchar solo con inofensivas “tijeras” para cortar al supuesto “tigre de papel”.

Tácticamente, en las luchas a corto plazo, tenemos que tomar muy en serio la fuerza (económica, política, militar y cultural) de los enemigos, y necesariamente tenemos que unir, aunque sea temporalmente,  una fuerza superior a la fuerza del enemigo, para atacarlos parte por parte, y derrotarlos uno por uno.

Tenemos que entender que nuestra participación en la lucha político electoral de abril y junio de 2016, no es una lucha estratégica, sino  una lucha eminentemente táctica. En esas luchas electorales del año 2016, no se decidirá “la cuestión del poder”, sino simplemente la cuestión de la participación del pueblo en el gobierno, y nada más.

Las elecciones del año 2016 no serán “el fin de la historia”, simplemente serán un paso, un  escalón preparatorio más, para las  luchas de los próximos años. Luchas políticas,  de las cuales la más importante tal vez podrían ser las elecciones municipales de octubre de 2018, para las cuales debemos comenzar a prepararnos desde ahora mismo.   

Después de precisar cuál es el enemigo principal del pueblo, nuestro siguiente paso debe ser investigar, ordenar y agitar cuáles son en la actualidad los puntos centrales del Programa Reivindicativo, del Programa Mínimo de unidad del pueblo peruano.

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