jueves, 24 de septiembre de 2015

DEBATE PROGRAMÁTICO: APORTES SOBRE LA CUESTIÓN DEL AGUA





(09 de abril de 2012) (*)
Por Miguel Aragón

La reciente Marcha por el Agua [10 de febrero de 2012]  ha servido, en primer lugar,  para sensibilizar a un amplio sector de la población sobre la necesidad de preocuparse por el uso racional del agua, por el control y manejo de ese vital e imprescindible  recurso natural.

El Perú con 1.3 millones de km2 está  ubicado como uno de los veinte países más extensos del  mundo. Esta gran extensión territorial es una primera ventaja comparativa del Perú con respecto a los otros países, una ventaja que hasta ahora no es aprovechada adecuadamente para atender las crecientes necesidades de la población.

Este inmenso territorio peruano comprende tres grandes vertientes hidrográficas: la Vertiente Amazónica ubicada en la parte oriental y  compartida con otros varios países vecinos; la Vertiente del Titicaca ubicada en el sur-este del país y compartida con Bolivia; y  la Vertiente  del Pacífico ubicada en la parte occidental, que cubre y baña toda la franja costera.

El total de los miles de  millones de m3 de las aguas de lluvias, que todos los años se precipitan sobre el amplio y variado territorio peruano, se escurren por los numerosos ríos y corrientes subterráneas, para  dirigirse por alguna de las tres grandes vertientes mencionadas.

A continuación, en el siguiente Cuadro, anotamos el número de cuencas, cantidad de lagunas, la extensión de cada vertiente, y los volúmenes  de agua estimados,  en cada una de las tres grandes vertientes hidrográficas:

VERTIENTE
Cuencas
Lagunas
Extensión Vertiente
Volumen (millon.m3)
Volumen   (%)
Amazonas
 82
  7.441
   74,5%
 1.719.814
  97,42%
Titicaca
 13
     841
     3,8%
         9.877
    0,56%
Pacífico  
  62
  3.896
   21,7%
       35.632
    2,02%
TOTAL
157
12.178
 100,00%
  1.765.323
100,00%

Con ese inmenso volumen promedio de agua, que llueve todos los años, 1,76 billones de m3 de agua anuales, el Perú se ubica entre los primeros países que disponen del mayor volumen de agua todos los años. Esta situación privilegiada es una segunda ventaja comparativa, que hasta el presente tampoco se aprovecha adecuadamente al servicio de las mayorías.

Como dijimos anteriormente en otro comentario, en el Perú “No Falta Agua”, tal  como pregonan los “defensores a ultranza del agua”. Por el contrario, por lo general en el Perú “Sobra el Agua”.  Y hay años, en los cuales “sobra en excesos” inmanejables,  tal como está ocurriendo en estos momentos, en este caluroso y lluvioso verano del año 2012 [este artículo fue escrito el año 2012], que está inundando a varios cientos de distritos en todo el país, causando grandes perjuicios a los pobladores, entre los cuales Iquitos (Loreto) y Chosica (Lima), son los dos casos más significativos y preocupantes.

El problema que los pobladores peruanos tenemos que afrontar seriamente, y resolver técnicamente,  es como aprovechar al máximo, y de una manera racional este preciado recurso natural.

Del total de los 1,76 billones de m3 de agua disponible, la mayor parte no es utilizada, y se pierde irremediablemente, al retornar a los océanos Pacífico y Atlántico.

Aunque no se tienen cifras exactas, que obedezcan a mediciones precisas en el país, si se tienen algunos estimados del volumen de agua realmente aprovechada. A continuación los datos están en miles de millones de m3:

Vertiente del Pacífico     50%  de 36 m.m.m3     =      18 mil millones m3
Vertiente del Titicaca     20%  de   9  m.m.m3     =        2 mil millones m3
Vertiente del Amazonas  0,6% de 1.720 m.m.m3=       10 mil millones m3
TOTAL UTILIZADO 1,7 % de 1.765 m.m.m3=30 mil millones m3                               

Por la incapacidad técnica, y el desinterés social,  de la clase dominante en el país, en la actualidad solamente se utiliza un reducido volumen de escasamente 30 mil millones de m3 del total de las aguas potencialmente disponibles anualmente, lo  que representa un reducido porcentaje de solo el 1,7 % del total. El restante 98% regresa a los océanos, y se pierde sin ser aprovechada en lo más mínimo. Esta es otra demostración cabal de la incapacidad de la actual clase dominante para afrontar y dirigir la atención de los problemas peruanos.

Según los informes de la ANA (Autoridad Nacional del Agua) la distribución del agua utilizada  que realmente se aprovecha en la actualidad, es decir del 1.7 % mencionado, es la  siguiente:

Actividad
Porcentaje
Agrícola
85 %
Poblacional
7 %
Industrial
7 %
Minero
1 %

Mientras que a la actividad agrícola se le destina el 85% del agua actualmente utilizable, a la minería escasamente se le destina el 1% de ese reducido volumen. Este es el fondo del problema de la contradicción, contradicción más artificial que real, existente entre las necesidades de agua en el  Agro y en  la Minería.

CONCLUSIÓN PRELIMINAR.- 

Para continuar con el actual Crecimiento Económico (crecimiento económico capitalista, se entiende), y crear las condiciones necesarias más favorables para el futuro Desarrollo Social, y para  poder  superar el atraso general del país y la pobreza de la mayoría del  pueblo, una de las tareas centrales en la construcción del  Perú Nuevo del futuro será  planificar de manera estratégica el Control y Manejo de las 157 Cuencas Hidrográficas existentes en el país. Control y Manejo necesario y obligado con el objetivo de utilizar  al máximo y adecuadamente el agua disponible, en primer lugar para el consumo humano directo, y también para ser utilizada en el desarrollo de la agricultura, la ganadería, y  la industria, incluida  la minería.

Agro SI, Minas SI, para Industrializar el Perú, sería la consigna general más adecuada para expresar las necesidades reales de la población, que  puede complementarse con  otra consigna más específica Agua SI, Oro SI, para financiar el Crecimiento del País.  

A la burguesía peruana, en el poder desde hace cerca de 100 años, históricamente le correspondía desarrollar una política de construcción de reservorios y canales de irrigación, es decir lagunas y ríos artificiales, en cada una de las cuencas hidrográficas, para afrontar las  necesidades del crecimiento económico y modernizar al país. Esta sigue siendo, y seguirá siendo  una tarea pendiente, tarea  que necesariamente tendrá que asumirla otra clase social.

(*) Este comentario, originalmente  lo escribí el 9 de abril  de 2012, dos meses después de una “Marcha por el Agua” realizada el 10 de febrero de ese año.
Los conceptos expuestos, me parece que en lo fundamental siguen vigentes, y ahora cobran más importancia. Nos encontramos en las vísperas de la violenta irrupción  de una nueva versión del llamado Fenómeno del Niño, que nuevamente, como “un castigo de Dios”, desplegará grandes volúmenes de precipitaciones de aguas de lluvia, inundará miles de hectáreas de tierras de cultivo, así como zonas urbanas desprotegidas, destruyendo a su paso todo lo que encuentre.
En las condiciones naturales, que necesariamente se presentarán en los próximos meses, a nadie en su sano juicio, se le ocurriría, hoy en día, organizar una “marcha en defensa del agua” (¿?). No, en los próximos meses, el problema aparente de cientos de miles de pobladores será cómo “defenderse del agua”. Pero visto racionalmente, el problema no es “defender”, ni “defenderse” del agua, el  agua no es nuestro enemigo. El problema, desde el punto de vista estrictamente técnico, será doble. Por un lado, cómo  contrarrestar los efectos negativos de esa descomunal fuerza natural; y por otro lado, lo más importante,  cómo aprovechar al máximo los aspectos positivos de ese  despliegue de energía natural.  Para comenzar, tendremos que volver a asimilar las enseñanzas de los pueblos y sus culturas ancestrales, y actuar conforme a las leyes de la naturaleza. Todavía tenemos un poco más de 60 días, para meditar y plantear propuestas más o menos serias (21 de septiembre de 2015).

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