miércoles, 9 de marzo de 2016

LA CAMPAÑA ELECTORAL Y ESE MONASTERIO SILENCIOSO QUE VIAJA A 300 KILÓMETROS POR HORA DE MADRID A BARCELONA




Publicado en March 8, 2016 por Daniel Eskibel
 
Tip: Dale al comando de tu campaña electoral paz, armonía, minimalismo y foco.Sales de la estación de Atocha, la misma cuyos techos viste desde lo alto del Museo Reina Sofía la tarde anterior. 

Ya sabes: Atocha. El ladrillo de las paredes, las cintas deslizantes para subir y bajar los distintos niveles, la vegetación enorme, como una isla tropical en medio del invierno madrileño. Allá van las tortugas nadando en un agua sucia o tal vez deteniéndose, mirando hacia arriba con el cuello tenso e inmóvil. Atocha: el centro comercial y luego los trenes. 

Vas en el coche del silencio. 300 kilómetros por hora. Nadie habla. Móviles en silencio. Velocidad que casi no se nota. Allá atrás queda Madrid. Allá adelante está Barcelona como destino. Y te concentras en escribir. Foco. Atención concentrada como un haz de luz sobre la pantalla de la Macbook. Escribes. Mientras el mundo está entre paréntesis, simplemente escribes.

Escribes sobre esa gran paradoja de toda campaña electoral. La paradoja del monasterio que viaja a toda velocidad.

La campaña electoral y su comando

El comando que dirige la campaña electoral debe conducir ese vehículo a 300 kilómetros por hora. Miles de tareas en poco tiempo, varios frentes de acción, muchas personas para coordinar, plazos a cumplir con rigor, reacciones rápidas ante la coyuntura…

Lo dicho: 300 kilómetros por hora.

Pero al mismo tiempo ese comando que dirige la campaña electoral debe funcionar con criterios operativos eficaces que se alejan mucho de tal despliegue de velocidad.

A saber:

·  Paz. La campaña electoral tiene muchos aspectos bélicos, de lucha, de conflicto. Por eso mismo su comando debe cultivar con esmero la paz interna. En un ambiente exasperado las decisiones suelen ser de mala calidad. Es obligatorio, entonces, construir un ambiente pacífico para tomar buenas decisiones

·  Armonía. El comando de la campaña electoral es un equipo integrado por personas diferentes, con experiencias y capacitaciones diferentes. Ese equipo debe integrar y armonizar esas diferencias. Para que sean enriquecedoras y trabajen en una misma y única dirección. 

·  Minimalismo. Si la campaña electoral no prioriza no avanza. Si pretende hacerlo todo, pues se hunde en un activismo estéril que no conduce a nada. Menos decisiones. Menos acciones. Menos reuniones. Menos palabras. Menos burocracia interna. Menos excesos. 

·  Foco. El comando de la campaña electoral debe concentrarse como un rayo láser sobre sus prioridades. Eliminar distracciones. Nada de irse por las ramas. Nada de caminos infinitos que se bifurcan. Foco. Atención concentrada en lo esencial.

La campaña electoral por dentro y por fuera

Vista desde afuera, la campaña electoral debe ser como el tren de alta velocidad viajando a 300 kilómetros por hora.

Pero vista desde adentro, el comando de la campaña electoral debe ser como un monasterio silencioso y trabajador.

Es difícil, claro está.
 
En especial porque la velocidad tiene su inercia. Y la inercia de una campaña electoral se llama caos.


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