(23 de junio de 2025)
Por Miguel Aragón
Resulta demasiado evidente que la
acción del 13 de junio por parte del gobierno de Israel contra la nación de Irán,
y la acción del 21 de junio, por parte del gobierno norteamericano también contra Irán, han sido dos actos de
prepotencia y provocación, contra el pueblo de un país emergente, que ya está
integrado a la gran comunidad de los BRICS+.
Una acción obedece a la táctica
de un país capitalista monopolista e imperialista (EEUU) y la otra a la táctica
de un país capitalista semicolonial y a la vez hegemonista (Israel).
Por su parte, los gobiernos de
China y de la Federación Rusa, tienen sus propios planes tácticos para afrontar
la actual situación mundial.
Una obedece a la táctica de un
país socialista (China) y la otra obedece a la táctica de un país capitalista
monopolista no imperialista (Federación Rusa).
Los gobiernos de ambos países,
China y Rusia, no tienen por qué actuar al ritmo impuesto por el ocasional gobierno
de EEUU, ni tampoco tienen porque responder militarmente de inmediato. Ese
sería un error muy grave.
No se trata de "estar o no
estar asustados", como supone nuestro amigo Martin R.
II
Sabemos que la guerra es la
continuación de la política por otros medios, y también sabemos que la política
es la expresión concentrada de la economía.
Desde que comenzó la última fase
de la crisis económica capitalista, en el año 2008, crisis que necesariamente
está agudizando todas las contradicciones de la sociedad capitalista cuyas
consecuencias son imprevisibles, es muy posible que los dirigentes de la
República Popular China hayan vuelto a revisar los escritos militares de
Engels, Lenin, Mao Zedong, Zhukov, y otros; así como los escritos diplomáticos
de Tchitcherin, Molotov, y Zhou Enlai, entre muchos otros.
Y es muy posible, que el consejo común
de todos esos expertos sea no caer en la provocación y no actuar con
desesperación.
Esta actitud firme y serena contribuye
a desestabilizar moral y políticamente a los desesperados agresores.
III
Por nuestra parte, nosotros no
somos los indicados para pretender definir la táctica de los gobiernos de
China, de Rusia, ni de ningún aliado de Irán. Pero si tenemos la
responsabilidad de estudiar las leyes de la diplomacia y de la guerra, y
movilizar a nuestro pueblo para apoyar y defender las causas justas, porque la
agudización de la crisis del Medio
Oriente, es una crisis de alcance
mundial.
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