sábado, 16 de julio de 2011

A PROPOSITO DE UN LIBRO Y UNA CONTROVERSIA DE LIMITES


Los niños vienen al mundo con un pan bajo el brazo dice el dicho popular; sin embargo, en lugar de pan, hoy, lo que traen son facturas, facturas y más facturas que pagar. No, otra cosa ocurre con la publicación de un libro. Muchas veces, si no tienes un mecenas o auspiciador no puedes realizar el sueño del libro publicado. El libro es una mercancía que no vende en una sociedad donde el mercado es un Dios mucho más poderoso que Yahvé o Jehová.

La frontera entre Tacna y Moquegua, de Efraín Choque y Oscar Panty, felizmente encontraron, por vez primera en la historia de los consejeros regionales, un hombre comprometido con nuestra Región que sabe del valor superior de la cultura para los pueblos. Rafael Vargas Málaga está dando un EJEMPLO a sus colegas que sólo se preocupan a fin de mes en pasar por caja a cobrar.

Sin más preámbulos, como los pollitos vayamos al grano.

Como todos ustedes saben. El conflicto limítrofe entre Tacna y Moquegua no es un hecho aislado en el Perú de todas las sangres. Pues sí, Moquegua disputa con Puno, Arequipa con Cuzco, Moquegua sostiene que Huaytire es “legal y historiadamente” territorio moqueguano. A lo largo y ancho de nuestro Perú republicano existen 612 controversias territoriales, de las cuales 94 son entre departamentos, 131 entre provincias y 387 entre distritos, señala la Dirección Nacional Técnica de Demarcación Territorial. Entonces, debemos preguntarnos, ¿Qué fuerzas históricas empujan ésta tendencia al conflicto entre los pueblos del PERÚ? ¿Quién o quienes están detrás de estos conflictos?

Veamos entonces. Lo primero que debemos señalar es que vivimos una época en que la economía domina y absorbe a la política de un modo demasiado evidente. Los intereses económicos mueven a los hombres en sus decisiones políticas. Hace relativamente poco tiempo Tacna perdió una parte significativa de los recursos que obtenía del mal llamado canon minero. Muchos nos hemos preguntado, ¿por qué perdimos esa batalla con Moquegua? Lo cierto es que una batalla se pierde sea por una pésima dirección o simplemente por la superioridad del adversario. ¿Puede alguien señalar que la orientación de la batalla por el lado tacneño fue acertada? ¿Alguno de los presentes cree que nuestras autoridades actuaron con rapidez, prudencia e inteligencia? Lo cierto es que quienes convocaron y dirigieron la respuesta Tacneña a las pretensiones Moqueguanas en el 2008 se equivocaron de cabo a rabo. La pregunta que nos hacemos, a todo eso, es si los desaciertos fueron por chatura mental digna de pigmeos intelectuales o simplemente… porque les rompieron la mano. No caben otras alternativas que expliquen el nefasto y torpe comportamiento de los responsables del desastre de octubre – noviembre 2008.

A la luz de la experiencia del 2008 queda claro que, en el tema de los límites entre Tacna y Moquegua, hay intereses económicos interesados en azuzar este conflicto. Por eso, no es antojadiza la hipótesis, de innumerables analistas tacneños, que detrás de este tema está la empresa Southern Perú. Pero dejemos de lado este aspecto del problema y entremos de lleno a una preocupación que a nuestro juicio es vital para el futuro del país.

En las discusiones sobre el tema de la delimitación interna del Perú se obvia una cuestión absolutamente vital que determina incuestionablemente el carácter de los conflictos actuales. Nos referimos a un problema histórico no resuelto por la burguesía peruana en los casi 200 años de República aristocrática. América hispánica durante la revolución de la independencia buscaba desvincularse de la rígida autoridad virreynal y emanciparse de la medioeval mentalidad del rey de España. El propósito declarado de los criollos era tomar las riendas de la administración política en sus propias manos. (Es bueno aclarar que la independencia de América hispánica no es la “independencia” de indoamérica es, por eso, que al hombre andino le es indiferente el 28 de julio. Y si al hombre andino le son indiferentes las celebraciones criollas. Los criollos tampoco toman en cuenta al hombre andino. Hace pocos días celebramos el bicentenario de Zela, con bombos y platillos, pero en la ceremonia central no se observa presencia de representantes del hombre andino es más, ni siquiera, fueron invitados.) Resumiendo: La revolución de la independencia no fue un movimiento social contra las estructuras económicas feudales y la explotación inhumana del hombre andino. Este hecho significativo explica el por qué en nuestro país no se logró consolidar la NACIÓN peruana. Recordemos que la creación y consolidación de la Nación peruana es una tarea político - social que histórica y económicamente le corresponde llevar adelante a la burguesía como clase. En Argentina y Chile, sus burguesías en el poder, llevaron adelante la tarea de formación de las nuevas naciones. Chile, en el siglo XIX, con Portales había culminado ese proceso. Argentina con Avellaneda puso los cimientos de la nación gaucha.

Hace pocos días, en el Taller de presentación de avances sobre el Cambio climático y la gobernabilidad del agua en las cuencas de Tacna, se observaba que en nuestro país tenemos Presidentes de la República y candidatos en las elecciones que no piensan ni hablan como peruanos. Lo cual es inadmisible en cualquier nación que se respete a sí misma. El día de ayer la noticia nos traía la novedad que Chile promociona la causa peruana como platillo chileno. Preguntamos a los presentes, si puede alguno dar fe de las bondades de la culinaria chilena. El chileno precisamente no se distingue por su buen gusto en la cocina. En Chile quienes les están enseñando a deleitar sus paladares, son precisamente nuestros paisanos. Los peruanos que hemos visitado la larga angostura de nuestro vecino sabemos que son pésimos cocineros. ¿La causa, el cebiche, la leche de tigre, el pisco sour, el suspiro, etc., etc., chilenos? De dónde pecata mía, si no es… de la cocina peruana. Son las manos de los peruanos residentes en el vecino país que se prestan al juego chileno. Amén de la metamorfosis lingual de nuestros paisanos que regresan al Perú hablando como argentinos, chilenos, mexicanos o el país que les da abrigo. Estas peculiaridades del peruano sin conciencia ni filiación nacional reflejan una realidad innegable en el país. Un país con un pueblo sin identidad nacional, es como un barco sin timón. Mariátegui hace más de 80 años señaló que el Perú era una Nación en formación. Y la cruda realidad socio-política hoy corrobora la afirmación del cojito genial.

En la solemnidad de los homenajes, que todos los años le brindan a don Jorge Basadre Grohmman, “sus hermanos menores” –una huachafería que repiten y repiten como si al hacerlo se les fuera a pegar un tantito del talento del ilustre tacneño–, jamás se atreven a recordar al visionario, al crítico, al hombre comprometido con el destino de su pueblo. Por eso, para concluir esta breve conversación debo recordar un pensamiento del maestro, quien en una obra visionaria decía: “Con el socialismo debe culminar el fatigoso proceso de formación histórica del Perú. Dentro de él, vinculado más que nunca al continente y a la humanidad, el Perú debe encontrar su realidad y su solución.”1 Más ¿por qué afirmaba tal cosa Basadre? La razón es muy sencilla porque la burguesía peruana es incapaz de construir la peruanidad. Doscientos años de republica lo prueban.

15 julio 2011
Edgar Bolaños Marín

(1) Jorge Basadre, Perú: Problema y posibilidad.

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