lunes, 6 de abril de 2015

LA VISIÓN INTEGRAL DEL SER HUMANO



 

Lunes, 6 de abril de 2015

En el último trabajo que he publicado en el blog, Ser y apariencia, formulé la siguiente idea: “Defiendo un pensamiento integral. Todas las esferas del saber representan al ser humano de manera unilateral. De ahí mi interés por el estudio de distintas ciencias. De todos modos hay una esfera del saber que cumple con el requisito de la visión integral del ser humano: la filosofía. En este sentido la filosofía es insustituible”. Wilbert Tapia, miembro de foro Filosofía y pensamiento, después de leer este fragmento, formuló la siguiente objeción: “En este caso se está presentando la idea de que la filosofía proporciona una visión integral del ser humano. Todavía faltaría especificar qué es lo que se está comprendiendo por visión integral”. Yo creí que mi argumento aclaraba con suficiencia  lo que entendía por visión integral del ser humano, puesto que lo había opuesto a la visión unilateral que ofrecía cada una de las ciencias naturales y sociales. Pensaba además que el significado general del adjetivo integral, incluir todos las partes necesarias de una cosa para ser completa, le daba el carácter de suficiencia al concepto de visión integral del ser humano. Pero parece no ser así. Es cierto que un concepto no puede agotarse en una definición aislada del objeto de dicho concepto. Un concepto se entiende mejor cuando forma parte de un teorema o de varios teoremas.

Los seres humanos tienen distintos modos del ser: en tanto es un ser dotado de sistema nervioso, es objeto de la fisiología; en tanto es un ser psicológico, es objeto de la psicología; en tanto es un ser productor de riqueza, es objeto de la economía; en tanto es un ser que tiene que satisfacer necesidades humanas, es objeto de la antropología; en tanto es un ser biológico, es objeto de la biología; en tanto es un ser social, es objeto de la sociología; en tanto es un ser histórico, es objeto de  la historia; y así hasta agotar los múltiples modos del ser de los seres humanos. En suma: del mismo modo que el ser humano tiene múltiples modos del ser, de igual manera son múltiples las esferas del saber que lo representan científicamente. Cada esfera del saber, al representar solamente una modalidad del ser, tiene una representación unilateral del ser humano. Puede conjeturarse entonces que una visión integral del ser humano sería aquella que sumara las variadas visiones de las distintas esferas del saber. Pero esta forma de concebir las cosas sería poco satisfactoria, puesto que dicha visión carecería de unidad. El ser humano no sería un ser íntegro sino una suma de múltiples modos del ser.

La política, como esfera del saber, parece que capta a los seres humanos de un modo más integral que el resto de las esferas de saber mencionadas. La política tiene en cuenta a los seres humanos en tanto tienen necesidad de un trabajo, en tanto tienen una familia, en tanto son objetos de la violencia, en tanto están necesitados de justicia, en tanto están necesitados de educación, y en tanto están necesitados de atención sanitaria. El Estado, que representa la objetivación de la sociedad, se preocupa por legislar todas las formas de la práctica social. Y la lucha partidista tiene como objeto la conquista del poder del Estado. Luego damos un salto importante en la concepción del ser humano cuando pasamos de aquellas esferas del saber a la esfera de la política. En la política concebimos un ser humano relativamente integral.

Surge ahora una pregunta que todavía no hemos formulado: ¿Bajo qué modalidad del ser representa la filosofía al ser humano? De forma mecánica podríamos responder que en tanto el ser humano es un ser filosófico. Pero entonces tendríamos que saber cuál es esa modalidad del ser. Y no tenemos una respuesta convincente. Sí sabemos que la filosofía hace uso de las categorías más abstractas y generales que existen en el universo categorial del ser humano. Y también sabemos que todas las ciencias particulares necesitan de la filosofía para resolver cuestiones que ellas por sí mismas no pueden responder. La nanotecnología está experimentando un desarrollo colosal y va a tener un sinfín de consecuencias para la vida de los seres humanos. Igual sucede con la biotecnología. Son los propios científicos, inmersos como están en la unilateralidad que suponen su propia esfera de saber, quienes están preocupados sobre las consecuencias que tendrían estos cambios tecnológicos sobre el destino del ser humano en tanto ser humano. Todas las ciencias particulares viven su propio desbordamiento, todas van allá de sí mismas. Esto también se produce porque los propios científicos tienen más conciencia social que hace siglos. Todos saben que aunque las ciencias naturales y su aplicación tecnológica experimentan desarrollos vertiginosos, la propia naturaleza sufre graves deterioros por ese mismo desarrollo y muchos seres humanos, especialmente los muy pobres, no disfrutan de los éxitos de la ciencia. La demanda de la filosofía está ahí. Cosa distinta es que haya filósofos conscientes de esa tarea.

Las propias categorías filosóficas expresan que su visión del ser humano es integral: ser, esencia, sustancia, conciencia, enajenación,… El carácter abstracto de estas categorías debe entenderse no en el sentido de parte, abstracción de un rasgo de una totalidad, sino en el sentido de alejamiento de lo particular para hacer posible la representación de la totalidad. Pero hay que advertir que la filosofía neopositivista, con su visión superficial y parcial del mundo, intentó convertir estas categorías en palabras carentes de significado. Y muchos los secundaron. Sobrevino un empobrecimiento cultural en el seno de la filosofía. El neopositivismo al convertir la física y la lógica matemática, sin duda las ciencias donde hay más abstracción del ser humano y de sus necesidades, en las ciencias referentes para la reflexión ontológica y epistemológica, provocaron la pérdida de la centralidad del ser humano en la reflexión filosófica. 

Volvamos a la actividad política. Pensemos en la crisis económica desatada en 2008. En España ha surgido una formación política nueva: Podemos. En apariencia era una formación política radical. Igual sucede con Syriza. Su naturaleza radical nos hacía pensar que iban a criticar la estructura profunda del sistema capitalista. También pensábamos que la ideología iba a recobrar fuerza y protagonismo. Pero nos equivocamos. Resulta del todo curioso que sea el PP, el partido conservador, quien reclame un mayor protagonismo de la ideología mientras que Podemos quiera diluirla, señalándola como algo no importante. Pero ¿qué es la ideología? En el marco en el que nos movemos la ideología es la concepción del mundo presente y futuro que deberían tener todos los partidos políticos. La ideología, mira por donde, debe aportar una visión integral del ser humano. Pero nos advertía Marx que la ideología dominante en el sistema capitalista es la economía política. Y la economía política supone la negación de la filosofía. Muy al contrario de lo que sucede con la crítica de la economía política llevada a cabo por Marx, que tiene un notable componente filosófico y nos aporta, por consiguiente, una visión más integral del ser humano. Marx no propone solo acabar con el capitalismo, sino acabar con la enajenación humana generada por la propiedad privada, cuya historia se remonta hasta las primeras sociedades capitalistas. Así que en la ideología, componente identificador de los partidos políticos, también encontramos un ámbito de la visión integral del ser humano.

Resumamos lo dicho hasta aquí. Las ciencias particulares aportan una visión parcelada del ser humano; la visión integral no debe entenderse en el sentido de suma de las distintas ciencias particulares, pues dicha visión carecería de unidad; la política, como esfera teórico práctica mediada por la existencia del Estado, tiene una relativa visión integral del ser humano; y por último, la ideología, en cuanto concepción del mundo presente y futuro, supone una concepción integral del ser humano. Hay que advertir que el grado en que cada ideología capte de modo integral el ser humano depende del desarrollo histórico nacional donde esas ideologías tomen cuerpo. Hay ideologías pobres y hay ideologías ricas, ideologías desarrolladas e ideología con escaso desarrollo, ideologías materialistas e ideologías idealistas, ideologías hermanadas con la ciencia e ideologías religiosas.

Sigue en pie una pregunta cuya respuesta he ido demorando intencionadamente hasta el final del trabajo: ¿bajo qué modalidad del ser capta la filosofía al ser humano? Muchos filósofos se han preguntado a lo largo del devenir histórico qué diferencia al hombre del animal. Y respondieron: la conciencia. Aquí tenemos el rasgo que expresa el carácter integral del ser humano. En tanto es un ser dotado de conciencia, el ser humano es objeto de la filosofía. En la conciencia humana se encuentra todo: su mundo interior y su mundo exterior. La forma de la conciencia  es el saber. Y esta forma está presente en todas las ciencias particulares y en todas las formas de la práctica social. Hay una forma en que la filosofía moderna captó este aspecto, aunque no fue consciente del todo. Gran parte de la filosofía del siglo XX se presentó como filosofía del lenguaje. Desgraciadamente el neopositivismo, que fue la línea dominante de la filosofía durante esa época, empobreció la concepción del lenguaje. Pero si consideramos, por una parte, que el lenguaje es la objetivación de la conciencia, y por otra parte, que el lenguaje está presente en todas las formas de la práctica social, podemos concluir que el rasgo que expresa el carácter integral del hombre es el lenguaje, pues su universalidad, en el sentido de estar presente en todo, es superior a cualquier otro rasgo del ser humano. Si en la concepción que tenemos del lenguaje predominan las formas del saber lógico matemático y físico, nuestra visión del ser humano no será integral. Pero si en la concepción que tenemos del lenguaje están presentes todas sus formas particulares de existencia, incluyendo el lenguaje popular, el lenguaje literario y el lenguaje de todas las ciencias, incluidas las históricas y sociales, nuestra visión del ser humano será integral. Tal vez sea Hegel el  filósofo que mejor supo  expresar esa tarea de la filosofía.


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