viernes, 10 de enero de 2020

HOMENAJE AL CIUDADANO HISTORIADOR PABLO MACERA DALL'ORSO





Amigos y compañeros:      
Ayer 9 de enero del 2020, muy temprano nos dejó nuestro historiador Pablo Macera Dall’Orso. Su fallecimiento ha causado mucha consternación a todos los peruanos que vivimos pendientes de lo que ocurre día a día en nuestra república.

Don Pablo, porque así lo traté, con respeto y admiración, resulta ser un ciudadano que por vocación fue historiador; y en su calidad de académico de la historia y de la vida, los peruanos sabemos de las virtudes y las atribuciones que don Pablo mostró en su absoluta independencia para enseñar y para escribir sus libros. 

Asimismo el doctor Macera fue libre de opinar, aún en épocas en que mejor era guardar silencio, y si no, terminabas en las oficinas de la policía política o en los tribunales de justicia por quienes se sentían ofendidos por la forma espontánea e inteligente con que opinaba.

Macera era un personaje y un ciudadano historiador, que hizo de su vida la lectura y las ensañas que impartió en las aulas de San Marcos, o en artículos que en los diarios publicara sobre la historia peruana; Macera historiador no se ocupaba sólo de nuestro pasado histórico, sino también por su formación fue un militante del conocimiento de la vida cultural, económica y política. Dictaba lecciones para aprender e interpretar el Perú como patria, como decía Víctor Andrés Belaúnde, Basadre y José Carlos Mariátegui.

Macera fue el ciudadano que quiso, y a la vez llegó a saber del hombre peruano y de sus colectividades, como maestro no fue egoísta, nos comunicó para decirnos, sobre el hombre del Perú de ayer, del hoy y del mañana.

Lo conocí, a partir del año 1974 gracias a la presentación de otro gran peruano, don Jorge Basadre; de la fecha mencionada que lo conocí, pasaron varios años para hacerme amigo de don Pablo, particularmente cuando asistía a su seminario “Rural Andino” de la Universidad de San Marcos en el jirón Andahuaylas (calle Real), fui asiduo visitante por el gran interés que tenía por saber de sus trabajos y de los míos, en especial de la Contraloría General, institución donde trabajé.

Don Pablo, al que repito, lo traté con gran respeto porque siempre es bueno los respetos y consideraciones de orden personal, nunca le pregunté sobre su posición política en la década del 90, que por cierto no íbamos a coincidir; pienso que gracias a dicho respeto nuestra amistad se fortaleció más, con otros amigos y compañeros, Jaime Castro Contreras y a veces también don Ernesto Yépez, en un tiempo a fines del 90 y comienzos del siglo XXI nos reuníamos a tomar desayuno en el chifa situado en el jirón Paruro (calle Púlpitos), porque a don Pablo le gustaba tomar desayunos con sabor chino.

Del doctor Macera tengo grandes recuerdos, porque cada vez que iba a publicar un libro le pedía su prólogo o un comentario para cada presentación, él lo hizo con gran voluntad y cariño. No quiero hacerle un homenaje recordando sus diversos y variados estudios sobre el Perú andino, virreinal y republicano, eso queda para aquellos que quieran investigar sus obras, yo en mi último trabajo “El Estado en el Perú debe ser para todos”, en su cuarto capítulo del libro sobre aspectos de cultura, nación e institucionalidad, en su punto III, ahí menciono que Macera en su libro “Tres Etapas en el Desarrollo de la Conciencia Nacional”, escrito en la década del 60.

En este estudio decía que el proceso de emancipación significó cambios de orden ideológico en los intelectuales criollos peruanos, cuyo objetivo final sería la libertad del dominio colonial, lo sustantivo en estos cambios que se centraron: “en los últimos años coloniales en que se ha distinguido tres etapas ideológicas en cuanto a la formación de la conciencia nacional. Para conocer el desarrollo de esa conciencia es indispensable no sólo estudiar las doctrinas de la evolución que lo concluye y simboliza, sino también el proceso cultural peruano durante el siglo XVIII, sin el cual sí podríamos considerar la independencia de extranjeros”.

La conceptualización, como su acuciosa información en sus “Trabajos de Historia” “y en la mencionada “Tres Etapas en el Desarrollo de la Conciencia Nacional” asumo de esas lecturas que lo circunstancial y la indiferencia en la historia no es aislado, no se escapa de lo que él dice: “aquella predisposición a favor de lo nacional, de lo peruano resultante de la conjunción del criollismo y de racionalismo moderno, y ver qué lugar ocupó el indio dentro de esas nuevas perspectivas. Por desgracia el modernismo fue entre nosotros un entusiasmo de minorías, recluido geográfica y socialmente en las ciudades y en un pequeño grupo de hombres de raza blanca, el indígena que sus antecesores habían conquistado fue un personaje extraño al que difícilmente comprendieron”.

En esta línea de más o menos ocuparse sobre lo indígena, Pablo Macera nos dice que: “Hipólito Unanue para escribir su Idea General de los Monumentos del Antiguo Perú. Aunque su estudio fue superficial y somero, limitándose a señalar algunos de nuestros principales lugares arqueológicos del Perú (Tiahuanaco, Chachapoyas, Cuzco, Quito, Pachacamac, Lucanas, etc.) y a elogiar los adelantos obtenidos por los antiguos indios en la metalurgia, medicina y ciencias matemáticas. Lo principal en el artículo de Unanue fue no tanto esas velocísimas referencias, ni su defensa de Garcilazo sino el entusiasmo que denotan por una tradición que a pesar de todo no era ni podía ser la suya, el entusiasmo por derecho de sangre, Unanue no vacilaba en condenar la profanación de las tumbas y palacios indios y culpar de esta destrucción al execrable ‘hambre de oro’ de los conquistadores españoles” (Ver Trabajos de Historia de Pablo Macera, tomo 2, página 313).

Esa forma amplia y a la vez profunda era la escritura de don Pablo Macera, cómo fuera que los nuevos historiadores consideren al maestro que en sus libros nos enseñó no sólo historia, sino economía y política de nuestro Perú milenario, del actual y de su perspectiva por la redención nacional.

Gracias doctor Pablo Macera Dall’Orso por su gran amistad que me brindó y por las enseñanzas de su cátedra que salió de San Marcos para todo el Perú y a los ciudadanos que no perdemos la lucha por ser república completa, autónoma y soberana.

Fernando Arce Meza                              Surco, 10 de Enero del 2020

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