lunes, 22 de febrero de 2021

¿ES LA DEMOCRACIA UN FIN O UN INSTRUMENTO?

 

Foto: https://kaosenlared.net/

 

La estrategia de la izquierda del siglo XXI combina la lucha democrática de masas con la democratización radical del Estado y de todas las estructuras sociales, económicas, políticas y culturales.

22/02/2021

La izquierda fue acusada, durante mucho tiempo, de privilegiar la conquista de mejores condiciones de vida para la población, que la conquista, preservación y profundización de la democracia. El modelo soviético, que se caracterizó por la mejora de las condiciones de vida del pueblo, con un régimen político autoritario, fue un referente internacional para la izquierda. Los gobiernos de Vargas y de Perón, caracterizados también por la combinación del autoritarismo político y la conquista de mejores condiciones de vida para el pueblo, fueron el referente nacional y latinoamericano.

Esta polarización fue restrictiva para la izquierda, a la que siempre se le acusó de no valorar la democracia, tema rescatado por la derecha liberal. El socialismo estatista soviético desapareció, como un fenómeno histórico nunca antes visto, en el que una superpotencia se desintegra desde adentro, también bajo el efecto de campanas externas.

La izquierda solía devaluar la democracia existente como una "democracia burguesa", en contraste con una "democracia socialista", existente en los países socialistas, en la que el proletariado sería la clase dominante. No tuvieron en cuenta que en el modelo soviético no existía la socialización de los medios de producción, sino la nacionalización de estos medios en manos de una burocracia, el verdadero sector dirigente de la sociedad. Un análisis indispensable, sin el cual sería imposible comprender el espectacular final de este tipo de régimen político.

Las dictaduras militares en América Latina obligaron a la izquierda a valorar la democracia, como la única forma en que se puede imponer la voluntad de la mayoría. La lucha contra las dictaduras ha incorporado definitivamente la cuestión democrática como tema indispensable en los programas de la izquierda.

Sectores de la vieja izquierda continuaron resistiendo este avance. En primer lugar, los partidos comunistas, derrotados con el fin de la URSS y el modelo de socialismo de estado, irreversiblemente debilitado por estos fenómenos. Junto a ellos, como componente del viejo escenario de izquierda, grupos trotskistas también revelaron esta resistencia.

La izquierda del siglo XXI incorpora la cuestión democrática como fundamental. Ya sea porque nació de la resistencia a las dictaduras, o porque se apoya directamente en los movimientos sociales, que valoran fuertemente la democracia, espacio indispensable para su desarrollo.

Pero también porque la estrategia de la izquierda del siglo XXI no descarta la democracia existente simplemente como "democracia burguesa", sobre todo porque fue lograda por las luchas democráticas llevadas a cabo por el movimiento popular, a menudo contra las posiciones e intereses burgueses.

La relativa autonomía de las estructuras políticas - según las teorías de Nicou Poulantzas - da un importante margen de maniobra. Fue así, por ejemplo, como Bolivia, en el proceso más radical de este siglo en América Latina, logró refundar su Estado, cambiando su carácter.

Sin embargo, basados ​​en sociedades capitalistas, los estados tienen limitaciones estructurales. El sistema liberal es la forma predominante de sistema político en las sociedades capitalistas. Sin embargo, cuando entró en crisis, las oligarquías dominantes no dudaron en implantar dictaduras, rompiendo abiertamente con la democracia o con nuevas formas de judicialización de la política, que distorsionan la democracia desde dentro, como el régimen instalado en Brasil desde el golpe de Estado de 2016, así como en Bolivia.

La izquierda del siglo XXI siempre lucha por más democracia y no menos, contra cualquier tipo de dictadura. El sistema por el que lucha la izquierda del siglo XXI es el de una democracia cada vez mayor y cada vez más amplia, cada vez más bajo el control directo del pueblo.

La estrategia de lucha armada, según el propio criterio del Che, podría ser adecuada cuando otras formas de lucha son cerradas, por regímenes dictatoriales, como fue el caso en tiempos de dictaduras militares. Además, ha cambiado la correlación de fuerzas a nivel nacional e internacional. Por eso, las guerrillas salvadoreña y guatemalteca han tratado de reciclarse para la lucha democrática y de masas. Si hoy un movimiento social o un partido político intenta militarizar su lucha, además del aislamiento de las masas, sería destruido militarmente en muy poco tiempo.

La estrategia de la izquierda del siglo XXI, que apunta a superar el modelo neoliberal por un modelo posneoliberal, es la estrategia de combinar la lucha democrática de masas con la democratización radical del Estado y de todas las estructuras sociales, económicas, políticas y culturales de nuestras sociedades. Es una lucha que pretende impulsar las grandes transformaciones estructurales que demandan nuestras sociedades, combatiendo todas las formas de violencia y haciendo prevalecer las formas democráticas, que son aquellas en las que las grandes mayorías pueden imponer su voluntad y sus intereses. La democracia así no es simplemente un instrumento para obtener otros fines, sino que es en sí misma un fin, un objetivo, que siempre debe ser perfeccionado, profundizado, ampliado, democratizado.

 

- Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).

https://www.alainet.org/es/articulo/211067

 

LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD Y DEMOCRACIA

 

 "En el siglo XVIII tardío, las revoluciones francesa y americana marcaron la transición del feudalismo al capitalismo. Los líderes de esas revoluciones creyeron que habían hecho surgir una nueva sociedad caracterizada por la libertad, igualdad, fraternidad y democracia.

Pero esa transición también se estancó: logró el cambio de la relación señor/siervo a la de patrón/empleado, pero no logró las demás transformaciones requeridas para dar lugar a la deseada nueva sociedad. El socialismo representó, en mucho, la continuación del impulso hacia esos cambios ulteriores.

Pero, los socialismos de la URSS, China y Europa Occidental se estancaron también. Sus seguidores y líderes creyeron que la transición del capitalismo privado al estatal traería consigo esos ulteriores cambios que el capitalismo nunca produjo. Las lecciones de los socialismos soviético y chino proporcionan una crítica profunda al socialismo estancado, los suyos y otros.

Culminar el paso del capitalismo al más allá del socialismo como una etapa transicional, requiere una revolución económica a nivel micro. La relación dicotómica patrón/empleado al interior de las empresas abandonarse en favor de una comunidad de trabajadores, democráticamente organizada, en la que ellos se empleen a sí mismos a la vez que dirijan la empresa.

Ese fundamento económico –que es lo que significa concretamente el comunismo– nos brinda una mejor oportunidad para realizar los fines de libertad, igualdad, fraternidad y democracia que tanto el capitalismo como el socialismo nunca pudieron alcanzar."

Richard D.Wolff

 

 

 

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