domingo, 5 de septiembre de 2021

LA SINGULARIDAD TECNOLÓGICA: DESAFÍOS ESTRATÉGICOS PARA LA HUMANIDAD

La velocidad tan acelerada a la que progresa la tecnología provocara que la inteligencia artificial tarde o temprano exceda la capacidad intelectual de los humanos y por ende el control que tenemos sobre ella.

03/09/2021

La Revolución Tecnológica sin dudas está cada vez más presente en nuestros días, y no admite discusión que se trata del tema “indiscutible” del siglo XXI, como la automatización, la robótica, y por sobre todo la inteligencia artificial (IA), entre otras. Según el historiador y filósofo Yuval Noah Hararí, ésta revolución tecnológica no será un evento, sino una serie constante, donde dos habilidades importantes marcaran la diferencia entre sobrevivir y sucumbir a las perturbaciones sucesivas en el trabajo, en las relaciones y en la política.

Más allá de las diversas formas de ver y encarar esta temática que desvela en sí a la humanidad, muchos expertos en la materia coinciden en que posiblemente esta posible Singularidad Tecnológica se podría dar entre el 2029 y el 2045.

Traigo también a colación, en esta introducción del tema en cuestión, un fragmento del prólogo que realizo el Dr. Roberto Uzal (Director de la maestría de Ciberseguridad y Ciberdefensa de la Universidad de Buenos Aires –UBA) a mi obra bibliográfica denominada “Cuarta Revolución Industrial: análisis estratégicos”, donde expresa textualmente: “… esta obra del Dr. Mario Ramón Duarte, considerando el contexto actual y su prospectiva en el futuro próximo, constituye un magnifico aporte para encarar inteligentemente los enormes cambios a ser enfrentados en los próximos años. Al respecto se cita la expresión “singularidad tecnológica”, la que se refiere a un punto “en el eje del tiempo”; a una fecha en la cual la humanidad percibirá y admitirá que “el efecto Kasparov” (campeón mundial de ajedrez derrotado serialmente por el computador Deep Blue), se ha extendido a los ingenieros, a los médicos, a los comandantes militares y otras profesiones y quehaceres. La inteligencia artificial habrá superado claramente a la inteligencia humana…”.

Ahora bien, realizada la presente introducción a un tema muy sensible en los albores de este siglo XXI, se hace menester realizar una definición lo más aproximada posible a lo que significa la Singularidad Tecnológica, merced a las distintas vertientes existentes en la actualidad que se dedican de lleno a esta temática.

Por eso creemos que la Singularidad Tecnológica es un concepto muy polémico que nace de una teoría muy famosa: la Ley de Moore de 1965 que expresaba que el número de transistores de un microprocesador, se duplica aproximadamente cada dos años. Esto, sumado a la exponencialidad de la tecnología, constituyen una herramienta definitoria para evaluar diversas actividades como la economía y las posibilidades de crecimiento de los Estados-naciones.

En fin, Singularidad Tecnológica es aquella idea que establece que llegara un momento en la historia de la Humanidad en que la Tecnología se desarrollara de forma tan rápida, que los robots, ordenadores, maquinas, etc, serán capaces de mejorarse a sí mismos y de forma recurrente, llegando a desarrollar súper ordenadores o súper robots que serán muy superiores a nuestra capacidad intelectual y física y posiblemente a nuestro control. En palabras más simples es aquella que sugiere que la velocidad tan acelerada a la que progresa la tecnología provocara que la inteligencia artificial (IA) tarde o temprano exceda la capacidad intelectual de los humanos y por ende el control que tenemos sobre ella.

Frente a este escenario mencionado ut-supra, que pareciera ser tan sombrío como el fin de la humanidad misma tal como se la conoce, surge entonces la necesidad imperiosa de saber si en verdad existen otros caminos para no caer en lo aparentemente inevitable y cuáles serían las posibles soluciones a este entramado. Una de las palabras autorizadas para entender y comprender este embate tecnológico exponencial, es la del filósofo de Oxford Nick Bostrom, quien esboza una serie de interrogantes para poder dar respuesta al planteo de la Singularidad Tecnológica. Bostrom hace hincapié en que debemos dotar a esas inteligencias artificiales de unos principios éticos que se alineen con los nuestros, caso contrario caeríamos en el grave riesgo de ser considerados una amenaza u obstáculo para sus propósitos y que decidieran quitarnos del medio; además menciona a la creatividad, a las habilidades sociales, la inteligencia emocional, la resiliencia entre otras capacidades que hoy son más que esenciales para realizar multitud de tareas que consideraríamos genuinamente inteligentes.

El mismo Harari se pregunta: ¿tenemos la estabilidad mental y la inteligencia emocional para reinventarnos repetidamente? Y deja 5 puntos interesantes de cara a lo que viene: nadie sabe cómo será el trabajo en el 2040, la casa de bloque vs. la casa de piedra, el ser humano ya es un sistema hackeable, conocerse más a uno mismo y los nuevos enemigos: la salud y la privacidad.

En otras líneas el Papa Francisco se ha expresado en torno a la Tecnología y su avance exponencial, manifestando que: la inteligencia artificial (IA) está en la raíz del cambio de época que estamos viviendo; que la robótica puede hacer un mundo mejor si va unida al bien común. Además, agregó que si el progreso tecnológico aumenta las desigualdades, no se logra el objetivo real para el bien de la humanidad, que es el verdadero progreso. Por último, dijo que los futuros avances deben estar orientados al respeto de la dignidad de las personas y de la creación, donde se respeta la centralidad de la persona humana por sobre todas las cosas.

José Luis Cordeiro, profesor en la Singularity University, la innovadora institución académica de Silicon Valley, habla de la edad post-humana, la que puede ser contemplada de 4 formas: “Una es con actitud pasiva sin hacer nada, otra es con una actitud reactiva, tratando de responder a los cambios, con una actitud preactiva, preparándose para esos cambios, o con una actitud proactiva, convirtiéndose en creador de ese futuro; según Cordeiro la última opción es la más recomendable.

Otra de las grandes personalidades que se ha manifestado de una u otra manera sobre esta temática es el actual Secretario argentino de Asuntos Estratégicos y miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales Vaticana, el Dr. Gustavo Beliz, quien se realiza grandes interrogantes en torno a la cognificación, pues hoy solo con la Educación clásica no basta: tiene que haber una decisión estratégica en los sectores productivos y ver como se distribuyen los dividendos digitales, y tiene que haber una decisión en conjunto con toda la sociedad, desde sus múltiples esferas. Entonces, ¿qué podemos hacer nosotros, que no hagan los robots?; ¿En qué podemos educar a nuestros hijos, de tal manera que puedan competir eficazmente con los robots?; y un ejemplo más que interesante es la de los CEOS de Silicon Valley, que no están mandando a sus hijos a aprender Coding, a aprender las matemáticas, geometría, etc; los están mandando a aprender filosofía, ética, historia, sociología, etc; los están mandando a estudiar elementos que los que con creatividad y flexibilidad puedan entender este mundo que viene.

Por último, una reflexión final en torno a esta temática que amerita otro abordaje en otro momento, pero con más interrogantes que respuestas; más allá de toda corriente de pensamiento de tipo tecno-optimista o tecno-pesimista, hay un gran pensador llamado Stephen Hawking que dijo: la inteligencia artificial y todos los temas tecnológicos sino son adecuadamente regulados pueden poner en riesgo el género humano tal cual lo conocemos. Por eso es más que necesario preguntarse, ¿pueden las maquinas tener conciencia? Esa frontera de la discusión es la que tenemos que ser capaces de advertir hoy, y esto se puede lograr a través de un New Deal Tecnológico. Es innegable ocultar que hay miedo y hay temor entorno al avance tecnológico, pero también debemos saber que hay esperanzas si se desarrolla una convergencia de voluntades donde estén comprendidas todas las áreas que conforman una sociedad. También es necesario bregar por una regulación ineludible de todas estas cuestiones, donde la suma de elementos como la creatividad, la empatía, la resiliencia, las habilidades sociales y tantas otras más, hagan que el ser humano siga siendo el eje de la creación y la tecnología una gran herramienta para su mejoramiento como tal.

 

Fuentes consultadas:

Cuarta Revolucion Industrial: análisis estrategicos. Autor: Mario Ramon Duarte. Edit. Phillos Academy – 2020.

Disertacion Dr. Gustavo Beliz – Revista Noticias – 2018.

http://www.eexcellence.es/index.php/entrevistas/con-talento/la-era-de-la-singularidad-tecnologica

https://www.infobae.com/america/mundo/2020/09/27/las-dos-unicas-destrezas-que-necesitaras-tener-para-el-resto-de-tu-vida-segun-yuval-noah-harari/

https://www.xataka.com/robotica-e-ia/mito-singularidad-que-inteligencia-artificial-no-va-a-heredar-tierra

https://www.infobae.com/tendencias/innovacion/2019/03/29/david-orban-en-el-corto-plazo-veremos-maquinas-mas-inteligentes-que-humanos/

https://www.eltiempo.com/tecnosfera/novedades-tecnologia/papa-francisco-pide-rezar-por-la-robotica-y-la-inteligencia-artificial-548474


 

https://www.alainet.org/es/articulo/213665

 


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