sábado, 29 de agosto de 2020

LA ERA REPUBLICANA: EL CRIOLLO Y SU CONTINUISMO DECADENTE COLONIAL

 


Las escaramuzas que dejó el coloniaje virreinal, en sus descendientes españoles, (los criollos) se expresaron en fuertes luchas intestinas por el poder, más que por el desarrollo del país; se suscitaron golpes y contragolpes de Estado, originados por caudillajes criollos militares y civiles, profundizando la crisis originada en España y desde España de entonces. Fue un continuismo decadente y torpe pero no por ello menos voraz, continuando con una concepción elitista y marcadamente étnica. Su cosmovisión, de estos criollos, no les alcanzaba más allá de un contubernio para continuarlo con la repartija de la riqueza del país y, en muchos casos, casi siempre, ligados a intereses foráneos. Tanto ayer como hoy, con pequeños intervalos, como el del gobierno del General Juan Velasco Alvarado, fueron las grandes transnacionales quienes impusieron sus reglas de juego en perjuicio del país.


Oficialmente el país se independizó en 1824, las élites de los criollos no pudieron amoldarse a las nuevas condiciones en los siguientes años, generando profunda inestabilidad. Entre 1820 y 1845 (en tan solo en 25 años), cambiaron, alrededor de 50 veces al presidente, es decir, cada medio año se cambió un presidente, en promedio; en tan solo un año (1834) hubo ocho cambios y cinco Constituciones; en ningún otro periodo de la historia del Perú hubo cambios de tal envergadura.


Las guerras civiles arreciaron la decadencia del país, sumados a los conflictos fronterizos con los países vecinos, la economía estaba sumida en un estado deplorable. El principal producto de exportación fueron los minerales. El sector agrícola se encontraba en una situación caótica. Las muertes de esclavos que lucharon durante la guerra trajeron como consecuencia el agravamiento de la falta de mano de obra, permaneciendo esta situación caótica por cerca de dos décadas.

Carlos Contreras, señala que Simón Bolívar le manifestó, con preocupación, a José de San Martín “ni nosotros ni las generaciones venideras verán el resplandor de la república que estamos fundando”  


Como una bendición llegó la era del guano, pero, también, como una maldición, se encargaron de despilfarrarlo envueltos en una tremenda corrupción.


De acuerdo a  Linda Twrdek Kerstin Manzel, en Romero (1949, p 447) resume esta drástica situación con “la era del guano oculta, como las tumbas de grandes faraones, bajo una máscara hecha de oro, una momia devorada por gusanos”, retrata acá el autor, que toda esta riqueza generada en el país, se despilfarró.


El Guano significó ingentes rentas dejadas de percibir por el Estado peruano, debido a la corrupción. Wikipedia determina que entre 1840 y 1880, Perú vendió alrededor de 20 millones de toneladas de guano, a razón de cientos de miles de toneladas por año, principalmente a Gran Bretaña, determina que correspondió a unos ingresos de 2 billones de dólares en ganancias; sin embargo, el país quedó fuertemente endeudado. Nos preguntamos, dónde está tantísima riqueza por su exportación a Inglaterra inicialmente y luego a EE.UU que surgen como un neocolonialismo en nuestra patria


El salitre, entonces pasó a desempeñar un rol fundamental, como un nuevo producto de exportación, pero pasó a manos de chilenos, en la Guerra del Pacífico con Chile, el Perú tuvo que entregar Tarapacá y por tanto este valioso recurso


Esta descomposición socio-política, se expresó en sus máximos componentes del poder legislativo y ejecutivo, “poniendo y sacando” presidentes con tan solo días de permanencia en el poder. Carentes, absolutamente, de un amor a la patria y extraños a un sentimiento nacionalista y de una conciencia nacional patriota y que se arrastra hasta el día de hoy.


Si se hubiese tenido algún grado de dignidad y amor a la patria, este era el momento propicio para iniciar un cambio profundo y “romper” con una estructura sociopolítica decadente y en retirada, ligadas a las ataduras coloniales. Era propicio y oportuno, este momento, buscar y encontrar un norte de un verdadero desarrollo e independencia de nuestra patria. Pero no fue así, veamos.


Es imperioso, en tal virtud, desentrañar, brevemente, los orígenes, vidas, grados, títulos, intenciones expresadas de, los por lo menos, algunos de éstos que tuvieron que ver con la máxima magistratura del país: presidente.


Primer Presidente de la República del Perú, José Domingo de La Mar y Cortázar (José de La Mar), nació en Cuenca, de la República del Ecuador (extranjero)


§  Primer periodo gubernamental de José de La Mar (1822-1823)


Fue un militar y político ecuatoriano que llegó a ser presidente del Perú en dos ocasiones, presidió, también, el Consejo de Gobierno, durante la dictadura de Bolívar (1826), es considerado por una gran mayoría de historiadores y tratadistas como el Primer Presidente Constitucional de la República del Perú. Permaneció, tan solo, 125 días en el poder y fue destituido por este mismo congreso que lo designó y lo declaró “reo de alta traición”, por su captura se ofreció el título de “Benemérito de la Patria”.


Fue hijo del español vizcaíno (provincia de España) Marcos de La Mar Migura, “Administrador de las Cajas Reales de Guayaquil y Cuenca” (Las Cajas Reales eran los sitios donde se depositaba y disponía del oro, piedras preciosas, plata, dinero y otros bienes que provenían de los tributos indígenas, decomisos, novenos, quintos y diezmos por la producción y acuñación de oro y plata, pago de derechos, depósitos y deudas pertenecientes a la Corona), y de la guayaquileña Josefa Paula Cortázar y Lavayen, hermana de José Ignacio Cortázar y Francisco Cortázar, quien fue obispo de Cuenca y gobernador de Jaén de Bracamoros, respectivamente (Wikipedia).


A los dos años de edad, José de La Mar, (nuestro primer presidente) fue enviado a España y estudió en el Colegio de Nobles de Madrid; durante toda su infancia y juventud permaneció en España. Por la influencia de su tío “ingresó al ejército español” como subteniente del Regimiento de Saboya.


En 1794 participó en la campaña del Rosellón contra la Primera República Francesa, bajo las órdenes del conde de la Unión (español), ascendiendo a capitán en 1795. Fue partícipe, en España, de muchas acciones militares contra Francia, dando lugar a su ascenso a teniente coronel y combatió, en defensa de España, cuando se produjo la guerra nacional contra la invasión francesa de Napoleón en 1808. Este militar, graduado en España, combatió férreamente en defensa de Zaragoza, España, haciéndose merecedor del título de “benemérito de la patria en grado heroico” ascendiendo a coronal, gracias a su heroicidad en defensa de España.


La Mar, estuvo al mando de una columna de 4,000 granaderos veteranos (“columna de La Mar”), en 1812 en Valencia, cuyo frente estuvo al mando del general Joaquín Blake. Fue apresado por los franceses y conducido prisionero a Francia y encarcelado en el castillo de Semur (Borgoña); después de un tiempo logró fugar volviendo, nuevamente, a España.


Restituido en el poder Fernando VII en el trono español premió a La Mar por sus servicios, ascendiéndole a la clase de brigadier en 1815 y nombrándole “Caballero de la Órden de San Hemeregildo”.


Felipe VII ocupando como rey de España envía a Lima a La Mar como “Subinspector General del Virreinato del Perú” además de la “Gobernación de la Fortaleza del Real Felipe” del Callao.


Cinco años antes (1816) de la llegada de José de San Martín, La Mar toma posesión de su cargo concedido por la corona española. Ya por entonces los patriotas se sublevaron tratando de ganar el Alto Perú, pero fueron contenidos por las fuerzas del virrey José Fernández de Abascal, quien fue sustituido por Joaquín de la Pezuela, La Mar entabla sus buenas relaciones para la defensa militar del Virreinato.


En julio de 1818 (tres años antes del levantamiento de José de San Martín), La Mar toma conocimiento de una conspiración de los patriotas (fuerzas peruanas) cuyo fin era la liberación de sus detenidos y la captura de las fortalezas del Callao; La Mar vence y sale victorioso de dicho levantamiento y triunfa en contra de los patriotas peruanos.


Pero La Mar no tan solo sale triunfante venciendo a las tropas peruanas, sino que una escuadra procedente de Chile inició el bloqueo del Callao, La Mar nuevamente sale triunfante en defensa de la corona española y en 1819, por todos estos hechos, es promovido a “Mariscal de Campo”.


En la defensa a la corona española le fue concedido todos estos títulos y grados que fueron ganados por La Mar reprimiendo enérgicamente a las fuerzas peruanas que luchaban por su libertad e independencia.


Obligado La Mar a permanecer en la fortaleza del Callao, en 1820 (a menos de un año del levantamiento de San Martín), en junio de 1821 (el mismo año del levantamiento de San Martín) se produjo el avance de los patriotas hacia La Fortaleza del Callao y La Mar se batió ferozmente en contra de los ataques patriotas (peruanos), en defensa de la Fortaleza a la espera de refuerzos. Sitiado por mar y por tierra, La Mar rechazó todos los ataques patriotas hasta que le llegó los refuerzos militares requeridos; al cabo de un breve tiempo se le terminaron sus provisiones y se rindió. Al tomar esta actitud, según algunos cronistas, dos aspectos tuvieron en cuenta en La Mar: 1) sus sentimientos de criollo y 2) su vieja y profunda amistad con José de San Martín (a quien conocía desde los días de guerra de la independencia española). El 19 de setiembre de 1821 se rinde y firma la capitulación del Callao, cuyos fuertes pasaron a favor de los patriotas. El 26 de octubre de 1821, La Mar, renuncia al grado y las condecoraciones que la monarquía española le había concedido.


Es así que este personaje luego de haber luchado tenaz y fieramente en contra de las fuerzas patriotas, para sofocar su independencia, hoy se incorpora a éstas para lograr lo que antes lucho contra las fuerzas libertadoras y, más todavía, con el grado de General de División: El General de División a José de La Mar, del ejército peruano


Ahora sí, José de La Mar, habiendo traicionado a la causa de la independencia, viaja primero a Guayaquil a visitar a su familia y, estando allí, la Junta de Guayaquil lo nombró Comandante General de la provincia y el Supremo Delegado Torre Tagle lo reconoció como Gran Mariscal.


Un año después de haber capitulado y haberse rendido por la superioridad de sus adversarios, (las fuerzas patriotas) el 20 de setiembre de 1822, José de La Mar, juramenta como diputado electo por la provincia de Huaylas, y el Primer Congreso Constituyente del Perú lo nombra presidente de la Suprema Junta Gubernativa del Perú para suceder al gobierno protectoral de José de San Martín, siendo aclamado, entonces, como el primer presidente constitucional electo en el Perú, José de La Mar.


Con profundo convencimiento de ser, hoy, un defensor patriota, organiza la Primera Expedición a puertos intermedios en el sur de Perú, fracasando en su intento, se le acusa de ser muy contemplativo y mostrar pasividad frente a los realistas (españoles). Traicionando, nuevamente, a la causa libertadora de la nación.


Esto dio origen al primer golpe militar de la historia republicana peruana. El ejército que se hallaba en el fundo Balconcillo solicitó al Congreso la disolución de la Junta Gubernativa comandada por José de La Mar, el 26 de febrero de 1823. El Congreso se negó y las tropas avanzaron hacia la capital. El Congreso ordenó el cese de la Junta Gubernativa el 27 de febrero de 1823 y destituye a José de La Mar. El 28 de febrero de 1823 elige presidente de la República a José de la Rivagüero, ordenando la prisión de La Mar.


Aún no termina, allí, la vida azarosa de este personaje (La Mar). Simón Bolívar lo convoca y lo nombra General en Jefe de la División Peruana del Ejército Unido Libertador del Perú el 12 de enero de 1824, cuyo fin fue reorganizar las fuerzas patriotas en Trujillo.


El 24 de febrero de 1825 se hace cargo del poder ejecutivo, durante la ausencia de Bolívar.  El 28 de febrero de 1827 se convocó a elecciones para el Congreso, La Mar, fue elegido diputado por Huaylas y estando él en Guayaquil, recibe la noticia de su nombramiento, por el Congreso de la República del Perú, como Presidente Constitucional de la República, del Perú.   


Econ. Juan Verástegui Vásquez 

 

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