martes, 25 de agosto de 2015

ASÍ DEBATÍAN EN TACNA EN 1931 ENTRE SOCIALISTAS Y FASCISTAS




SINDICATOS DE CLASE Y SINDICATOS APRI - FASCISTAS

En el Perú, como en el resto de todos los países del mundo existe un proletariado a consecuencia del avance del industrialismo. Este mismo fenómeno también comprende el campo. En algunos de ellos y particularmente en el nuestro el campesinado asalariado o sin salario llega al más injusto estado de esclavización; sin leyes que lo amparen y si es que existen no se las cumple. Aumentan este malestar los métodos racionalizados de trabajo, provocando la desocupación en masa que hace desesperante la vida del trabajador.

Este estado de cosas ha planteado el problema de la lucha de clases, que si bien no es de reciente existencia, día a día, se hace más visible a medida que la explotación se refina. Esta lucha continua ha hecho nacer en el trabajador un espíritu de clase irreconciliable con el individualismo feudal y con el, no menos injusto, engendrado por la Revolución Francesa. La prédica de los enciclopedistas franceses ha cumplido su misión, ha llenado una etapa.

De ahí que el trabajador se defienda contra la injusticia del capital agrupándose en instituciones de clase, de ideología clara y precisa. La lucha desde el sindicato porque se le reconozca sus derechos. El sindicato de clase es la entidad representativa de los trabajadores y del obrero en particular que defiende sus intereses frente a los del capitalista. Como entidad de clase es la mejor garantía para su defensa.

El trabajador al incorporarse a un sindicato cumple con un deber de compañerismo y de fidelidad para con los de su propia clase. Le evita el peligro de servir a intereses creados y del charlatanismo del político criollo.

Pero es el caso en que también los traficantes politiqueros han inventado la treta de fundar sindicatos que llevan el rótulo de sus partidos. Estos sindicatos son contrarios a los intereses del trabajador y los que ingresan a ellos cometen un error y, cuando lo hacen conscientemente, una traición a sus compañeros de clase, desde el momento que desempeñan el papel de fáciles instrumentos de aspiraciones ajenas.

Mussolini, el más cínico de los renegados, inventó esta treta fundando los sindicatos fascistas que desempeñan las veces de soplonería y de instrumentos de fuerza para cometer sus crímenes y latrocinios contra el proletariado y contra todos sus enemigos políticos. El partido fascista se decía también salvador de Italia y amigo del trabajador, y sin embargo cuando subió al poder fue su mayor azote, engendrador de una de las funestas tiranías reaccionarias de los tiempos actuales.

En el Perú también nos sorprende con la misma treta El Partido Aprista Peruano, que no es ni puede ser el partido de las clases trabajadoras, pero que pretende apuntalarse con la organización de sindicatos apristas. Desde el momento que el APRA no es el partido del proletariado, ¿qué pretende con la función de sus sindicatos? A no dudar que sirvan de instrumentos, de puntales para su sostenimiento y prestigio y de guarda espaldas de los lideres apristas.

Los líderes del Partido Aprista siguen la misma trayectoria seguida por Mussolini y cía. y su partido fascista. Mussolini como los líderes del aprismo se formaron en las filas de la vanguardia proletaria, y de un momento a otro le voltearon las espaldas, y se reducen a simples coqueteos con los trabajadores indecisos y poco convencidos de su rol de clase.

En Tacna, mayormente, donde no han existido organizaciones obreras, ni mucho menos sindicatos, el APRA trata de hacer de las suyas sorprendiendo la buena intención de los trabajadores. Cierto que a estos elementos no se les puede acusar de desleales con su clase, sino que debido a su inexperiencia se han dejado sugestionar por las frases bonitas y por los reclames rimbombantes, sin comprender que los sindicatos Apri fascistas son anti proletarios, y que se les quiere utilizar como muletas de un partido difuso y condenado a una pronta parálisis.

Deben comprender los trabajadores que si los elementos de las clases acomodadas quieren ingresar en las filas del proletariado deben venir hacia ellos y no querer arrastrar hacia sus organismos a la masa explotada con el fin  de hacer de ella un fácil trampolín.

Los sindicatos apristas son egoístas y estrechos, no dejan margen a que el trabajador pueda ingresar con diferente o sin colorido político. Deben ser afiliados apristas o en su defecto afiliarse.

Los sindicatos apristas son organismos anti proletarios, defectuosos y sin una visión clara; no le indican su rol al trabajador, solo  tratan de hacer de él un fácil instrumento de aspiraciones dudosas y ajenas a los intereses del proletariado.

Donato González Rejas

Tacna, 17 setiembre de 1931

Publicado en el diario “La Nación” del día 18 de setiembre 1931



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(Publicado el 19 de setiembre en el Diario La Nación)

RESPONDE EL SECRETARIO DEL FASCIO DE TACNA

(Nota de la redacción del Diario La Nación, EBM)
Era nuestro deber acoger la refutación que se lee al pie de estas líneas. El derecho a defenderse de cualquier ataque no puede negarse jamás. Sin embargo la dirección de este diario recomienda cordura a quienes utilicen las columnas que estarán siempre abiertas a la polémica respetuosa y consciente.


Tacna, 18 de setiembre 1931
Señor Director del Diario “La Nación”

Presente

Muy señor mío:

En la edición de hoy del acreditado diario que Ud. Dirige, sale a luz un artículo titulado “SINDICATOS DE CLASE Y SINDICATOS APRI FASCISTAS” , firmado por un señor Donato González R., que contiene algunos insultos gratuitos para el gobierno de Italia y para el Sr. Mussolini.

No es mi intención seguir una polémica con el firmante de dicho  artículo, pues declaro desde ahora que no seguiré más adelante, pero si deseo decirle al gratuito ofensor pocas palabras, que sirvan de escarmiento para su cerebro desequilibrado.

Ante todo debo manifestar al Sr. González, que para ser escritor y literato hay que leer y viajar mucho, pues para un hombre de su condición y que no ha salido más allá de su pueblo, es temerario abordar una materia tan profunda como es el Fascismo.

Los conceptos que este señor tiene formados del Fascismo son completamente falsos, pues ignora que este es el resultado de la evolución del pensamiento del pueblo italiano “perfeccionado” a través de una historia que puede asegurarse la más grande del  mundo.

Debe saber el señor González, que Italia es hoy día una de las primeras potencias europeas, cuyo  régimen y sistemas de corporaciones obreras han servido de base y ejemplo para otras naciones y su forma de gobierno ha sido y es motivo de envidia.

Como italiano que soy y afiliado al partido fascista, para satisfacción mía, de mis connacionales y de mi patria, no he podido dejar pasar por alto el discrepante artículo del señor González y me permito sugerirle que para sus próximos escritos use más tino y más prudencia.

Agradeciendo de antemano, señor Director, la publicación de estas líneas, quedo de Ud., muy atto. y S.S.

Maximo Castagnola
Secretario del Fascio de Tacna

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INCIDENTE ENOJOSO

Lamentamos el incidente a que se refiérela carta que se leerá a continuación:

Tacna, 20 de setiembre de 1931

Señor Director de “La Nación”

Presente
S:D.

Por intermedio de su diario quiero dejar sentada mi protesta condenatoria contra un grupo de individuos italianos, de filiación fascista, que anoche, en calle pública, me asaltaron pretendiendo que me retractara de mi ataque doctrinario al “Fascismo” y su creador Mussolini; profiriendo amenazas y frases groseras en contra del Perú.

La actitud matonesca de estos fanáticos fascistas es, sin duda, la esencia del principio que defienden; pero yo, que defiendo la libertad de pensamiento, como la defendió Mateotti, no puedo aceptar y denuncio, ante el pueblo de Tacna, del Perú entero, este ultraje de que he sido victima.

Las ideas se combaten con ideas; la fuerza bruta es solo propia de individuos carentes de ideas.

Atacando el fascismo creo defender a Italia.

El fascismo es sólo un sistema político que no merece Italia por ir en contra de su libertad.

Agradeciéndole, Sr. Director, me repito su atto. y S.S.

Donato González Rejas

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