lunes, 28 de junio de 2021

DIALOGOS PALINGESICOS: 7 DIAS QUE CONMUEVEN AL PERÚ

 


27 junio 2021

Si, ha sido una semana caótica, pero creo que ha seguido cierto desarrollo lógico, diría como el flujo de una corriente subterránea, en las actuales circunstancias. Ha sido, creo, en cierta forma, una opereta donde los actores tienen una presencia simbólica de fuerzas históricas que están por encima de ellos. No pretendo desconocer el rol real de los actores, rol de sainete, pero peligrosamente trágico por sus consecuencias.

Quizás cabría decir, sin ánimo de grandiosidad, que fueron 7 días que conmovieron el mundo peruano, el mundo de los zorros, para prestarme la expresión de Arguedas. Esperemos que no sean más de 7 los días necesarios para desatar los nudos.

Estos sucesos, bien entendidos, confirman, al ojo avisado, por la forma en que se han alineado los actores dentro y fuera del Perú, el giro que está tomando la sociedad moderna, las luchas de clases a nivel internacional, las contradicciones internas en el Perú. Por supuesto, estoy muy lejos de decir con ello que el Perú determina estos desarrollos.

Creo que Castillo, o más bien el sufrido pueblo peruano, ya ha vencido. Si el gobierno de Castillo pudiera realizar los cambios que intenta, no cabe duda que se abriría un periodo histórico de engrandecimiento para el pueblo peruano. Obviamente, no se trata de la realización de un programa socialista, pero creo, sin embargo, que las reformas y desarrollos que se intentan no se oponen al sueño de una sociedad más igualitaria en la cual el pueblo tenga una participación efectiva en el manejo de la nación peruana y en la determinación de sus metas. En estos tiempos, eso, lejos de apartarnos del ideal socialista, debe servir para reafirmarlo y tomarlo como el norte de nuestras acciones. Para ello habrá que tener siempre presente la necesidad de una política de clase de los trabajadores, que sin negar ni oponerse infantilmente a un gobierno democrático, trabajen en el desarrollo de los propios intereses de la clase.

Romper las cadenas seculares del gamonalismo citadino y de la corrupción sería ya y también un gran paso democrático burgués, una nueva base que, en las actuales circunstancias, hacen pensar con optimismo el futuro. Pero habrá que vencer en el camino a las fuerzas oscurantistas (limpiar el poder judicial, entre las medidas más importantes).

Rebelde Marxista

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