El fantasma del comunismo vuelve otra vez. Nuestro amauta José Carlos Mariátegui La Chira también fue víctima de esta peregrina acusación que cada cierto tiempo renace para intentar desacreditar y reprimir a sectores populares y democráticos. Así lo veremos en el siguiente informe que publicamos un 14 de junio, fecha del nacimiento del gran amauta peruano, quien a pesar del tiempo transcurrido nos sigue dando lecciones de ética e integridad política.
Por Jorge Agurto
Servindi, 14 de junio, 2021.- El fantasma del comunismo vuelve otra vez. Nuestro amauta José Carlos Mariátegui La Chira también fue víctima de esta peregrina acusación que cada cierto tiempo renace para intentar desacreditar y reprimir a sectores populares y democráticos.
El viernes 8 de junio de 1927 el gobierno de Augusto Leguía desplegó un operativo represivo de gran envergadura para desbaratar un supuesto "complot comunista".
El balance del operativo fue la reclusión en la isla San Lorenzo de cuarenta ciudadanos, entre escritores, intelectuales y obreros; clausura de la revista "Amauta", órgano de los intelectuales y artistas de vanguardia.
Además, la deportación de los poetas Magda Portal y Serafín Delmar a La Habana; acusaciones y vejámenes a la poetisa uruguaya Blanca Luz Brum, viuda del gran poeta peruano Juan Parra del Riego.
La prisión de Mariátegui en el Hospital Militar duró seis días, al cabo de los cuales se le devolvió a su domicilio con la notificación de que quedaba bajo la vigilancia de la policía.
Se intervino una sesión ordinaria de la Editorial Obrera "Claridad" citada por la prensa en la se trataba sobre la adquisición de una pequeña imprenta. Aquí se arrestó a cuatro estudiantes y a algunos obreros, en su mayor parte gráficos.
Además, la policía extrajo violentamente de sus domicilios a los más conocidos organizadores obreros, a quienes se les presentaba como concurrentes a una reunión clandestina.
Sin embargo, se detuvo a personas ajenas a la Editorial Claridad como el escritor Jorge Basadre, responsable de un estudio sobre la penetración económica de los Estados Unidos en Centro y Sud América, y particularmente, en el Perú.
Titular del diario La Crónica, del 8 de junio de 1927, sindica a José Carlos Mariátegui como dirigente del comunismo en Lima. Tomado de la Revista Punto de Vista 82, Lima, 1982, pág. 4.
El motivo del operativo policial fue cesar la crítica desarrollada por la revista Amauta que en su número 9 dedicó su edición a cuestionar la penetración del imperialismo yanqui en Perú y en el resto de América.
Según lo explica Ricardo Martínez de la Torre "la Embajada de los Estados Unidos presionó al Gobierno de Leguía, para que suspendiera la revista y persiguiera a sus redactores y colaboradores" (Apuntes para una interpretación marxista de historia social, tomo II)..
El Ministerio de Gobierno distribuyó cartas y documentos que luego fueron reproducidos por los medios de prensa el viernes 8 de junio y fue la primera vez que se escuchó en el Perú de los "comunistas criollos" que entonces despertó mas curiosidad que temor.
La respuesta de Mariátegui
El amauta José Carlos Mariátegui La Chira respondió con resolución las acusaciones del Ministerio de Gobierno. Admitió la responsabilidad íntegra de sus ideas, y rechazó su participación de un supuesto "plan o complot folletinesco de subversión".
Remarcó que dada su condición de marxista "convicto y confeso" se encuentra "lejano de utopismos en la teoría y en la práctica" y se entretenga en "confabulaciones absurdas".
"Soy extraño a todo género de complots criollos de los que aquí puede producir todavía la vieja tradición de las "conspiraciones". La palabra revolución tiene otra acepción y otro sentido" aclara Mariàtegui.
El comportamiento purulento de El Comercio
En su carta a la revista La Correspondencia Sudamericana Mariátegui observa el comportamiento de la prensa local que se hizo eco de la conspiración comunista sin cruzar fuentes.
En particular, cita el caso del decano de la prensa "El Comercio", al cual califica de "órgano de la clase conservadora", el cual "coreó con estúpida gravedad la versión policial del "descubrimiento de un complot"".
En una carta a Miguel Angel Urquieta del 21 de junio de 1927 escribe: "El repugnante Comercio ha aprovechado esta miserable ocasión para dedicarnos las más pérfidas puñaladas. Pero esta es también la prueba de que cumplimos nuestro deber".
"Todos los periódicos han hecho caso al bluff policial. El más encarnizado y purulento ha sido El Comercio. Sin embargo este balín se va desinflando solo poco a poco".
Carta al diario La PrensaHospital San
Bartolomé, No es, absolutamente, mi intención polemizar con las autoridades de policía respecto del llamado "complot comunista" que aseveran haber descubierto pero sí quiero rectificar sin tardanza las afirmaciones que me conciernen de la versión policial acogida por el diario que Ud. dirige. En respuesta a los cargos que tan imprecisamente se me hacen, me limitaré a las siguientes, concretas y precisas declaraciones: 1º- Acepto íntegramente la responsabilidad de mis ideas expresadas claramente en mis artículos de las revistas nacionales o extranjeras en que colaboro o de la revista "Amauta", fundada por mí en setiembre último, con fines categóricamente declarados en su presentación; pero rechazo en modo absoluto las acusaciones que me atribuyen participación en un plan o complot folletinesco de subversión. 2º- Remito a mis acusadores a mis propios escritos públicos o privados, de ninguno de los cuales resulta que yo, marxista convicto y confeso, -y como tal, lejano de utopismos en la teoría y en la práctica- me entretenga en confabulaciones absurdas, como aquella que la policía pretende haber sorprendido y que tampoco aparece probada por ninguno de los documentos publicados. 3º- Desmiente terminantemente mi supuesta conexión cor la central comunista de Rusia (o cualquiera otra de Europa o América); y afirmo que no existe documento auténtico alguno que pruebe esta conexión. (Recordaré a propósito que cuando se dio cuenta de los resultados del registro de la oficina rusa en Londres, se anunció que no se había encontrado, entre las direcciones o datos de corresponsales de América, ninguno relativo al Perú). 4º- La revista "Amauta" -revista de definición ideológica de la. nueva generación- ha recibido mensajes de solidaridad y aplauso de intelectuales como Gabriela Mistral, Alfredo Palacios, Eduardo Dieste, José Vasconcelos, Manuel Ugarte, Emilio Frugoni, Herwarth Walden, F. T. Marinetti, Joaquín García Monje, Waldo Frank, Enrique Molina, Miguel de Unamuno y otros de renombre mundial o hispánico que no militan en el comunismo. 5º- Tengo segura noticia de que la reunión sorprendida por la policía en el local de la Federación Gráfica, ha sido una reunión de la Editorial Obrera "Claridad" que nada tenía de ilícita ni clandestina. Las citaciones respectivas se publicaban en los diarios. No rehuyo ni atenúo mi responsabilidad. Las de mis opiniones las acepto con orgullo. Pero creo que las opiniones no están, conforme a la ley, sujetas al contralor y menos a la función de la policía ni de los tribunales. Dos méritos me han sido siempre generalmente reconocidos: un poco de inteligencia y sinceridad en mis convicciones. "La Prensa", comentando mi libro "La Escena Contemporánea", reconoció generosamente en este libro, que señala mi posición ideológica, una y otra cosa. Tengo, pues, algún derecho a que se me escuche y crea una afirmación que está en rigurosa coherencia con mi actitud y mi doctrina: la de que soy extraño a todo género de complots criollos de los que aquí puede producir todavía la vieja tradición de las "conspiraciones". La palabra revolución tiene otra acepción y otro sentido. Espero de su lealtad periodística la publicación de esta carta y me suscribo de usted muy atto. S.S. José Carlos Mariátegui |
En "La Correspondencia Sudamericana", (Nº 29, del 15 de agosto de 1927, Buenos Aires), Mariátegui publicó una carta destinada a desmentir la noticia propagada por las agencias cablegráficas yanquis:
Carta a La Correspondencia Sudamericana Lima, Estimado compañero: Tengo el deber de protestar ante la opinión latinoamericana contra las falsas acusaciones lanzadas por la policía de Lima contra los intelectuales y obreros de vanguardia del Perú, para explicar su persecución. Estas acusaciones, recogidas sin ninguna crítica por la mayoría de los corresponsales, han sido propagadas por la gran prensa. En el Perú ha circulado sin más réplica que una carta mía, por, encontrarse, como es notorio, toda la prensa, bajo el contralor o la censura del gobierno. En esta ocasión, además, el Ministro de Gobierno, llamó a su despacho a los periodistas para comunicarles dramáticamente el peligro que había corrido el Estado, la sociedad, etc., de ser intempestivamente barridos por una súbita, marejada comunista. Y el decano de la prensa de Lima "El Comercio", órgano de la clase conservadora, que pasa por silencioso adversario del gobierno, coreó con estúpida gravedad la versión policial del "descubrimiento de un complot". Aunque no es probable que la parte más avisada y consciente del público latinoamericano haya concedido el menor crédito a esta mentira, conviene, por la difusión que le han dado las agencias y los diarios -generalmente sin ninguna juiciosa reserva- oponerles el más categórico desmentido. En el Perú no se ha descubierto ninguna conspiración comunista. La policía no ha podido apoyar sus enfáticas aseveraciones en ninguna prueba seria. Los documentos publicados consisten en cartas cambiadas entre, estudiantes desterrados y obreros de Lima, que no contienen más que la reafirmación de ideas fervorosamente profesadas y la enunciación de propósitos de propaganda. La reunión sorprendida por la policía fue una sesión ordinaria de la Editorial Obrera "Claridad", para la cual se había citado por la prensa. En esta sesión, en la que se arrestó a cuatro estudiantes y a algunos obreros, en su mayor parte gráficos, se trataba sobre la adquisición de una pequeña imprenta. La policía extrajo violentamente de sus domicilios, la misma noche, a los más conocidos organizadores obreros, tanto para paralizar una segura protesta como para dar mayor volumen a su pesquisa. La versión oficial presentaba a todos los presos como concurrentes a una reunión clandestina. Entre ellos se contaban, sin embargo, personas que no trabajaban absolutamente en la Editorial "Claridad" como el escritor Jorge Basadre, responsable sólo de un estudio sobre la penetración económica de los Estados Unidos en Centro y Sud América, y particularmente, en el Perú. El balance de la represión es el siguiente: reclusión en la isla San Lorenzo de cuarenta ciudadanos, entre escritores, intelectuales y obreros; clausura de la revista "Amauta", órgano de los intelectuales y artistas de vanguardia; deportación de los poetas Magda Portal y Serafín Delmar a La Habana; acusaciones y vejámenes a la poetisa uruguaya Blanca Luz Brum, viuda del gran poeta peruano Juan Parra del Riego; cierre por una semana de los talleres y oficinas de la Editorial Minerva; prisión mía en el Hospital Militar donde permanecí seis días, al cabo de los cuales se me devolvió a mi domicilio con la notificación de que quedaba bajo la vigilancia de la policía. El pretexto del "complot comunista" -no obstante la unánime aceptación que ha merecido de la prensa limeña, incondicionalmente a órdenes del ministro de gobierno- a la mayor parte del público le parece aquí grotesco. La batida policial ha estado exclusivamente dirigida contra la organización obrera, contra la campaña anti-imperialista, contra el movimiento del A.P.R.A. y contra la revista "Amauta", cada día más propagada en el Perú. Se denuncia al A.P.R.A. como una organización comunista, cuando se sabe bien que es una organización anti-imperialista latino-americana, cuyo programa se condensa en estos tres puntos: "Contra el imperialismo yanqui, por la unidad política de América Latina, para la realización de la justicia social". Usted, estimado compañero, conoce a "Amauta". Apelo a su testimonio para rechazar y condenar las acusaciones con que se pretende justificar la clausura de esta revista, que representa un movimiento ideológico no sólo peruano sino continental. Invoco el juicio de los intelectuales honrados. De muchos he recibido ya generosamente demostraciones de solidaridad que me honran y alientan. José Carlos Mariátegui ---
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Dos años después Mariátegui sería víctima de una nueva acusación de un supuesto "complot judío". Foto: Paseo por el bosque de Matamula. Miguel Adler, Jorge del Prado, José Carlos Mariátegui, Noemí Milstein, Blanca del Prado y Ricardo Flores (1929).
Fuente: https://www.servindi.org/14/06/2021/mariategui-y-el-complot-comunista
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