01 Noviembre 2024
La historia es la explicación e
interpretación racional y objetiva de los hechos del pasado, fundamentada en
una documentación pertinente, rigurosamente seleccionada y examinada.
La historia idealista, que retuerce y
modifica los hechos acaecidos para subordinarlos al mercado editorial o a una
ideología del presente, interpretados irracional y sesgadamente, no merece el
nombre de historia, sino el de mangoneo torticero de marketing; es la
poshistoria.
En esta época de posverdad y absoluto
señorío de la manipulación mediática, la poshistoria (idealista y espectacular)
que impregna a la casta académica de historiadores está desplazando a la
ciencia histórica, materialista y rigurosa, al desván de los trastos
pretendidamente inútiles.
Al sistema no le interesa una
historia racional, objetiva, científica, rigurosa y materialista, fundamentada
en una documentación severamente evaluada, porque esa historia suele ser
subversiva y cuestiona un presente de opresión y sumisión, entendido como una
eternidad permanente e inmutable en la que pasado, presente y futuro se funden
y confunden en un continuo espaciotemporal.
Sólo la verdad es revolucionaria. La poshistoria tiene como fundamento y objetivo la satisfacción de
la propia ideología del historiador (o del mercado que abastece), de la esencia
y presencia de determinados valores, imaginarios y quiméricos, y, sobre todo,
la reafirmación de una ideología compartida, la satisfacción de las necesidades
míticas y fundacionales, ya sean reales o imaginarias, de la secta, el grupo,
el partido, la nación o el Estado a que pertenece.
Aquí, mítico significa mistificación
o engaño, y también místico y sagrado o religioso.
LA HISTORIA DE LA GUERRA CIVIL EN LA
CERDAÑA
Es sorprendente la feroz resistencia
encontrada entre la élite intelectual catalana, en general, y ceretana, en
particular, ante hechos documentados y probados,
como por ejemplo la decisiva intervención de ERC en la confección y orden de
ejecución de la lista de los 21 derechistas/fascistas que debían ser
eliminados. Tal hecho, probado y documentado en varias fuentes archivísticas,
exime a los anarquistas, en general, y a Antonio Martín, en particular, de su
proverbial y providencial culpabilidad, que ahora se demuestra totalmente
gratuita e injusta o, con mayor propiedad, como exculpatoria de crímenes
ajenos.
No se trata sólo de una inicial
oposición catalanista ante la novedad historiográfica, después de casi noventa
años de fraude y manipulación de la historia. Ahí hay mucho más; una especie de
muralla defensiva cultural, antropológica, racista y sobre todo de clase: los
obreros revolucionarios anarquistas fueron, son y serán siempre (para el
fascismo catalanista de Estat Català, Junts o Aliança Catalana)
unos bárbaros extranjeros y criminales. Por el contrario, “los nuestros”,
piensa esa élite, son ciudadanos civilizados, enraizados en el país, por no
decir que son la esencia catalana, el fundamento de La Nació… sumando a catalanes catalanistas y a
catalanes españolistas, aunados todos por sus intereses y conciencia de clase.
Los bárbaros “extranjeros” han sido, son y serán siempre esos charnegos
anarquistas, jornaleros y asalariados que no tienen raíces, ni donde caerse
muertos, murcianos con un cráneo deficiente propio de delincuentes, según
creencias “científicas y no racistas” de general aceptación entre los
catalanistas de los años treinta.
La conclusión alcanzada en un proceso
de investigación histórica riguroso y muy documentado, determina que ERC y su
dirigente Eliseu Font fueron responsables de la elaboración de una lista con
los nombres de los derechistas/fascistas que era “necesario” fusilar en la
noche del 9 al 10 de septiembre de 1936. Tal conclusión no se fundamenta en un
único documento, como afirman algunos ignorantes,
periodistas o provocadores malévolamente, sino que se levanta sobre
esta serie de documentos coincidentes en sus
incriminaciones, que provienen además de fuentes muy distintas y
que, en ocasiones, también explican el contexto histórico, político y social
existente en la Cerdaña cuando ERC elaboró esa lista:
1.
Primer documento: La declaración de Concepción Caralps en la Causa General, porque
señala la confección de una llista en el Casal de Esquerra Republicana de
Cataluña. Lista en la que se anotaron los nombres de los derechistas/fascistas
que querían fusilar. Lista escrita en el Casal de ERC en Puigcerdá y aprobada
por su secretario, que fue quien dio la orden de ejecución de los derechistas
cuyo nombre estaba inscrito en esa lista.
La declaración de Concepción Caralps
explica, además, cómo se elaboró esa lista de la muerte, en un fragmento que
historiadores al servicio de la burguesía, en una deshonesta práctica de la
poshistoria que practican, “olvidan” citar, Y, muy curiosamente, ¡qué
casualidad!, es el mismo fragmento que unas periodistas omitieron o perdieron
en un podcast explicativo de las razones para levantar un monolito en el Còrrec
del Gavatx, presentado en el Arxiu Comarcal de la Cerdaña el 24 de agosto de
2023. El testimonio de Josefa Caralps, hija de uno de los fusilados, es
brillante, indiscutible e irrefutable, y no puede ser puesto en duda de ninguna
forma racional. Tal testimonio dice así:
“Según referencias, sabe y le consta a
la declarante, que a los pocos días del Alzamiento, se confeccionó una
lista en la que intervino el Presidente del “Casal de Izquierda” (sic)1,
cuyo nombre no recuerda pero que es conocido por el apodo de “el
espardenyer”2,
continuando actualmente el comercio de alpargatas un familiar de dicho
Presidente del ”Casal de Izquierda”, concretamente su mujer, cuyo individuo se
halla actualmente detenido no pudiendo concretar la declarante en que cárcel se
halla.
La anterior lista salió de otra lista
confeccionada al ser reprimidos los sucesos de 6 de octubre de 1934, en la que
constaba el nombre de las personas que cuando dichos hechos, donaron dinero, a
favor del Ejército, dándose el caso que la mayor parte de
personas que concurrieron en tal suscripción, en 1936, fueron asesinados,
constándole así mismo a la declarante, que dicha lista cayó en manos del citado
Presidente de Izquierda, apodado “el espardenyer”3
La acusación es clara, rotunda y
contundente, precisa e irrebatible. Y el testimonio de Josefa Caralps está en
la Causa General, al alcance de todos. No es posible que una periodista pierda
ningún fragmento por el camino… sin la voluntad de ocultarlo, pese al
descrédito y desvergüenza que semejante “pérdida” comporta. Me da igual que la
pérdida sea por manipulación o por necedad, porque los errores pueden
enmendarse más tarde, pidiendo perdón.
Es Josefa Caralps quien acusa al
presidente del Casal de ERC, de quien no sabe el nombre,
aunque sí conoce el apodo, de confeccionar la lista de la muerte. El documento
de la Gendarmería francesa, que algunos ponen irracionalmente en duda, lo que
hace es poner nombre a ese presidente del Casal de ERC: Eliseu Font.
El testimonio de Josefa Caralps acusa
de esos asesinatos, directa y claramente al presidente del Casal de ERC en
Puigcerdá. Hoy sabemos que ese era Eliseu Font, no sólo por el documento de la
Gendarmería francesa, sino también porque cuando Eliseu Font fue nombrado (el
20 de octubre) miembro del Consejo Administrativo del
Pueblo, tuvo que abandonar ese cargo de presidente del Casal, en el
que fue sustituido por Joan Guardiola. Es preciso leer bien los documentos,
pero además hay que conocer su contexto histórico. Y ese contexto nos lo dan
las Memorias de Jaume Palau y el artículo de Antonio Gascón sobre esas
memorias, que puede consultarse en la web de SER HISTÓRICO.
Respecto a las acusaciones contra
Antonio Martín que, desde días antes del 9 de septiembre estaba realizando una
gira de mítines en Francia, siempre tienen ese mismo aire tautológico: Antonio
Martín era el ALCALDE DE PUIGCERDÀ O EL GOBERNADOR de la Cerdaña. Siempre se
constata su cargo, muchas veces erróneo o imaginario, pero nunca se cita su
intervención directa en ningún asesinato. Ninguno significa que ni uno solo. Y
Blanchon, aquí, comparte al cien por ciento esta afirmación de Gasón/Guillamón.
2.
Segundo documento. El testimonio de Carmen Plana (hija de Josep Mª Plana, farmacéutico)
señala como inductores de los asesinatos a Barnolà, Guardiola y Palau, los tres
miembros de ERC´.
Carmen Plana afirmó que su padre era
de la Lliga, cuando en la Causa General figura como afiliado a Unión Patriótica; aunque no sería extraña una doble
militancia.
Carmen Plana señala claramente a
Barnolá4,
Guardiola5y Palau6, tres
militantes de ERC, y los tres implicados en la insurrección catalanista de
octubre de 1934, así como a los carabineros Valverde y Alfredo Cerón7.
3. Tercer documento. Testimonio
de Concepción Comamala (hija de Áureo Comamala, fusilado), que considera
inductores a «el Cojo de Málaga» y también al «Borni», a Tort y a Maranges
(«brazo derecho de Antonio Martín»).
Las denuncias concretas y personales
contra Antonio Martín sólo aparecen en dos ocasiones; con referencia a Áureo
Comamala y Buenaventura Caralps, al afirmar las denunciantes, en ambos casos,
que Antonio Martín era Presidente del Comité, un hecho evidentemente falso, ya
que era responsable de Gobernación; pero que en cualquier caso sólo apunta al
cargo y responsabilidad ocupado, no al conocimiento fehaciente de su
participación en hechos criminales o su orden de asesinato.
Concepción Comamala también explica
que su padre no fue detenido por una denuncia, sino porque su nombre aparecía en una lista negra.
4. Cuarto documento (descubierto con posterioridad a
la edición por Descontrol en 2018 del libro Nacionalistas contra
anarquistas). El artículo del Boletín de información de la
CNT-FAI del 21 de setiembre de 1936. Ante todo, es necesario
comprender que el Comité Revolucionario y luego el Consejo Administrativo del Pueblo fueron comités
antifascistas: no eran un comité cenetista o anarquista.
Estos comités estaban formados por gente del PSUC-UGT, EC, ERC, POUM y también
por cenetistas y anarquistas. Primaba la ideología de unidad antifascista, en
una situación bélica contra el enemigo fascista. Los anarquistas hicieron
numerosas y dolorosas concesiones ideológicas y de principios para asumir tal
ideología antifascista. Es muy importante entender la cronología de los hechos.
Por otra parte, ha de asumirse y destacar que este documento habla de un terror
(blanco) contra el Comité Revolucionario (antifascista) y la revolución en
curso a la Cerdaña, que explicaría las razones defensivas y justificativas de
la degollina del 9 de septiembre, impulsada por ERC: “Puigcerdá no ha vuelto a
vivir en el terror desde entonces”.
Antonio Martin regresó de Francia al
conocer la matanza de la noche del 9 al 10 de septiembre de 1936. Ante el hecho irremediable del asesinato de veinte
derechistas fascistas, PLANIFICADA Y ORDENADA por ERC8,
Antonio Martin convocó una Asamblea popular para decidir qué hacer. El dilema
planteado era este: aceptar a posteriori estos
asesinatos, necesarios porque se trataba de enemigos
fascistas, tanto en el frente como en la retaguardia, ya que habían ametrallado
la sede donde se reunían los miembros del Comité Revolucionario9, o bien
disolver el comité antifascista y entrar en un terreno desconocido.
La asamblea popular aceptó la
continuidad del Comité Revolucionario. En el momento de constitución del Consejo Administrativo del Pueblo del 20 de
octubre se obligó a Eliseu Font y a Jaume Palau a que ingresaran en ese
Consejo, como principales ejecutores de la matanza del 9 de septiembre y de la represión antifascista en la Cerdaña desde julio de 1936,
con el objetivo prioritario de que no rehuyesen y evitaran sus evidentes responsabilidades
represivas.
5. Quinto documento. Las memorias de Jaume Palau justifican la huida del alcalde de
Puigcerdà por ERC a causa de unas misiones de espionaje encargadas por la
Generalitat, entre el 9 de septiembre y el 19 de octubre, que no esconden, sino
que evidencian su responsabilidad en la matanza del 9 de septiembre de 1936.
Demuestran, además, el conocimiento de estos hechos sangrientos por el Gobierno
de la Generalitat, de boca de uno de sus principales inductores: Jaume Palau.
6. Sexto documento. Las memorias de Lluïset, en las que un adolescente explica sus
vivencias (y de sus compañeros) como trabajadores esclavizados en una masía de
la Cerdaña. así como su liberación por el Comité Revolucionario y Antonio
Martín.
7. Séptimo documento. El informe del cenetista Mariano Puente sobre el ugetista y
estalinista Juan Bazán Castro (alias Juan Bayrán Clasli), ¡Atención a la
coincidencia de las iniciales de nombre y seudónimo: JBC!
JBC fue compañero en diversas ocasiones y fechorías en la Cerdaña de otro
militante de PSUC: Vicente Climent Pastor.
CONCLUSIONES:
Así pues, la lista de la muerte fue
confeccionada por ERC y aprobada por su presidente Eliseu Font. No hay complicidad alguna de los anarquistas, ni por
activa ni por pasiva.
Hemos sufrido casi 90 años de fraude
y de manipulación de la historia,
primero durante los cuarenta años de Dictadura franquista y, más tarde, por
parte de los historiadores nacionalistas (Pous/Sabaté) y, ahora, por
periodistas (el podcast de Teresa Turiera-Puigbó y su hija Neus Aldeguer) al
servicio de la élite burguesa ceretana y catalana, porque son incapaces de reconocer la verdad de los hechos
ocurridos. Y, aunque se demuestre documentalmente responsabilidades, autores y
hechos evidentes; los anarquistas, en la cabeza y cosmovisión de Solé o de
Turiera, siempre han sido, son y serán unos criminales, por la sencilla razón
de ser anarquistas, porque anarquista y criminal (para ellos) son sinónimos. Y
tal mentalidad y guía cultural no tiene remedio ni solución. La invasión y
amenaza de la patria catalana por parte de los bárbaros extranjeros, criminales
y anarquistas justifica su previa calumnia y su definitiva liquidación.
Solé, en su reciente hagiografía
sobre el alcalde de Bellver, apenas varía su errado y caduco relato sobre la
Cerdaña durante la Guerra civil; no ha aprendido nada de las críticas y
aportaciones de Gascón y Guillamón en Nacionalistas contra
anarquistas en la Cerdaña (Descontrol, 2018), ni tampoco de las investigaciones de Blanchon, muy cercanas
a las de Gascón/Guillamón.
Turiera-Puigbó, cuando en la
revista Querol intenta arreglar el inadmisible corte en su
podcast del testimonio de Josefa Caralps sobre la lista de fusilados,
crea un nuevo documento inexistente, creado artificialmente
mediante el corte y pego de dos documentos distintos, en los que fusiona los
testimonios de las dos hermanas Caralps. No sé si es más divertido y ridículo
el enroque inmutable de Solé en su obsoleto relato o las constantes torpezas de
Turiera-Puigbó.
Debemos concluir que muchos de los
insurrectos en octubre de 1934, y, por lo tanto, procesados más tarde,
participaron muy activamente en la represión de 1936 contra derechistas y
fascistas, figurando como implicados, de una forma u otra, en los asesinatos de
los primeros meses de guerra. El motivo: la venganza.
Los catalanistas perseguidos por la insurrección de octubre de 1934, después de
julio de 1936 persiguieron a sus perseguidores españolistas. Y eso se produjo
en la Cerdaña y en toda Cataluña.
Tal hecho, importantísimo, ha sido
ignorado, porque desmonta de forma irrefutable y evidente la leyenda de
criminalización y conversión en diablos o vampiros de los militantes
anarquistas. Es indudable que la historiografía académica ha establecido cierta
osmosis entre la criminalidad libertaria y la virtud nacionalista, que aquí
hemos roto, de forma que los vasos comunicantes muestran ahora la criminalidad
nacionalista y la virtud ácrata. Creemos, además, que contra toda evidencia los
historiadores académicos han minimizado el papel represivo de ERC en Puigcerdà,
razón que les ha conducido a esconder que numerosos militantes de ERC
aparecían en la Causa General profusamente citados y gravemente comprometidos
en actos criminales.
La actual historiografía sobre la
Cerdaña durante la Guerra civil se ajusta como un guante a la frase escrita por
Orwell en su novela 1984:
“El pasado había sido borrado, lo borrado fue olvidado, la mentira
se convirtió en verdad”.
El combate por la historia es un
combate contra el fraude de algunos historiadores y periodistas, porque son
historiadores al servicio de la burguesía que mienten, falsifican y esconden…
porque son periodistas que se prestan a difundir esas falsedades sin
remordimiento alguno, sin la menor crítica, o bien no denuncian ese relato
soez, cuando ya pueden hacerlo.
La pirámide de la investigación
histórica en Cataluña descansa, hoy y ahora, inestable sobre su vértice, y ya
no se aguanta en pie; GASCÓN Y Guillamón nos proponemos que repose sobre su
base.
EPÍLOGO
Para terminar, copio un texto propio,
extraído del libro: La represión contra la CNT y
los revolucionarios (Descontrol, 2015) que explica en
profundidad la naturaleza de ese generalizado fenómeno del fraude y la
manipulación, tan propio de la poshistoria que, con ayuda de Orwell, intentamos
desvelar y comprender.
“16 de junio de 1937, miércoles.
Policías, llegados especialmente de
Madrid para el caso, detuvieron al CC del POUM, partido ilegalizado ese mismo
día bajo la fantástica acusación de formar parte de una red de espionaje
fascista.
Se iniciaba una brutal represión contra
el POUM y los sectores revolucionarios de la CNT, que además demonizaba y
difamaba el carácter y naturaleza de los incontrolados/revolucionarios. Era la
primera vez en la historia en la que se planteaba una campaña de falacias,
infamias y calumnias como sustitución de la realidad social e histórica.
Represión y escarnio, sin límites, para los vencidos de mayo. Los poumistas
eran acusados de ser trotskistas/fascistas, los altos cargos cenetistas en Orden
público, o en la antigua Oficina Jurídica, eran ultrajados, desprestigiados y
deformados hasta el absurdo, convirtiéndolos en monstruosos asesinos y ávidos
ladrones, aislándolos del contexto histórico, social y revolucionario en el que
habían surgido. Era una extravagante, grotesca y curiosa maniobra, pero muy
efectiva, que ocultaba el papel de estalinistas10y
republicanos11 en
las mismas tareas represivas que los anarquistas. Absurda y arbitrariamente se
concentraban y personalizaban todas las “barbaridades”, acciones represivas y
decisiones “de gobierno y orden público”, tomadas durante el período
revolucionario en Barcelona, en unos cuantos nombres estigmatizados y
demonizados: Manuel Escorza, Dionisio Eroles, Aurelio Fernández, José Asens,
Eduardo Barriobero, Justo Bueno, Antonio Ordaz. Al mismo tiempo, en cada
localidad surgía el nombre del incontrolado/revolucionario de turno: Antonio
Martín, “el Cojo de Málaga”, en Puigcerdá12,
Lino y “sus muchachos” en Sabadell, Pedro Alcocer y “sus chiquillos” en
Tarrasa, Aubí “el Gordo» en Badalona, Marín en Molins, Pascual Fresquet y su
autobús de la muerte en Falset, y un largo etcétera en toda Cataluña. La
operación de persecución, deshonra, eliminación, distorsión y criminalización
de algunos de los responsables cenetistas, completa y gratuitamente degradante,
vil, abstracta, ideológica e irracional, disfrazó la situación revolucionaria,
comenzada en julio de 1936 por el triunfo sobre el golpe militar-fascista, y el
consiguiente vacío de poder, como una epidemia de monstruosos asesinos en
serie, vampiros ávidos de sangre e impunes ladrones, todos exclusivamente
anarquistas13,
provocada por un extraño virus: la legalidad republicana y la selectiva
represión gubernamental, republicana y estalinista. Lo curioso y grave es que
esa campaña publicitaria y esa cadena de infamias caló tan hondo que llegó a
sustituir la propia realidad, y aún hoy impregna las narraciones históricas
académicas como un dogma indiscutible. No en vano Orwell extrajo las
características esenciales del Gran Hermano de sus vivencias barcelonesas.”
Agustín Guillamón
Barcelona, 11 de setiembre de 2024
1.
El autor del atestado, funcionario
franquista, escribe Izquierda como
traducción sui generis de Esquerra, esto
es, de ERC. ↩︎
2.
En julio de 1937, el presidente del
Casal era Joan Guardiola Moliner, procesado en 1934, que había sustituido en
octubre a Eliseu Font. ↩︎
3.
Testimonio de Josefa Caralps
Ribalaiga, por la muerte de su padre Buenaventura Caralps Rivas (21-7-1942)
Causa General, 1437, EXP. 4. ↩︎
4.
Guillermo Barnolá Blancher. Doble
militancia en ERC y CNT. Presidente del Consejo de Administración del Pueblo,
como supuesto miembro de CNT. Detenido y procesado en 1934. ↩︎
5.
Joan Guardiola Moliner, presidente
del Centre d’Esquerres de Puigcerdà, detenido y procesado en 1934. Sustituto de
Eliseu Font en el Casal de ERC. ↩︎
6.
Jaume Palau Soldevila, alcalde de
Puigcerdà de julio a octubre de 1936, militante de ERC, detenido y procesado en
1934. Mentía en sus memorias cuando afirmó que había dimitido de su cargo ¡el
8-9-1936! ↩︎
7.
Probablemente Salvador Cerón
Gutiérrez, de guarnición en Llívia. ↩︎
8.
Como certifican los testimonios de
Josefa Caralps, Concepción Comamala, la Gendarmería francesa y, además, la
Comisión enviada por la CNT. ↩︎
9.
El Boletín de Información de la
CNT-FAI, decía esto: “Nosotros protestamos contra los hechos
señalados con respeto a los sucesos de Puigcerdá, desnaturalizando la verdad,
acusando a los trabajadores de esta localidad de asesinato y de vandalismo,
cuando en realidad ellos [los fascistas] no han hecho más que tramar en la
sombra asesinatos de los militantes activos del comité antifascista local”. Y
luego explican así el intento de asesinato de Antonio Martín y demás miembros
del Comité Revolucionario: “El delegado de Gobernación ha sido víctima de una
tentativa de asesinato por un mercenario de Franco que no titubeó en seguir
tirando sobre el inmueble que sirve de refectorio a los milicianos
antifascistas.” ↩︎
10.
Como José Gallardo, Eusebio Rodríguez
Salas, África de las Heras, Salvador González, Olaso, Sala… ↩︎
11. Como el grupo de Soler Arumí. ↩︎
12. Véase Gascón, Antonio y Guillamón, Agustín: “Martín Escudero, Antonio
(1895-1937): “El Durruti de la Cerdanya””. Catalunya, números 166 y 167 de
noviembre y diciembre de 2014. ↩︎
13. Hasta el punto que las orgías de sexo y sangre, atribuidas por
Miravittles al rondín de la estalinista África
de las Heras, fueron trasladadas gratuitamente al austero y puritano anarquista Manuel Escorza. ↩︎
Fuente: https://acracia.org/que-es-la-historia-y-la-poshistoria-hoy-el-ejemplo-de-la-cerdana-durante-la-guerra-civil/