lunes, 11 de noviembre de 2019

¿POR QUÉ CAYÓ EVO MORALES?




CUANDO EL ELECTORERISMO SE ANTEPONE Y NO SE APLICA LA PLANIFICACIÓN DIALÉCTICA.

Cada vez que la población organizada, actúa contra el actual sistema capitalista, no saca la cuenta que se trata de un sistema, resultado de siglos de desarrollo y adecuación; los capitalistas se han especializado en el manejo de no solo de la economía, sino en las maniobras políticas y sobre todo en la influencia mediática por medio de la psicología social, la cual se materializa en algunas de las posiciones “filosóficas” que esconden actitudes a favor del mismo sistema capitalista.

Los autodenominados CEN de los partidos de “izquierda” no entienden aún la importancia de definir y asumir una estrategia clara de la lucha por el poder. No estamos luchando por un palacio de gobierno, no estamos luchando por curules en parlamentos anómalos, no estamos luchando por ser objeto de aceptación de los medios de comunicación parametrados,  no estamos luchando contra un color de piel o contra un rito religioso. Es más, debemos asumir que no vamos a ser del gusto de toda la población , porque cuando planteamos el giro total de la sociedad, hay muchos que se dicen progresistas, no les gustara perder privilegios, no aceptarán realmente una sociedad planificada, les costara asumir una nueva educación , muchos cerrarán los ojos frente a la corrupción de familia o amigos, es que muchos creen que las revolución, solo se centra en una estrategia campañera, de la llamada Fiesta Electoral, a la cual somos invitados cada cierto tiempo.

El Capitalismo moderno aprendió muy bien que le es más rentable trabajar sobre el mundo mental de la población, exaltando posiciones nacionalistas del siglo pasado, desempolvando posiciones de segregación étnica, amaestrando las tácticas de “marxologos” que asumen posiciones de ositos de peluche, sobre dimensionando la figura de los caudillos políticos (en desmedro de la organización, de lo comunitario).

Hoy venimos siendo bombardeados con una serie de distractores , que nublan la racionalidad dialéctica, de los mismo denominados de “izquierda”, por ejemplo: un periodista , opinólogo político eleva las banderas de los cambios solo centrados en la lucha contra los corruptos, mas no contra la corrupción del sistema, se dan modelos extranjeros como si la panacea fuera Singapur , como si solo la medida draconiana, como es la pena de muerte, reducirá el aprovechamiento de un sistema jurídico a favor de las transnacionales y de la oligarquía, como si con ello cambiara la concepción capitalista de aprovechamiento y trasquila de la economía de los países latinoamericanos, como si con ello se aceptará a carta cabal que la educación, la salud, el agua y los alimentos son derecho humano. En el Perú se mantiene viva la tara político social, de tener miedo a la planificación, del cambio real y científico, porque se lo denomina de RADICAL, UTOPICO, TERRORISTA, ROJO, etc, ante lo cual muchos “progresistas” siguen bajando la cabeza o simplemente callando.

Las experiencias de la población en Chile, Ecuador, ahora Bolivia nos deben de dejar muchas enseñanzas, no basta con sentir pena o responder hepáticamente. 

El poder real para la población trabajadora pasa por iniciar un camino de largo aliento, pero con compromisos generacionales claros, la CAPACITACION de los militantes del cambio, en economía, política, filosofía, lamentablemente está ausente en todo ámbito, universidades, sindicatos, colectivos.

La organización popular debe privilegiar las comunas, como alternativa de gobierno alterno y confrontacional; hablamos mucho de trabajo en común, de unidad, de frente, pero no empezamos por iniciar la convivencia comunal, recordando las experiencias de nuestro pasado (los ayllus, las unidades células sociales, como bloque de resistencia y reserva moral).

Ha sido insuficiente, en Bolivia, la lucha ideológica en las universidades y centros de estudios, contra las falsas propuestas de democracia y nacionalismo, se han dejado puertas abiertas al poder del imperio para infiltrar “intelectualoides” del mercado y el servilismo económico. No es suficiente ser eficiente en la economía y la producción, hay más espacios que deben ser cubiertos rumbo a la transformación. 

Tomar en cuenta la exaltación de las posiciones étnicas radicaloides, que tarde o temprano marchan contra el proceso, como es el caso de la autodenominado El Mallku (Felipe Quispe), marchando junto a la derecha Boliviana, con declaraciones políticas infantiles. En Perú también tenemos dichas posiciones etno-radicales que arregañadientes conviven en espacios políticos, con aquellos que adjetivan como rojos, judíos marxistas, etc.

La denotada actitud de un ejército latinoamericano, que por décadas ha sido capacitado por la Escuela de las Américas, que arrastran posiciones netamente raciales y contra socialistas, son carta importante dentro de la lucha de poder a favor del capitalismo. No se pude mantener un poder real sin tener la seguridad de un medio disuasivo y de defensa del proceso revolucionario. ¿Es que creían que la CIA no intervendría en Bolivia?.  Esto nos debe llevar a una conclusión: La falta de una solidaridad protagónica y activa, de las fuerzas democráticas Latinoamericanas nos ha llevado a equivocarnos al pensar que cada país debe manejar aisladamente su proceso revolucionario, Si vamos a salir de la opresión del Imperio Norteamericano, será en actitud conjunta y no por sectores o nacionalidades. No somos aún, capaces de defender procesos como lo de Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Brasil, saliendo de la pasividad de la declaración verbal.

El Mundo está en llamas, el capitalismo da muestras más graves de descomposición, la especie humana se está dando cuenta del rumbo no solo equivocado, sino que es planificadamente anti humano, la concentración de poder, por medio de la Globalización, está despertando la racionalidad de muchos que abren conciencia y dicen basta de mediocridad, ignorancia, especulación, oportunismo, guerra de ocupación , y falacias económicas del capitalismo : Argelia, Libano, Indonesia, España, Francia, Colombia, Chile, Bolivia, Argentina  son procesos de estudios y de sistematización de experiencias. Estados Unidos ha pasado su propio record de ENDEUDAMIENTO y su banco central sigue emitiendo millares de dólares sin un sustento productivo, tapando errores y privilegios de plutócratas y banqueros, ¿Cuánto más soportará su endeble economía? ¿Sera que se cumplirá la hipótesis ya planteada: El sistema capitalista siembra su propio germen de destrucción? Los partidos de “izquierda” estarán preparados para los retos a futuro que se hacen más entramados y tácticos?

Las elecciones rutinarias no son seguridad de cambio
La administración de un gobierno progresista en producción, no es suficiente para un proceso revolucionario.
El desmerecer la lucha político ideológica, mina los propios cimientos de la revolución.
La falta de capacitación y maduración de un bloque de dirección, retarda la acción política del pueblo organizado.
La falta de unidad Latinoamericana hace fácil la recomposición del capitalismo en nuestro continente.

Tacna Noviembre 2019.
Freddy Vásquez



EL GOLPE EN BOLIVIA: CINCO LECCIONES

(Por Atilio A. Boron) 

La tragedia boliviana enseña con elocuencia varias lecciones que nuestros pueblos y las fuerzas sociales y políticas populares deben aprender y grabar en sus conciencias para siempre. Aquí, una breve enumeración, sobre la marcha, y como preludio a un tratamiento más detallado en el futuro.  Primero, que por más que se administre de modo ejemplar la economía como lo hizo el gobierno de Evo, se garantice crecimiento, redistribución, flujo de inversiones y se mejoren todos los indicadores macro y microeconómicos la derecha y el imperialismo jamás van a aceptar a un gobierno que no se ponga al servicio de sus intereses. 

Segundo, hay que estudiar los manuales publicados por diversas agencias de EEUU y sus voceros disfrazados de académicos o periodistas para poder percibir a tiempo las señales de la ofensiva. Esos escritos invariablemente resaltan la necesidad de destrozar la reputación del líder popular, lo que en la jerga especializada se llama asesinato del personaje (“character assasination”) calificándolo de ladrón, corrupto, dictador o ignorante. Esta es la tarea confiada a comunicadores sociales, autoproclamados como “periodistas independientes”, que a favor de su control cuasi monopólico de los medios taladran el cerebro de la población con tales difamaciones, acompañadas, en el caso que nos ocupa, por mensajes de odio dirigidos en contra de los pueblos originarios y los pobres en general. 

Tercero, cumplido lo anterior llega el turno de la dirigencia política y las elites económicas reclamando “un cambio”, poner fin a “la dictadura” de Evo que, como escribiera hace pocos días el impresentable Vargas Llosa, aquél es un “demagogo que quiere eternizarse en el poder”. Supongo que estará brindando con champagne en Madrid al ver las imágenes de las hordas fascistas saqueando, incendiando, encadenando periodistas a un poste, rapando a una mujer alcalde y pintándola de rojo y destruyendo las actas de la pasada elección para cumplir con el mandato de don Mario y liberar a Bolivia de un maligno demagogo. Menciono su caso porque ha sido y es el inmoral portaestandarte de este ataque vil, de esta felonía sin límites que crucifica liderazgos populares, destruye una democracia e instala el reinado del terror a cargo de bandas de sicarios contratados para escarmentar a un pueblo digno que tuvo la osadía de querer ser libre. 

Cuarto: entran en escena las “fuerzas de seguridad”. En este caso estamos hablando de instituciones controladas por numerosas agencias, militares y civiles, del gobierno de Estados Unidos. Estas las entrenan, las arman, hacen ejercicios conjuntos y las educan políticamente. Tuve ocasión de comprobarlo cuando, por invitación de Evo, inauguré un curso sobre “Antiimperialismo” para oficiales superiores de las tres armas. En esa oportunidad quedé azorado por el grado de penetración de las más reaccionarias consignas norteamericanas heredadas de la época de la Guerra Fría y por la indisimulada irritación causada por el hecho que un indígena  fuese presidente de su país. Lo que hicieron esas “fuerzas de seguridad” fue retirarse de escena y dejar el campo libre para la descontrolada actuación de las hordas fascistas -como las que actuaron en Ucrania, en Libia, en Irak, en Siria para derrocar, o tratar de hacerlo en este último caso, a líderes molestos para el imperio- y de ese modo intimidar a la población, a la militancia y a las propias figuras del gobierno. O sea, una nueva figura sociopolítica: golpismo militar “por omisión”, dejando que las bandas reaccionarias, reclutadas y financiadas por la derecha, impongan su ley. Una vez que reina el terror y ante la indefensión del gobierno el desenlace era inevitable.

Quinto, la seguridad y el orden público no debieron haber sido jamás confiadas en Bolivia a instituciones como la policía y el ejército, colonizadas por el imperialismo y sus lacayos de la  derecha autóctona.  Cuándo se lanzó la ofensiva en contra de Evo se optó por una política de apaciguamiento y de no responder a las provocaciones de los fascistas. Esto sirvió para envalentonarlos y acrecentar la apuesta: primero, exigir balotaje; después, fraude y nuevas elecciones; enseguida, elecciones pero sin Evo (como en Brasil, sin Lula); más tarde, renuncia de Evo; finalmente, ante su reluctancia a aceptar el chantaje, sembrar el terror con la complicidad de policías y militares y forzar a Evo a renunciar. De manual, todo de manual. ¿Aprenderemos estas lecciones?

Fuente: http://www.granma.cu/mundo/2019-11-11/el-golpe-en-bolivia-cinco-lecciones-11-11-2019-00-11-43

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